Hebreos 1.1-4 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas…”. Amén.
¿Quién es Jesús? Esa puede ser una pregunta que se ha hecho mucha gente durante más de dos milenios. Y pudiera ser la más importante pregunta; después de todo, es la manera de comenzar el camino hacia la Salvación.
Es importante responder que el Señor Jesucristo es nuestro único Salvador; y “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1.15).
Aunque la Biblia nos dice, en el Antiguo Testamento, que nadie vería el rostro de Dios y viviría (Éxodo 33.20-23), algunas personas se encontraron en su presencia, pero nunca pudieron contemplar su gloria por completo.
Ahora bien, cuando Jesús bajó del cielo, el mismo Dios hecho carne, extendió un puente entre el Padre puro y santo, y la condición pecadora de la humanidad. Por eso, el Señor Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14.9).
Para conocer al Padre es necesario conocer al Hijo, única expresión y explicación plena de Dios. Todo aquel que, por fe confía en Jesucristo como Salvador, recibe perdón de pecados; además una visión divina de Dios Padre.
Recuerda: Solamente te acercas al Padre, mediante el Hijo, y ninguna otra opción aplica… NO te dejes confundir más.
Feliz día ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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