miércoles, 4 de marzo de 2015

“Cómo Llama Dios”

Meditación 03.03

Lectura bíblica en 1 Pedro 2.9-17 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.”

El llamado de Dios a nuestra vida se extiende más allá del momento en que recibimos la salvación. Él quiere desarrollar en nosotros un carácter semejante al de Cristo por medio de la presencia y el poder del Espíritu Santo. A todo creyente se le ha hecho este llamado a la santificaciónla intención de Dios de que todos los seguidores de Cristo vivamos de una manera diferente a la del mundo.

Su Espíritu nos capacita para apartarnos de nuestros pecados, y así podamos darnos exclusivamente al Señor. La santificación produce libertad de los deseos que nos mantienen cautivos (Tito 3.3-7).

El llamado al servicio del Señor requiere entrega total. Cuando Dios reveló su gloria a Isaías, el profeta se ofreció a sí mismo por completo (Isaías 6.8); Pablo entregó todo su ser a Cristo en el camino de Damasco (Hechos 9.15-19); El Señor Jesús se rendía cada día a la voluntad de su Padre (Juan 5.19). Una vida de entrega dice: “Señor, lo que sea, cuando sea, donde sea, y como quieras, mi respuesta es sí”.

Una respuesta entusiasta a cada uno de estos llamados prepara al creyente para rendirle cuentas a Dios. La Biblia dice que cada persona será juzgada algún día. Para quienes rechazaron la invitación del Señor a la salvación, significará ira y separación eterna de Él. Pero, para los hijos de Dios, será el día en el que será evaluada nuestra respuesta a su llamado. Solamente las cosas hechas conforme a su dirección y a su manera importarán cuando llegue ese día; todo lo demás no servirá para nada (Salmos 127.1, 2).


Dios le está llamando cada día, y quiere hablar con usted de asuntos importantes. ¿Le está escuchando y respondiendo
(De Encontacto.org)

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