Lucas 11.9-13
“Y yo digo (Jesús): Pidan y se
les dará; busquen y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre,
si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, le dará una
serpiente? ¿O si un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, siendo malos,
saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Amén.
Cuando eras niño, ¿a dónde quien ibas cuando pasabas por alguna situación? Lo más probable es que a mamá, o a papá, o a algún adulto de confianza; porque Dios les dio a ellos la responsabilidad de atender tus necesidades. Pero ellos no son perfectos, ni pueden hacer todas las cosas.
Si has puesto tu confianza en Jesucristo como tu Salvador, entonces eres hijo de Dios, y cuando oras, estás llevando a tu Padre celestial tus necesidades, las cuales Él siempre responderá de la mejor forma. Aunque no, necesariamente, como lo esperas.
¿Qué tanto confías, verdaderamente, en Dios para tus necesidades?
Cuando te sientes solo, rechazado o desanimado, ¿es tu primer impulso leer la Biblia y derramar tu corazón al Señor?
Cuando tienes dificultades económicas, ¿pides al Dios que provee que te ayude?
Si padeces alguna situación de salud, ¿clamas a Dios para que te sane?
Si te sientes perdido espiritualmente, ¿recuerdas que solo Él, mediante Jesucristo, salva de la condenación eterna?
Puesto que Dios nos entregó el regalo de su Hijo, con toda seguridad nos dará también lo que precisemos. Acerquémonos a Él, y hagámoslo participe de nuestras necesidades.
Que en el nuevo año te acerques más a ese Padre, ¡siempre dispuesto para amar, proveer, sanar, salvar y dar miles de bendiciones!
¡Que tengas el más hermoso de todos tus días!
¡Feliz, prosperado y bendecido 2022!
Evangelista Wilda Messina
(Refer. En.Contacto)