lunes, 29 de febrero de 2016

"Cuál es el Deseo de su Corazón?"

MEDITACIÓN 29.2

Juan 16.23-24 "En aquel día no me preguntarás nada. De cierto, de cierto te digo, que todo cuanto pidas al Padre en mi nombre, te lo daré. Hasta ahora nada has pedido en mi nombre; pide, y recibirás, para que tu gozo sea cumplido"

Si tuvieras que nombrar el deseo que hay en tu corazón, ¿tendrías una respuesta? ¿Cuánto tiempo te llevaría expresar tu anhelo más profundo y sincero?

Por supuesto, todos tenemos una lista interminable de cosas que queremos, ya sea un televisor de pantalla grande, un vehículo nuevo, un ascenso en el trabajo o el respeto que pensamos que merecemos. A nuestra lista de deseos añadimos y quitamos cosas todos los días; nuestros deseos son, con frecuencia, dictados por lo que tienen las personas que nos rodean. A veces, ver simplemente el automóvil nuevo de un amigo nos produce la “fiebre del carro”, incluso si tenemos un automóvil excelente.

Nuestros deseos van y vienen, pero ¿qué de nuestros verdaderos anhelos? Si usted nunca ha dedicado tiempo para meditar con detenimiento acerca de este asunto, es posible que ni siquiera sepa cuáles son los deseos de su corazón. Y si ese es el caso, ¿cómo puede pedirle a Dios que se los conceda? La sencilla respuesta es que no será posible.

No saber lo que deseamos en realidad, nos lleva a presentar a Dios una serie de peticiones al azar, incoherentes y poco sinceras. A veces, el Señor responde misericordiosamente estas peticiones, y otras veces nos protege de ellas. Si nuestras peticiones no se basan en la oración y en la sinceridad de corazón, es posible que nunca entendamos por qué se quedan sin respuesta.

¿Es capaz de articular el deseo que hay en su corazón hoy? Si no es así, dedique tiempo para orar esta semana en cuanto a este asunto. Primero, pídale al Señor que abra sus ojos a lo que Él desea para usted; y luego, que cambie su corazón para que pueda apropiarse de esos deseos.
(De Encontacto.org)

viernes, 26 de febrero de 2016

"La Victoria Sobre el Pecado"

MEDITACIÓN 26.2

Tito 2.11-14 "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras."
El pecado no tiene favoritos. Ataca a todo el mundo, sin tener en cuenta edad, raza o condición económica. No importa la forma que tome, siempre nos tienta para que hagamos nuestra voluntad. La rebelión es dañina y atractiva, y la repetición de conductas pecaminosas nos esclaviza.
La desobediencia comienza en nuestra mente. Una vez que la mente se involucra, la influencia se extiende a nuestra conducta y avanza hasta que finalmente estamos más afianzados en ella de lo que jamás imaginamos. Todo el proceso esta impregnado por engaño. Nos decimos que lo que hacemos no tiene nada de malo. Al fin y al cabo, todo el mundo se comporta igual.
Las exigencias del pecado siguen aumentando; sus beneficios son solo a corto plazo. Al final, experimentamos vacío en vez de satisfacción, dolor en vez de bienestar y pérdidas en vez de ganancias. El pecado divide nuestra mente y nuestras emociones. Entonces pasamos menos tiempo cumpliendo con nuestras responsabilidades, y más satisfaciendo nuestras ansias. También nuestro interés y nuestra preocupación por los demás se reducen. Con el tiempo, los sentimientos de culpa y de haber sido engañados hacen sentir sus efectos y llevan a deseos autodestructivos.
La fe en Cristo nos libra de la dominación del pecado. Por medio del Espíritu Santo tenemos el poder de rechazar los hábitos que nos controlan. El camino hacia la libertad comienza con la confesión, seguida por el reconocimiento de que no podemos detenernos por nuestra cuenta y, finalmente, con el compromiso a seguir la dirección de Dios. La lucha puede ser fuerte, pero en Jesús la victoria es segura (1 Corintios 15.57). 
(De Encontacto.org)

jueves, 25 de febrero de 2016

"La Batalla Contra el Pecado"

MEDITACIÓN 25.2

1 Corintios 10:1-13 "Porque no quiero, hermanos, que ignoren que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual,  y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni sean idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día 23 mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuren, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.  Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.  Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no les dejará ser tentados más de lo que puedan resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar."
Dios estableció límites de protección para sus hijos porque sabe los peligros que acarrea la desobediencia, tanto para el transgresor como para los que son afectados por el pecado. Su Palabra nos advierte que no debemos ceder al pecado, sino obedecer a Cristo con una vida de abnegación, que es la vía que conduce al gozo.
Sin embargo, el mundo dice que la satisfacción se encuentra en la adquisición de riquezas, poder y amigos. Satanás susurra la mentira de que la felicidad se logra cediendo a los deseos. Su propósito de apartarnos de Dios comenzó con la tentación de Adán y Eva, a quienes Dios había dado acceso a todos los árboles del huerto, menos a uno. El primer hombre y la primera mujer se salieron de los límites puestos por el Señor, comieron del árbol prohibido y se vieron separados de Dios. Satanás utilizó la duda (“¿Conque Dios os ha dicho?”), la mentira (“no moriréis”), y el autoengaño (“seréis como Dios”) para lograr su propósito (Génesis 3.1-5). Hizo parecer muy atractiva la rebelión contra Dios, que es la raíz de todo pecado. Sus métodos siguen siendo los mismos hoy.
La única manera que tenemos para resistir el mundo, los susurros del enemigo y nuestros deseos egoístas es sumergirnos en la Palabra de Dios. Debemos centrar nuestra atención en conocer al Señor en su plenitud, creyendo sus promesas y obedeciendo sus mandamientos. Solo mediante una relación con Dios podremos dar la batalla contra el pecado y mantenernos firmes.

Permita que el Señor le hable hoy por medio de su Palabra. Él tiene mucho que decirle.
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martes, 23 de febrero de 2016

"Cómo Deshacernos del Orgullo"

MEDITACIÓN 23.2

1 Pedro 5.1-7 "Ruego a los ancianos que están entre ustedes, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacienten la grey (rebaño) de Dios que está entre ustedes, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estén sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestidos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él les exalte cuando fuere tiempo; echando toda tu ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de ustedes."
Para volvernos humildes, debemos primero estar dispuestos a detectar el orgullo en nuestro corazón. Pero reconocerlo no es lo mismo que deshacerse de él.
A continuación varios aspectos del orgullo, y la solución para enfrentarlos.
1.Posesiones. Podemos comenzar dando honra a Dios con nuestro diezmo. Él promete que 9 décimas rendirán más que 10. El paso siguiente: dar a alguien necesitado, que no pueda devolverle algo a cambio. Pero no exhiba su generosidad; manténgala lo más secreta que pueda (Mateo 6.1-4).
2.Posición. Reconozca que todo lo que ha logrado se lo ha dado Dios (Isaías 26.12). Pídale después que le muestre un área de servicio que no tenga ninguna figuración o reconocimiento. Por saber que el Señor valora todo tipo de servicio, no debemos vacilar en solicitar uno que sea menos destacado de lo que estamos acostumbrados. Nuestra posición en este mundo importa solo si la utilizamos para dar gloria a Dios (Santiago 1.9-11).
3.Privilegio. Entienda que muchas cosas de las que pudiera enorgullecerse le han llegado como privilegios. Realmente, ninguno de nosotros es artífice de su éxito; no importa lo mucho que usted haya trabajado, otros también se han sacrificado para darle oportunidades y libertades. Recuerde que es, en realidad, la gracia de Dios la que lo ha bendecido con todos los conocimientos que tiene.
No importa la clase de orgullo con el que batallemos, tenemos que dejar de centrarnos en nosotros para enfocarnos en Dios y luego en los demás. Si estamos dispuestos a enfrentar nuestro orgullo, Dios lo sustituirá por un espíritu de humildad que corresponde con quienes somos en Cristo.

(De Encontacto.org)

lunes, 22 de febrero de 2016

"Un Obstáculo para la Humildad"

MEDITACIÓN 22.2

Proverbios 6.16-19 "6 cosas aborrece Jehová, Y aun 7 abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos."

La humildad es una convicción sana de nuestros méritos, talentos y logros. En la vida de cualquier creyente puede existir un gran obstáculo para la humildad: el orgullo. Pensar en uno como superior a los demás es lo opuesto a la humildad de corazón que Dios nos pide que demostremos (Filipenses 2.3). El orgullo es engañoso, pues es posible que no lo reconozcamos. Aun más peligrosa es la persona que es orgullosa por dentro, pero aparenta ser humilde por fuera. Sin embargo, no podemos engañar a Dios.

Nuestro Padre celestial detesta el orgullo porque conoce su poder destructivo. Cuando somos orgullosos, decimos, en realidad, que sabemos más que Dios. El Señor pone al orgullo (“los ojos altivos”) en el primer lugar de la lista de siete abominaciones. Eso no significa que Él odia a la persona orgullosa. Dios nos ama a todos; pero aborrece todo lo que pueda dañarnos.

El orgullo bloquea nuestra comunicación con Dios. Cuando Jesús estuvo de pie delante del rey Herodes, quien tenía fama de ser orgulloso, el Señor se negó a responder sus preguntas (Lucas 23.9). Igualmente, nosotros no podemos venir a Dios con orgullo y esperar que nuestras oraciones sean respondidas. Nuestra dignidad no es lo que Dios toma en consideración para responder nuestras oraciones; la verdad es que no somos dignos. Pero Dios responde a nuestra necesidad.

Si intentamos vivir con nuestras fuerzas, podemos esperar que Dios arruine nuestros éxitos (2 Crónicas 26), ridiculice nuestros planes (Salmos 2.1-5) y nos quite nuestra posición (Daniel 5). Él quiere que renunciemos a nuestro orgullo antes de que nos destruya.
 (De Encontacto.org)

viernes, 19 de febrero de 2016

"La Esperanza del Regreso de Jesús"

MEDITACIÓN 19.2

1 Tesalonicenses 4.13-18 "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras."
A lo largo de la historia, la gente ha debatido qué sucederá después de la muerte. Este tema sigue siendo un misterio, pues los que mueren no pueden contar sus experiencias.
Pero la Palabra de Dios dice muchas realidades sobre la vida después de la muerte. En el pasaje de hoy, Pablo explica lo que les sucederá, después del regreso de Cristo, a los creyentes muertos y a los que estén viviendo todavía.
1ero. Jesús descenderá del cielo de una manera muy parecida a su ascensión (Hechos 1.11). Luego, Dios resucitará los cuerpos de los creyentes que hayan muerto. (Por supuesto, sabemos por 2 Corintios 5.8 que sus espíritus habrán estado con Jesús desde el momento de su muerte física). Luego, los cristianos que sigan estando vivos serán transformados; ascenderán para recibir a Cristo en el aire, y morarán con Él para siempre.
Aunque debemos esforzarnos por glorificar a Dios cada día, mientras estemos vivos es importante estar conscientes de los acontecimientos futuros. La razón está en 1 Tesal. 4.13: “Para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”. En efecto, según el v. 18, debemos alentarnos unos a otros sabiendo lo que sucederá cuando el Señor Jesús regrese. Por saber lo que se sufre en esta vida por las tragedias, muertes y enfermedades, Dios nos da una señal del maravilloso futuro que nos tiene reservado.
¡Qué Dios tan amoroso tenemos! Él comprende nuestros dolores y nos da esperanza, consuelo y fortaleza para soportar las aflicciones de la vida. Deléitese en la esperanza que Dios nos ha dado.
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jueves, 18 de febrero de 2016

"Cómo Escuchar el Llamado"

MEDITACIÓN 18.2
Hechos 6.4 "Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra."
Moisés escuchó la voz de Dios desde una zarza ardiente (Éxodo 3). Isaías tuvo una visión del trono celestial (Isaías 6). Sin embargo, la mayoría de quienes obedecen al Señor para ir al campo misionero reconocen su llamado constante. Es un susurro en su espíritu que les dice: “¿Cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10.14).
Es mejor si el Señor no tiene que utilizar un recurso severo para captar nuestra atención. Piense en el obstinado Saulo, quien necesitó que el Señor lo cegara temporalmente para ponerlo en el campo misionero (Hechos 9.3-9; 26.13-18). ¡Prefiero escuchar el silbo apacible y delicado del Señor! (1Reyes 19.12).
Podemos tratar de ignorar el impulso en el corazón, evadir la pregunta con actividades o satisfacerlo dando dinero, en vez de aceptar la invitación. Algunos la rechazan, pero el llamado sigue allí. La voluntad de Dios es definitiva y su plan es firme. A pesar de que podemos correr, no podemos escapar de su llamado a obedecer (Jonás 1.1; 3.1).
El sendero de la obediencia se caracterizará, sin duda, por los desafíos. Pero las dificultades son parte de la vida: en el hogar o en el extranjero, en el trabajo misionero o en el trabajo secular. Por fortuna, las recompensas son mayores que cualquier dificultad. Recuerde que Cristo le prometió a Pedro un rendimiento centuplicado por su inversión en el reino (Marcos 10.28-30).
Llevar el evangelio es una gran oportunidad de servir a Dios. ¿Qué mejor manera de darle las gracias por salvarnos y por escribir nuestro nombre en el libro de la vida? Si el silbo apacible y delicado del Señor le está llamando, acéptelo, y vea qué obra tan maravillosa podrá Él hacer por medio de usted
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miércoles, 17 de febrero de 2016

Lealtad al Cordero

"El Llamado Misionero"

MEDITACIÓN 17.2

Mateo 4.18-22 "Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron."
He escuchado todas las excusas que usted puede imaginar para evitar el servicio misionero. “No he estudiado en el seminario”. “No sé predicar”. “Mi familia no me apoyará”. “Soy muy viejo”. La lista es interminable. Déjeme decirle que hay miles de misioneros activos que también pensaron que Dios no podría usarlos. Muchas veces he tenido el privilegio de escuchar sus historias de cómo el Señor convirtió su resistencia en entusiasmo.
Podemos tener un montón de excusas de por qué Dios no debe llamarnos a llevar el evangelio. Pero su llamado no es para que lo discutamos; Él espera una respuesta de obediencia y entrega.
Nuestra única responsabilidad es aceptar el llamado de Dios. La responsabilidad del Señor es equiparnos para la obra que nos ha asignado. A la vida de cada cristiano le ha sido trazado un plan personal, y Dios provee la personalidad y el temperamento adecuados. Luego añade las aptitudes que pueden ser desarrolladas y los dones espirituales necesarios para realizar la misión dada por Él.
Dios hace su llamado con sabiduría y discernimiento. Él sabe por qué le creó y lo que usted puede hacer por medio de Él (Efesios 2.10). Rechazar la invitación de Dios es una insensatez, pues servir al Señor trae bendición y gozo.
El trabajo misionero puede hacerse cerca o lejos. Usted puede servir: desde su casa, escribiendo a los encarcelados; en la calle, sirviendo comida en un albergue; al otro lado del país, dando ayuda en caso de inundaciones; o en un país extranjero traduciendo el evangelio. En resumen, un llamado misionero es cualquier cosa que Dios le diga que haga
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martes, 16 de febrero de 2016

"La Pregunta Misionera"

MEDITACIÓN 16.2

Romanos 10.11-15 "Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!"

Dígale, cada día, a Dios: “Estoy a tu disposición, Señor. Iré a otras tierras si me lo pides”. Pero hasta que Él me diga que haga las maletas, seguiré apoyando a otros para que trabajen entre los no creyentes en los lugares más remotos.

El apóstol Pablo hace una serie de preguntas retóricas, que puede resumirse así: ¿Cómo escuchará el mundo de Cristo si uno no hace nada? Dios nos usa para que difundamos el mensaje de que su plan de salvación está disponible para todos. Él nos puso en familias, comunidades y naciones para que nos mezclemos y compartamos lo que sabemos. Pero algunos creyentes son llamados a llevar el evangelio más lejos que otros. Quienes se quedan atrás deben orar por quienes viajan, y apoyarlos con sus recursos.

Si usted piensa, “mi corazón no está en el trabajo misionero”, sepa que cada creyente está llamado a hacer labor misionera, ya sea yendo o enviando. Ese llamado viene de una manera dramática a algunos; pero, para la mayoría de nosotros es simplemente un precepto bíblico que hay que obedecer (Mateo 28.19). Lo que les falta, a quienes no tienen un “corazón” para esta labor, es pasión. Los cristianos que comparten, van y envían, son aquellos a quienes les entusiasma que el mensaje de Dios llegue a los no creyentes.

Le reto a preguntarle a Dios: “¿Estoy dispuesto a ir donde me envíes?” Nuestras raíces en una comunidad deben tener solo la profundidad que el Señor quiera que tengan. Si usted no tiene el llamado de ir, elija entonces ser alguien que envía a otros. Ore, ofrende y haga lo que sea necesario para poner a otros en el campo misionero.     (De Encontacto.org)

lunes, 15 de febrero de 2016

"Nuestra Tarea Misionera"

MEDITACIÓN 15.2
Hechos 13.1-4  "Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.  Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.  Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre."
Pablo y Bernabé fijaron el patrón para el trabajo misionero de la iglesia cuando obedecieron el llamado de Dios de lanzarse a la tarea. El cuerpo local de creyentes —los que se quedaron para predicar de Cristo a sus vecinos y amigos— equiparon a estos hombres para su viaje. Lo hicieron por las mismas razones que se aplican hoy día:
La condición espiritual de la humanidad. En Romanos 1.21-32 se describe a este mundo pecador. El pecado conduce a las personas a una pendiente resbaladiza que los lleva a tener una conciencia depravada y, al final, una mente incapaz de discernir lo correcto.
La provisión espiritual de Dios. El Padre celestial respondió a la condición de la humanidad con su gracia al enviar a su único Hijo para salvarnos. Cristo llevó en la cruz el pecado de todos nosotros: los vivos, los que ya no viven y los que nacerán. La oferta de salvación es para todos; la gracia de Dios no tiene en cuenta raza, religión y color (Romanos 10.12). Quienes creen en Cristo han sido perdonados de su pecado, y pasarán la eternidad con Él.
La comisión dada por Jesucristo. Hechos 1.8 dice que recibimos el Espíritu Santo para dar testimonio eficaz a quienes necesitan salvación. Notemos que no debemos ir solo al lugar donde vivimos y trabajamos, sino a todo el mundo, donde hay personas esperando escuchar las buenas nuevas.
El propósito de la iglesia es adorar y testificar. Algunos irán, y otros enviarán, pero todos estamos llamados a la tarea de difundir el evangelio. No se trata de una sugerencia; es una orden (Mateo 28:19). Los creyentes debemos involucrarnos en la tarea misionera. (De Encontacto.org)

#CristoelMisioneroPerfecto

viernes, 12 de febrero de 2016

"El Llamado a Servir"

MEDITACIÓN 12.2

Filipenses 2.7-9 "sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre"
Cuando se trata de servir en la iglesia, las personas rara vez piden cargos donde pasarán desapercibidos. Generalmente, piden que los involucren en posiciones de liderazgo. No tiene nada de malo presidir un comité, pero Dios nos llama a tener el corazón de un siervo: desea que nuestra motivación sea glorificarlo.
A lo largo de los años, he tenido muchas conversaciones con jóvenes que estudian teología. Innumerables veces me han expresado el deseo de estar al frente de una iglesia grande. Y quienes son llamados por una congregación pequeña luchan con frecuencia con el sentimiento de que no son importantes.
Mi palabra de ánimo para ellos es la siguiente: Dios nos pone donde Él quiere que sirvamos pues nos ama; y en cada tarea que realicemos debemos darnos por completo, ya sea una sola persona o una multitud la que nos escuche. En última instancia servimos a Jesús, y a Él no le preocupa el reconocimiento que recibamos. Él desea nuestra obediencia y nuestro mejor esfuerzo. Y esto es cierto no solo para los pastores, sino también para todos los creyentes.
Son muchas las razones por las que el Señor nos llama a servir. Primero, nos libra de la soberbia y la egolatría para que nos enfoquemos en Él. Segundo, proclamamos nuestro amor a Cristo por medio de nuestro interés por los demás. Tercero, Dios prueba y purifica nuestros corazones por medio del servicio.
¿Cómo define usted el éxito? Una respuesta común es “el logro de objetivos predeterminados”. Pero la definición de la Biblia es diferente. El Señor desea que descubramos su plan, le obedezcamos y lleguemos a ser todo lo que Él se ha propuesto que seamos.
(De Encontacto.org)

jueves, 11 de febrero de 2016

"Un Verdadero Siervo"

MEDITACIÓN 11.2

Juan 13.1-15 "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, 3. sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, 4. se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. 6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7. Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. 8. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. 11. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. 12. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13. Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis."

"¿Equipara usted el éxito con riqueza, prestigio y poder? Si lo hace, entonces Jesús, quien fue rechazado y que ni siquiera tuvo casa propia, sería un fracasado. Pero, por supuesto, sabemos que ese no fue el caso. De manera que Dios debe usar algo distinto para definir el éxito. En efecto, la Biblia es precisa cuando dice que Jesucristo es nuestro ejemplo; debemos esforzarnos por ser como Él.

Entonces, ¿cuál fue exactamente la misión de nuestro Salvador? En el pasaje de hoy, vemos la respuesta por sus acciones: Él vino a servir. Los discípulos, que querían tener reconocimiento y recompensas, discutían sobre quién sería el más grande en el cielo. En cambio, Jesús se quitó su manto e hizo el trabajo del siervo más humilde: lavó los pies sucios de sus seguidores. Al día siguiente, el Dios Todopoderoso fue crucificado por su propia creación. Al permitir esto, ofreció la salvación a todos, incluso a quienes lo clavaron en una cruz.

Jesús merecía la gloria, pero eligió el sacrificio y el dolor. Y nos pide que sigamos su ejemplo de servicio. Con la excepción de Judas, todos sus discípulos obedecieron. De hecho, todos enfrentaron grandes dificultades y la mayoría de ellos sufrió una muerte brutal por su fe. Pero aceptaron gustosamente la senda de la humildad por lo que el Señor les había enseñado: “Los primeros serán postreros, y los postreros, primeros” (Mateo 20.16).

¿Cómo invierte usted sus recursos y su tiempo? ¿Qué temas dominan sus pensamientos y su conversación? Estos son indicadores de sus objetivos. Es posible que anhele el reconocimiento del mundo, pero Dios tiene un llamado superior para sus hijos. Pídale que le dé una actitud de siervo en su corazón. (DeEncontacto.org)

miércoles, 10 de febrero de 2016

"El Impacto de la Oración"

MEDITACIÓN 10.2

Mateo 7.7-11 "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?"
Quienes pidan, recibirán. Quienes busquen, encontrarán; y quienes toquen puertas, se les abrirá. De modo que hay que pedir, buscar y tocar.
El Señor quiere que oremos, no solo porque eso le honra, sino también porque nos ayuda a crecer más profundamente en nuestra relación con Él. Además, la oración nos permite participar de su obra en el mundo. En todo momento podemos orar por alguien en cualquier lugar del mundo, y confiar en que el Señor de todo el universo nos escuchará y responderá de la manera más efectiva.
Por esta razón: La oración es una de las mejores maneras de involucrarse en el trabajo de Dios. ¡Es maravilloso privilegio poder participar en la expansión del reino de Dios, pidiendo al Señor que ayude a sus hijos a influir poderosamente en su creación!
Otra razón por la que el Señor nos enseña a orar: Para edificar nuestra fe en Él. Aun el hombre pecador da regalos a sus hijos. ¡Cuánto más nuestro Dios santo se goza en dar cosas buenas a quienes le pidan! Él se complace en ayudarnos a crecer en la fe, a medida que aprendemos de su Palabra, estamos conscientes de su presencia y permitimos que sus pensamientos y caminos sean los nuestros. El Señor se deleita en responder nuestras oraciones.
La Palabra de Dios nos dice que Él es fiel, no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2.13). Dedique tiempo -de cada día- para hablar con el Señor, escucharle, y aprender de Su verdad.
(De Encontacto.org)

lunes, 8 de febrero de 2016

"El Costo de Nuestra Salvación"

MEDITACIÓN 8.2

Filipenses 2.5 y 8  "Haya, pues, en ustedes este sentir que hubo también en Cristo Jesús,  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz."

En nuestro mundo actual (banca electrónica, tarjetas de crédito...) es fácil ignorar lo que cuestan las cosas. Igual sucede con el pecado. Nuestra cultura disfruta de los placeres temporales, sin tener en cuenta el costo del pecado (Romanos 6.23).

La Biblia SI nos dice lo que tuvo que pagar Jesucristo por nuestro pecado... 

Sufrió:
Dolor físico: En las horas previas a su crucifixión, Jesús fue ridiculizado, golpeado y humillado. En su debilitado estado, fue obligado a llevar la cruz. Después fue clavado en ella y levantado para sufrir una muerte atroz.

Pecado del hombre: Jesús vivió una vida libre de pecado, no conoció vergüenza o remordimiento. Pero en la cruz, el Padre puso todos los pecados de la humanidad en el Salvador (2 Corintios 5.21). Allí, Cristo experimentó la plenitud de nuestras transgresiones, y de nuestra culpa y vergüenza.

Abandono: En sus horas finales, Jesús fue separado de su Padre (Marcos 15.34); la comunión que habían tenido desde la eternidad fue rota por 1era y única vez. Nuestro pecado se convirtió en la barrera que nos había mantenido separados de Dios, hasta que Cristo consumó su obra expiatoria (Juan 19.30).

Castigo divino: La ira de Dios se derramó sobre Cristo a causa del pecado del hombre. Cristo experimentó la condena que nosotros merecíamos (Isaías 53.5-6; Romanos 5.9).

Nuestro Salvador sufrió en extremo por nosotros. Dio su vida para que pudiéramos ser parte de la familia de Dios (Juan 1.12).

(De Encontacto.org)

#Cristo.Solo.Él.Salva.tu.Alma



viernes, 5 de febrero de 2016

"La Clave Para Sobrevivir en los Tiempos Difíciles"

MEDITACIÓN 5.2
Hebreos 11.23-29 "Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por 3 meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados."
En el pasaje de hoy, leemos cómo Moisés soportó tiempos difíciles: por medio de la fe. Todo creyente enfrentará tiempos de dificultades. Lo que hay que recordar es que los tiempos difíciles son ...
Inevitables. “El hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba” (Job 5.7). Todos experimentaremos tiempos difíciles. Tendremos presiones económicas, problemas familiares y de salud, dificultades laborales, oposiciones —la lista es interminable. Aprendamos a reaccionar de la manera que Dios desea.
Capaces de destruirnos o de hacernos crecer. ¿Alguna vez ha notado usted cómo algunas personas reaccionan de manera diferente frente a las mismas situaciones? Algunas se vuelven más reflexivas, mientras que otras se desmoronan o incluso son destruidas por la prueba. Nuestra reacción dependerá de la perspectiva que tengamos.
Superables. La clave está en aprender a caminar conscientes de la presencia de Dios. Moisés fue una demostración de esto al buscar liberar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Había aprendido a “ver” al Dios invisible caminando a su lado, y a estar consciente de su presencia. Moisés no puso su atención en los egipcios, en el poder de Faraón, ni en los hijos de Israel. Su atención estuvo puesta en Dios.
¿Qué tan consciente está usted de la presencia del Señor? ¿Cree en su protección y suficiencia? Moisés no siempre tuvo tal conciencia; tuvo que desarrollarla. Nosotros, también, la tendremos si buscamos al Señor. (EnContacto.org) 
#Cristo.Solución.en.Dificultades

jueves, 4 de febrero de 2016

"Eficacia de la Voluntad de Dios"

MEDITACIÓN 4.2
Éxodo 3.1-22 Tómese un poquito de tiempo, use su Biblia, lea este capítulo 3... le será de gran bendición y edificación.   Trata sobre Moisés, la zarza ardiente, su llamado, su envío a sacar al pueblo de Israel desde Egipto, su respuesta ante Dios (se consideró no acto para la encomienda),  las instrucciones de Dios para lo que haría, su promesa de estar con él...
Ayer vimos el fracaso de Moisés al tratar de liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto, pero hoy vemos que le fue dada una segunda oportunidad para hacer las cosas a la manera de Dios. Si podemos aprender las lecciones que aprendió Moisés en cuanto al peligro de confiar en uno mismo, y la importancia de depender del Señor, nos ahorraremos muchas dificultades.
Si decidimos someternos al plan de Dios, Él hará cosas grandiosas en y por medio de nosotros. A pesar del fracaso de Moisés, el Señor lo usó para llevar a cabo su plan divino, pero solo después de librarlo de su autosuficiencia.
Observe lo que Dios logró cuando Moisés le obedeció:
1. Le mostró las grandes cosas que podía hacer por medio de una persona que depende de Él.
2. Hizo más cosas en menos tiempo, y con menos recursos, sin necesidad de ninguna insurrección ni guerra prolongada.
3. Demostró su superioridad en cuanto a la manera de hacer las cosas, librando a más de dos millones de personas sin la pérdida de una sola vida hebrea.
4. Los esclavos se marcharon libres y con las riquezas de sus captores (Éxodo 3.21- 22).
5. Demostró tanto a israelitas como a egipcios que solo Él es el Dios de los cielos y de la tierra.
Nuestros fracasos en el pasado nunca son un obstáculo para que Dios quiera o pueda usarnos. De hecho, nuestra debilidad es una gran oportunidad para que Él muestre su gloria.
(De Encontacto.org)

#Cristo.Camino.Verdad.Vida

miércoles, 3 de febrero de 2016

"A Nuestra Manera, o a la Manera de Dios"

MEDITACIÓN 3.2

Éxodo 2.11-25 "En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.  Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.  Al día siguiente salió y vio a 2 hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?  Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto.  Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.
Y estando sentado junto al pozo, 7 hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.  Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas.  Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto?  Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas.  Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma.  Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés.
Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena.  Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.  Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.  Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios."
Cada vez que se presentan problemas, tenemos 2 maneras diferentes de actuar: a la manera de Dios, o a la nuestra. Moisés es ejemplo de un hombre que, en ocasiones, probó ambas opciones. En el pasaje de hoy, vemos lo que sucedió cuando tomó un asunto en sus manos. Aunque su deseo era aliviar el sufrimiento de su pueblo, utilizó las vías incorrectas.
Moisés cometió tres errores:
1. Se centró en la dificultad, no en el Señor. ¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo? La injusticia o dolor de una situación se apodera de nuestra atención, y en la búsqueda de solución nos olvidamos de nuestro Dios todopoderoso.
2. Confió en sus propias fuerzas y entendimiento. Cuando surge un problema, la reacción más natural es hacer lo que esté en nuestro poder para solucionarlo.
3. Actuó impulsivamente en vez de esperar en el Señor. Si una situación nos parece urgente, es probable que nuestra prioridad sea solucionar el problema lo más rápido posible.
La manera nuestra puede parecer lógica en el momento, pero pensemos en qué tan eficiente fue Moisés en el logro de su objetivo. Un egipcio fue asesinado, pero el pueblo hebreo no reaccionó favorablemente. Cuando Faraón se enteró de lo sucedido, lo buscó para matarlo, y Moisés tuvo que huir de Egipto.
Todos hemos seguido el ejemplo de Moisés en algún momento, y sufrido las consecuencias. Sin embargo, Dios no rechazó a Moisés ni anuló los planes que tenía para él. En vez de eso, depuró su carácter por medio de pruebas, y le dio otra oportunidad. ¿Acaso no hará Dios lo mismo con nosotros?
(De Encontacto.org)
#Cristo.Camino.Verdad.Vida

martes, 2 de febrero de 2016

"El Llamado a Tener Valentía"

MEDITACIÓN 2.2

Josué 3.1-17 Tome un tiempito y léanlo completo; aquí les hago un breve resumen:
Josué y todos los hijos de Israel partieron de Sitim hasta el Jordán.  Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.  Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Tú mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto.  Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios. En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo.
Tomad 12 hombres de las tribus de Israel, Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto,  cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua, las aguas que venían de arriba se detuvieron y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó. Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco...
¿Qué diría usted si Dios le pidiera que liderara a muchas personas, como le pidió a Josué? ¿Comunicar sus palabras a líderes prominentes, como le dijo a Daniel? ¿Convertirse en un misionero como Pablo? Dios quiere que respondamos con valentía cuando nos llama a hacer frente a algo.
Nuestro primer paso para tener valentía es meditar en la Palabra de Dios; debemos escudriñar el significado de las Sagradas Escrituras como si estuviéramos buscando un tesoro. Con la ayuda del Espíritu Santo, entenderemos la Biblia y aprenderemos cómo aplicar su sabiduría.
Lo siguiente es la obediencia a la Palabra. Meditar en las verdades de Dios influye en nuestras acciones. La Biblia tiene el propósito de moldear nuestros pensamientos y hacer que sigamos los principios bíblicos. Cuanto más pensemos a la manera de Dios, más lo seguiremos.
Confiar en las promesas de Dios es lo tercero para desarrollar valentía. Josué cruzó el río Jordán hacia Jericó porque creyó lo que Dios le dijo.
El cuarto paso para superar el temor es recordar las victorias del pasado. El joven pastor David, hizo esto de manera efectiva. Recordar la protección de Dios en el pasado le dio valor para luchar contra el gigante filisteo Goliat. (1 Samuel 17). Poner en práctica estos pasos nos dará poder para perder el miedo, centrarnos en la victoria en vez de la derrota y obedecer a Dios.
Dios desea que demos testimonio de Él en un mundo incrédulo y hostil. ¿Proclamará usted la verdad de la resurrección de Jesucristo, de su poder salvador del pecado, y de su prometido regreso? El Señor está llamando su nombre. ¿Cuál será su respuesta?   (De Encontacto.org)

#Cristo.Camino.Verdad.Vida

DOMINGO... SOLEDAD QUE ABRUMA

Domingo 28.04.24 Hebreos 13.5,6,8 “Sean sus costumbres sin avaricia, contentos con lo que tienen ahora; porque él dijo: No te desampararé...