miércoles, 4 de marzo de 2015

“El Proceso del Perdón”

Meditación 4.3

Lectura bíblica en Efesios 4.30-32 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

En algún momento, sin duda, usted ha sido herido. Probablemente, alguien a quien amaba y en quien confiaba hizo algo impensable —algo tan devastador que cambió su manera de pensar acerca de esa persona. Cuando esto sucede, tenemos la opción de sumirnos en la autocompasión o perdonar.

El perdón es el acto de renunciar al resentimiento hacia alguien, así como al deseo de desquitarnos. Lo cual involucra tres pasos importantes.

1ero. Debemos dejar el sentimiento general de resentimiento. Es decir, debemos tomar la decisión de no consumirnos en nuestro dolor. Esto puede ser difícil. Muchas personas parecen disfrutar albergando autocompasión. Dicen: “Ay, estoy destinado a sufrir”. ¡No, no lo está! Usted puede elegir dejar atrás el dolor.

2do. Tenemos que dejar los sentimientos de resentimiento hacia la otra persona. Lo que significa que debemos renunciar a nuestra ira por haber sido heridos, y restaurar la relación rota.

3ero. Renunciamos a cualquier deseo de revancha. No se puede perdonar a alguien y al mismo tiempo desearle daño. El perdón verdadero busca el bien de la otra persona, no el castigo.


El perdón dice: “Aunque me heriste, elijo perdonarte. No voy a pensar más en lo que ocurrió, ni tampoco a permitir que eso destruya mi vida. No dedicaré ni un minuto más a pensar en desquitarme. Eres un hijo o una hija preciosa de Dios, y te amo”.   En realidad, perdonar a otra persona involucra un precio, pero las recompensas es altamente gratificante. Haga realidad el poder del perdón en su vida hoy.

 (De Encontacto.org)

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