2 Reyes 4:1-7
Te los voy a resumir: Una mujer clamó al profeta Eliseo, diciéndole: Mi marido ha muerto; y ha venido el acreedor para tomar dos hijos míos por siervos. Eliseo le dijo: Declárame qué tienes en casa. Ella le dijo: Ninguna cosa tengo, sino una vasija de aceite. Eliseo le dijo: Ve y pide vasijas prestadas, y no pocas. Luego, enciérrate, tú y tus hijos; y echa aceite en todas las vasijas. Y cerró la mujer la puerta con sus hijos; y ellos le traían vasijas, y ella las llenaba de aceite. Cuando todas las vasijas estuvieron llenas, cesó el aceite. Ella contó esto al varón de Dios, y este le dijo: Vende el aceite, paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivan de lo que quede… Amén.
Esta viuda se acercó a Eliseo con problemas financieros; temía que se llevaran a sus hijos como esclavos, por la deuda. Lo único que ella tenía era una vasija de aceite. Y Dios multiplicó el aceite lo suficiente como para llenar vasijas abundantes, y no solo para pagar las deudas, sino también para suplir todas sus necesidades… De manera similar, Dios provee lo necesario para nuestra salvación.
Estando en bancarrota por los pecados, Jesús no solo pagó la deuda, ¡sino que también nos dio vida eterna! Démosle gracias, porque Su sangre derramada pagó la deuda de nuestros pecados.
Su sacrificio pagó la gran deuda espiritual, nos bendijo y nos bendice cada día. De nosotros es la decisión de aceptar Su sacrificio, y de entregarle el control de nuestra vida.
Que el aceite del Espíritu Santo sea derramado, hoy y cada día, en ti.
Muy feliz día, ¡Feliz Nochebuena y Feliz Navidad!
¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Refer.: Ntro.Pan.Diario-TPSH01102017)
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