MEDITACIÓN 21.9
Mateo
14.22-33
“En seguida Jesús hizo a sus
discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto
que él despedía a la multitud. Despedida la multitud,
subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y
ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario. Mas a la 4TA vigilia de la noche, Jesús
vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos,
viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron
voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo:
!!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le
respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la
barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero
al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús,
extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se
calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca
vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”
Nadie está libre de
pruebas. Para ser realistas, usted está ahora -o en una tormenta, o saliendo de
una, o a punto de entrar en otra. Sin embargo, adoramos a un Dios
misericordioso que nos bendice, especialmente en los períodos oscuros de la
vida.
El pasaje de hoy
habla de una noche tempestuosa en el mar de Galilea. En el presente, Cristo nos
ofrece lo mismo que a sus discípulos en esa perturbadora situación.
• 1ero:
el Padre
celestial da a los cristianos su presencia, y la promesa de que nunca los
abandonará (Hebreos
13.5-6). Este es, quizás, el mejor regalo, porque gracias a este
conocimiento Él nos infunde consuelo, valor y confianza.
• 2do: el Señor bendice a sus hijos con
una vía de escape en medio de las dificultades. Él tiene todo el control de nuestras
tormentas, y usará la prueba para llevar a cabo su propósito. Es posible que no
lo entendamos, pero podemos confiar en que su mano nos guiará, y seremos
bendecidos. A veces, la razón y el provecho de una dificultad se hacen
evidentes, mientras que en otros casos no.
• 3ero: el Padre celestial da a los
creyentes el potencial para crecer. Las dificultades son ocasiones para
aprender a confiar en Dios y para conocerlo más a fondo tanto a Él como su
poder y su amor.
(De encontacto.org)
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