martes, 1 de septiembre de 2015

“Cuando Nuestra Fe Vacila”

MEDITACIÓN 1.9

Santiago 1.1-8 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las 12 tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”

La fe es la esencia de nuestra vida cristiana.  Es el medio por el cual somos salvos, recibimos perdón de nuestros pecados, disfrutamos de una relación personal con el Señor, y tenemos la seguridad de nuestra salvación. Por fe, experimentamos la paz de Dios y el poder del Espíritu Santo. La Biblia también nos dice que orar con absoluta confianza “puede mucho” (Santiago 5.16). Sin embargo, nuestra vida, y sobre todo nuestras oraciones, tienden a caracterizarse por las dudas y la fe vacilante.

Nuestra fe vacila cuando . . .
Aplicamos la lógica humana a nuestras circunstancias. A veces, Dios nos exigirá que hagamos algo con lo cual la lógica humana no estará de acuerdo (Isaías 55.9).

Permitimos que nuestros sentimientos se impongan a nuestra fe. Puede ser un sentido de incompetencia lo que nos haga tropezar. El temor a la crítica o al fracaso puede hacernos dudar de que seamos capaces de hacer lo que el Señor pide.

No vemos a Dios actuando en nuestras circunstancias. Las dudas se cuelan cuando le pedimos al Señor que actúe, pero pareciera que nada sucede.
Tenemos sentimientos de culpa por pecados pasados o presentes. No podemos responder con fe cuando estamos bajo convicción de pecado o pensando todo el tiempo en una falta cometida en el pasado.

Escuchamos las mentiras del enemigo. Satanás es el padre de mentira, y su objetivo es que rechacemos la verdad de Dios, y creamos en sus artimañas.

Fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11.1). ¿Cómo está su fe? ¿La confianza y la seguridad caracterizan su vida?                                   (De Encontacto.org)

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