miércoles, 30 de septiembre de 2015

“Derriba los Ídolos y Dios te Dará la Victoria”

Reflexión 30.9

Si la lucha es grande o pequeña, si los enemigos parecen muchos o pocos, siempre, en todos los casos, es el Señor Jesús quien nos da la bendición. Nosotros nos preparamos para la batalla, pero Dios es quien nos da la victoria.

Josué 7:10-12 ¡Israel ha pecado y ha roto mi pacto! Robaron de lo que les ordené que apartaran para mí. Y no solo robaron sino que además mintieron y escondieron los objetos robados entre sus pertenencias. Por esa razón, los israelitas huyen derrotados de sus enemigos. Ahora Israel mismo será apartado para destrucción. No seguiré más con ustedes a menos que destruyan esas cosas que guardaron y que estaban destinadas para ser destruidas.
Josué pensó que derrotaría fácilmente a Hai, un pueblo pequeño, envió poco ejército, y no pudieron ganar. Luego de lamentarse y clamar a Dios, el Señor les mostró que habían robado lo que tenían que entregarle a Él, y algunos habían retenido lo que tenían que eliminar.
La codicia llevó a muchos a esconder la riqueza que no provenía de una fuente de bendición, haciendo de esas cosas, un ídolo escondido. El Señor es quien siempre dio la victoria a su pueblo, y ésta requiere de obedecer lo que nos pide. Si desechamos el consejo y guardamos en el corazón lo que no es aprobado por el Señor, es como erigir un ídolo, que se transformará en la causa de nuestras derrotas.
Una oración:  “Padre, te pido que me muestres si hay ídolos –que ocupan mi pensamiento y corazón; ídolos que me impidan derrotar lo que se me opone. Abre mis ojos y dame convicción de aquello que debo eliminar. Solo tú eres quien me das la victoria, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén” 

   Que el Dios Todopoderoso te muestre esos ídolos que, sin darte cuenta, están alejando las bendiciones de Dios para ti.  Abre tus ojos, Dios desea mostrártelos.

También ten presente que es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, entender que Él quiere que todos seamos salvos (libertados del pecado)  y que vengamos al conocimiento de la verdad;  también quiere que estemos seguros que hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, y se llama Jesucristo (1 Timoteo 2: 3-5)

(De Avanzapormas y WMV)

martes, 29 de septiembre de 2015

“Cómo Desarrollar Amistades Verdaderas”

MEDITACIÓN 29.9

1 Samuel 18.1-3 “Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo.”

Todos anhelamos amistades genuinas. Dios nos creó con esta necesidad; no para vivir en aislamiento.

Nuestro mundo está tan influenciado por la tecnología, que muchas personas tratan de aliviar su soledad relacionándose virtualmente. Sin embargo, la tecnología no puede reproducir el compañerismo humano que el Creador tuvo en mente. Las buenas amistades no se dan por casualidad; exigen esfuerzo y sacrificio.

Consideramos a David y Jonatán como modelo bíblico de compañerismo; cuán vital es el respeto mutuo en una buena amistad. Veamos 2 aspectos más de su relación:

Ambos sentían amor mutuo; sus corazones estaban muy unidos. Cuando uno de ellos experimentaba alegría o tristeza, el otro sentía lo mismo.

También tenían fidelidad mutua, el tipo de compromiso que implica dar. Para demostrarle su lealtad, Jonatán le dio a su amigo cosas materiales —su manto y su arma. Pero esos 2 hombres también se dieron abnegadamente: Jonatán hasta arriesgó su vida y su reinado futuro para salvar a David de ser ejecutado. Notemos que Jonatán solía ser quien tomaba las iniciativas, y quién más daba. Era un príncipe, mientras que David era un humilde pastor. La condición social no debe ser un estorbo para cultivar una verdadera amistad.

Fuimos creados para tener compañerismo verdadero basado en respeto mutuo, amor genuino y fidelidad. Esto requiere, no solo tiempo y lealtad, sino también transparencia. Tomar ese riesgo exige confianza, pero las amistades genuinas bien valen el esfuerzo.
 (De Encontacto.org)

lunes, 28 de septiembre de 2015

“Invocando a Dios Desde la Angustia”

Reflexión 28.9

Jonás 2:1-2 “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó”

Al leer la historia de Jonás, vemos que había escuchado a Dios,  y había huido de él en un barco, allí había dormido, y aún había hablado con los marineros, pero sólo hasta ahora vemos que ora (“Entonces oró Jonás”). Por supuesto no oraba, porque estaba huyendo de Dios. A veces el creyente no ora, porque está huyendo de Dios, pues sabe que el Señor le recordará cuál es Su voluntad.             
Podemos orar en la cocina, en la calle, en el vehículo, aún en el baño, pero nadie planearía hacerlo en el vientre de un gran pez. Por un momento, tratemos de imaginarlo... Pero éste fue el escenario que Jonás escogió al desobedecer a Dios, el profeta del Señor había emprendido su propio camino a Tarsis, y esto no tomó por sorpresa Dios pues “Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás”. Muchas veces nosotros, habiendo tenido la oportunidad de orar en un hermosos y cómodo escenario, terminamos orando desde la crisis o el dolor.  
                        
Cuantas gracias debemos dar a Dios que nos da la vida para invocar Su nombre, nuestro corazón se goza cuando en medio de la alabanza en el templo invocamos Su nombre. Pero, en éste caso, Jonás invoca a Dios en medio de la angustia: “Invoqué en mi angustia a Jehová”, el término angustia aquí, viene del hebreo: tsarah que además traduce: aflicción, aprieto, tribulación, y ésta condición llevó a Jonás a orar. La verdad es que buen número de veces, sólo nos volvemos a la oración cuando la angustia, crisis o dificultad llega a casa.

Pero qué hermosa es la frase: “y él me oyó”, ésa es la esperanza que debe alimentar nuestra fe, saber que en el templo, en la calle o en la cocina, yendo o huyendo, podemos levantar nuestra oración sincera, sencilla, desde un corazón que levanta sus ojos al cielo y que se vuelve a Dios, y será oído por el Señor. No es por nuestros méritos, es por Su gran misericordia y gracia hacia sus hijos. La respuesta de Dios no es en vano, su misericordia se manifiesta en orden a Su propósito: enseñar a Jonás y salvar a los ninivitas.              

Como hijos de Dios, tenemos el privilegio de hablar con nuestro Padre celestial, y él también quiere no sólo hablarnos, sino que le obedezcamos. Algunas veces debemos invocar a Dios desde la angustia, como consecuencia de nuestras malas decisiones, pero si lo hacemos con un corazón que se vuelve a Él, Dios nos oye y responde, organizando todo de acuerdo a su voluntad y bondad.

(De Mensajes y Sermones Para Predicar)

viernes, 25 de septiembre de 2015

“Las Promesas de Dios Vendrán en el Tiempo Apropiado”

REFLEXIÓN 25.9

Las promesas de Dios están marchando hacia su cumplimiento, no se tardarán; en el tiempo perfecto se verán.  Aunque parezca tardar, espérala, no hagas nada indebido, el Señor no te defraudará.

En Habacuc 2:3 (NVI) dice: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá”.
La Biblia nos enseña que Dios tiene un tiempo para todas las cosas, y es necesario confiar en sus tiempos. Hay cosas que esperamos, pero tienen un tiempo señalado, nuestra misión es hacer lo correcto en la espera, y no demorar esa respuesta. Mientras esperamos, debemos fortalecernos en la fe, en la oración y en la palabra de Dios, y no dejarnos gobernar por la ansiedad, creer las palabras de fe que salen de nuestro corazón y no hablar queja, enojo o rebeldía. El Señor está moldeando nuestro corazón, para que en el tiempo adecuado, su gloria se haga visible y podamos reconocer su poder.
Para no demorar las cosas, debemos tener una actitud de acción, de servicio, de expectativa, de sembrar en todo lo que podamos. Hay que renunciar a realizar actos indebidos para cumplir nuestro propósito, nada de lo que se opone a la palabra de Dios, nos ayudará. Haz lo mejor de tu parte, espera en fe; y sin demora, en el tiempo perfecto… llegará.
Tiempo para decir a nuestro Padre Celestial: Sé que tus promesas no tardan, y las espero con fe, sabiendo que en el tiempo perfecto llegarán, porque marchan hacia el cumplimiento. En el nombre de Jesús, Amén!
(De Avanzapormas.com)

miércoles, 23 de septiembre de 2015

“Las Manifestaciones de la Gracia, Pueden Estar Sobre Ti”

REFLEXIÓN 23.9

Cuatro bendiciones que se manifestaron en José pueden venir sobre ti, y sobre los que quieran y decidan agradar a Dios:

1. Liberación de toda angustia  2. Sabiduría para resolver problemas
3. Favor que le abrirá puertas y 4. Levantamiento para ser de influencia ante los demás.

El libro de los Hechos 7:9-10 dice: “Por envidia los patriarcas vendieron a José como esclavo, quien fue llevado a Egipto; pero Dios estaba con él y lo libró de todas sus desgracias. Le dio sabiduría para ganarse el favor del faraón, rey de Egipto, que lo nombró gobernador del país y del palacio real”.

José padeció tribulaciones de todo tipo, sus propios hermanos lo envidiaban por sus sueños y por tener algo especial de Dios. Era el menor, y con maldad sus hermanos lo vendieron a unos esclavos de Egipto para deshacerse de él, pero en todo lugar donde José estaba, el Señor lo ayudaba.

Veamos 4 cosas que sucedieron en la vida de José:
Primero:  La liberación de todo padecimiento, encontró liberación de todas las desgracias que atravesó.
Segundo: Recibió sabiduría, este don fue la provisión que necesitó para poder enfrentar los problemas.
Tercero:  Se ganó el favor del faraón, éste se sintió fascinado por la sabiduría de José.
Cuarto: La manifestación divina fue el levantamiento, la promoción. Por haber dado testimonio de fidelidad, obediencia y sabiduría, el Señor lo exaltó delante de todo el pueblo y le dio un cargo de gran influencia.

Es tiempo para elevar una oración al Padre celestial  y decirle:  Hoy quiero dejar de lado el desánimo, olvidar fracasos y malas experiencias. Pedir que vengan la liberación de toda angustia, y la sabiduría que guiará a victoria.  Pedir que Su favor -que abre toda puerta- nos ayude a alcanzar la promoción que Él tiene para nosotros.  Y, más que nada, pedirle que nos ayude a creerle... Entonces le veremos obrando a nuestro favor.  En el nombre de Jesús, Amén.

(De http://avanzapormas.com/ con modificaciones de WM)

martes, 22 de septiembre de 2015

“El Poder Restaurador de Dios”

MEDITACIÓN 22.9

Isaías 41:13 “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”

La historia cristiana señala al rey Manasés como uno de los peores reyes de Judá. Él condujo a Israel a uno de los tiempos de mayor idolatría, prácticas ocultistas, astrología, etc. Hizo enojar a Dios.

Su padre, el rey Ezequías, fue un rey piadoso, temeroso de Dios y recordado por haber sido uno de los buenos reyes de Judá. Pero Manasés, su hijo, no siguió su ejemplo. Por el contrario se dejó llevar por su soberbia y pecado, trayendo sobre su vida y sobre Israel el juicio de Dios. Pero la Biblia también nos enseña acerca de su restauración... 

“Más luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios” 2 Crónicas 33:12-13.

Vemos pues que a veces nuestras malas decisiones o la soberbia nos llevan a momentos de angustia y dolor, a pesar de todo esto si nos volvemos a Dios, él tiene misericordia, nos perdona y restaura. El rey Manasés se humilló delante de Dios, y él Señor oyó su clamor. “Y lo restauró” nuevamente Dios le da una nueva oportunidad y lo vuelve a poner como rey en Jerusalén. El poder restaurador de Dios vino sobre Manasés y fue restituido lo que había perdido. Dios es bueno y todopoderoso.     
          
Ten presente él dice: “yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” Isaías 41:13.

lunes, 21 de septiembre de 2015

“Por Medio de las Pruebas”

MEDITACIÓN 21.9

Mateo 14.22-33 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la 4TA vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”
Nadie está libre de pruebas. Para ser realistas, usted está ahora -o en una tormenta, o saliendo de una, o a punto de entrar en otra. Sin embargo, adoramos a un Dios misericordioso que nos bendice, especialmente en los períodos oscuros de la vida.
El pasaje de hoy habla de una noche tempestuosa en el mar de Galilea. En el presente, Cristo nos ofrece lo mismo que a sus discípulos en esa perturbadora situación.
 1ero:  el Padre celestial da a los cristianos su presencia, y la promesa de que nunca los abandonará (Hebreos 13.5-6). Este es, quizás, el mejor regalo, porque gracias a este conocimiento Él nos infunde consuelo, valor y confianza.

 2do: el Señor bendice a sus hijos con una vía de escape en medio de las dificultades. Él tiene todo el control de nuestras tormentas, y usará la prueba para llevar a cabo su propósito. Es posible que no lo entendamos, pero podemos confiar en que su mano nos guiará, y seremos bendecidos. A veces, la razón y el provecho de una dificultad se hacen evidentes, mientras que en otros casos no.

 3ero: el Padre celestial da a los creyentes el potencial para crecer. Las dificultades son ocasiones para aprender a confiar en Dios y para conocerlo más a fondo tanto a Él como su poder y su amor.

Nadie se deleita con las pruebas. Pero recuerde expresar gratitud por la mano de Dios en su vida, y por la manera en que usará la adversidad para ayudarlo a ser todo lo que Dios tiene previsto para usted. Las pruebas son oportunidades para confiar en el Creador y conocerlo mejor.
(De encontacto.org)

viernes, 18 de septiembre de 2015

“El Dios a Quien Oramos”

MEDITACIÓN 18.9

Veremos  Nehemías 1.1-11 donde se relata su oración sobre Jerusalén. Les hago resumen, pero traten de leerlo.

...Son palabras de Nehemías, en el mes de Quisleu, en el año 20, estando en Susa, capital del reino. Nos dice que vino Hanani, uno de sus hermanos, con varones de Judá, y Nehemías le preguntó por los judíos que escaparon, por los que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.  Ellos le dijeron: Los de la cautividad, están en gran mal y afrenta, el muro de Jerusalén fue derribado, y sus puertas quemadas. Cuando Nehemías oye estas palabras llora y hace duelo, ayuna y ora delante de Dios, diciendo: Te ruego, oh Jehová, Dios fuerte, grande y temible, que guardas el pacto y la misericordia a los que t aman y guardan tus mandamientos; que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, por los hijos de Israel; confieso los pecados cometidos contra ti -yo y la casa de mi padre. Reconoce que se han corrompido, no han guardado los mandamientos, estatutos y preceptos dados a Moisés. Pide acordarse de Sus palabras dadas a Moisés, de que si pecan los dispersaría; pero si se volvieren a Él, guardan Sus mandamientos, y los ponían por obra, aunque la dispersión fuera hasta el extremo de los cielos, de allí los recogería, y traería al lugar escogido para hacer habitar allí Su nombre.  Les recuerda que ellos son sus siervos, su pueblo, los cuales había redimido con Su gran poder, y mano poderosa. Rogaba estar atento a su oración y la de sus otros siervos, quienes deseaban reverenciar Su nombre; rogó que le concediera buen éxito, y gracias delante del rey (Artajerjes), porque Nehemías servía de copero al rey...

Nehemías demuestra el poder de la oración. Como siervo del rey Artajerjes (Persia), no tenía ningún derecho a solicitar permiso para reconstruir los muros de Jerusalén, y mucho menos a pedir materiales ni protección.

Sin embargo, por conocer la naturaleza del Dios a quien oraba, Nehemías no dudó en actuar con osadía y pedir al rey lo que hacía falta.

Comenzó su oración diciendo: “Te ruego, oh SEÑOR, Dios del cielo”. SEÑOR, con letras mayúsculas, designa a la palabra Jehová (una forma de Yavé, el nombre hebreo de Dios), lo cual significa “Dios, quien es eterno en su ser” —expresando que todo en todas partes está en su presencia.

Por tanto, cuando Dios hace una promesa, sabe cómo va a cumplirla. Es por eso que Nehemías lo llamó “el grande y temible Dios, que guarda el pacto”. Él sabía que Dios se había comprometido a llevar de vuelta a los israelitas arrepentidos a su tierra natal para vivir en su presencia.

La siguiente palabra hebrea: Elohim, se traduce como: “El que es absolutamente soberano”. Este nombre se refiere al Creador, y habla de su omnipotencia. Si Él hizo al mundo con su palabra, entonces es capaz, sin duda, de darle a Nehemías las provisiones, tiempo fuera del trabajo, y el favor del rey persa.

Hay muchos otros nombres para Dios, tales como Adonai (“dueño”), Jehová-Jireh (“proveedor”), o Jehová-Rafa (“sanador”). Puesto que el idioma hebreo es preciso, puede ayudarnos a conocer mejor a Dios.

Cuando necesitamos consuelo, llamamos al Dios que consuela; cuando necesitamos sabiduría, tenemos al Dios que enseña. Así como conocer nuestra audiencia afecta las palabras que usamos, la manera de ver a Dios afecta el modo en que oramos.
 (De Encontacto.org)

jueves, 17 de septiembre de 2015

“La Bendición de la Fidelidad”

MEDITACIÓN 17.9

Rut 4.13-22 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, 22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.”

Creo que la fidelidad extraordinaria de Rut es lo que le ganó un lugar, tanto en la Biblia como en el linaje de Jesucristo. Nuestra sociedad idealiza el “ocuparse de uno mismo”, pero la Palabra de Dios nos enseña a proteger a nuestros seres queridos y a las personas necesitadas (1 Corintios 13.7; Salmos 82.3, 4). Rut es un brillante ejemplo de fidelidad —cambió voluntariamente sus propios planes y sus expectativas para atender las necesidades de Noemí.

Sin una familia que se ocupara de ella, y sin vecinos con la misma fe, Noemí se encontraba en una tierra extranjera, lejos de la comodidad de una colectividad familiar y de ideas afines. Durante esas horas sombrías, Rut —la viuda gentil de su hijo— lo sacrificó todo para permanecer a su lado. Entonces, para cuidar de su suegra, Rut dejó a un lado la esperanza de un nuevo matrimonio, así como la perspectiva de tener un hijo. Ella se fue a otro país, y juró aceptar la adoración del Dios de Noemí.

Rut, sin duda, estaba consciente de los riesgos involucrados al unir su suerte a la de otra mujer en una sociedad dominada por los hombres, pero ella lo hizo sin vacilar. El compromiso de la joven no terminó cuando llegaron a Israel. Fue Rut, siguiendo las instrucciones de Noemí, quien mantuvo a las dos mujeres alimentadas, y quien hizo una alianza estratégica con Booz que aseguró el futuro de ambas.

Rut hizo un sacrificio tremendo por su suegra, y como resultado, Dios le dio las cosas que pensaba que había perdido: un Dios que la amaba, un hogar, un esposo y un hijo. Además de eso, Rut figura entre los antepasados del Mesías, Jesucristo. ¡Qué testimonio tan enorme de recompensa a la fidelidad!
  (De Encontacto.org)

miércoles, 16 de septiembre de 2015

“Cuando Queremos Decir Que No”

MEDITACIÓN 16.9

Rut 1  Les resumo el capítulo, pero ojalá lo lean completo En tiempo que gobernaban los jueces –en Judá- y hubo hambre, un varón de Belén - Elimelec-, su mujer -Noemí- y sus 2 hijos - Mahlón y Quelión-, fueron a morar a los campos de Moab.  Luego muere Elimelec. Sus 2 hijos se casan con mujeres del lugar -moabitas- Orfa  y Rut; y habitaron allí unos 10 años.  Luego murieron también los 2 hijos, y Noemí quedó desamparada.  Ella -con sus nueras- decidió volverse a Judá, porque oyó que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Noemí dijo a sus nueras que se volvieran a sus  casas y que Jehová haga con ellas misericordia, como lo habían hecho ellas; se despidieron y lloraron,  Ellas dijeron que donde Noemí fuera, ellas también irían, pero Noemí respondió que no tenía qué ofrecerles, y le expuso algunas razones; entre las que decía estar en gran amargura, porque la mano de Jehová estaba en su contra. Orfa decidió volverse a su casa, Rut se quedó con ella. Le expuso: 16“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.   Donde mueras, moriré yo. Al ver Noemí la determinación de Rut se fueron juntas hacia Belén.  Al verlas llegar, todos se conmovían; pero ella -con su tristeza- decía que no le llamaran Noemí, sino Mara; debido a la amargura que estaba viviendo. Ella les decía (eso creía ella) que se había ido teniendo de todo, pero que ahora Jehová la había devuelto con manos vacías.  22 Así volvieron Noemí y Rut, de los campos de Moab a Belén, al comienzo de la siega de la cebada.

La vida cristiana no está libre de obligaciones. Los muchos “unos a otros” de la Biblia son las instrucciones de Dios sobre cómo tratar a las personas en nuestros círculos, y cómo dar de nosotros para enriquecer esas relaciones. Sin embargo, muchas personas prefieren no invertir en verdaderos amigos, optando más bien por tener conocidos ocasionales que exigen poco. La devota fidelidad de Rut —la mujer gentil de Moab— contrasta agudamente con tal superficialidad.

Los amigos ocasionales pueden conversar sobre política, cine y deportes, pero evitan hablar de asuntos profundos. De esa manera no tendrán que compartir las cargas o la angustia de los demás. Pero tampoco conocerán el gozo de expresar lealtad a una persona necesitada. El corazón humano fue creado para anhelar comunión íntima —la clase de conexión que puede compartir sentimientos sin temor a juicio. Por la fidelidad basada en la confianza y el amor mutuos, los buenos amigos pueden señalar las deficiencias y desafiarse unos a otros a tener una fe más grande.

Rut es un ejemplo de esta clase de dedicación abnegada. Cuando su suegra Noemí pasó por un amargo período de desesperanza y duelo, la joven viuda decidió seguir a la mujer mayor. Aunque esto significaba sacrificar las comodidades en su tierra natal y cualquier perspectiva de matrimonio con un compatriota, Rut demostró fidelidad absoluta.

La fidelidad exige un alto precio que muy pocos están dispuestos a pagar. Algunos mantienen a sus conocidos a cierta distancia para evitar obligaciones. Pero los creyentes hemos sido salvos para permanecer unidos en amor (Juan 13.34; 1 Tesalonicenes 5.11), incluso cuando implique un costo.
 (De Encontacto.org)

martes, 15 de septiembre de 2015

“La Respuesta al Conflicto”

MEDITACIÓN 15.9

Proverbios 15.18  “El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.”

Cuando surgen los conflictos, por lo general, buscamos a alguien a quien culpar. Recuerdo la ocasión en que fui severamente recriminado en la reunión de una organización. Pero, gracias al poder de Dios, pude permanecer calmado y reaccionar de una manera agradable a Él.

Volverse al Señor en oración es siempre la mejor manera de responder en una crisis. Al hacerlo, podemos pedirle que nos dé:

Discernimiento espiritual. Dios entiende el origen del problema, y puede darnos la capacidad de comprenderlo. Quizás ha habido un problema de comunicación, o resentimiento, o haya sido un error nuestro. Pero, con la ayuda del Espíritu Santo, podremos entender la situación.

Tranquilidad. Nuestra naturaleza nos impulsa a reaccionar de inmediato para tratar de defendernos. Pero antes de actuar, debemos enfocar deliberadamente nuestra atención en Dios, y experimentar la paz interior que Él promete (Juan 14.27).

Sabiduría. El Señor dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo les daría palabras sabias para decirlas cuando se enfrentaran a autoridades hostiles (Lucas 12.11-12). Él hará lo mismo con usted. Si está tentado a responder precipitadamente, pídale al Espíritu que ponga un sello en sus labios hasta que el Señor le dé las palabras que deba decir, en el momento correcto (Salmos 141.3).

No tenemos que reaccionar con ira ni ponernos a la defensiva ante la crítica, como lo hace el mundo. Dios nos ha llamado a representarle en todas las situaciones, de la misma manera que lo hizo Cristo, por medio de la dependencia del Padre celestial.
 (De Encontacto.org)

lunes, 14 de septiembre de 2015

“Cómo Enfrentar los Conflictos”

MEDITACIÓN 14.9

1 Pedro 1.3-5 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero."
Las Sagradas Escrituras registran muchos casos de conflictos, tanto entre naciones, como entre amigos y familiares. Hoy vemos el mismo tipo de problemas. Cuando riñen, las personas pueden decirse cosas crueles e injustas. Las acusaciones crean angustia y dolor emocional. Sin embargo, lo que creamos determinará la manera cómo reaccionaremos ante las dificultades.

La Biblia proclama la soberanía de Dios sobre la naturaleza (Salmos 135.6), los gobiernos (Job 12.23) y la humanidad (Hechos 17.25). Nada está oculto de Él o fuera de su control.

¿Puede ayudarnos esto en un conflicto?
Primero, nuestro Padre celestial sabe cuándo somos atacados verbalmente, y Él ha prometido protegernos. Nada puede tocar a sus hijos sin su permiso.

Segundo, Él tiene el poder de convertir los momentos de dolor en bendición (Romanos 8.28). Podemos tener esperanza, porque su voluntad no puede ser frustrada, aun en circunstancias negativas.

Por Último, somos sus hijos amados. El Señor es un Padre amoroso que entiende lo que estamos pasando, y permanece a nuestro lado. Por ser sus hijos, Dios no nos deja solos.

Si creemos en la autoridad soberana de Dios, nuestra perspectiva en cuanto a los momentos de dificultad cambiará. En vez de reaccionar con temor, ira o resentimiento, nos volveremos a Él en oración y buscaremos su dirección.

El conflicto es inevitable en nuestro mundo caído. Cuando nosotros o algo que hemos hecho es la causa del conflicto, debemos pedir perdón. Si la falta es de otros, podemos confrontarlos de la manera que lo hizo Pablo con Pedro. Pero también estamos llamados a perdonar sin excepción. Como embajadores de Cristo, nuestra manera de reaccionar es de vital importancia.
 (De Encontacto.org)

viernes, 11 de septiembre de 2015

“Nuestra Fuente de Consuelo”

MEDITACIÓN 11.9

2 Corintios 1.3-7 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.”

La definición de consuelo  según el mundo, es el alivio del sufrimiento o de la desesperación. Pero el Señor tiene un concepto diferente. Las adversidades que Él permite que lleguen a la vida de un creyente son instrumentos de enseñanza. Debido a que maduramos espiritualmente por medio de la fe, nuestro Padre celestial no elimina la causa de nuestros problemas, sino que nos da la fortaleza y el aliento necesarios para que nos ocupemos de ellos.

Ya sea que estemos sufriendo o no en este momento, el Espíritu Santo está a nuestra disposición. Dios envió a su Espíritu a morar dentro de todos los creyentes —de esa manera, nuestra fuente de ayuda está tan cerca como el corazón que late en nosotros. Nadie más entiende nuestra necesidad de la manera como Él lo hace. Cuando nos sentimos incapaces de soportar un segundo más de aflicción, Él susurra en nuestra alma: “Sí, sí puedes, porque yo estoy aquí”. No hay un bálsamo tan curativo como la voz del Espíritu de Dios.

En algunas circunstancias, el Espíritu dirige nuestra mente a las Sagradas Escrituras. Leer un pasaje es una manera de escuchar directamente al Señor. El significado y la aplicación personal de un pasaje bíblico pueden no ser evidentes de inmediato, pero Dios nos hará recordar el versículo cuando más lo necesitemos.

El Señor no puede romper sus promesas, y Él ha dicho: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré” (Hebreos 13. 5 ). Él siempre está dispuesto a ayudarnos, su consuelo está a nuestro alcance y es suficiente para satisfacer nuestra necesidad, sea cual sea el grado de nuestra aflicción.
 (De Encontacto.org)

jueves, 10 de septiembre de 2015

"Tus Ojos se Abrirán y Verás Todo Enemigo Oculto"

Recibí este reflexión, y está excelente para compartir...

Tus palabras y la meditación de tu corazón serán continuamente una fuente de gozo y paz, porque la presencia de Dios te limpiará de aquello que abre las puertas al dolor, la pobreza y la maldición. Tus ojos se abrirán y verás todo enemigo oculto.
En Salmos 19:12-13 (NTV) dice: “¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente! No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados”.
Tal vez uno de los peores enemigos que podamos tener son los pecados ocultos. 
Hasta que no seamos conscientes de ellos, no los podremos identificar, ni atacar, ni vencer. Los pecados ocultos, son una barrera invisible, están obrando en nuestra naturaleza caída y no podemos verlos claramente aunque vivimos diariamente con ellos, están presentes en nuestras conductas y actitudes, estos pecados de diversos tipos, son nuestros enemigos ocultos.
Ciertas costumbres negativas que heredamos de la cultura o familia, malas actitudes a las que estamos acostumbrados, mentiras, palabras duras, juzgar, recibir publicaciones que Dios no aprueba, y muchas otras cosas que pueden ser enemigos ocultos para nosotros. El Señor abrirá nuestro ojos para que seamos libres de todo lo que sea un impedimento para nuestra vida espiritual y el fluir de su presencia.
Es necesario orar al Padre para que perdone los pecados escondidos en el corazón, nos haga entender lo que no podemos ver, abra nuestros ojos para identificar y vencer todo lo que impida Su plena bendición en nosotros. En el nombre de Jesús, Amén”
Es una Excelente reflexión para meditar! Me recuerda a una hermana que dice que en el mundo (sin Cristo), vivimos con cacatas, alacranes, ciempiés y parásitos por todo nuestro cuerpo, pero por ser parte de nuestra  costumbre y estilo de vida, es tan normal y no sentimos sus picadas.  Ahora bien, ya en Cristo, y viéndonos bajo Su luz, es que tenemos el privilegio de ver lo sucios que estábamos.ro, cuánto apena que ya en Cristo, muchos sigan con el mismo estilo de vida, y permanezcan siendo amigos del mundo; cuando la Palabra dice que los que son amigos del mundo se constituyen en enemigos de Dios (Stgo. 4.4).

Tenemos que, como dice esta oración, pedir al Padre nos muestre esas “cacatas " a veces gigantes, que nos pueden cerrar Sus puertas a la gloria!  Ahora bien, que cuando nos sean mostradas, hagamos los arreglos de lugar, y no nos justifiquemos.


“El Propósito de Nuestras Pruebas”

MEDITACIÓN 10.9

1 Pedro 4.12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese”

A algunos creyentes les gusta aparentar que tienen una vida perfecta y libre de preocupaciones, especialmente en las redes sociales. Pero, en realidad, ser cristiano no siempre es fácil. De hecho, a veces enfrentaremos circunstancias que pondrán a prueba nuestra fe y capacidad de confiar en Dios.

En el pasaje que leemos hoy, Pedro se refiere a los tiempos de prueba como “fuego de prueba”. Dice que no debemos sorprendernos cuando se nos presente la adversidad. Es importante recordar que Dios tiene un propósito para nuestras pruebas, y que Él nos ayudará en cada paso del camino.

Pero la pregunta es: ¿Cuál es ese propósito?

Primero, en algunas ocasiones el Padre celestial utilizará las experiencias dolorosas para limpiar y purificar las vidas de sus hijos. Las pruebas nos llevan al Señor y nos hacen más capaces de ver las cosas desde su perspectiva y más conscientes de nuestro pecado.

Segundo, en otras ocasiones el Señor las permitirá como una forma de probar nuestra fe, paciencia o devoción a Él. Utilizará estas experiencias para revelar algo sobre nuestro desarrollo espiritual y para fortalecer nuestra fe.

Tercero, es posible que Dios use el sufrimiento para demostrar el poder que tiene para sostenernos. Esto anima a otros que han sido testigos del poder sustentador de Dios en nuestra vida.

Finalmente, las dificultades fortalecen nuestro testimonio. En medio de nuestras luchas, podemos sentirnos abrumados y desanimados. Pero una vez que la tormenta ha pasado, podemos mirar atrás y ver la providencial mano del Señor llevándonos a través del camino.
(De Encontacto.org)

martes, 8 de septiembre de 2015

“Nuestra Ayuda en la Debilidad”

MEDITACIÓN 8.9


Juan 14.16-17 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”

Después de la última cena, Jesús dedicó un tiempo para enseñar más a los discípulos sobre su misión, y lo que pasaría después que dejara la Tierra. Sabía que los momentos más sombríos de sus vidas estaban por delante. 

Experimentarían desesperanza por su muerte, gozo por su resurrección y tristeza por su partida. También estaba consciente de que dar testimonio de su vida retaría la fe de ellos. Por tanto, en Juan 14.16-31, les prometió un Ayudador que estaría al lado de ellos en las pruebas que vendrían.

Muchas veces enfrentamos la vida confiando en nuestro ingenio y en nuestras habilidades para salir adelante. Pero al decidir seguir al Señor, aceptamos que somos más débiles de lo que podríamos haber imaginado pero por medio del Espíritu Santo somos más fuertes de lo podríamos haber soñado.

No importa que nuestra lucha sea espiritual, emocional o física, podemos confiar en la ayuda del Espíritu Santo. Pablo nos da un ejemplo de cómo es esto. Cuando lidiaba con el dolor de un padecimiento físico, el apóstol oró al Señor para que le quitara lo que él llamó un “aguijón en la carne”. Pero en vez de eso, Dios le dijo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Co 12.9).

Muchos cristianos tienen la idea errónea de que Dios nos ayuda solo cuando hemos hecho todo lo que está en  nuestras manos. En realidad, su Espíritu no se suma a nuestras fuerzas. Por el contrario, cuando reconocemos que somos impotentes para ayudarnos a nosotros mismos, el Espíritu Santo nos da las fuerzas que necesitamos para hacer frente a cualquier reto, con confianza absoluta en Dios.
(De Encontacto.org)

lunes, 7 de septiembre de 2015

“Nuestra Ayuda en la Oración”

MEDITACIÓN 7.9

Romanos 8.26, 27 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

¿Le suena familiar lo siguiente? Decidido a pasar más tiempo en oración, viene a la hora señalada, cae de rodillas, abre su boca —y no tiene idea de lo que va a decir. Claro, usted dice unas pocas palabras sobre lo que necesita que el Señor haga por usted y su familia, pero siente que debe decir más que eso, ¿no es así?

Sí, debe hacerlo. Aunque el Padre celestial se ocupa de las necesidades de los creyentes, Él nos dice que sigamos el ejemplo del Señor Jesús de “velar no sólo por [nuestros] propios intereses sino también por los intereses de los demás” (Filipenses 2.4).



No obstante, la oración desinteresada no es algo natural en nosotros. Cometemos el error de ver a Dios como alguien que debe hacer lo que le pidamos, mientras que vivimos como mejor nos parezca. Él nos ha dado un Ayudador, el Espíritu Santo, quien intercede por nosotros cuando no sabemos “pedir como conviene” (Romanos 8.26).

¿Cómo debemos cooperar con la intercesión del Espíritu?
Primero: Reconocer la autoridad, santidad y  gloria de Dios.
Luego: Someter nuestra vida a su dirección. Al hacerlo, la voluntad y los deseos de Dios pasan a ser lo más importante para nosotros.
Por último: Someter nuestro futuro a Él, confiando en que el Señor sacará mucho bien de todo lo negativo y lo positivo que venga a nuestra vida.

Al someternos al Espíritu Santo, descubriremos más paz y más gozo. También encontraremos las palabras para presentar nuestras peticiones inspiradas por su Espíritu. Pero, aun más importante, desarrollaremos un entendimiento más profundo de la grandeza de Dios.
 (De Encontacto.org)

jueves, 3 de septiembre de 2015

“Cómo Aumentar Nuestra Fe”

MEDITACIÓN 3.9

Colosenses 2.6-7 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”

Una vez que hemos tomado la decisión de obedecer a Dios, nos vestimos de coraje y seguimos adelante. Esto es, hasta que algo nos hace dudar y cuestionar la sensatez de esta decisión. ¿Qué podemos hacer ahora?

Hágase algunas preguntas en cuanto a Dios: ¿Ha prometido Dios responder a todas mis necesidades? ¿Ha enviado al Espíritu Santo para que habite en mí, me guíe y me prepare para obedecerle? ¿Prometió Dios estar conmigo siempre? ¿Hay algo que sea demasiado difícil para Él? Escudriñe la Biblia en busca de respuestas a estas preguntas, y deje que la verdad de Dios llene su mente.

Medite en la Palabra de Dios. Pídale al Señor que le ayude a encontrar versículos que tengan que ver con lo que usted está enfrentando. Después, examine el pasaje y aplique sus enseñanzas a su situación personal.

Recuerde la fidelidad del Señor en el pasado. Dios es fiel por naturaleza, y obra siempre de acuerdo con su carácter. El enemigo quiere hacernos olvidar todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

Evalúe la situación. Hágase estas preguntas: ¿Qué tan importante es esta decisión, y a quienes puede afectar? ¿Es una de esas encrucijadas en el camino en las que mi incredulidad puede hacer que yo u otra persona pase la vida llena de arrepentimiento?

Elija confiar en el Señor. Tome la decisión de creerle a Dios y obedecerle, sin importar cómo se sienta.

Al dar usted un paso de fe, Dios le fortalecerá por medio de su Espíritu, y le dará el poder para seguir adelante. Antes de que usted se dé cuenta, su fe se volverá firme, sentirá gozo y comenzará a avanzar de nuevo.
 (De Encontacto.org)

miércoles, 2 de septiembre de 2015

“La Confianza Cuando la Fe Vacila”

MEDITACIÓN 2.9

Marcos 9.21-24 “Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”

Puesto que la fe es la esencia de la experiencia cristiana, las consecuencias de una fe vacilante son de largo alcance. Una fe vacilante puede llevarnos a tomar malas decisiones. A veces, después de orar pidiendo dirección, podemos recibir una respuesta que nos lleva a pensar: No puedo hacer lo que me pide. Por tanto, en vez de rogarle a Dios que fortalezca nuestra fe, ponemos excusas. 

Podemos elegir posponer nuestra obediencia, incluso indefinidamente, para hacer otra cosa que consideremos igualmente valedera. Pero la obediencia parcial sigue siendo desobediencia, y esto lleva a situaciones que pueden ser muy graves.

Cuando nuestra fe tambalea, no solo tomamos malas decisiones, sino también muy costosas. Los israelitas vagaron cuarenta años en el desierto porque la nación permitió que la incredulidad se impusiera a su fe. La fe vacilante puede hacernos perder las bendiciones de Dios, y perjudicar a las personas que amamos.

Además, nuestra confianza se ve afectada por una fe cambiante. Si somos inestables espiritualmente, podemos ser turbados por cosas pequeñas e insignificantes. En vez de mantenernos firmes, nuestra confianza se vuelve débil. En vez de actuar con certidumbre, cuestionamos a Dios y dudamos de lo que estamos escuchando de parte de Él. También podemos encontrar que nuestro gozo disminuye, porque nuestra fe vacilante nos ha alejado de la voluntad de Dios. La paz interior de Dios, que una vez disfrutamos, se evapora cuando nuestra fe se debilita.

No importa qué tan inestable sea nuestra fe, Dios nos invita a acercarnos para fortalecer nuestra confianza en Él.               (De Encontacto.org)

martes, 1 de septiembre de 2015

“Cuando Nuestra Fe Vacila”

MEDITACIÓN 1.9

Santiago 1.1-8 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las 12 tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”

La fe es la esencia de nuestra vida cristiana.  Es el medio por el cual somos salvos, recibimos perdón de nuestros pecados, disfrutamos de una relación personal con el Señor, y tenemos la seguridad de nuestra salvación. Por fe, experimentamos la paz de Dios y el poder del Espíritu Santo. La Biblia también nos dice que orar con absoluta confianza “puede mucho” (Santiago 5.16). Sin embargo, nuestra vida, y sobre todo nuestras oraciones, tienden a caracterizarse por las dudas y la fe vacilante.

Nuestra fe vacila cuando . . .
Aplicamos la lógica humana a nuestras circunstancias. A veces, Dios nos exigirá que hagamos algo con lo cual la lógica humana no estará de acuerdo (Isaías 55.9).

Permitimos que nuestros sentimientos se impongan a nuestra fe. Puede ser un sentido de incompetencia lo que nos haga tropezar. El temor a la crítica o al fracaso puede hacernos dudar de que seamos capaces de hacer lo que el Señor pide.

No vemos a Dios actuando en nuestras circunstancias. Las dudas se cuelan cuando le pedimos al Señor que actúe, pero pareciera que nada sucede.
Tenemos sentimientos de culpa por pecados pasados o presentes. No podemos responder con fe cuando estamos bajo convicción de pecado o pensando todo el tiempo en una falta cometida en el pasado.

Escuchamos las mentiras del enemigo. Satanás es el padre de mentira, y su objetivo es que rechacemos la verdad de Dios, y creamos en sus artimañas.

Fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11.1). ¿Cómo está su fe? ¿La confianza y la seguridad caracterizan su vida?                                   (De Encontacto.org)

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...