MEDITACIÓN 3.2
Éxodo 2.11-25 "En aquellos días
sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras
tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus
hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no
parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al
día siguiente salió y vio a 2 hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba
al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió:
¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme
como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente
esto ha sido descubierto. Oyendo Faraón acerca de este
hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó
en la tierra de Madián.
Y estando sentado junto al
pozo, 7 hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para
llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre. Mas
los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las
defendió, y dio de beber a sus ovejas. Y volviendo
ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto? Ellas
respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también
nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas. Y dijo a
sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que
coma. Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él
dio su hija Séfora por mujer a Moisés.
Y ella le dio a
luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en
tierra ajena. Aconteció que después de muchos días
murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre,
y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y
oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y
Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los
reconoció Dios."
Cada vez que se presentan problemas, tenemos 2 maneras
diferentes de actuar: a la manera de Dios, o a la nuestra.
Moisés es ejemplo de un hombre que, en ocasiones, probó ambas opciones. En el pasaje de hoy, vemos lo que sucedió cuando tomó un
asunto en sus manos. Aunque su deseo era aliviar el sufrimiento de su
pueblo, utilizó las vías incorrectas.
Moisés
cometió tres errores:
1. Se
centró en la dificultad, no en el Señor. ¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo? La
injusticia o dolor de una situación se apodera de nuestra atención, y en la
búsqueda de solución nos olvidamos de nuestro Dios todopoderoso.
2. Confió
en sus propias fuerzas y entendimiento. Cuando surge un problema, la reacción
más natural es hacer lo que esté en nuestro poder para solucionarlo.
3. Actuó
impulsivamente en vez de esperar en el Señor. Si una situación nos parece
urgente, es probable que nuestra prioridad sea solucionar el problema lo más
rápido posible.
La manera nuestra puede parecer lógica en el momento, pero pensemos
en qué tan eficiente fue Moisés en el logro de su objetivo. Un
egipcio fue asesinado, pero el pueblo hebreo no reaccionó favorablemente. Cuando
Faraón se enteró de lo sucedido, lo buscó para matarlo, y Moisés tuvo
que huir de Egipto.
Todos
hemos seguido el ejemplo de Moisés en algún momento, y
sufrido las consecuencias. Sin embargo, Dios
no rechazó a Moisés ni anuló los planes que tenía para él. En vez de eso, depuró su carácter por medio de pruebas, y le dio otra oportunidad. ¿Acaso no hará Dios
lo mismo con nosotros?
(De
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