viernes, 27 de diciembre de 2013

“El Énfasis en Cuanto al Regreso de Cristo”

Juan 14:1-3 (No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. )
La eternidad no es fácil de entender, pero Dios quiere que sus hijos vivan con una perspectiva eterna. Por eso, a lo largo de toda la Biblia, Él enfatiza la segunda venida de Cristo, para ayudarnos a pensar en nuestra vida en esos términos.

El estar consciente de que el regreso de Jesús puede suceder en cualquier momento, mantiene a la iglesia enfocada. Pablo nos recuerda que debemos poner nuestra mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Colosenses 3.2). Aunque vivimos en el mundo material, debemos pensar en las consecuencias a largo plazo cuando decidamos dónde invertir nuestro tiempo, dinero y energías.

Es importante decidir obedecer el llamado de Dios a evangelizar. Todo creyente tiene la responsabilidad de compartir el evangelio (Mateo 28.19). El propósito de la iglesia, como también el de todo cristiano, debe ser conducir al mayor número de personas a la salvación eterna. Pero para que eso suceda, los creyentes tienen que ocuparse de anunciar las buenas nuevas antes de que el Señor Jesús regrese. Las personas no vendrán a Cristo, sin antes escuchar de su gracia, de su misericordia y de su redención.

La Palabra de Dios recalca el regreso del Señor Jesús para que los creyentes vivan pensando en lo eterno. Cristo puede venir en cualquier momento, y quienes han puesto su fe en Él como Salvador, vivirán eternamente en su presencia. En preparación para ese día, vivir ahora con nuestros pies en la tierra, con las manos ocupadas para Dios, y con nuestros ojos espirituales esperando la llegada del Salvador.

Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!


(Referencia: En.Contacto - TPSH 16/12/2021)


jueves, 26 de diciembre de 2013

“La Promesa del Regreso de Cristo”


Juan 14:1-3 (No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. )
El regreso de Jesucristo —una parte vital del plan redentor de Dios— fue anunciado por profetas, manifestado por ángeles y mencionado tanto por el mismo Señor Jesús, como por el apóstol Pablo. De hecho, más pasajes del Antiguo Testamento están dedicados a la segunda venida de Cristo que a la primera; y en el Nuevo Testamento, el Señor menciona su regreso más veces que su muerte.

La segunda venida de Cristo será la derrota final del diablo. Dios profetizó el fin de Satanás cuando dijo a la serpiente: “Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3.15). Parecía que Satanás había logrado una gran victoria cuando Jesús fue crucificado. Pero la resurrección le demostró al enemigo, que el Gólgota no fue más que un “calcañar herido”. El regreso de Cristo sellará el destino de Satanás, porque Dios ha prometido rehacer la Tierra. Cuando Él haya terminado, viviremos en un mundo tan perfecto como el que se propuso antes de que Adán y Eva pecaran.

El Padre celestial nos invita a sentirnos entusiasmados y esperanzados por el regreso del Cristo, pues ese acontecimiento es la culminación de su plan para la humanidad. Pronto todos los que decidan adorar a Dios serán reunidos en una Tierra nueva.

Aunque no sabemos el día ni la hora de la segunda venida, la profecía final de Jesucristo nos recuerda que debemos vivir y evangelizar con un sentido de urgencia. “Ciertamente, vengo en breve” (Apocalipsis 22.20).

Si hemos sido salvos, y estamos sirviendo, podemos decir al igual que Juan: “Amén; sí, ven, Señor Jesús”. (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

martes, 24 de diciembre de 2013

“Una Mirada de Cerca al Nacimiento de Jesús”

Lucas 2:1-7 (Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. )

Cada año, alrededor de los días navideños, recordamos el relato del nacimiento de Jesús, con relativa familiaridad, al punto que leemos rápidamente los conocidos versículos, pensando que ya sabemos todo lo que hay que saber en cuanto a la historia. Pero sin una mirada más profunda al nacimiento de nuestro Salvador, nos perdemos de algunas verdades que el Señor quiere que aprendamos y apliquemos.

Desde el punto de vista humano, no hubo nada especial en cuanto a María y José, una pareja común y corriente que tuvo un bebé. Y dado que había tantos pobres, aun el humilde establo como lugar de nacimiento no tuvo nada de peculiar.

Pero este fue el hecho más significativo en la historia de la humanidad. Concebido por el Espíritu Santo, ese bebé era el cumplimiento de la profecía bíblica —el Creador y Gobernante soberano del universo se convirtió en Emanuel, Dios con nosotros (Mateo 1.23).

¿Quién podría haber imaginado el plan de Dios, de enviar a su Hijo al mundo como un bebé para que se criara en el seno de una familia común y corriente? Lo que nos enseña que no podemos juzgar una situación por la apariencia.

Del mismo modo, hechos que parecen comunes y corrientes en nuestras vidas, pueden ser ocasiones en las que Dios esté haciendo algo maravilloso. Puesto que Él actúa todo el tiempo para hacer su voluntad, todo evento y toda decisión en nuestras vidas tiene importancia. Solamente necesitamos tener ojos que vean más allá de lo evidente, y fe para creer que Dios está actuando. (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

lunes, 23 de diciembre de 2013

Una Breve Reflexión Sobre Nicodemo y Jesús

Basado en Juan 3:1-21

Nicodemo era un maestro de la ley judía, y miembro del sanedrín (algo así como un juez o ministro de la ley); por lo tal es de suponerse que no ignoraba nada de lo que decía la ley; pero se ve el hecho de que es él quien viene a Jesús, y no a la inversa. Nicodemo había oído hablar de Jesús (de lo que hacía, decía y cómo atraía a la gente) Esto causa en él una tremenda inquieto; por lo cual decide acudir donde él. Se resalta en el verso 2 que vino a Jesús de noche. Eso nos lleva a creer, que con todo el conocimiento que poseía, se vería ilógico que hiciera eso.

Nicodemo, a pesar de su gran rango y prestigio, se pudiera suponer que algo le faltaba. Quizás buscaba felicidad; o conocer a alguien privilegiado por Dios; estar cerca de alguien que le atraía, del que había oído hablar, pero que no le “conocía”… O simplemente estaba sediento de Dios.

“Nacer de nuevo” es una expresión bíblica y de fe. Es una invitación a mirar y escuchar nuestro interior. Es revisar esa parte de Dios que existe en nosotros. Un llamado a descubrir lo que tenemos verdaderamente dentro.

Nacer de nuevo de agua: es que luego de haber escuchado el mensaje del evangelio de salvación que nos trae Cristo, y haberlo entendido, sepamos tomar la decisión de ir a las aguas a ser bautizados mediante el bautizo por inmersión, como Juan el Bautista lo hizo con el mismo Jesús (un mandato bíblico el cual debemos obedecer -Marcos 16.16; 1.4) . Nacer del Espíritu: se pudiera traducir como nuevo soplo de vida…pero de vida en Dios.

Cuando Jesús habla a Nicodemo que de no nacer de nuevo, no podrá heredar el reino de Dios (vs. 5) lo que pudiera estarle llevando es a meditar y reconocer la real vida que llevaba, y qué está haciendo con ella? Pero él se turba –ya que su parte espiritual está en tinieblas- y se enfoca en lo carnal y visual que conoce. Y por lo tanto, a Nicodemo le cuesta entender esto. Pudiéramos decir que se sorprende y es la razón por la cual hace la pregunta ¿cómo nacer de nuevo (si es un acontecimiento que ocurre una sola vez)?

Aquí se visualiza 1 conversación en 2 sintonías. Nicodemo de manera puramente literal, donde la expresión nacer de nuevo es imposible; Jesús totalmente espiritual -lo de dentro, lo que no es físico, un nacimiento que no es del cuerpo material, sino de llevar a la luz, de mirar el interior. Pero Nicodemo no entiende la invitación de Jesús, ya que él está centrado en su conocimiento e intelecto.

“Nacer del agua y del espíritu” es una invitación a eliminar todo aquello que hace interferencia entre Dios y nuestro interior; es dejar salir la vida que llevamos dentro, y estar dispuestos a que penetre la sangre de Cristo. Como el agua limpia la suciedad, Jesús invita a Nicodemo a “limpiar” su interior, a limpiarlo de lo que no le hace libre, de lo que le ata, de su fariseísmo, de su cumplimiento de las leyes, de vivir de las apariencias. Para limpiar a Nicodemo de las trabas en su interior, Jesús le recuerda la historia de su pueblo Israel, pasa por Moisés, habla de su ley, y le hace ver que todo eso tenía un sentido; y que ahora Jesús le está revelando la necesidad de un encuentro con Él.

Cuando se menciona que el viento sopla donde quiere, oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; esto representa que somos conducidos por el Espíritu sin darnos cuenta, oímos la voz, hemos iniciado una búsqueda -que no sabemos dónde nos llevará-, pero no nos podemos resistir. Esa búsqueda, nos dirije y nos lleva a “nacer de nuevo”. Esa nueva vida nos trae más vida.

En resumen, lo que Jesús probablemente quería demostrar a Nicodemo, y a nosotros hoy, es que nuestra vida interior debe ser revisada, y seguramente transformada por el amor, la palabra y las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús! Puede estar atrayéndonos para, unidos al Padre, permanecer y vivir como Jesús vivió.

Y si a Él le creemos; y decidimos vivir como Él lo hizo, no nos perderemos, sino que tendremos vida eterna.

Con cuánto amor nos amó el Padre, que nos envió a su único Hijo; no para que nos condenara, sino para que nos salvara de nuestra vida de tinieblas y pecados.

Pero, ay de nosotros si le rechazamos; nosotros mismos nos estaremos condenando; por cuanto no le hemos creído.

Jesús mismo es la luz, pero ay, cuántos amadores de tinieblas, de malas obras, aborrecedores de la luz, que andan “de noche” para que nadie les reprenda.

Practiquemos la verdad, andemos en la verdad… Cristo es la verdad!

Dios les bendiga y traiga revelación mediante su Espíritu Santo!

Wilda M.V.  23.12.13

"Jesucristo: Nuestro Mesías "


Lucas 4:16-21 (Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. )

Jesús no andaba haciendo alarde de su poder o grandeza. Puesto que había venido para hacer la voluntad del Padre (Juan 6.38), su prioridad era redimir a los perdidos. Sin embargo, no ocultó su identidad del mundo. Cuando fue necesario, se identificó a sí mismo como el Mesías.

Uno de los sermones más hermosos de Jesús, lo dio a una mujer que sacaba agua de un pozo de Samaria. Después de escuchar la enseñanza de Jesús sobre el agua de vida y sus profecías de un cambio en la manera que la gente adoraría a Dios, la mujer mencionó al Mesías prometido. El Señor respondió: “Yo soy, el que habla contigo” (Juan 4.26). La reacción de la mujer fue reunir al mayor número posible de personas que pudo, para que escucharan a este hombre que conocía la historia de su vida, y que le ofrecía amor y redención, a pesar de todo.

Cuando llegó el momento para que Jesús revelara su identidad a los sacerdotes y a los líderes religiosos, lo hizo leyendo la profecía de Isaías 61, y diciendo luego que ésta se había cumplido (Lucas 4.18-21). Anunció que Él era Aquel que predicaría buenas nuevas a los pobres, liberación a los cautivos, y que daría vista a los ciegos. No utilizó la palabra “Mesías”, ni tenía que hacerlo. Todo Israel sabía que las palabras de Isaías se aplicaban al “Ungido” de Dios.

A algunos pensadores modernos les gustaría marginar a Jesús como simplemente un hombre bueno con un mensaje de amor. Pero Él fue el primero en proclamarse a sí mismo como más que eso. Es el Hijo de Dios, nacido de una virgen, que vino a llevar los pecados de la humanidad y a morir en la cruz. Él es el Mesías. (De Encontacto.org)

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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

viernes, 20 de diciembre de 2013

“¿Cómo Correr la Carrera Cristiana?”

"Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma." (Hebreos 10:38)

Los cristianos tenemos alrededor una grande nube de testigos, que observan nuestra manera de vivir, y del testimonio que ofertamos a la sociedad.

La Biblia dice que es imposible que no vengan aflicciones, pruebas, luchas, grandes tribulaciones. Absolutamente todos los cristianos vamos a pasar por esto mientras llegamos a la Patria Celestial, pero así como Dios nos advierte, Dios mismo nos dice en su Palabra cómo correr con éxito la carrera hasta llegar a la meta final.

Ha habido sin duda alguna todo tipo de luchas, pero gracias a Dios hasta hoy nos ha ayudado Jehová, y es en estas pruebas y luchas donde realmente mostramos nuestra vida cristiana, quiénes somos y cómo somos realmente.

Para llegar a ser un atleta exitoso, habrá de cumplirse con estrictos requisitos físicos y mentales; además de grandes compromisos. Un atleta, debe despojarse de peso físico para estar en la mejor forma y condición física si es que quiere llegar a ser un triunfador. Esto es en el mundo secular, pero en la vida espiritual es semejante, solo que con razones de mayor peso para llegar a la meta final, que es el cielo.

1.- Despojémonos de todo peso y pecado que nos asedia.
El peso que agobia al cristiano está referido a las cargas espirituales que hacen peso en las espaldas, y por ende, ese peso será un estorbo para correr la carrera cristiana.   Podemos recordar a hermanos que tiempo atrás practicaban una vida espiritual con mucho optimismo y llenura del Espíritu Santo, y ahora viven la más completa derrota y hasta se han alejado de Dios.

La raíz del problema es porque empezaron a llenarse de problemas y cargas que no les correspondía llevar. Se olvidaron del llamado de Cristo cuando dice “venid a mí todos los que estáis cansados y cargados, y yo os hará descansar” (Mateo 11:28).

Hay miles de cosas que pueden ser un estorbo para correr con éxito la carrera cristiana. ¿Qué es lo que estorba en tu vida? ”Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama” (Gálatas 5:7-8.)

Cuando pasamos por alto las instrucciones de nuestro entrenador, corremos el riesgo de ser eliminados de la competencia, y quedar condenados a solo vivir de los recuerdos. ¿Cuántos cristianos viven de tristes recuerdos? Fueron grandes predicadores, maestros, evangelistas, ministros fieles, pero Dios los eliminó, ya que no se despojaron del peso y pecado en su vida cristiana. En otras palabras fueron descalificados por Dios, por no considerarlos aptos y fieles. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. (1 Corintios 9:24.)

No olvidemos que Dios va a recompensar la fidelidad del cristiano, por tanto debemos llevar una vida santa, sin complicaciones ni pecados que nos cuesten la separación de nuestro Dios.

2.- Correr la carrera con paciencia
Hay mucho que correr, aunque algunos ya estén llegando a la meta, otros, quizás van a medio camino, y otros, pueden ir empezando su recorrido, pero la idea central, es correr la carrera sin desmayar.

En la vida cristiana, es fundamental la paciencia… Tomemos en cuenta esto: ¿De cuánta paciencia no echan mano nuestros pastores para con nosotros? ¿Por qué pasa que a veces entre más predicaciones y amonestaciones contra cosas que no convienen y que nos dañan como cristianos, más persistimos en pecar y hacer exactamente lo contrario a lo que se nos dice?

Entre el pueblo cristiano debe existir la paciencia, y el practicarla unos con otros; soportándonos en amor, como dice la Escritura (Efesios 4.2). En el pueblo del Señor hay de todo tipo de caracteres, pero es cierto que mil veces es mejor estar dentro del rebaño del Señor que estar fuera de él. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca (Santiago 5:8) La paciencia debe tener su obra completa, y en la carrera cristiana, es la prueba de nuestra fe.

3.- Correr la carrera puestos los ojos en Jesús
Puestos los ojos en Jesús, no en el pastor, no en la esposa, no en los hijos, no en los demás cristianos; sino en el autor y consumador de la fe.

Cuando quitamos la mirada hacia Cristo, como le pasó a Pedro, nos hundiremos en ese mar de problemas que existe en el mundo, y además de hundirnos, nos acreditaremos la maldición de parte de Dios; porque él dice que maldito el hombre que confía en el hombre, por tanto, no solo vamos a ser desdichados, sino malditos.

¿Por qué no tomar de los demás solo aquello que nos edifica? Desechemos lo malo que ocurre a nuestro alrededor, porque solo conseguiremos acumular estorbos y tropiezos en la pista hacia la meta final. Las recompensas del Señor son hermosas después de haber llegado a la meta, así que corramos con gozo.

Lo que podamos sufrir o padecer aquí en la tierra, no es nada comparado con la gloria venidera de parte de Dios nuestro Padre.

Dios quiere que al caminar sobre las aguas, aprendamos a caminar sobre los problemas de la vida, pero asidos de la mano de Cristo porque solo eso nos va a garantizar el triunfo, porque nuestra confianza y nuestra mirada están puestas en Jesús.

Debe motivarnos el considerar todo lo que sufrió Cristo por nosotros, para que nuestro ánimo no desmaye. Que nuestra fe permanezca firme porque la meta es llegar a la estatura de la plenitud de Cristo. Y ahora estamos más cerca del cielo, que cuando creímos.

¿Por qué a Pablo no hubo poder humano que lo detuviera? ¿Por qué siempre fue como una máquina invencible que nada le movía?   No existía cosa alguna que lograra desanimarle ni atemorizarle, porque tenía en mente un solo propósito, una sola meta, terminar la carrera en Cristo el Señor.

Seamos como Pablo, que podamos decir al final de nuestro camino: “He peleado la batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.

(De: reflexionesevangelismo)

jueves, 19 de diciembre de 2013

“¿Cómo relacionarse con Dios?”

Mateo 13:18-23 (Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. )
La Biblia enseña que cuando alguien nace de nuevo, se convierte en hijo de Dios. Por tanto, Él se comunica con nosotros como lo hace un padre, y nosotros debemos responder como hijos amorosos y obedientes.

Dios dio el primer paso en esta relación, al invitarnos a ser parte de su familia. La respuesta inicial del hombre implica decirle sí a Jesús, y poner su fe en Él como Salvador personal. Pero después, tenemos la responsabilidad de mantener firme nuestra relación con Él.

Nuestra parte consiste en darnos cuenta de cuándo el Padre Celestial nos está hablando, para que podamos aprender a ser buenos oyentes y seguidores fieles. Es por eso que necesitamos dedicar tiempo a leer la Biblia, por donde el Padre nos habla claramente.

Muchos fingen estar interesados en escuchar a Dios, pero inventan excusas para descuidar su Palabra. Algunos dicen: “Leo la Biblia, pero no la entiendo”. ¿Cree usted que Dios nos habría escrito un mensaje tan importante de una manera imposible de entender? Si usted continúa leyendo la Biblia, el Espíritu de Dios, que habita en el corazón del creyente, le dará entendimiento.

Una vez que llegamos a formar parte de la familia de Dios, nada —ni aun el pecado— es capaz de destruir nuestra relación con Él. No obstante, la desobediencia puede interrumpir nuestra comunión con Dios, en cuyo caso restaurarla es esencial para el crecimiento espiritual (1 Juan 1.9).

¿Pertenece usted a la familia de Dios? Si es así, ¿está obedeciendo a su Padre? La obediencia es esencial para tener una relación cada vez más estrecha con nuestro amoroso Creador y Salvador.
(De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

miércoles, 18 de diciembre de 2013

“El Dios que nos Busca”

Juan 15:14-17  (Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros. )
Por mucho que nuestro Padre celestial se preocupe por nuestra salvación, también está interesado en entablar una relación con nosotros —la clase de relación que tuvo Jesús con sus discípulos.

¿Puede usted imaginar un alago más especial que el del Señor del universo diciéndole: “Quiero relacionarme contigo”? Lo que esto significa es que nuestro Padre celestial quiere comunicarse con usted de manera personal. Él (Dios) está interesado en tener una conversación genuina con usted, para escucharle y para que usted lo escuche. Anhela pasar tiempo con usted. Busca apertura y transparencia, sin que existan secretos entre usted y Él.

Dios nos creó a su imagen, lo que significa que podemos razonar, experimentar sentimientos y emociones, elegir libremente y tomar decisiones. Él quiere amarnos y que nosotros lo amemos en reciprocidad. Nos considera mucho más que siervos, nos considera amigos en quienes puede confiar. Fue por esto que Jesús dijo a sus discípulos: “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15.15).

Para los discípulos, fue un privilegio especial vivir, trabajar y tener comunicación con el Cristo encarnado. Pero nosotros también somos privilegiados porque hoy, dos mil años después, el Padre celestial desea tener una cálida y cercana relación con nosotros, como la que tuvo su Hijo con los discípulos del primer siglo.

Nuestro Dios no es una deidad distante. Él está cerca, y nos está llamando todo el tiempo a vivir y permanecer junto a Él. (De Encontacto.org)

Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

martes, 17 de diciembre de 2013

“El Dios que se da a Conocer”

Hebreos 1:1-4 (Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. )

Las personas tienen toda clase de ideas distorsionadas acerca de Dios, y por tanto, tienen una perspectiva equivocada de la vida; por ejemplo, pueden pensar que la vida es simplemente producto de la casualidad, pero el Señor del universo no deja nada al azar.

Debido a que Dios quiere que veamos la vida de la manera correcta, su Palabra nos da una descripción clara de quién es. Una manera que tiene el Señor de darse a conocer, es por medio del mundo material.

La Biblia dice que “los cielos cuentan la gloria de Dios” y “un día comparte a otro la noticia” en cuanto al Autor de la creación (Salmos 19.1, 2). Ellos anuncian su fuerza y su magnificencia. Del mismo modo, el viento, las olas y los desastres naturales declaran el poder de nuestro Dios maravilloso. Y, de manera parecida, toda la naturaleza nos habla del genio creativo de nuestro Hacedor.

Otra manera que Dios elige para darse a conocer, es por medio de la conciencia de la persona. Incluso quienes nunca han escuchado hablar de las leyes de Dios, saben instintivamente qué es bueno y qué es malo (Romanos 2.11-15). Hay ateos que nunca mentirían, robarían o matarían. Este sentido de moralidad lo ha impreso Dios en la conciencia de todo ser humano.

Muchas personas obedecen a sus conciencias, pero no quieren creer en Dios o reconocer que tendrán que rendir cuentas a Él. El hecho es que la incredulidad no anula su responsabilidad para con el Señor. La evidencia de su existencia es innegable, pero Él no obligará a nadie a creer. Toda persona tiene que tomar una decisión: ¿Rendiré culto a un dios de mi propia creación, o al Dios que me creó?
 (De Encontacto.org)

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lunes, 16 de diciembre de 2013

“La Manera en que Dios ve al Incrédulo”

Efesios 2:1-5 (Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)

La Palabra de Dios siempre es verdadera, pero no siempre es popular. El mensaje del evangelio puede ser incómodo de escuchar cuando contradice el punto de vista del mundo, y puede dar lugar a objeciones y confrontaciones. Necesitamos conocer la verdad bíblica y la verdad de que Dios ve a los incrédulos como...

• Muertos en sus delitos y pecados (Efesios 2.1). La muerte espiritual vino a todas las generaciones a través del “primer Adán” (Romanos 5.12); la vida espiritual existe solamente por medio de Jesús, el “último Adán” (1 Corintios 15.45).

• Incapaces de comprender (1 Corintios 2.14). Quienes están muertos espiritualmente, no pueden entender las cosas de Dios pues carecen del Espíritu Santo.

• Extraños a la familia de Dios (Juan 1.12) Espiritualmente, solo hay dos familias en el mundo: la de Dios y la de Satanás (Juan 8.44). La persona nace en la familia de Dios —o “nace de nuevo”— cuando pone su fe en el sacrificio de Cristo, y lo recibe a Él como Salvador.

• Hijos de ira (Efesios 2.3). Los incrédulos, aunque sean buenos y amorosos, están bajo condenación. Se debe una deuda por el pecado (Romanos 6.23), y ésta no puede pagarse con ningún acto de servicio. Jesús la pagó por nosotros, y solo confiando en su sacrificio expiatorio podemos escapar de la ira de Dios.

Los incrédulos están en grave peligro, pero la mayoría no se da cuenta. La buena noticia es que la oferta de Dios de salvación por medio de Cristo sigue estando disponible. ¿Ha buscado usted aferrarse a la mano de su Salvador? Si su respuesta es sí, ¿está dirigiendo la atención de otros hacia Aquel que quiere salvarlos? (De encontacto.org)

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viernes, 13 de diciembre de 2013

“¿Se Puede Ganar la Vida Eterna?”

Marcos 10.17-22  (Al salir él (Jesús) para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. )
Algunas veces, los adolescentes deciden primero actuar, y después piden que se les diga cómo hacerlo. Y luego, si la respuesta no es la que quieren escuchar, reaccionan de manera negativa. Los creyentes podemos actuar de la misma manera para con Dios.

Un día, un hombre rico vino a Jesús y le preguntó: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?” (vs.17). Después de haber vivido guardando los mandamientos, quería saber qué más necesitaba hacer para estar seguro de su lugar en el cielo. Este hombre creía equivocadamente que la vida eterna podía ganarse.

Satanás, el gran engañador, promueve la falsa idea de que el hombre puede ganarse un lugar en el cielo por
sí mismo. Muchos de nosotros hemos sido víctimas de las mentiras del diablo, tratando de acercarnos a Dios basándonos en nuestros méritos y una buena conducta. Al igual que el hombre rico, podemos haber pensado que nuestras buenas obras pesan más que cualquier cosa mala que hayamos hecho.

Sin embargo, el Señor dice que todos tenemos una naturaleza carnal que nos separa de Él, y nada de lo que hagamos podrá pagar nuestra deuda por el pecado. Solo la fe en Jesús, quien murió en nuestro lugar, nos hace aceptables delante de Dios. Por medio del Salvador, somos perdonados de nuestros pecados y recibimos la vida eterna. Sin Cristo, enfrentamos el castigo eterno.

El joven rico eligió alejarse de Jesús. ¿Cuál es su respuesta cuando la verdad de la Biblia está en contra de lo que usted cree? ¿Acepta lo que Dios dice, o se aleja para hacer su propia voluntad? (De Encontacto.org)
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jueves, 12 de diciembre de 2013

“El Amor de Dios Para los que Sufren”

Juan 4:7-26 (Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo)

Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14.9). Su vida reveló claramente el carácter y la compasión de Dios para con las personas. Analicemos la conversación que tuvo el Salvador con la mujer samaritana y aprendamos acerca del amor de Dios y de su interés por nosotros.

• Jesús dio el primer paso. Para gran consternación de sus discípulos, Jesús conversó con la mujer samaritana. En ese tiempo, los judíos no tenían trato con los samaritanos; de hecho, evitaban viajar a través de su región. Pero Dios no se rige por las reglas o los prejuicios de los hombres. Él trae un mensaje de esperanza y vida nueva a todos los que escuchen y crean.

• Jesús conocía su sufrimiento y su angustia. La mujer debió haberse sentido inútil, abandonada y despreciada después de que cinco esposos se divorciaran de ella. Todos tenemos una carga emocional que nos agobia y nos causa sufrimiento. Pero nuestro Padre celestial conoce tanto nuestro dolor como nuestra vergüenza.

• Jesús le brindó perdón y amor. Sacó fuera los detalles de su situación sin condenarla, para que ella fuera receptiva a su oferta de perdón y de una relación con Dios. Él entendía lo que ella necesitaba —sentirse amada, valorada y aceptada— y sabía que la respuesta era una relación con Él.

Dios nos ve hoy tan claramente como vio a la mujer samaritana. Conoce nuestras heridas, y quiere sanarnos y restaurarnos. ¿No quisiera usted aceptar su amor? Sométase a la obra transformadora del Espíritu Santo, para que pueda experimentar su restauración. (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

“Los que Sufren”

Marcos 10:46-52 (Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.)
En medio del dolor, podemos llegar a preguntarnos si a Dios le importa, o si incluso sabe lo que estamos viviendo. Lo cual puede darnos un concepto equivocado de quién es Él.

La Biblia enseña que Dios trino es omnisciente. En otras palabras, Él lo sabe todo. Ninguna acción, persona o situación —pasada, presente o futura— le es desconocida (Salmos 33.13-15; Hebreos 4.13).

El Señor “escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos” (1 Crónicas 28.9). Por su conocimiento perfecto, Él nos conoce y sabe lo que necesitamos (Mateo 10.30). El amor de Dios y su preocupación por nosotros no cambian, incluso cuando nuestro sufrimiento sea resultado de nuestra propia conducta.

Jesús demostró una y otra vez el cuidado del Padre celestial por su pueblo. Se reunió con Nicodemo, y sin condenarlo o acusarlo le mostró el camino al Padre (Juan 3.3). En otra ocasión, el Señor visitó a Zaqueo, un hombre cuya falta de honradez había perjudicado a muchos económicamente. Y el Señor Jesús inició incluso una conversación con la mujer samaritana, una marginada por la sociedad. También demoró su viaje en respuesta al clamor de un mendigo ciego —le demostró compasión a Bartimeo e inspiró fe en él. Gracias a Jesucristo, podemos estar seguros de que nuestro Padre celestial se preocupa por nosotros.

El amor de Dios se extiende sobre nosotros, y por tanto quiere que vengamos a Él con nuestras preguntas y sufrimientos. No permita que las pruebas le nublen la mente en cuanto al gran amor que Dios le tiene. Acepte la invitación del Señor, y traiga sus cargas a Él (Mateo 11.28). (De Encontacto.org)

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Salmos 33:13-15 “Desde los cielos miró Jehová; Vio a todos los hijos de los hombres; desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra. El formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras.
Hebreos 4.13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
1 Crónicas 28.9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.

Mateo 10.30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
Juan 3.3. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Mateo 11.28. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

martes, 10 de diciembre de 2013

“Es Hora de Velar por Nuestros Hermanos”

Filipenses 2:1-5 “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.)
A veces caemos en el mismo síntoma de Caín, cuando Dios le preguntó sobre su hermano Abel, a quien había asesinado; Caín le responde: “¿Acaso soy guarde de mi hermano?”. (Génesis 4:9)

Es triste ver, como entre nosotros mismos no nos cuidamos, es triste ver la indiferencia que existe muchas veces entre los hijos de Dios sobre los problemas que estos puedan estar atravesando.

¿Cuándo fue la última vez que visitaste a tu hermano que dejó de asistir a tu congregación? ¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a tu hermano cómo se sentía? ¿Cuándo fue la última vez que trataste de ayudar a alguien?

A veces nos olvidamos que somos uno solo en Cristo y nos auto-independizamos del cuerpo, ¿Puedes imaginarte la mano fuera del cuerpo? ¿Tendría vida? ¿Pudiera subsistir? No podemos ser indiferentes entre nosotros mismos, tenemos que ayudarnos, extendernos la mano, apoyarnos, orar unos por otros, pero sobre todo amarnos como Cristo lo pidió.

Con razón el Apóstol Pablo daba esas recomendaciones a los filipenses (aún vigente para nosotros).

Hoy quiero motivarte a ayudar a tu hermano, estoy seguro que hay alguien cerca de ti que necesita de tu ayuda, quizás solamente una palabra de consuelo, de fortaleza o de fe, o quizás una ayuda material; todos podemos ayudar si tan solo nos disponemos a hacerlo.

Recuerda que Jesús nos mandó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos ¿Lo estamos cumpliendo? ¿Estamos obedeciendo esas palabras?

¡Es hora de velar por nuestros hermanos!                                 (De destellosdesugloria.orgs)

Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

 

lunes, 9 de diciembre de 2013

"Cuando las Cosas Parecen Imposibles"

Juan 6:5-14 ( Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. )

Hace algunos años, nuestra iglesia se estaba preparando para adquirir una propiedad costosa, y nuestro deseo era realizar la compra sin endeudarnos. Una semana antes del plazo dado, habíamos reunido menos de la mitad del dinero; completar el resto parecía imposible. Mencioné nuestra necesidad a la congregación, y después del primer servicio, una joven pareja se me acercó y me dio el anillo de matrimonio del esposo para utilizarlo en el pago. Ellos insistieron en que yo tomara el anillo, a pesar de que estaban en una situación económica difícil, y tenían un bebé en camino.

Durante el segundo servicio, saqué el anillo y conté el sacrificio que había hecho esta pareja. Entonces sucedió la cosa más asombrosa. La gente comenzó a fluir por el pasillo y donar toda clase de cosas —yates, casas, joyas, automóviles. Al final de ese servicio, teníamos exactamente la cantidad de dinero que necesitábamos.

Nada es imposible para nuestro Padre celestial. Él utilizó un humilde anillo para recaudar más de dos millones de dólares en un solo día, así como una vez tomó prestado el almuerzo de un niño para alimentar a cinco mil hombres.

Nosotros, con frecuencia, preguntamos: “¿Qué voy a hacer?” En vez de preguntar: “Señor, ¿qué es lo que Tú vas a hacer?” Dios tiene un plan para guiarnos por el camino seguro a través de cualquier situación, si simplemente confiamos en Él, en vez de hacerlo en nuestros recursos.

Confíe en su Padre celestial para todo lo que necesite. Él ha prometido cubrir las necesidades de sus hijos, y conoce la mejor manera y el mejor momento para hacerlo. (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

viernes, 6 de diciembre de 2013

"Cómo Fortalecer la Iglesia del Señor?"

1 Corintios 16:13-14 (Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.)
Todos quisiéramos ser una iglesia fuerte, pero la falsa doctrina, la apatía, la mezcla con lo no apropiado, y la falta de disciplina, se combinan para traer debilidad.

Pablo habló de tres maneras de ayudar a ser más fuertes.

• Estar alerta a las falsas doctrinas. Nada debilita más la efectividad de un cristiano, que las creencias anti-bíblicas. El mundo aprueba en gran medida la inmoralidad y las filosofías que mezclan la verdad con un poco de engaño. A menos que estemos bien arraigados y firmes en la Palabra de Dios, todo creyente débil, y aún algunos que dicen llamarse fuertes, son susceptibles a esas mentiras. Mantenerse firmes, requiere de un estudio preciso de la Sagrada Escritura, así como correcta predicación desde los púlpitos.

• Respetar a los siervos de Dios. Con frecuencia, los miembros de la iglesia critican a sus líderes en vez de animarlos. Todas las personas en posición de autoridad pueden, sin duda, cometer errores o caer en pecado —porque son humanos. Pero ellas se han dedicado a ayudar a las personas, a escuchar y entender la Palabra de Dios. La congregación tiene la responsabilidad de mostrarles apoyo y amor. Quienes conozcan profundamente a Dios estimarán a sus siervos escogidos. De manera que, preocuparse por el pastor, prepara el corazón del creyente para conocer mejor al Señor.

• Aceptarse unos a otros. Como una comunidad de creyentes, debemos cultivar un espíritu de unidad y recordar que Dios nos ha dado un rol particular a cada uno de sus hijos.

Cada iglesia tiene un gran potencial, a nosotros nos corresponde que todo lo bueno sea manifestado -en todo y en todos- dentro y fuera. Y con nuestro objetivo claro -Cristo y sus fundamentos- Dios hará grandes proezas en todos. (De Encontacto.org)
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Señor,  que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

jueves, 5 de diciembre de 2013

“Factores que Influyen en la Madurez Espiritual”

Efesios 4:14-16 (para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.)

El devocional de ayer habló de tres pasos para el crecimiento espiritual: renovar la mente mediante la lectura de la Biblia, confesar el pecado, y arrepentirse. Hoy veremos tres factores más que nos ayudarán a madurar espiritualmente.

A cualquier creyente, ya sea maduro o joven en la fe, le conviene recibir orientación espiritual. He visto a hombres y mujeres apartarse de Dios por haber sido demasiado orgullosos para reconocer su debilidad. El Señor nos ve como somos en realidad; carecemos de la capacidad de vernos a nosotros mismos objetivamente, por lo cual es importante tener alguien que sea sincero en cuanto a nuestras faltas y errores. Un confidente temeroso de Dios no será condenatorio, sino amable y compasivo.

También crecemos espiritualmente al servir a Dios mediante el servicio a los demás. A veces, esto puede significar ministrar a alguien que tiende a resaltar nuestras peores características. Pero involucrarse en la vida de alguien así puede ayudarnos a aprender a tener paciencia, tolerancia y amor.

Un paso más es responder adecuadamente al dolor y a las dificultades. Todos deseamos que nuestro mayor crecimiento se produzca durante períodos tranquilos de nuestra vida. Pero la verdad es que crecemos cuando enfrentamos adversidades. Enfocarnos en el Señor, no en la fuente de nuestro dolor, es la respuesta adecuada.

Por tanto, ¿quiere usted crecer espiritualmente? Para ello se requiere tiempo, atención y dedicación. Pero si se decide a transitar el camino de Dios, puede llegar a ser más como Cristo!
(De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

miércoles, 4 de diciembre de 2013

“Pasos para Crecer Espiritualmente”

2 Pedro 3.18 ( Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.)

No son muchas las personas que pueden decir que el día que aceptaron a Cristo, alguien les explicó cómo crecer espiritualmente. De hecho, algunos creyentes jamás son discipulados. Dios quiere que sus hijos exhiban la imagen de Cristo, pero no creceremos en nuestra fe a menos que tomemos algunas medidas.

Primero, tenemos la responsabilidad de renovar nuestra mente (Romanos 12.2). Aunque Dios nos salva y nos da un nuevo espíritu, no nos da un nuevo cerebro. Nuestras mentes tienen muchas zanjas que han sido cavadas por la rebeldía, el egoísmo, y los malos hábitos. Por eso es importante meditar en la Biblia, que expresa los pensamientos de Dios. Meditar es más que leer, ya que involucra pensar en lo que significan las palabras y después poner en práctica la verdad. No hay forma de crecer espiritualmente sin guardar las Sagradas Escrituras en nuestra mente.

Un segundo paso hacia la madurez espiritual es estar dispuestos a reconocer y asumir la responsabilidad por las fallas. Cuando negamos nuestros pecados, detenemos el crecimiento, pero cuando confesamos nuestras faltas al Señor, sucede lo contrario —el crecimiento es inevitable.

El tercer paso sigue naturalmente al segundo: después de la confesión debe venir el arrepentimiento. Esto es más que el reconocimiento de haber pecado o la promesa de no hacerlo de nuevo. El arrepentimiento significa que nos comprometemos a dar media vuelta y dirigirnos en dirección opuesta a nuestro pecado.

El propósito de nuestro Padre celestial es que todos los creyentes avancen hacia su semejanza a Cristo y que su relación con Él crezca cada vez más. (De Encontacto.org)

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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

martes, 3 de diciembre de 2013

“El Poder Divino”

Hechos 1:6-9   (Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. )

La presión siempre está presente. A veces, parece como si los problemas de nuestra vida se multiplicaran, y nos sintiéramos tentados a elegir una solución que no agrada a Dios. Si queremos tomar buenas decisiones, necesitamos la sabiduría y el poder de Dios. La manera de obtenerlos, según Santiago 1.5, es pedirlos a Dios, quien anhela derramarlos sobre todos los que se han rendido a su plan.

Haga una pausa para pensar en el potencial que está a disposición de todo creyente. El poder del Espíritu Santo —que ayudó a Jesucristo a resistir las tentaciones del diablo, levantar a Lázaro de los muertos, y seguir la voluntad de Dios antes que la suya (Lucas 22.42) —produce un carácter como el de Cristo en nosotros. No es algo que podemos manipular o activar y desactivar a discreción. El Espíritu de Dios sabe exactamente cuándo y cómo utilizarlo en nuestra vida.

Uno de los propósitos primordiales de este poder, es cultivar el fruto espiritual en los que siguen a Dios (Gálatas 5.22, 23). Los no creyentes son atraídos a la luz de Cristo que hay en nosotros, cuando manifestamos paz interior y calma en nuestros rostros a pesar de la dificultad. Reconocen que el modo de actuar que da la llenura del Espíritu, no es la reacción humana típica. Cuando el fruto espiritual se manifiesta en nuestras vidas, es como si pregonáramos: “¡Jesús es real!”

El poder divino nos da la fortaleza espiritual para cumplir el plan de Dios. El Espíritu Santo libera su poder para que nuestras vidas glorifiquen al Padre celestial y demuestren que el Señor salva y transforma por medio de su Hijo. (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

lunes, 2 de diciembre de 2013

“Cuando el Espíritu de Dios Tiene el Control”

Santiago 1:2-4  (Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. )

Una persona llena del Espíritu no está libre de problemas. Los que están bajo el control del Espíritu Santo seguirán cometiendo errores, teniendo dificultades y pecando. Pero hay dos características que distinguen a los seguidores de Cristo de los no creyentes.

Primero, no son controlados por sus circunstancias; segundo, recobran el enfoque después de haber pecado.

Cuando el Espíritu Santo tiene el control, nuestra actitud no dependerá de lo que ocurra a nuestro alrededor. En otras palabras, la vida no tiene que estar libre de preocupaciones para que tengamos paz; nuestro gozo espiritual no disminuirá aunque enfrentemos reveses.

Cualquier persona puede ser cariñosa, amable y estar serena en tiempos de bendición. Pero ¿qué sucede con nuestra actitud en momentos de dificultad? Quiénes somos se evidencia, no cuando las cosas salen como queremos, sino en los momentos difíciles. Si el Espíritu Santo tiene el control, aprenderemos a amar cuando quisiéramos odiar; a ser bondadosos cuando seamos acusados; a responder con gentileza cuando los demás sean crueles; y a tener dominio propio cuando seamos tentados.

Ninguno de nosotros hará todo esto a la perfección porque todavía vivimos con el ego interior. Pero cuando pequemos, responderemos con rapidez a las indicaciones del Espíritu. Él no tendrá que esforzarse para captar nuestra atención, pues estaremos bajo su autoridad. Reconoceremos el mal que hicimos, lo confesaremos, y nos reenfocaremos en lo que Dios dice.

Si usted es un seguidor de Cristo, ¿quién tiene el control de su vida? (De Encontacto.org)
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Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

DOMINGO... SOLEDAD QUE ABRUMA

Domingo 28.04.24 Hebreos 13.5,6,8 “Sean sus costumbres sin avaricia, contentos con lo que tienen ahora; porque él dijo: No te desampararé...