miércoles, 30 de enero de 2013

"Aprendiendo de las Ratas"

Después de la segunda guerra mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.  Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento.

Se dio cuenta que había una rata abordo y que si roía la cobertura de lona, podría destruir su frágil avión.  Podía volver al aeropuerto para librase de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero, de repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro el viaje.


Moraleja:


    Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o por lo que sea: vuela más alto.
    Si te critican, vuela más alto.
    Si te hacen alguna injusticia, vuela más alto.

Recuerda siempre, que las ratas no resisten las grandes alturas.


    Deseo que hoy y siempre tengas el coraje de levantar el vuelo y volar alto, siempre muy alto, con la cabeza en las nubes, pero los pies  bien fijos en el suelo.

    Deseo también que cuando estés volando sepas mirar para abajo y ver que existen personas para las que eres grande e importante, y que en esa misma proporción, también mires para arriba y veas cómo es de grandioso el cielo que te cubre y percibas el tamaño de tu pequeñez frente al universo.


jueves, 17 de enero de 2013

"Una Historia para Meditar…Reflexionar a Profundidad"

Después de haber sido llamado ...a una cirugía urgente, el doctor entró en el hospital de prisa.  Se cambió de ropa y fue directamente a la sala de cirugía. Él encontró al padre de un niño que iba y venía en la sala de espera para médicos.  Al verlo,  el padre le gritó: "¿Por qué se tomó tanto tiempo para venir? ¿No sabe que la vida de mi hijo está en peligro? ¿Es que usted no tiene sentido de la responsabilidad? "

El médico sonrió y dijo: "Lo siento señor, yo no estaba en el hospital,  y vine lo más rápido que pude...... Ahora, me gustaría que se calme un poco para que yo pueda hacer mi trabajo"

Dijo el padre enojado :  Que me Calme? ¿Qué pasaría si fuera su hijo el que estuviera en esta situación…estaría usted calmado? Si su hijo se estuviera muriendo ahora,  qué haría?

El médico volvió a sonreír y le contestó: Voy a decir lo que dijo Job en la Biblia:  Del polvo venimos y al polvo volveremos, bendito sea el nombre de Dios!  Los médicos no pueden prolongar la vida. Vamos a hacer todo lo posible, según la gracia que Dios nos permita "

Murmuró el padre: Dar consejos cuando no somos nosotros lo que tenemos el problema, es tan fácil…

La cirugía se llevó durante algunas horas.  Después el médico salió feliz por el acontecimiento, y dijo:  Gracias a Dios…Su hijo se ha salvado!

Sin esperar la respuesta del padre,  el doctor muy apurado sale corriendo.   Mientras se marchaba le dijo:  Si tiene algunas preguntas, hágaselas a la enfermera.

El padre dijo: "¿Por qué es tan arrogante este doctor?  No se podía esperar algunos minutos más para preguntarle sobre el estado de mi hijo?

La enfermera, con lágrimas en su rostro, le responde:  El hijo del doctor murió ayer en un accidente, y cuando le llamamos para que hiciera la cirugía,  estaba en el cementerio, en el entierro.


Ya él le salvó la vida a su hijo…Ahora, dejémoslo ir para que pueda terminar de enterrar al suyo.

Nunca juzgues a nadie, porque no tienes el poder de saber qué está pasando en su vida…

Dios te bendiga!

Wilda

 

“Señor, que tu Luz Resplandezca Sobre Nuestros Planes”.

Lectura bíblica en Salmos 90:16-17: "Aparezca en tus siervos tu obra y tu gloria sobre sus hijos y sea la luz de Jehová, nuestro Dios, sobre nosotros y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros. Sí, la obra de nuestras manos confirma"

Este salmo representa la oración de una persona que está pidiéndole a Dios que le traiga su favor y bendición sobre planes futuros.   Normalmente oramos así: “Señor, que se haga tu voluntad en mi vida”.  No está mal orar así, pero hay momentos en los cuales uno debe traerle los planes, las expectativas, los deseos y presentarlos al Señor -como ofrenda- y decirle: “Mira Señor, aquí te estoy trayendo estos planes, estos deseos que tengo; no sé si están bien delante de ti. En mi entendimiento creo estar en tu voluntad, así que quiero que los bendigas. Quiero que tu luz resplandezca sobre ellos!”    Pienso que esta es una oración pertinente, y más para ahora que empezó un nuevo año; tiempo en el cual estamos pidiendo la bendición de Dios sobre nuestras vidas, familias, trabajos, amistades, etc.

Este año para muchos está empezando con el pie derecho; pero para otros está empezando un poquito duro o difícil.  Yo no sé en cuál de los puntos se encuentra usted. Incluso hay personas que están todavía en neutro…patinando en el hielo…que no saben cuándo se les va a derretir y saldrán disparados.

Hablemos sobre el relato de Moisés.  Dios le dijo que fuera a liberar a su pueblo Israel.  Recuerde lo que dijo Moisés: “Ay, Señor, nunca he sido hombre de fácil palabra...”  Moisés justificaba que no sabía hablar bien; y al parecer entendía no ser la persona que Dios tenía que usar. Pero Dios le afirmó y dijo: “Quién fue el que le dio la boca al hombre? Quién puede hacer al hombre mudo o que hable? Quién puede hacer al hombre ciego o que vea? Quién puede hacer al hombre sordo o que oiga?... Dios puede intervenir en cualquiera de las situaciones.

Piense en las distintas cosas que pasaron por la cabeza de Moisés. Ejemplo: Cómo voy a regresar a enfrentar a faraón, que es como mi hermano, porque yo me crié con él en el palacio? Cómo voy a entrar de nuevo a un lugar donde me están buscando porque maté a alguien? Cómo tu quieres que yo haga cosa igual? Sin embargo, ahí está la afirmación de Dios sobre él:  “Yo soy el que está contigo. El que te va a ayudar a hablar. El que te va a enseñar lo que tienes que decir. Soy yo el que lo va a hacer a través de ti.”

No les suenan familiar estas palabras cuando el mismo Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando los lleven delante de la sinagoga, de las autoridades, no se preocupen por preparar su disertación antes de tiempo, porque ahí -en el momento- el Espíritu les dejará saber lo que tienen que decir.”

Evangelizar es crucial para la vida de cualquier iglesia.  Ahora bien, cuando se habla de ello, a muchos les tiemblan las rodillas; aunque hay otros que en cinco minutos tienen a alguien de rodillas en la esquina de la calle orando y aceptando a Cristo.  Es necesario que haya personas que puedan evangelizar; que puedan comunicar el amor de Dios en una manera nueva, refrescante y relevante.

Y para este tiempo Dios nos está diciendo las mismas cosas que le dijo a Moisés: “Yo soy el que pone palabras en tu boca”.  Normalmente pasamos un tiempo antes de hablar con alguna persona, pensando en qué le vamos a decir, pero cuando llegamos a ella se nos olvida todo.  Es Dios el que te va a inspirar a hablar; incluso tal vez use algunas de las cosas que “cocinaste en tu cabeza”, pero es Él quien te daré las palabras para llegar verdaderamente al corazón.”

¿Saben qué? No nos lancemos a evangelizar con palabras nuestras…de hacerlo así no vamos para ningún lado. Si hoy queremos ver vidas verdaderamente transformadas por el poder de la palabra de Dios, necesitamos que sea Dios mismo el que llegue a esos corazones. Dios mismo es el que tiene que penetrar esas mentes que ya han sido manipuladas por la mentalidad, las ideologías y las filosofías de este mundo; y solo Dios -con su poder- puede llegar directito a sus necesidades.

Es el tipo de evangelismo que necesitamos ver hoy…dirigido directamente por Dios. Moisés era un instrumento de Dios, pero tenía sus temores; y nosotros tenemos los nuestros.  Recordemos que somos vasos de barro en las manos del alfarero, y éste nos usará como quiera. La responsabilidad de nosotros es poder discernir cómo es que Dios nos quiere usar. Qué Dios va a hacer a través de nosotros? Cómo? Cuándo? Dónde? Con quién? Para que su gracia y su amor se dejen notar en los corazones de aquellos que así lo necesitan.  Anímate, todo esto tiene que ver con cómo la bendición de Dios pueda alcanzar a otros a través de ti.

Cada vez que te mires en el espejo, o te llegue un pensamientos mezquino, recuerda que Dios te mira y dice: “Tú no eres eso, eres una persona que vales mucho, eres una persona que tal vez otros están echando a un lado, PERO yo te estoy poniendo del lado mío. Ese lado para donde te están empujando las personas, es el lado donde yo estoy…y donde me vas a encontrar!”

Solo Dios es capaz de hablar al corazón y afirmar. Aunque tus ojos estén cegados con las experiencias de vida, Dios dice presente dejándote saber lo importante que eres para él.

Piense en los distintos lugares en que te mueves. Piensa cómo Dios te puede usar para llegar al corazón de cada una de esas personas. Cuál pudiera ser el acto de bondad que tienes que hacer, el cual Dios usará para llegar al corazón de alguien? Piénsalo. Hazlo!

Pide que Dios te revele cómo llegar a esos corazones tristes, confundidos y vacíos. Dios quiere afirmar tu vida y tu corazón. Dios quiere que sepas que Él cuenta contigo y que Él está contigo.  Él se encargará de abrir puertas a tu favor.  OJO…asimismo habrá otras puertas que cerrará (puertas que en nada te son de bendición, desde la perspectiva de Dios). Solamente tienes que estar pendiente a las señales que el Señor te da… para saber hacia dónde ir.

Dios quiere afirmar tu caminar. No pienses de ti como poca cosa; como que no sabes hablar, que no sabes pensar…Dios siempre sabrá cómo equiparte. Ponte de pie y deposítate en Sus manos.

Señor… Enséñanos a poder escucharte, a prestarte atención, a tener corazones abiertos para ti, y a ser sensibles a ti.  Amén!

(Este es un resumen del sermón del 2 de enero 2013, Congregación León de Judá. Boston MA. Pastor asociado Omar Soto)

miércoles, 9 de enero de 2013

“Pruebas vienen a la vida, ¿qué vamos a hacer?

Resumen del  mensaje del 30.12.12, del pastor  Roberto Miranda -Congregación León de Judá- Boston Ma.
Romanos 4.3 “…Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”  Números 14.24  “Pero a Mi siervo Caleb, porque ha habido en él un espíritu distinto y Me ha seguido plenamente, lo introduciré a la tierra donde entró, y su descendencia tomará posesión de ella.”

Sentí del Señor compartir algo que nos de un poquito de vitamina;  y esa lectura como punto de partida, para compartir  algunas enseñanzas en esta meditación.

Veamos la mujer que nos habla 2 Reyes 4, quien  se encuentra en una gran crisis.  Su esposo acaba de fallecer y dejando deudas; y los acreedores -como pago a la deuda- quieren llevarse sus dos hijos para ponerlos a trabajar como esclavos hasta que paguen todo. 

En el primer punto veamos la situación de ella:  A veces uno piensa: Caramba, si yo sirvo a Dios Él me va a cuidar de toda dificultad, de toda situación difícil, Él no va a dejar que nada malo me pase. No voy a tener problemas, ni deudas, todo será riqueza. (Y desgraciadamente hay mucha gente que en sus predicaciones de evangelio de prosperidad, tan solo nos alientan en esa idea)

Creo absolutamente en la bendición para los hijos de Dios y  por eso comparto esta reflexión, pero es importante que entendamos que a los hijos de Dios también le vienen pruebas y dificultades; por lo tanto tenemos que estar preparados para cuando vengan.  No hay  problema en decirle al pueblo de Dios que  vivimos en un mundo caído,  peligroso, difícil, y que cada vez que nos movemos es en contra de la gravedad.

Y Cristo mismo lo dijo en Sus Palabras: en el mundo hallaréis aflicción. Gracias a Dios que no se quedó allí en ese diagnóstico negativo sino que también dijo: confiad, Yo he vencido al mundo.

A veces no nos detenemos lo suficiente en hallaréis aflicción, y pasamos rápidamente -como niñitos- a lo otro, pero también hay situaciones difíciles en nuestras vida. Aún los grandes siervos de Dios sufren percances.  Es en esos momentos que precisamente tenemos que decidir ¿qué voy hacer? ¿voy a quedarme caído, desalentado; voy a comenzar a renegar de Dios, a dudar de Su Misericordia, de Su fidelidad; o voy a creer que mi Dios es poderoso para sacarme adelante?

¿Qué hacer? Algunos se deprimen, se dejan caer, se enojan con Dios, dejan de orar, de ir a la Iglesia, de crecer en el Señor; mientras que otros se levantan, se ciñen los lomos, claman al Señor, se lanzan en búsqueda de la bendición, y de la medicina que Dios tiene para su situación. Un hijo verdadero de Dios no queda caído, sino que se levanta con más fuerza.

Por qué hay que escoger?  Porque hay que seguir adelante y las pruebas son inevitables.  Ahora bien, la pregunta es ¿qué voy a hacer cuando vengan esas pruebas? ¿Quedarme caído o buscar la medicina y los armamentos que Dios me da para seguir adelante?

Dice el apóstol Pablo que nos vistamos con toda la armadura de Dios y estemos firmes.  Plante las dos piernas bien firme y aguante -en el nombre del Señor- hasta que pase el ventarrón.  Confiese bendición, espere en el Señor, libre la guerra de manera espiritual, clame a Dios, confiese la Palabra de Dios…y el diablo tendrá que meter su colita entre las piernas e irse derrotado.  

Habrá momentos que tendremos que tomar la onda -como David- y arrojarla a la misma frente del gigante para derribarlo…no sientas temor al hacerlo.

Sobre Job - hombre de Dios, perfecto en sus caminos, y que no se le podía encontrar nada malo-  en el capítulo 19, podemos ver cómo Dios lo había bendecido de manera gigantesca; y el diablo le dice al Señor:  quítale algo de lo que tiene a ver si no te maldice.  Y el Señor dice: veamos...y ustedes saben la historia.   Y las palabras de Job, en medio de su gran tribulación, fueron: "Yo sé que mi Redentor vive."

Muchas veces hay que pelear contra las emociones, contra el cerebro mismo que se rebela contra ese Dios que usted piensa como que "no le escucha".   Usted tiene que imponerse sobre eso y seguir buscándole. Quién sabe si en esa última oración, que usted cree que ya es la última, viene la bendición.    Dios sabe esperar hasta la hora de la madrugada más densa para contestar oraciones.

Hay veces que  bebiéndonos las lágrimas por la esquina de la boca,  tenemos que decir: yo sé que mi Redentor vive, que tiene buenos propósitos para mi vida. Yo te seguiré sirviendo, seguiré siendo fiel, pues sé que esto no va a durar para siempre.

En  Salmos 42 dice: "Pacientemente esperé a Jehová,  se inclinó a mí, escuchó mi clamor, y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán y confiarán en Jehová."

Muchas veces, mientras estamos pasando por pruebas y dificultades, la gente dice: "mira ese evangélico dizque que Dios está con él; vive metido en la Iglesia todo el tiempo y confesando bendición. Pero míralo cómo sufre"  Esos esperan ver qué usted va a hacer; si va a maldecir a Dios, si le va a abandonar, si decae su ánimo, y mil cosas más.

Pero cuando ven que el Señor le levanta y bendice; le saca de la prueba, y usted vuelve a recuperar el ánimo; les sirve como testimonio, y entonces  también temerán y confiarán en Jehová. Siempre tenemos una nube de testigos mirando… recuerde eso

Dice el apóstol Pablo también: "Antes en todas estas cosas…tribulación o muerte, o hambre o desnudez, o peligro o espada; ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni principados ni potestades, ni lo alto ni lo profundo, ni lo porvenir ni lo pasado podrán separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús."  "Antes, en todas estas cosas, somos más que vencedores."

¿Cómo se va a cumplir la misericordia de Dios en su vida si usted no tiene que pasar por una prueba que ponga en exhibición Su misericordia?  ¿Cómo ser persona de fe, si no pasa por luchas? ¿Cómo un atleta puede llegar a ser bueno, si no pasa primero por privaciones, dificultades y largas horas de ejercicios?   Los problemas vienen,  pero Cristo es más poderoso… si Dios es con nosotros…¿quién en contra?

Cuando tengas problemas -como la viuda- no te eches a morir, no te quedes en tu casa deprimiéndote.  No te encierres, no dejes de buscar con quien orar, no dejes de ir a la Iglesia, sal a dar un refrescante paseo en tus alrededores,  no dejes de clamar al Señor, buscar Su rostro.  Es la única esperanza. Tienes que proclamar la bendición venidera.

Cuando venga la palabra crisis a tu vida: Sacúdete, sigue adelante, mira hacia el futuro, prosigue a la meta…a esa que el Señor te tiene destinado. Eso es lo que hace un siervo de Dios,  por más luchas y pruebas que padezca.   Si estás vivo vas a tener que batallar.

En 1 de Pedro 4:12 dice: "Amados no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido."  "Como si alguna cosa extraña os aconteciese".  "Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo"  Ese gozaos,  no es el común que se piensa (Ejemplo: Me comí un pedazo de pastel y qué rico estaba),  es un gozaos en el espíritu. Es saber que detrás de la nube y de la prueba viene la bendición… y está la Presencia de Dios.

Jesús -varón experimentado en quebrantos- nace bajo condiciones difíciles y muere bajo condiciones peores,  sin embargo nadie más poderoso que Él. No es solo conocer a Cristo en Su resurrección, sino también en Sus padecimientos.  Para disfrutar de las cosas grandes del Señor, hay que pasar también por las tribulaciones. Y dice el versículo 14: "si sois vituperados por el nombre de Cristo sois bienaventurados porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros."

Cuando estás en prueba, pero firme en el Señor, las alas del Espíritu de Dios se posan sobre ti. Dios está contigo, te  acompaña, te fortalece, te guía, te consuela. Siempre confiesa que Dios está contigo.

Esa mujer de 2 Reyes 4 -en el segundo punto a  enfatizar- es que ella encontró solución.  Se afirmó en el Señor, tomó un tiempecito, y entonces dijo: voy a llegar a la fuente del poder, voy al profeta de Dios…y fue donde Eliseo; le clamó, presentó su necesidad, obedeció sus órdenes…y su bendición llegó.  Eso te sugiero a ti también.

Clamar, no es pedir de forma indiferente ni  casual; es una actitud  decidida, concentrada, clara y determinada.  La Biblia nos dice que tenemos que clamar y Dios nos responderá.  Dios no responde a menos que usted clame.

Jesucristo dice: "Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá."   Santiago dice que nosotros no recibimos porque no pedimos.  Jesucristo nos dice: venid  acercaos confiadamente al Trono de la Gracia. Hay que acercarse al Trono de la Gracia, el Señor está allí esperando pero hay una parte que nosotros tenemos que hacer. Nosotros tenemos que presentarle nuestras necesidades.

Hay muchos versículos que nos invitan a clamar y pedir.  Ejemplo Juan 14:13-14  dice: "Y todo lo que pidas al Padre en Mi Nombre lo haré."  He aprendido que en la oración está el secreto de la victoria, pero no en una oración  de esas religiosas, sino en una oración que clame al Señor.

Presenta siempre tus hijos  al Señor; presenta tus finanzas, tu salud, tus negocios, planes, proyectos, hogar, matrimonio, etc –báñalo todo con la oración-  para que el Señor lo bendiga.  

A Dios le gustan las peticiones específicas; y la gente que clama a Él continuamente. Si un padre sabe dar buenas cosas a sus hijos ¿cuánto más no le dará el Señor a los que claman a Él día y noche? Tenemos que creer que si clamamos al Señor, Él responderá.

Cero oraciones  piadosas  y religiosas.    a las oraciones de guerra,  que lleguen hasta el Trono de Dios y conmuevan Su corazón.    Fe es una actitud de confianza,  y crece con el ejercicio. Es como un músculo…si lo ejercitas crece.   La fe viene por el oír la Palabra del Señor; es una actitud que se va cultivando. Crece mientras reemplazamos gradualmente actitudes depresivas y tímidas, por actitudes de esperanza y militancia en Dios.

Muchos de nosotros hemos tenido vidas tan negativas  y hemos sufrido tanto, por no saber cómo usar las armas de la fe.  A veces sentimos que el diablo nos ha dado tantos palos, y  que ya hemos dejado de creer que Dios tiene buenas cosas para nosotros. Y entonces vamos a la Iglesia solo como algo defensivo. Cuidado!

Usted tiene que pedirle al Señor que reemplace sus pensamientos,  la estructura  de su mente, de su corazón, de sus emociones.  Usted tiene que tomar una dieta de fe, leer buenos libros que le animen, leer en  la Biblia historias donde la gente vence,  leer las promesas de la Escritura… eso ayudará a reprogramar su cerebro!

Cuando tu mente comienza a pensar positivamente,  es increíble  ver cómo todo irá cambiando gradualmente. Dios va a cambiar todo eso que sientes es negativo;  y te dará vigor y capacidad para rebotar en medio de las situaciones; te dará soluciones y pensamientos sabios.

Una reprogramación del cerebro es esencial.  Si tú haces tu parte, Dios hará la suya.   La fe crece mientras reemplazamos gradualmente las actitudes depresivas y tímidas, por una actitud de esperanza y militancia en Dios. Tú tienes que creer para pedir, y tienes que pedir para recibir.  A medida que comiences a ver a Dios contestando tus oraciones y expectativas, tu fe crecerá y se hará más poderosa.

Pruebas y dificultades vienen a la vida, a los hijos de Dios. Entonces, vamos a clamar, a tomar acciones en el nombre del Señor. Levantémonos en fuerza.

Para finalizar,  quiero señalar que cuando la mujer clama a Eliseo se inicia un proceso importante. Así mismo cuando le pides a Dios, comienza no solo a darte lo que tú necesitas, si no que Él quiere ver tu colaboración, quiere que crezcas espiritualmente, que desarrolles tus destrezas y capacidades…que seas un creyente más fuerte.

Ante la pregunta de Eliseo sobre qué ella tiene en casa… ¿Recuerdan ustedes que cada vez que se acercaba un enfermo al Señor, éste  le preguntaba: ¿qué quieres que te haga, qué necesitas de mí?  Un ejemplo es el ciego Bartimeo, quien se acerca y el Señor le dice: ¿qué quieres?  Que vea él le dice.   El Señor quiere escuchar de nosotros, Él quiere que nosotros también participemos.

Cuando el Señor manda a los discípulos a dar de comer a la multitud,  ellos dicen: no tenemos nada.   Jesús dice: busquen entre la multitud. Cuando  van, buscan… regresan con cinco panes y dos peces. Lo que tú le puedes traer al Señor es mucho menos de lo que tú necesitas, pero eso es lo que Él necesita, como base, para hacer el milagro en tu vida.

Yo he aprendido que si quiero bendición, hay algo que tengo que poner. Dios no lo va a dar todo,  porque no quiere que yo sea parásito; sino guerrero.  Él me va a poner a hacer ejercicios y a demandar que pase por luchas y tribulaciones para que me fortalezca en el proceso.  

Siempre hay algo que puedes usar para llevar a cabo una solución.  Dios nunca nos deja desprovistos de soluciones.   Reflexiona, conoce los recursos que tienes, explora dentro de ti.  

Hay un llamado que Dios ha puesto en tu vida, un don, una posibilidad, un potencial; y eso Dios lo puede usar para llevar a cabo grandes milagros para ti.

Volviendo a la mujer: solo una vasija de aceite tenía. Y fue el ingrediente para el milagro!

Tienes que descubrir lo que tienes… tráelo al Señor, preséntaselo.   Es preciso ser gente emprendedora.   Hay una parte que Dios no hará por ti…solamente tú lo puedes hacer.

Hay personas que quieren ser grandes predicadores,  pero no están dispuestos a ir a un seminario o a estudiar la Biblia…a prepararse para lo que quieren.  Asimismo hay personas sin empleo…y Dios le tiene uno muy bueno en alguna parte,  pero es preciso levantarse temprano, salir,  tocar puertas y buscar.  Dios no va a traer al jefe a que toque a su puerta y le diga: quiero darte un empleo.   Probablemente pasarás  por  diez rechazos, pero quizás el número once será la vencida y donde viene la bendición.  

Dios quiere hombres y mujeres llenos de fe, que le den al Reino de Dios, y que lo avancen aquí en la Tierra.  Mantén tu fe en alto.

Dios no bendice más a muchos cristianos, porque no se atreven a creerle, no se atreven a darle más, no invierten más, no son generosos con el Señor. La Biblia dice que el que siembra escasamente,  escasamente segará; el que siembra generosamente,  generosamente cosechará.

La gente bendecida y próspera en los caminos del Señor,  es emprendedora, atrevida,  entregada, generosa para con el Señor;  es sin ambigüedades. Su vida, sus propiedades, su tiempo, su cuerpo, su familia es de Dios.

Sea generoso con Dios, y espere cosas grandes de Él. Dele medida apretada, no guarde cuentas con Dios y el Señor no se cansará de bendecirte, bendecirte, bendecirte.

Busca todas las vasijas que puedas.  La bendición dependerá de la inversión.   ¿Sabes que tú tienes poder para limitar las bendiciones de Dios en tu vida? Según tu fe, tu inversión, tu capacidad para creerle al Señor, contribuirás para cambiar  tu visión.   Pide al Señor que reprograme tu cerebro.

¿Recuerdan la historia del Rey Joas? Eliseo le dijo: "golpea la tierra con las saetas que tienes en la mano" y éste -hombre mediocre en la fe-  golpeó  solo tres veces. ¿Y qué le dijo Eliseo? Si hubieras golpeado la tierra cinco o seis veces,  no tres como lo hiciste, hubieras derrotado a los sirios hasta que no quedara ni uno solo, pero ahora los vas a derrotar sólo tres veces.

Podemos limitar o liberarnos,  depende de cuán en serio  lo tomemos,   y cuán atrevidos seamos en esperar cosas grandes del Señor.

En este 2013, conviértete en gente de fe, guerrera; deja de lado la religión, la cual nunca salvó a nadie. Deje la falsa piedad. Deja el solo venir a la Iglesia los domingos.  Conviértete  en guerrero de Dios.  Vive la vida cristiana en serio. Es tiempo de crecer en el Señor.

Pon tu Biblia  en un lugar escogido, levántese media hora antes, y léela.   Entrégale tu familia al Señor. Ora por ella.  Asiste a tu iglesia con más frecuencia.  Refuerza tu ánimo.   Clama, sírvele, da, trabaja para al Señor; entrégale todo.  Vive un vida cristiana legítima y auténtica;  y te prometo -en el nombre del Señor-  que vas a tener un cambio radical en tu vida.

Mucho más poderoso es el que está con nosotros, que el que está allá afuera en el mundo. Ningún arma forjada contra ti prosperará dice el Señor. Saldrán por ti por un camino y saldrán huyendo por siete.

El Señor no dejará que tu cesto carezca de pan, Él te ha llamado a bendición, a vida abundante…no a derrota.

Te preguntarás dónde están tus enemigos. Te olvidarás de los días de la sequía y la aflicción,  porque Dios los reemplazará con días de bendición y de gozo.

Crece en las cosas del Señor. Deja que Su Palabra sea fuerte en ti. Créele, Él tiene buenas cosas. "Porque Yo sé los pensamientos que tengo para vosotros, pensamientos de bien y no de mal, para daros el fin que esperáis" dice el Señor.  Ponte de pie, recibe los propósitos del Señor.

 Si vienen pruebas ten un bate bien grande para batearlas de home-run fuera del campo. Si lo que vienen son dificultades, recuerda que el Señor es más que poderoso... "Clama a Mí y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." Clama al Señor, deja que Él te lleve a través de las luchas, Él te sacará a un valle seguro y te pondrá en tierra firme!

 

jueves, 3 de enero de 2013

"El Poder de la Presencia de Dios"

  “Y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra”, Ezequiel 38:20

Todos debemos acercarnos confiadamente a la presencia de Dios con adoración y acción de gracias, reconociendo su favor y gracia que nos limpia, libera y llena en todo. Cuando verdaderamente le conocemos íntimamente desarrollamos el concepto correcto sobre su majestad y grandeza.

Es ante la presencia de Dios que nuestros sufrimientos desaparecen, las cargas se olvidan y sólo queda un profundo respeto y reverencia a Su nombre. Muchas cosas suceden cuando nos postramos ante su presencia; veamos tres de ellas:

1- Nada somos cuando nos alejamos de la presencia del Señor: cuando no pasamos tiempo con Dios, cuando nos alejamos de su presencia, nos exponemos a la adversidad, somos más vulnerables a los ataques del enemigo. Un ejemplo lo tenemos en la vida de Jonás: él disfrutaba de la presencia de Dios cuando fue llamado a predicar a Nínive; sin embargo, en lugar de obedecer “Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis…”, (1:3). Sabemos que después Jonás fue arrojado del barco donde navegaba mientras huía de Dios, y fue tragado por un gran pez que DIOS había preparado para él, en donde estuvo por tres días y tres noches. Fue ahí, donde alejado de la presencia de Dios, en medio de la crisis, él reconoció que sin Dios, nada era. Muchas de las veces, Dios permite la adversidad o la crisis para traernos de nuevo ante su presencia, al mismo tiempo que produce obediencia en nosotros y forma nuestro carácter.

2- Nuestra iniquidad es confrontada: cuando nos acercamos a Dios, ¿puede alguno de nosotros justificarse por sus trasgresiones o iniquidades? ¡No se puede! Cuando hemos fallado o cuando tomamos decisiones que nos alejan de Dios, es cuando más nos damos cuenta cuán lejos estamos de su presencia. En ocasiones nos enfocamos en tener su poder o su unción, sin saber que es en la intimidad con Dios que estas cosas vienen por añadidura.

3- Seremos transformados: el apóstol Pablo les dijo a los corintios: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”, (2ª Cor. 3:18). ¡Nos convertimos en lo que miramos! Aquél sobre quien está nuestra atención, Dios mismo, ejerce su influencia sobre nuestra vida, nos transforma a su imagen, pule nuestro carácter e imprime en nosotros el sello de su presencia.

El deseo de Dios para nosotros es que seamos llenos de su presencia. ¿Queremos tener victoria sobre el pecado? ¿Queremos tener total libertad del poder del enemigo? ¿Anhelamos ser como Cristo? Entonces, ¡necesitamos su presencia! Ninguno que pasa tiempo con Dios en intimidad puede seguir siendo el mismo; su presencia nos transforma, nos llena, nos renueva, nos ¡vivifica!

Todo temor se va cuando pasamos tiempo con Dios; la paz y el gozo del Señor llenarán nuestro corazón y la soledad no se enseñoreará ya más de nosotros.

(De lapalabraparahoy.blogspot.com)

SABADO .. ¡TODO LO QUE RESPIRE, ALABE A DIOS!

Sábado 27.04.24 Salmos 150.1,2,6 “ ¡Alabado sea Dios en su templo! ¡Alabado sea en la majestad del firmamento! ¡Alabado sea por sus proez...