martes, 17 de marzo de 2015

“Para Identificar el Autorrechazo”

Meditación 17.3

Lectura bíblica en Romanos 15.7 “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.”

Como indican los informes, el maltrato infantil está, por desgracia, generalizado. Los niños heridos por el abuso pueden quedar marcados para toda la vida.

El origen. El autorrechazo puede manifestarse al no sentirse aceptado por una persona cercana. Traumas como el divorcio, o la muerte de un ser querido, pueden contribuir a tener una imagen algo distorsionada de sí. Una vez interiorizado, este esquema de pensamiento puede conducir a conductas negativas.

Los síntomas. Si una persona tiene dificultades para aceptarse, puede tener la tendencia a criticar a los demás, y a interpretar los comentarios inocentes como ataques personales. El perfeccionismo y los sentimientos de inferioridad son también característicos. Como resultado, el miedo al fracaso y a la crítica puede conducir a la falta de decisión.

Otra consecuencia del autorrechazo es la ira frecuente. Las personas que han sido heridas pueden verse fácilmente frustradas. Estas personas podrían convertirse en seres solitarios o sentirse demasiado preocupadas por las opiniones de los demás. Una persona con esta mentalidad puede ser difícil de amar, porque duda de que sea digna de recibir atención y afecto. Lo triste es que entonces puede comportarse de una manera que “demuestra” su teoría.

La solución se encuentra en el pasaje bíblico de hoy. Debemos aceptarnos unos a otros, así como el Señor Jesús nos acepta. Esto incluye aceptarnos a nosotros mismos. Pídale a Dios que examine su corazón, y que le revele cualquier área de autorrechazo. (De Encontacto.org)

Lectura antes de iniciar labores:  Romanos 15:1-7  “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. 4. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, 6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7. Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.”

“La Prioridad de la oración

Meditación 16.3

Lectura bíblica en Marcos 1.35-37 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36 Y le buscó Simón, y los que con él estaban; 37 y hallándole, le dijeron: Todos te buscan“

Nuestro Padre celestial no considera a la oración una parte opcional de la vida cristiana. La Biblia nos dice que la comunicación con Dios es esencial.

La oración incluye . . .
• Una actitud expectante. Debemos creer que Dios tiene algo importante que decirnos. Podría ser un fortalecedor recordatorio de su amor, una comprensión de nuestra situación, o la respuesta a una petición. Con tal perspectiva, escucharemos más y hablaremos menos.

• Un enfoque en nuestro Padre celestial. Cuando alabamos al Señor, nuestras mentes se despreocupan y se centran en Dios. El pensar en su carácter perfecto y en su sacrificio en la cruz, nos prepara para escucharle y obedecerlo.

• La disposición de vernos como nos ve Dios. El Espíritu Santo obra en nosotros para producir un carácter parecido al de Cristo. Eso significa dejar al descubierto lo malo que hay en nosotros, y sustituirlo por lo bueno.

• Un sometimiento a la dirección de Dios. Cuando nos sometemos a Él, nuestras peticiones concuerdan con su voluntad.

• Una “cita” regular. Se necesita compromiso para cultivar una vida de fe firme. Las actividades diarias dejarán fuera nuestras conversaciones con el Señor, a menos que fijemos la hora y el lugar para orar.

Adondequiera que Jesús viajaba, las multitudes acudían a Él con sus necesidades. Aunque había muchas personas que ayudar, Cristo apartaba tiempo regularmente lejos de la multitud para pasar tiempo a solas con su Padre (Marcos 6.45-46). ¿No le gustaría a usted darle a la oración esa misma importancia? (De Encontacto.org)

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Lectura entes de iniciar las labores:  2 Crónicas 7:11-20, donde vemos una recomendación maravillosa para este día,  en el verso 14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra

viernes, 13 de marzo de 2015

“El Poder de la Gracia”

Lectura bíblica en 1 Timoteo 2.1-6 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”

Uno de los aspectos del amor de Dios que más nos enseña humildad es su deseo de que todos le conozcamos de una manera personal.

Es lamentable que tantas personas lo ignoren y prefieran dedicar más atención a los amigos, familiares, entretenimientos, deportes, trabajos, etc. Pero la buena noticia es que, no importa cuán distanciados de Él hayamos estado hasta ahora, la puerta sigue abierta para tener una relación con el Padre celestial.

En 1 Timoteo 2.4 dice que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Notemos que el autor no dice que Dios quiere que “algunos” o cierto número de ellos le conozcan. El Señor quiere que todos los habitantes de la Tierra sean salvos. Su deseo es que ninguno perezca; antes bien, Él anhela que toda la humanidad le conozca (2 Pedro 3.9). Y eso lo incluye a usted.

Los incrédulos miran algunas veces sus pecados, y dan por sentado que no hay manera alguna de que Dios les perdone. Pero en el momento que una persona está dispuesta a reconocer su pecado, el Señor está allí para aceptar al pecador como su hijo. No importa lo que usted haya hecho, a quien haya causado daño, o la clase de vida que haya tenido, Dios está listo y dispuesto a perdonarle.


Incluso para quienes hemos sido cristianos desde hace largo tiempo, es una lección de humildad reflexionar en la bondad de Dios. La misma gracia que nos salvó está disponible en cada paso de nuestra peregrinación de fe. Por eso, cada día, podemos seguir adelante con la certeza de que ningún pecado podrá apartarnos del amor de Dios.

(De Encontacto.org)

jueves, 12 de marzo de 2015

“Enfocados en Dios”

Lectura en Génesis 37.5-11 “Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.”

 “El hombre nace para la aflicción” (Job 5.7). No hay absolutamente ninguna manera de evitar o escapar de esta condición humana. Al seguir considerando la vida de José, tenemos una percepción del ancla que lo mantenía seguro, mientras era golpeado por olas de aflicción.

Cuando José era adolescente recibió 2 sueños acerca de los planes de Dios para su futuro. Revelaban que un día estaría en una posición de autoridad y honor, y que su familia se inclinaría ante él. Principalmente porque las Sagradas Escrituras no se habían escrito todavía en ese tiempo, no era raro que el Señor hablara a los hombres por medio de sueños.

Antes de esto, Dios había hablado a Jacob en un sueño, y le había dado una promesa (Génesis 28.10-16). Ahora, su hijo estaba recibiendo información del Señor de la misma manera. José siguió el ejemplo de fe de su padre, y creyó el mensaje.

Dios sabía que José iba a necesitar una promesa que le sirviera de ayuda en las dificultades que vendrían pronto. La palabra del Señor dada a él era su ancla. A lo largo de todas las pruebas, José se mantuvo creyendo que Dios cumpliría su promesa. En vez de pensar demasiado en las circunstancias, José decidió enfocarse en la fidelidad del Señor.

Cuando Dios habla a nuestro corazón por medio de la Palabra, podemos aferrarnos a lo que dice, permitiendo que ella sea un ancla para nuestra alma

El Señor cumplirá sus promesas, tal como lo hizo con José. Si nos enfocamos en Él y en su Palabra, nuestros temores disminuirán, nuestro sentido de necesidad se reducirá, y nuestras dudas se despejarán.

(De Encontacto.org)

miércoles, 11 de marzo de 2015

“Los Momentos de Prueba”

Meditación 11.3

Lectura bíblica en Génesis 39.19-23 “Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor. 20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel. 21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. 22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. 23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.”

Cuando los problemas de la vida parecen aplastantes, necesitamos que alguien nos ayude a ver nuestras dificultades a través de los ojos de nuestro Dios soberano. José es esa persona. Aunque vivió hace miles de años, su historia todavía nos habla con una maravillosa perspectiva en cuanto a los propósitos del Señor.

José experimentó:
El odio, el rechazo y la traición de sus hermanos;
la pérdida de su hogar, de su familia y de su libertad;
la falsa acusación y el encarcelamiento; y la tristeza y la desilusión por haber sido olvidado.

Sin embargo, las Sagradas Escrituras nunca registran ningún resentimiento o venganza en las respuestas de José a todas estas circunstancias.

Aunque exteriormente puede haber parecido como que Dios lo había abandonado, Él estaba haciendo un trabajo fabuloso en el corazón de José. El Señor tenía grandes planes para él, y sabía que estas pruebas serían las herramientas más efectivas para preparar a su siervo para el trabajo que se avecinaba.

Al responder José a cada situación con fe en Dios, y con diligencia en todas las tareas que le eran asignadas, había una verdad evidente a todos los que lo conocían: el Señor estaba con José (Génesis 39:2,21-23).


En los tiempos difíciles necesitamos recordar que El Señor está con nosotros, aun cuando nuestras circunstancias aparenten demostrar que Él nos ha abandonado. Podemos tener poco control sobre las dificultades que enfrentamos, pero cada uno de nosotros tiene la opción de decidir cómo responder. José nos enseña desde el pasado a confiar en Dios.

 (De Encontacto.org)

martes, 10 de marzo de 2015

“Cómo Encender el Fuego de Nuevo”

Meditación 10.3

Lectura en Mateo 22.36-38 “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento.”

Sigamos considerando la advertencia del Señor a la iglesia en Éfeso (Apocalipsis 2.4) Los efesios son la muestra de una fe que se ha enfriado. El fervor de los creyentes ha desaparecido, a pesar de que todavía siguen sirviendo a Dios, e incluso defendiendo la fe.

La advertencia de Cristo a la iglesia en Éfeso se aplica a los creyentes de hoy en día. El Señor mira a los cristianos que le sirven por razones egoístas, y exclama: “Lo que yo quiero no es su vacío servicio; ¡los quiero a ustedes!”

El corazón se enfría poco a poco a medida que la persona da mayor prioridad a otras personas o actividades que al Señor. Por nuestra definición de ídolo como un “dios falso”, Satanás ha puesto sutilmente un límite a la manera como percibimos esa palabra. La verdad es que cualquier cosa que desenfoque nuestra atención de Dios se considera un ídolo. Por ejemplo, un dios de este siglo es el deporte. Muchos creyentes saben más de estadísticas que de Biblia, y demuestran más pasión en las gradas que en un servicio de adoración.

Volver a una vida de servicio apasionada a Dios comienza con el arrepentimiento. Tenemos que aceptar la responsabilidad de habernos alejado poco a poco de nuestro primer amor. Entonces, debemos poner de nuevo a Jesucristo en el trono de nuestro corazón, y volvernos a conectar con Él por medio de la oración habitual y el estudio de la Palabra.


Nuestra mejor y más pura devoción será para cualquier cosa o persona que demos más importancia. Si no es Jesús, arrepiéntase, y deje que Él reavive en usted la llama del primer amor.
 (De Encontacto.org)

“La Importancia de Relacionarnos con Dios”

Meditación 10.3

Lectura bíblica en Apocalipsis 2.1-7 “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”

Éfeso era la sede de un gran ministerio. A pesar de la oposición y de la dura persecución, la iglesia fundada por Pablo extendió el evangelio, y se daba prisa por refutar a los falsos profetas. Pero 30 años después de la partida del apóstol, el Apocalipsis de Juan contiene una severa advertencia para esos creyentes.

Imaginemos cómo debieron haber afectado estas palabras a los efesios. Después de alabar su servicio en favor del evangelio, Cristo dijo: “Pero tengo contra ti…”. Esa frase fue, sin duda, muy desconcertante. El Señor les advirtió que habían dejado su primer amor. En otras palabras, todo su trabajo se estaba haciendo por la razón equivocada.

Cristo llamó a los efesios a recordar su amor por Él, y su deleite en la salvación que les había dado. El servicio no puede sustituir a una relación personal con Él, pero los creyentes de hoy siguen cayendo en esta sutil trampa. Las cosas encomiables que hacemos no sirven para nada, a menos que surjan de una verdadera relación personal con Dios. Nuestro trabajo no puede ser efectivo o fructífero si Dios no está en él.

En realidad, Dios está más interesado en usted y en su relación personal con Él, que en sus buenas acciones. Él desea ser la satisfacción y el deleite de sus hijos para que su servicio sea el resultado de una amorosa consagración.


Hay muchas razones equivocadas para trabajar por el reino. Dios quiere que todos los creyentes con intenciones centradas en sí mismos vuelvan a su primer amor. De esa manera, las mentes y los corazones podrán ser renovados, y el servicio al Señor será más efectivo.
    (De En Contacto.org)

viernes, 6 de marzo de 2015

“Dios Desea Comunicarse Contigo”

Estudio reciente....

Pudiéramos ver –a groso modo- 7 claves básicas o filtros que nos ayudan a examinar los pensamientos e intenciones del corazón, y formas que tiene Dios para hablarnos:

1. Las Escrituras: 2 Timoteo 3:16-17
2. El Espíritu Santo: Hebreos 8:10-11
3. Mediante profecías: 1 Tesalonicenses  5:19-22
4. En los consejos “santos”: Proverbios 11:14
5. Por confirmaciones: Mateo 18:16
6. Mediante la paz que Dios nos hace sentir: Colosenses 3:15
7. Y mediante circunstancias/tiempos/momentos: Hechos 18:1-3.

Todo cristiano debe aprender a discernir (distinguir) la voz de Dios cuando habla.  Esta es una parte bien difícil, porque se requiere de: Corazón humilde (Jeremías 29.12-13).  Dios se revela a quienes le buscan con humildad. No es asunto de decir: Dios, vine a hablar contigo ahora, óyeme... Dios no escucha a los arrogantes (1 Samuel 2:3 ...cesen las palabras arrogantes; el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca pesar las acciones.)

Si nos vamos a Génesis 3.8-22 vemos que hubo una larga conversación entre Dios, Adan y Eva en el huerto (Dios: los llama, Adán responde; Dios le cuestiona, Adan habla –echa culpa a Eva-; Dios habló a Eva, echó la culpa a la serpiente; Dios habló a la serpiente y la maldijo –comerás polvo-, la sentenció a enemistad con la mujer; vuelve y habla a la mujer –la sentencia- multiplicaré dolores en preñeces; al dar a luz; a Adán su sentencia, por obedecer a la mujer: maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás... Bueno una tremenda conversación... ufff

En Proverbios 16.3 y 3.5-6  Se nos habla cómo las obras y los pensamientos se deben alinear con voluntad de Dios.  Clave: Humildad espiritual.

Es muy importante saber que hay otras voces que también nos hablan, nos susurran al oído y nos persuaden: Alerta para poder distinguir.  Te mencionamos –por ahora- 3 tipos de voces:  1. De Dios.  2. De nuestros deseos.  Y 3 la del diablo.    Por eso es sumamente importante estar alineados lo que dice en Juan 10.4-5: Sus ovejas conocen su voz, le siguen;  no siguen a extraños.  Hebreos 5.14 nos ayuda para entrenar nuestros oídos: Buscar madurez (espiritual), y ejercitarse en conocimiento de bien y mal.  Si practicamos esto, sabremos escuchar la voz de Dios, no los ruidos de nuestros deseos, ni los  del diablo.

Si sabemos escuchar la voz de Dios, Isaías 30.21 nos dice que aunque nos desviemos, los oídos estarán prestos a entender el camino correcto y retomarlo.  Recuérdate de Juan. 10.27  Sus ovejas oyen su voz, Él las conoce; ellas le siguen.

Dios habla y te hablará, pero ten mucho cuidado con la voz que escuchas; aprende a ejercitarte.  Te puede pasar que dices escuchar la voz del Espíritu Santo, y no es así.  Mucho ojo: La carne y el diablo saben gritar bien alto para que su voz sea oída; en especial bajo presión, bajo deseos o bajo emoción... 

Juan 8:44: El que hace los deseos del diablo (y de la carne) no permanece en verdad, y se deja manipular por el padre de la mentira.  Y Jeremías 7:8 nos dice que las mentiras no aprovechan. 

Dios ha prometido que si tocamos y llamamos, abrirá  (Mateo 7.7-8), ahora bien, la forma de respuesta es su decisión; y de nosotros el estar prestos a escucharlo, mediante el filtro que él utilice.  Clave:  Corazón humillado y rendido a su Palabra y voluntad.

Que la próxima vez que Dios desee comunicarse contigo, puedas escucharlo!

Dios te bendiga!

“La Disposición de Esperar”

Meditación 6.3

Lectura bíblica en Lamentaciones 3.24-26 “Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.”

A muchos cristianos les resulta difícil disciplinarse en el área de la autogratificación. Pues existen muchas cosas que desearíamos tener de inmediato y que, por lo general, resultan fáciles de adquirir. Para eso fueron creadas las tarjetas de crédito: Téngalo ya; pague más tarde.

Pero las finanzas no es el único aspecto con el que nos metemos en problemas. Algunas personas tienen prisa por casarse y, por tanto, hacen una elección desacertada de pareja. Otros ni siquiera ven el matrimonio como necesario, y optan por el sexo prematrimonial en vez de esperar a estar casados. Luego están los que tienen tanta prisa por tener éxito y ser respetados en su profesión, que nunca piensan en si lo que buscan está en armonía con los planes de Dios para ellos.

Una razón por la que el Señor quiere que esperemos es para protegernos de nuestros planes autodestructivos. Quienes no son capaces de decir “no” a sus deseos, terminan esclavizados por ellos. Dios quiere que seamos creyentes maduros con el carácter y el dominio propio para esperar por su ayuda en su tiempo perfecto. Puesto que el Padre celestial es omnisciente, solamente Él sabe lo que es mejor. Usted puede confiar en que si Él le pide que espere es porque tiene algo mejor en mente a lo que usted pudiera conseguir por sí mismo.


¿Hay algo que parece tener poder sobre usted? Si es así, puede ser un área que requiera la práctica del dominio propio. Ríndase al Señor, y someta sus deseos a Él. Luego, comience a decirle “no” a las tentaciones, mientras que espera a que Dios le revele su voluntad para su vida. 
(De Encontacto.org)

jueves, 5 de marzo de 2015

“La Medida de Nuestro Amor”

Meditación 05.03

Lectura bíblica en Juan 14.15-24 “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.”

Al estudiar los versículos de hoy del Evangelio de Juan, me sentí avergonzado por no estar a la altura de las expectativas del Señor Jesús. Es fácil decir: 

“Señor, te adoro”, pero ha habido momentos en los que he usado esas palabras al mismo tiempo que me he resistido a algo que Él estaba tratando de inculcar en mi corazón.

La medida de nuestro amor es la obediencia a los mandamientos y preceptos del Señor. Obedecer sus instrucciones es tan importante que Jesús hizo hincapié en esto en el pasaje de hoy (Juan 15: 21-23). Pero esto no era tampoco un concepto nuevo para los discípulos. Deberían haber estado familiarizados con la conexión bíblica entre el amor y la obediencia (Nehemías 1.5; Daniel 9.4). De hecho, Dios siempre ha hecho hincapié en que debemos obedecerlo para demostrarle nuestra devoción (Vea Deuteronomio 8:11; 10:12; 13:3, 4).

Yo podría predicar mil sermones, y no amar a Dios. El sometimiento a medias puede parecer bastante bueno a los demás, pero el Señor conoce la diferencia. Podemos levantar las manos en adoración, servir enérgicamente, apoyar a misioneros, e incluso utilizar un lenguaje perfectamente cristiano. 

Pero, a menos que le estemos obedeciendo, lo más que le estamos demostrando es una dedicación tibia. Las obras no prueban nada. Amar al Señor significa obedecerle.


La Biblia nos dice que el amor a Dios está ligado a la obediencia. El Señor le dijo a Josué que meditara en las Escrituras día y noche (Josué 1.8). Hay que leer la Biblia cada día para poder saber cómo obedecer, y así mantenernos fiel y demostrar amor al Padre celestial.

(De Encontacto.org)

miércoles, 4 de marzo de 2015

“El Proceso del Perdón”

Meditación 4.3

Lectura bíblica en Efesios 4.30-32 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

En algún momento, sin duda, usted ha sido herido. Probablemente, alguien a quien amaba y en quien confiaba hizo algo impensable —algo tan devastador que cambió su manera de pensar acerca de esa persona. Cuando esto sucede, tenemos la opción de sumirnos en la autocompasión o perdonar.

El perdón es el acto de renunciar al resentimiento hacia alguien, así como al deseo de desquitarnos. Lo cual involucra tres pasos importantes.

1ero. Debemos dejar el sentimiento general de resentimiento. Es decir, debemos tomar la decisión de no consumirnos en nuestro dolor. Esto puede ser difícil. Muchas personas parecen disfrutar albergando autocompasión. Dicen: “Ay, estoy destinado a sufrir”. ¡No, no lo está! Usted puede elegir dejar atrás el dolor.

2do. Tenemos que dejar los sentimientos de resentimiento hacia la otra persona. Lo que significa que debemos renunciar a nuestra ira por haber sido heridos, y restaurar la relación rota.

3ero. Renunciamos a cualquier deseo de revancha. No se puede perdonar a alguien y al mismo tiempo desearle daño. El perdón verdadero busca el bien de la otra persona, no el castigo.


El perdón dice: “Aunque me heriste, elijo perdonarte. No voy a pensar más en lo que ocurrió, ni tampoco a permitir que eso destruya mi vida. No dedicaré ni un minuto más a pensar en desquitarme. Eres un hijo o una hija preciosa de Dios, y te amo”.   En realidad, perdonar a otra persona involucra un precio, pero las recompensas es altamente gratificante. Haga realidad el poder del perdón en su vida hoy.

 (De Encontacto.org)

“Cómo Llama Dios”

Meditación 03.03

Lectura bíblica en 1 Pedro 2.9-17 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.”

El llamado de Dios a nuestra vida se extiende más allá del momento en que recibimos la salvación. Él quiere desarrollar en nosotros un carácter semejante al de Cristo por medio de la presencia y el poder del Espíritu Santo. A todo creyente se le ha hecho este llamado a la santificaciónla intención de Dios de que todos los seguidores de Cristo vivamos de una manera diferente a la del mundo.

Su Espíritu nos capacita para apartarnos de nuestros pecados, y así podamos darnos exclusivamente al Señor. La santificación produce libertad de los deseos que nos mantienen cautivos (Tito 3.3-7).

El llamado al servicio del Señor requiere entrega total. Cuando Dios reveló su gloria a Isaías, el profeta se ofreció a sí mismo por completo (Isaías 6.8); Pablo entregó todo su ser a Cristo en el camino de Damasco (Hechos 9.15-19); El Señor Jesús se rendía cada día a la voluntad de su Padre (Juan 5.19). Una vida de entrega dice: “Señor, lo que sea, cuando sea, donde sea, y como quieras, mi respuesta es sí”.

Una respuesta entusiasta a cada uno de estos llamados prepara al creyente para rendirle cuentas a Dios. La Biblia dice que cada persona será juzgada algún día. Para quienes rechazaron la invitación del Señor a la salvación, significará ira y separación eterna de Él. Pero, para los hijos de Dios, será el día en el que será evaluada nuestra respuesta a su llamado. Solamente las cosas hechas conforme a su dirección y a su manera importarán cuando llegue ese día; todo lo demás no servirá para nada (Salmos 127.1, 2).


Dios le está llamando cada día, y quiere hablar con usted de asuntos importantes. ¿Le está escuchando y respondiendo
(De Encontacto.org)

16/9/25... Por El Bien De Otros

Filipenses 2.3-4 “ Nada  hagan  por contienda  o  vanagloria; antes bien  con  humildad ,  estimando,  cada  uno a  los demás,  como superio...