Isaías 25.1
“Jehová, tú eres mi Dios; te
exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos
antiguos son verdad y firmeza”. Amén.
Aunque algunas situaciones de la Biblia no parezcan tener sentido para algunos, ninguna fue por casualidad. Dios, quien conoce todas las cosas y ve el final desde el principio, estuvo siempre trabajando en su Plan de Redención.
Considera el hecho de que un censo obligó a María a viajar en su noveno mes de embarazo. Es probable que el emperador César Augusto pensara que el censo fue idea suya, pero la realidad es que su autoridad estaba siendo anulada, para llevarse a cabo la de Dios.
Dios estaba llevando a esa familia a Belén, cumpliendo la profecía que Miqueas había escrito siglos antes: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5.2).
Después de soportar un viaje incómodo, José y María solo pudieron encontrar un establo, con un pesebre para la cuna del bebé; lugar nada adecuado para un Rey. Pero eso, tampoco, fue casualidad: el Padre celestial había decidido que el Cordero de Dios nacería en un lugar humilde.
¿Qué circunstancias difíciles estás enfrentando
hoy? ¿Te preguntas por qué el Padre celestial permite esas pruebas? Te recuerdo
que el Señor lo sabe todo, y tiene buenos propósitos. No sigas
preguntando ¿por qué?, sino ¿para qué?
¡Muy feliz día, Feliz Nochebuena, Feliz Navidad!
Y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Refer.: En.Contacto)
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