viernes, 31 de octubre de 2014

“Transformados Para brillar”

Reflexión  31.10

A nadie le gusta pasar por momentos malos, ni la idea de que las cosas nos salgan mal, pero es parte de nuestro desarrollo emocional y espiritual.

Para levantar una construcción se necesita ladrillo, cal, cemento y arena. ¿Qué pasaría si se trata de unir los ladrillos solo con arena? ¿O solo con cal? Todo caería en segundos. Lo lógico sería preparar todas las medidas correctas, para una buena y fuerte construcción… así es nuestro andar en la vida. Vienen momentos de alegría, otros de tristezas, pero esperamos que todo sea color de rosas y sin espinas. Te recuerdo que nuestro crecimiento y madurez se debe a experimentar golpes, lágrimas, fracasos y pérdidas. Si todo fuera fácil, o nos guardáramos dentro de una cajita de cristal -para que nadie nos lastime-, y no supiéramos lo que significa dolor, seriamos personas sin sentimientos, por no saber experimentar las faltas.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2.10) Vamos en aumento como la luz de la aurora. Si solo recibimos golpes, maltratos, ningún tipo de contacto físico ni palabras de afecto, eso sería atroz. Se ha comprobado que en niños que fueron abandonados y criados en orfanatos, donde solo se le asistía para darle de comer e higienizarlos -sin contacto físico, ni abrazos, ni caricias-, estos sufren de una enfermedad llamado marasmo (apatía profunda); y cuando son adultos no saben dar ningún tipo de afecto... No se puede dar lo que no se tiene.

Quizás te preguntes: ¿Dios quiere esto para mi vida? Claro que no! Pero por causa de nuestra naturaleza pecaminosa es necesario que pasemos por situaciones difíciles, porque tenemos que entender y aprender a tomar lo bueno y desechar lo malo, porque es parte del proceso de cambio para ir camino a la santidad, ya que en Su Palabra dice: "Sin santidad nadie verá al Señor" (Hebreos 12.14).

También Dios nos dice, que todas las cosas negativas, nos ayudan a bien (Romanos 8:28). Así vamos creciendo, madurando, y sale lo mejor de nosotros. Es como ver una oruga en su crisálida, que se transforma lentamente y llega a su máximo esplendor, convirtiéndose en hermosa mariposa para tomar el vuelo. Nuestra vida está escondida en Cristo y se revela -día a día- en la medida en que lo buscamos. Ante la aflicción, la mejor respuesta es dar adoración a Dios -aunque resulte difícil.

En el colegio te dan una lección y luego te toman prueba, la vida te da pruebas y por cada prueba una lección. En los momentos de angustia contamos una y otra vez el mismo problema, a personas que no son aptas para darnos salidas; a quienes son como el equipo contrario de un campeonato de ping-pong, tú le lanzas la pelotita (tu problema), y te la devuelven con más fuerza; y tú la vuelves a tirar …así te pasas la vida. No encuentras respuestas, porque eliges tener una charla horizontal con alguien y no una vertical con Dios.

Si en la primera aparición de un problema te enfocas hacia arriba, donde está Dios… puede que el problema vuelva a ti, pero en ti habrá una transformación que te permitirá verlo totalmente diferente. La recomendación es: Nunca juegues al ping-pong con tu problema, arrójaselo a Jesús. Ante todo aquello que no te deja avanzar, te hace retroceder, y no te deja tomar impulso: Recuerda que Jesús está con sus brazos abiertos, esperando pacientemente cada paso que des hacia Él.

Como se ríe en la vida, también se llora… En todo momento dale gracias a Dios, porque detrás de tus lágrimas hay una gran victoria; habrás aprendido algo nuevo, habrás aprendido a ponerte en el lugar de aquellos que sufren… serás sensible al necesitado. La sensibilidad viene luego de haber sido confrontados y sanados. Solo así seremos de bendición a los demás; sabremos reír con los que ríen y llorar con los que lloran. Tus lágrimas no caen al vacío, Dios las recoge y las cambia en alegría y baile (Salmos 30.11).

Hoy la luz de Cristo quiere iluminar tu vida. Levántate y resplandece (Isaías 60:1). Jesús te dice: Yo deseo caminar contigo…sostenerte de tus manos. Si hoy estás pasando una situación difícil: Quiero restaurarte, libertarte, sanarte y entregarte en tus manos la victoria!

Por Silvia Razongles. Avanzapormas.com (modificado WMV)

jueves, 30 de octubre de 2014

“Conocer al Señor y Confiar en Él”

Meditacion 30.10
Salmos 9.7-10 “Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio. El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.  Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.  En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron".
¿Qué tanto confía en Dios? Antes de responder, reflexione en cuanto a lo siguiente: ¿Realmente confía en el Señor cuando todo parece ir mal? ¿Le ha pedido Dios alguna vez que haga algo que parece demasiado ilógico y arriesgado? Cuando se prolongan las circunstancias dolorosas, ¿se pregunta usted si al Señor realmente le importa el dolor por el que está pasando?
Todos tenemos momentos de duda cuando nuestra confianza en Dios se ve frustrada por la realidad de nuestra situación.
David revela que la clave está en conocer al Señor. Nuestro distanciamiento de Dios resulta en falta de fe; pero a quienes mantienen una relación estrecha con Cristo, les es más fácil confiar en Él de todo corazón.
Cada vez que usted sea tentado a dudar, recuerde estas verdades esenciales en cuanto al Señor:
• Él es absolutamente soberano (Salmos 103.19). Dios tiene el control de todo, aunque no lo notemos.
• Él es infinitamente sabio (Romanos 11.33-36). Dios conoce cada lado de la situación (por dentro y por fuera), y todo hecho (pasado, presente y futuro).
• Él ama perfectamente (Éxodo 34.6). Sin excepción, Él siempre elige lo mejor para nosotros, aunque no sea fácil.
Crecemos en la fe, no esforzándonos para creer, sino buscando al Señor. Esto implica hacer todo lo que podamos para llegar a conocerlo; particularmente, dedicando tiempo a su Palabra, y en oración. Nuestra confianza cada vez es mayor, a medida que aprendemos que Él nunca abandona a quienes le buscan. 
(De Encontacto.org)

TPSH 19.02.23

miércoles, 29 de octubre de 2014

“Ganémosle al Cansancio”

Buena para meditar...

Cuando nos cansamos, debemos renovar nuestras fuerzas en la presencia de Dios, e interceder unos por otros; así podremos alcanzar el éxito!
Terminar lo que empezamos
El cansancio puede ser emocional, físico o mental. Pero hay que tener en cuenta que: Cansancio y éxito no son amigos. Debemos renovar nuestras fuerzas para poder terminar. Una carrera sin corredores, es nada. Y aunque haya ocasiones en que no queramos seguir; ya sea por decepciones, tropiezos, o cansancio…hay que seguir corriendo.

Todos nos cansamos. Sólo el que no corre, no se cansa; tampoco obtendrá premio. No importa cuánto nos cansemos en la vida, si nos agotamos al máximo, pero no terminamos, no obtenemos el premio. ¡Debemos terminar para ganar!

Si a un deportista se le acaba el aire y se para de repente, se acalambra. Parar no funciona para el cansancio físico; tampoco para el emocional ni mental. No pongamos pausa a nuestra vida. No paremos. Busquemos el segundo aire...no es la solución, pero podremos continuar hasta finalizar. La Palabra de Dios es la que mejor nos inspira, para poder terminar cualquier acción que emprendamos.

Esto se puede comparar con el hecho, de que hay ocasiones en que nos cansamos de hacer el bien, y bajamos o detenemos el paso, pero la Palabra de Dios nos hacer recordar que los esfuerzos extraordinarios nos llevarán a premios extraordinarios. Algunos optan por cambiar de carrera -quizás no sea la solución-, pues no terminan ni una ni otra; por consiguiente…no obtienen ningún premio… sí obtendrán frustración y cansancio.

Nuestro éxito bendice a otros
Hebreos 12:3 nos recuerda que consideremos a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Esto nos lleva a recordar que su éxito puede bendecir a otros; entonces hay motivación para seguir adelante; Dios puede dar su segundo aire.

Correr con Jesús es más fácil. Un 2do. esfuerzo es la oportunidad para alcanzar la meta. El éxito de Jesús nos dio oportunidad para que lo tengamos en nuestro corazón. Lo que alcances podrá ser de bendición a la gente a tu alrededor. 2 Corintios 4:1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. ¡No desfallezcamos, Dios está con nosotros!

Filipenses 3:12-15 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

No te detengas
No pares sólo porque estás cansado; el problema o enemigo no para; sino que aprovecha la oportunidad para ganarte. Correr la carrera con Jesús no te permite desmayar. Pablo estuvo en la cárcel por predicar el evangelio, y estando ahí, empezó a escribir cartas para motivar a la gente de afuera. Debemos interceder unos por otros para no perder el ánimo. Orando e intercediendo encontrarás tu segundo ánimo.

2 Tesalonicenses 3:13 Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.

Gálatas 6:7-10 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Dios no puede ser burlado. Si usted ha sembrado lo bueno, ha estado en santidad, va a cambiar de corrupción a vida.

Mateo 11:28-29 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

No hay nada más fuerte para el cansancio emocional o mental que sufrir por hacer el bien. Si se siente cansado, lo primero que tiene que hacer es aceptar que no es el único y que necesita de las fuerzas del Señor. Luego preséntese delante de Dios, pidiendo un descanso, un segundo aire. ¡Debemos presentarnos con una buena actitud ante el Señor, para que El renueve nuestras fuerzas!

(De Avanzapormás modificada)

“Puertas Abiertas por Dios”

Meditación 29.10

2 Corintios 5.20,21 “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. “

La redención del hombre ha sido siempre lo más importante para Dios. Pero, por causa de nuestro pecado, la justicia divina tenía que ser satisfecha; es decir, el castigo por el pecado tenía que ser pagado. Además, había que extender el perdón a toda persona culpable de haber pecado contra el Señor. La solución era costosa: Para redimir a la humanidad, el Padre sacrificó a su único Hijo, quien murió en nuestro lugar. Toda persona que cree en la obra redentora de Jesucristo, ha recibido bendiciones incalculables. Ha sido reconciliada con el Señor, hecha parte de su familia, y recibido la vida eterna.

Dios ha dado a los creyentes la responsabilidad de anunciar la buena noticia de salvación a todo el mundo, y de hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28.19). Cuando Él abre las puertas de servicio para nosotros, podemos atravesarlas con confianza. Tenemos su Espíritu que mora en nosotros, para fortalecernos, guiarnos y equiparnos. Seremos capaces de realizar nuestra tarea gracias a su grandioso poder (Romanos 8.11; Efesios 3.16).

Por tanto, ¿por qué somos renuentes a hacer lo que Dios nos pide? Muchas veces, porque nuestra perspectiva es miope: Tal vez no podemos imaginar cómo añadir una tarea más a nuestra agenda, o permitimos que la inseguridad por las críticas, el fracaso, o las finanzas, gobiernen nuestras decisiones.

Pero ninguna de estas cosas es un obstáculo para el Señor.  Dios está esperando que sus hijos acepten el supremo llamado de servirle como embajadores de Jesucristo. ¿Cuál será tu respuesta? (De Encontacto)

martes, 28 de octubre de 2014

"El Modelo Financiero del Señor "

Meditación 27.10

Malaquías 3.8-12 “¿Robar el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.“

El paso más fundamental en un plan financiero inteligente es ofrendar como enseña la Biblia. Si usted da a la iglesia una cantidad de dinero que le hace sentir bien, pero que no corresponde a lo que el Señor quiere que dé, le está robando a Dios. El diezmo del Antiguo Testamento, que sigue vigente, fue instituido para:

1. Sostener. Nuestros diezmos ayudan a avanzar al Reino. Sin el apoyo económico regular, los programas de ayuda y de evangelización disminuyen, la iglesia cierra sus puertas indefinidamente, y el personal a tiempo completo debe buscar otro empleo.

2. Probar. Dios invita a los creyentes a poner a prueba su fidelidad. Por medio del diezmo descubrimos un principio importante de la fe: El Señor puede hacer que nuestro 90% nos rinda más que el 100% con que nos quedemos. Las ofrendas que representan menos del 10% son evidencia de que no tenemos confianza de que Dios proveerá para nuestras necesidades.

3. Honrar. Al diezmar, los creyentes honran al Señor como la fuente de todo lo que poseen. Lo que tenemos, ya sea poco o mucho, nos llega por medio de Él. Si un funcionario importante viniera a cenar en nuestra casa, no nos atreveríamos a servirle las sobras del día anterior; pero eso es precisamente lo que hacemos con Dios al limitar lo que le damos.

Los hijos de Dios deben desear agradar al Padre, actuando por fe en Él. Cuando damos bíblicamente al Señor, Él promete cuidar de cada una de nuestras necesidades, y también bendecirnos.
(De encontacto.org)

 

"Ante la Puerta Abierta"

Meditación 28-10


Lectura en 1 Corintios 16.5-9 "Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite. Pero estaré en Efeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios."

Lo que ocupa el primer lugar en la mente de Dios es la salvación del hombre. Él espera que sus hijos tengamos esa misma mentalidad. Se nos ha encargado compartir el evangelio y discipular a otros. De manera que, debemos enfocarnos en su plan, no en nuestras preocupaciones terrenales (2 Timoteo 2.4).

Para llevar a cabo su plan, Dios abrirá puertas de servicio para cada uno de nosotros –—en la iglesia local, la comunidad, el lugar de trabajo, o el extranjero. Nuestra parte es estar atentos a las oportunidades, y dispuestos a tener un papel activo. La preparación espiritual incluye oración y un tiempo devocional diario, además de un buen testimonio a la vista de otros creyentes. Ya sea que Dios nos asigne tareas grandes o pequeñas, tenemos que estar en condiciones de aceptarlas.

Cuando respondemos su llamado, descubrimos que Él nos ha equipado con todo lo que necesitamos (2 Pedro 1.3).

La tarea más importante en el mundo que vivimos es colaborar con el plan redentor del Padre celestial: Él está rescatando personas del poder del pecado, adoptándolas en su familia, y convirtiendo a quienes fueron antes seres rebeldes y egocéntricos, en un reflejo de su hijo Jesucristo. Quienes somos beneficiarios de la obra salvadora de Dios tenemos la obligación de ayudar en su plan de rescatar a otros. Tenemos la responsabilidad de prepararnos y de obedecer sus instrucciones.

Dios ha preparado trabajo para cada uno de nosotros (Efesios 2.10). ¿Cómo le está pidiendo el Señor que utilice sus dones espirituales y sus habilidades para llevar a cabo tales planes?  (De En Contacto)

martes, 14 de octubre de 2014

“Los Problemas y la Oración”

Meditación 14.10

2 Crónicas 20.4-15 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová. Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre? Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás. 10 Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese; 11 he aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. 12 !!Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos. 13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos. 14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”
Cuando el rey de Judá proclamó un ayuno nacional para buscar la ayuda de Dios, personas de todas las poblaciones se reunieron para orar. Las acciones y las palabras de Josafat nos enseñan verdades importantes en cuanto a la solución de problemas mediante la oración.
• Dios es más grande que nuestros problemas. El rey dijo que Dios era el gobernante todopoderoso de las naciones, contra quien nadie podía resistir. Muchos problemas están más allá de nuestra capacidad de solución, pero nada es imposible para Él (Jeremías 32.17Mateo 19.26). Si oramos mientras nos concentramos en su grandeza, nuestros problemas se reducirán a la proporción adecuada.
• Dios quiere que otros se unan a nosotros en las oraciones que hacemos. Familias enteras de Judá respondieron al llamado del rey, y se reunieron delante de Dios. La oración tuvo también un papel central en la vida de la iglesia primitiva (Hechos 2.42).
• Por medio de la oración, el Señor nos dará la solución al problema. Su respuesta puede ser precisamente lo que le pedimos, o algo totalmente inesperado; Él puede decirnos que esperemos en vez de actuar, o puede dirigirnos a involucrarnos en algo nuevo. En cualquier caso, la dirección de Dios será de acuerdo con su voluntad perfecta. Además, Él puede pedirnos que demos un paso de fe.
No sabemos cuánto tiempo esperó el pueblo una respuesta, pero no actuaron hasta tenerla de parte de Dios. Él les dijo que no temieran ni se desanimaran, sino que confiaran en Él. De igual modo, la oración nos lleva a la presencia de Dios para que podamos recibir fuerzas y dirección. (De En Contacto.org)

jueves, 9 de octubre de 2014

“Cómo Entender la Salvación”

Meditación 9 octubre

Ezequiel 18.4  “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá”Hechos 2.21 “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”
Muchas personas tienen una idea poco bíblica de lo que significa la salvación, a pesar de que es de vital importancia para entender el cristianismo. Podemos definirla como el regalo de gracia, bondad, amor y misericordia que recibimos cuando Dios perdona nuestros pecados.
La Biblia dice que “la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6.23). Todos somos pecadores que merecemos la muerte (Isaías 53.6), pero por su amor y su misericordia, Dios hizo provisión para nuestro perdón: Permitió que se hiciera expiación por medio del derramamiento de sangre (Levítico 17.11).
Todos los sacrificios del Antiguo Testamento prefiguraban lo que vendría, apuntando a la muerte, hecha una sola vez y para siempre, del inmaculado Hijo de Dios en la cruz. El Señor Jesús tomó nuestro lugar, recibiendo el castigo que nos correspondía a nosotros. En efecto, la redención de la humanidad fue el propósito por el cual Cristo vino al mundo (Lucas 19.10). Por tanto, la salvación está relacionada estrictamente con la persona de Jesucristo. Esa fue la razón por la cual Juan el Bautista proclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1.29).
Nada es aceptable delante de Dios todopoderoso —no hay ninguna manera de venir a Él para ser salvos— que no sea mediante Jesucristo (Juan 14.6). A lo largo de la Biblia, vemos que la salvación es un regalo que tiene su origen en una relación personal con Jesucristo, y no el resultado de buenas obras. ¿Ha decidido usted aceptar el regalo de Dios? (De Ministerios en Contacto)
PD:
Alma: Parte espiritual e inmortal del hombre, apta para entender, querer y sentir; y junto al cuerpo, constituye la esencia humana
Pecado:  Transgresión a la ley de Dios (1 Juan 3.4) Rebelión contra Dios (Deuteronomio 9.7, Josue 1.18).  Pecados:  Cada una de las manifestaciones derivadas por la transgresión.
Castigo:  Consecuencia por nuestras rebeliones.
Salvación: Regalo de gracia, bondad, amor y misericordia que recibimos cuando Dios perdona nuestros pecados.  Y solo es a través de Jesucristo.
Relación personal con Cristo… NO ES RELIGIÓN…Es dar el paso para que el alma no se pierda para siempre!

martes, 7 de octubre de 2014

"7 Años en Cristo... y Quiero Seguir Contando...Aleluya"


Como hoy estoy de cumpleaños en la fe -el mejor cumple de todos- Pues son siete años de nueva, pura y real vida!

Y para los que no conocen el testimonio de mi llegada a los pies de Cristo; aquí les comparto…

“Mi Conversión a Cristo 7 Oct. 2007”

Yo, para ese entonces tenía 42 años. Fueron muchos los años en que mi padre, mi madre y mis hermanas me hablaban de las grandes cosas que Dios hace en la vida de los que le buscan, pero yo no hacía caso a sus palabras, que en aquellos momentos, no les veía sentido…Como veo le pasa a muchos, en los cuales el Espíritu Santo de Dios no está presente.

Cuando era niña y mis padres me llevaban a la iglesia, yo me sentaba atrás, y desde que el culto comenzaba me iba “sin que mis padres se dieran cuenta”. Ya cuando adulta, mis hermanas me decían que había promesas que Dios iba a cumplir en mi vida, por más que le huyera… a lo cual yo le respondía…ah ustedes y sus tonterías. Ellas oraban por mí, y pedían que yo pudiera escuchar ese llamado, al cual me resistía escuchar (con lo cual me tomaba el permiso de vivir a mi manera y según mis propios criterios… cuán errados eran)

En 2002, comencé a padecer de fuertes dolores pélvicos y de espalda. En 2006 eran muy agudos. Por lo tanto la decisión era una cirugía; tenía miomas (fibromas) y quistes.

Como la cirugía era la opción, pensé hacerme un 3 por 1: Abdominoplastía, liposucción y la extracción de los miomas y quistes….”unas libritas menos y mejor distribuidas no me caerían nada mal”. Para agosto 31/2006 se pone la fecha de la cirugía.

Cuando estoy en sala de espera de la clínica, con la finalidad de hacerme los chequeos cardiológicos: Viene una joven y se sienta a mi lado, comenzamos a conversar y ella me dice: Qué te vas a hacer? Le dije. Y ella me responde: No sabes que Dios te ama como eres? Y se va. Antes de 5 minutos, viene un caballero y se sienta en esa misma silla y también me pregunta para qué estás aquí? Le respondí lo mismo que a la joven anterior. Me dijo: Dios no quiere que tú te hagas eso, el te quiere así como estás, no tienes que exponer tu vida. Él te hizo como él quiere que tú seas, no hagas eso.

Luego de esas palabras, permanecí llorando un largo rato…Sentía que algo muy grande estaba pasando en mi vida. Luego de ese momento, quedé totalmente convencida de que no me operaría por fines estéticos, sino por salud. 31/8/2006 2 PM, me entraron al quirófano. Y el viernes 1/9 comenzó una nueva historia...

Esa noche comencé con dolores terribles. Me dijeron que era debido a que fue una cirugía muy difícil. Aguanté mis dolores y me hice la fuerte.

Sáb. 2/9 siguen los dolores, pero me dieron de alta. Llegué a mi casa que no sabía cómo subir las escaleras; pues no podía mover las piernas. Dgo. 3/9 11 AM me llevan a emergencia, y el médico de turno me dijo que ese tipo de cirugía era muy fuerte. Me indicaron unas inyecciones, y me mandaron a casa. Los dolores eran desgarrantes, y esa tarde en mi habitación -desconcertada y molida por el dolor- le dije a Dios: Has conmigo lo que quieras, porque ya no aguanto más; yo me entrego en tus manos. Y lloré de forma tal, como nunca había llorado en mi vida (todavía me escucho en ese grito). Casi desmallada, me llevan a emergencia a otra clínica, y viendo ellos el cuadro que presentaba, llamaron un grupo de médicos, que luego de muchos estudios y evaluaciones, vieron que mi vejiga estaba casi al reventarse y a punto de una septicemia. Los médicos comentaron: Dios te protegió!

Me ingresaron, y luego de otros estudios se detectó un atrofiamiento en uréter derecho, por lo cual era preciso otra cirugía para adaptar un catéter. Así se hizo y me fui a casa. Al mes, en uno de los chequeos, dijo el doctor que había problemas, que mi riñón derecho estaba presentando complicaciones, ya que el catéter estaba calcificándose, por lo cual había que retirarlo de inmediato. Y me comentó que de no poder retirar el catéter, había que volver a cirugía… pero Dios no lo quiso así; y el catéter pudo ser retirado sin complicaciones mayores. Luego de toda esta historia, y que todo estaba funcionando muy bien….volví a olvidar que Dios era el camino, y volví a vivir mi vida, como si nada hubiera pasado. Volví a vivir la vida que el mundo ofrece…sin Dios y sin esperanzas.

Agosto 2007…Inicia otra historia de dolor. Comencé a sentir dolores y dificultad para realizar mis actividades físicas. Visitas de médico en médico. Y el diagnostico: Cirugía por adherencias extremas.
Dentro de todo este recorrido de dolores y padecimientos, y de esconderme de Dios durante 42 años; llegó el día -un 7 de octubre del 2007- que me hacen una invitación a la iglesia, a la cual accedí “por no dejar”

Llegando a aquel lugar, aún sin haber entrado al templo, comencé a llorar (en los atrios del templo estaba la presencia de Dios esperándome). Al llamado pasé llorando, y finalmente, ante Dios y los hombres entregué mi vida y mi alma a Jesucristo. Porque todo aquel que confiese a Jesús delante de los hombres, también Jesús le confesará delante de los ángeles de Dios (Lucas 12.8). En la iglesia oraron por mí, y yo le dije a Dios que si era su voluntad, se haga la nueva cirugía, pero que no me dejara sola, y que tomara Él el control. La cirugía fue el 9/10 y exitosa. Me comentó el doctor, que no tenía idea de cómo yo me movilizaba, pues lo que él encontró no sabía cómo manejarlo. Me dijo que mis órganos estaban tan unidos, que internamente yo era una tela de araña, pero que Dios estuvo en todo momento y todo salió bien!

No fue fácil reconocer que Cristo era el elemento que faltaba en mi vida (durante 42 años). Él me llamaba por las buenas, pero yo me hacía de oídos sordos, y fue preciso arreciar en su llamado… y ahí se cumple lo que tantas veces escuchamos: Si no vienes por amor, vienes por dolor… Así conocí yo a Cristo… por mucho dolor.

Toda gloria y toda honra, sea para mi Señor, quien me amó primero, y nunca me abandonó, aún a pesar de toda mi rebeldía. Dios selló mi encuentro con Él, a través del siguiente verso bíblico, que está en Isaías 54:6-8: “Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor”

Lo que ha hecho Jesús en estos 7 años, ha sido guiarme, enderezarme, enseñarme el camino del bien, a obedecer su Palabra, y a luchar cada día por tener la oportunidad de que cuando mis ojos se cierren para siempre, tenga una esperanza gloriosa… Sentarme a la diestra del Padre en los lugares celestes (Efesios 1.20).

Mi exhortación es a no seguir corriendo ni desviándote de los caminos de Dios. Este mundo nada ofrece, todo es vanidad y aflicción de espíritu (Eclesiastés 2.17) Porque, como dice Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna!!!

Hoy cumplo 7 años de vida renovada y feliz en Cristo. De haber sido injertada en la familia de Dios, de haber sido hecha su hija!  Y como decía el apóstol Pablo a Timoteo: No me avergüenzo de dar testimonio de mi Señor (2 Tim. 1.8). Yo sé de donde él me rescató, y por más que haga, nunca compensaré ese regalo tan grande que ha sido la salvación de mi alma!

Si aún no le conoces, te invito a conocer a ese gran amigo! Jesús te ama y te espera con sus brazos abiertos... Dios te bendiga y dirija en su amor!

“Condiciones de una Influencia Piadosa”

Meditación 7.10

Daniel 1.1-17 “En el año 3ero. del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase 3 años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por 10 días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos 10 días. Y al cabo de los diez 10 pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres. A estos 4 muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños"

    Todo creyente tiene la responsabilidad de ser de influencia positiva para el mundo. Por medio de nuestro ejemplo y testimonio tenemos que ayudar a las personas a entender mejor a Jesucristo, y la manera de seguirle. Por lo que nos dice la Biblia sobre el profeta Daniel, él fue un hombre que utilizaba su influencia sabiamente. Su testimonio influenció no solamente a sus amigos, sino también a cuatro reyes y sus reinos.

     Daniel tenía la fuerte convicción de que todas las palabras de las Sagradas Escrituras eran verdaderas. En consecuencia, se negó a comer la comida de la mesa del rey, porque Éxodo 34.15 prohibía consumir cualquier alimento ofrecido a ídolos (práctica común en Babilonia). La fidelidad de Daniel a Dios pesaba más que cualquier temor a represalias por haber rechazado la comida del rey.
El Señor honró la convicción de Daniel, asegurándose de que gozara de la simpatía de hombres poderosos. Dios también le dio la sabiduría y el conocimiento que le permitiría ser de influencia piadosa en todo el reino.

     Probablemente, ninguno de nosotros tendrá la oportunidad de influenciar a reyes; sin embargo, nuestro ejemplo puede ser de bendición en nuestro trabajo o en nuestra comunidad. Como fue el caso de Daniel, una influencia piadosa tiene sus raíces en la creencia de que la Biblia es la palabra infalible de Dios. Si nuestras convicciones no están basadas en los preceptos bíblicos, nuestro estilo de vida no puede ser el correcto. Por tanto, el compromiso de descansar en el fundamento de la Palabra de Dios no es negociable. (Ministerios En Contacto)

lunes, 6 de octubre de 2014

"Vida Fructífera"

1-       “Guía Para Una Vida Fructífera” 
Mateo 28.16-20 "Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén"

Como creyentes, anhelamos vivir agradando al Señor. Pero para ello, necesitamos un guía que nos ayude. Imagine que tiene la siguiente conversación con Dios, y luego trate de obedecerle. —Padre celestial, ¿quisieras ser mi guía?  —Sí, quiero serlo.


Mientras viajemos, quiero que recuerdes que sé a dónde estoy yendo. Cada parada a lo largo del camino está planeada para convertirte en la rama fructífera que anhelas ser. El camino puede ser a través de montañas cubiertas de nieve, por caminos pedregosos, o por valles que te tentarán a dejar la travesía. ¿Mantendrás tus ojos en mí, y me obedecerás, sin importar lo difícil que te resulte? —Sí, 

Padre. —Entonces, comencemos tu primera lección: Tienes que pisar donde yo piso. —Pero, Padre, tus huellas están muy lejos de mí. —Las acomodaré para ti. —Sé que vas a caminar demasiado rápido. —Nunca caminaré más rápido de lo que sé que puedes caminar.  —Me canso fácilmente.  —Podrás apoyarte en mi brazo.  —¿Y si tropiezo? —Te levantaré y sanaré tus heridas. Pero, te tengo una segunda lección: Tendrás que seguirme aunque no puedas verme.  —Padre, ¿cómo voy a saber por dónde caminar? —Usa mi Palabra, la Biblia. Consúltala para tener dirección y seguridad de que estoy contigo, y de que sigo guiándote.  —Padre, ¿y si me confundo? —Recuerda mis enseñanzas. Recuerda quién soy, y confía en mí. Clama a mí, y yo te responderé.  
   
 2-       “Más Sabiduría Para Tener Una Vida Fructífera”
Juan 15.4-8 "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos"

Aquí continúa nuestra conversación con más enseñanzas acerca de la vida fructífera: —Hijo, hay una tercera cosa que quiero que sepas: Estoy trayendo a otros para que hagan el viaje contigo. Búscalos.  —Pero, Señor, ya tengo suficiente con mis responsabilidades y mis problemas. —Hijo, tienes que poner a un lado tus asuntos, y ayudar a otros a hacer el viaje. —No puedo hacer más. Estoy demasiado ocupado.  —Yo elegiré tus prioridades. —Estoy demasiado cansado.  —Te daré descanso.


Ahora, aquí está la cuarta lección: Tienes que someterte a mi plan.  —¿Me explicarás lo que estás haciendo?  —A veces, aunque no siempre.  —Pero ¿y si tu plan no tiene sentido para mí? —No confíes en tu entendimiento; sigue caminando hacia donde yo te dirija.  —Pero, Padre, ¿y si no quiero ir por ese camino? ¿Qué tal si me resulta demasiado difícil? —Ah, ahora sí estamos en el meollo del asunto, que es la quinta lección: Una vida fructífera se tiene solamente cuando está rendida a mí. Esa clase de vida se caracteriza por ser muy semejante a la vida de mi hijo Jesucristo. En otras palabras, la vida fructífera es una vida llena del fruto del Espíritu (Gálatas 5.22, 23). En esta relación, yo, Dios, soy quien manda. Tu parte es cooperar y someterte a mi plan.


Ahora que conoces las instrucciones, ¿todavía quieres seguirme? Piénsalo con cuidado. —Sí, Padre ¿A quién iría? Creo en ti, y quiero que seas mi guía.

Meditaciones 4 y 6.10 de Encontacto.org

sábado, 4 de octubre de 2014

“El Propósito de la Vida”

Meditación 3.10

Juan 17.1-3 “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”
    Los creyentes hacemos muchas cosas maravillosas en el nombre de Dios. Pero, a veces, la acción de servir se vuelve más importante en nuestra mente que el Maestro mismo. Oseas 6.6 deja en claro las prioridades del Señor: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocausto”. Él quiere nuestra atención más que cualquier ofrenda o buena obra.
    Lamentablemente, muchos cristianos nunca van más allá de una buena obra de vez en cuando, o de una lectura ocasional de la Biblia. Ignoran la invitación oportuna del Espíritu Santo para que dediquen tiempo a la oración y al estudio de las Sagradas Escrituras, porque los consideran asuntos sumamente difíciles o porque no se ajustan a su estilo de vida. Además, tienden a adorar a Dios por deber. ¿Es ese su caso? Si es así, debería saber que, si bien, profundizar su relación con Dios requiere tiempo y compromiso, es también inmensamente gratificante.
    Todos hemos sido creados para conocer a Dios. Él inculcó en nosotros una sed que no estará satisfecha hasta que le busquemos para tener comunión con Él y le expresemos nuestro amor. Pablo dijo: “A nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él” (Filipenses  3.8).
    Fuimos creados para tener una relación estrecha y personal con el Señor, y también para darle gloria. Rendirle homenaje con nuestras ofrendas y buenas obras es una extensión natural de ese designio, sin embargo, nuestra responsabilidad principal es pasar tiempo con Él.
(De En Contacto)

“El Gozo de la Obediencia”

Meditación 2.10

Proverbios 3.5, 6  “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.6. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
    Las personas asocian a menudo la palabra obedecer con la crianza de los hijos. Pero el sometimiento a la voluntad de Dios es importante en cada etapa de la madurez espiritual del creyente. A medida que nuestra fe crece, la obediencia se convierte en la piedra angular de nuestra comunión con nuestro Padre celestial.
    Curiosamente, algunos creyentes descuidan su obediencia al Señor con el paso de los años. Un creyente puede decirse a sí mismo que ha aprendido a vivir rectamente y, por tanto, ya no necesita vivir obedeciendo al Señor. En poco tiempo, se encontrará lejos del camino que Dios quería, vagando por ahí con un montón de trapos sucios creyendo que son buenas obras (Isaías 64.6). La desobediencia le dice al Señor: “Yo sé mejor que tú cómo gobernar mi vida”. Nada podría estar más lejos de la verdad. La Biblia y los miembros de las iglesias están llenos de historias que demuestran que la obediente sumisión a Dios es la única manera de tener gozo.
    Nada bueno puede venir de rebelarse contra el Señor, y nada malo puede venir de obedecerle. La obediencia es el camino a la sabiduría y la bendición. Cuando sometemos nuestra voluntad a la de Dios, ponemos nuestra esperanza y nuestra confianza en Aquel que nos creó y nos ama incondicionalmente. Una vida bien vivida es aquella que tiene la mirada enfocada en el Señor, los oídos abiertos a la apacible voz del Espíritu Santo, y el corazón hambriento por la Palabra de Dios. Cuando elegimos vivir de esa manera, podemos tener la garantía de que recibiremos lo mejor de Dios.
(De Encontacto.org)

DOMINGO... SOLEDAD QUE ABRUMA

Domingo 28.04.24 Hebreos 13.5,6,8 “Sean sus costumbres sin avaricia, contentos con lo que tienen ahora; porque él dijo: No te desampararé...