miércoles, 30 de marzo de 2016

"La Intimidad con Nuestro Padre Celestial"

MEDITACIÓN 30.3

Juan 1.12-13 "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".

Desde el principio, la intención de Dios fue tener una relación personal y amorosa con nosotros. ¿Qué evidencia tenemos de ello?

Su Hijo. Una de las razones de la venida de Cristo al mundo es que conozcamos al Padre celestial y tengamos comunión con Él. La Biblia nos dice que Jesús es su representación exacta; sus palabras y sus obras fueron las mismas del Padre (Juan 5.19; 12.50). Por tanto, cuando miramos al Hijo, estamos viendo el carácter de nuestro Padre celestial.

Su invitación. Dios nos invita, por medio de la Biblia, a unirnos a su familia (Juan 3.16). Él se encargó de preparar cada uno de los detalles; a nosotros nos corresponde aceptar la invitación.

Su adopción. El lazo más cercano que podemos tener unos con otros es la familia. En el momento de la salvación, el Señor nos adopta en la suya. Esta relación con nuestro Padre celestial dura por la eternidad, dándonos sustento, aliento y amor.

Su amistad. Al llamar “amigos” a sus discípulos (Juan 15.15), Jesús reveló un nuevo aspecto en cuanto a su relación, que se aplicaría también a sus futuros seguidores. Cristo es un amigo que nunca nos abandonará.

Su presencia. A partir del momento de nuestra salvación, el Espíritu Santo habita en nosotros. El Señor nos invita a ser miembros de su familia por medio de la fe en Cristo. Este es nuestro llamamiento supremo: creer en Él y vivir para Él todos los días de nuestra vida (Juan 20.31). Al ser hijos de Dios, su Espíritu obra en nosotros, y nos hace más parecidos a su familia...en pensamientos, palabras y acciones.  (De Encontacto.org)

martes, 29 de marzo de 2016

"Muy Prudentes Vs. Muy Arriesgados"

Aprende el equilibrio para saber accionar a tiempo: Para ser guiados por Dios necesitamos movernos. Dios nos va guiando en cuanto estamos dispuestos al avance. Dios no puede guiar a alguien que no quiere moverse. Para saber accionar a tiempo, tenemos que poner un equilibrio entre la acción y el discernimiento en la guía de Dios.
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad” (Proverbios 16:32)
Aquellos que son muy activos por naturaleza y decididos en todo, corren el riesgo de equivocarse mucho, de hacer esfuerzos vanos y de no actuar con sabiduría. Por lo tanto a esta clase de personalidades les conviene esperar un poco más de lo normal para tomar decisiones. Los que accionan por impulsos pueden tener grandes pérdidas de esfuerzo, tiempo y dinero. Generalmente son personas extrovertidas y les gusta emprender y hacer muchas cosas. La solución para este problema está en acostumbrarse a meditar un poco más cada decisión, en esperar en Dios para sentir la paz que los guíe en lo que consideran que el Espíritu Santo les esta guiando a hacer.
Por otro lado están las personas que no se arriesgan a decidir. Son personas con una naturaleza más calmada y relajada. Tienden a pensar demasiado, toman pocas decisiones y no se arriesga a nuevos desafíos. Hay temor, pereza o duda. Solo dan pasos muy seguros, a veces esperan una seguridad irreal para poder decidir. El gran riesgo de esta actitud es que por falta de acción a tiempo se pierden muchas oportunidades y la vida se vuelve improductiva y con resultados escasos.
Los que son perezosos esperan que Dios haga todo y lo disfrazan de “paciencia” o de “estoy esperando en Dios” pero en verdad Dios los está esperando a ellos para bendecirlos. Siempre se requiere una acción, un paso de fe. Dios le dijo a Josué “todo lo que emprendas prosperará” esto requiere emprender, que es acción, es hacer algo.
El miedo a fracasar, la incredulidad y la pereza hacen que una persona se vuelva indecisa. Dios nos habla y luego espera obediencia. Es libre quién sabe correr riesgos. Si algo persiste en tu corazón y hace tiempo que tienes un buen deseo, entonces adelante, emprende, trabaja, acciona y Dios te guiará en los pasos siguientes.
El miedo al fracaso es inútil, porque el fracaso es algo normal en la vida de cualquier persona, hay quienes aseguran por su experiencia que el fracaso es el camino al éxito. Del fracaso se aprende para volver a intentarlo más inteligentemente. Tarde o temprano tendrás que dar pasos de fe, correr riesgos y accionar si es que quieres tener éxito.
Por último veamos el consejo del apóstol santiago: ¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? (Santiago 2:14). La fe no es verdadera sino esta acompañada de acción.
(Esteban Correa, Avanzapormas.com)

"Las 4 Clases de Perdón"

Reflexión de Avanzapormas.com. Por Esteban Correa
El perdón es la base de toda sanidad en la mente, conciencia y corazón. El perdón es la clave de la liberación espiritual. El perdón es una barrera que debemos cruzar para ser totalmente libres en nuestro interior. Sin perdón hay dolor, hay rencor, hay resentimiento y amargura. Comienza hoy tu sanidad completa.
Veamos a continuación las 4 clases de perdón que existen:
La primer clase de perdón es: “Perdonarse a uno mismo” Hay situaciones que producen una desilusión de nosotros mismos. Hay actitudes y hechos cometidos por nosotros que nos humillan, nos denigran y avergüenzan. Esta clase de fallas requieren de un auto-perdón. ¡Perdónate! Nadie es perfecto, la misma esencia defectuosa propensa a fallar existe en todos los seres humanos. Perdonarte a ti mismo es aceptar con humildad tu condición real de ser humano. Reconoce que no eres perfecto y comienza a mejorar.
La segunda forma de perdonar es: “Perdonar a otros”  Las heridas duelen y a veces mucho. Pero alguien dijo: “La mejor venganza es el perdón” porque la Falta de Perdón te Auto-Esclaviza. Te lastimas a ti mismo cuando no perdonas, mientras el ofensor no se percata de tus sentimientos. Tu Falta de perdón hacia otros te mantiene preso y atado a esa persona. ¡Se Libre perdonando! eliges entre permanecer preso o hallar la libertad. Confiesa el perdón con tus labios, ¡¡Hazlo Y serás libre por siempre!!
El tercer perdón es: Perdonar a Dios, renunciando a pensar que Él nos falló Dios es perfecto y absolutamente santo, nunca se equivoca, pero muchas veces hay un resentimiento, una actitud inconsciente de que de alguna manera “por la culpa de Dios” se piense que el nos falló. ¿Acaso Dios se equivoca? No, en absoluto. Pero nosotros percibimos por nuestro orgullo e ignorancia que Dios nos ha fallado en algunas ocasiones. Pensamos que ciertas tragedias e injusticias son una falla de Dios. Pero no es así. Cambia tu actitud si estas enojado con Dios. Porque él quiere lo mejor y jamás quiso nada malo para ti. No guardes rebeldías hacia Dios eso te alejará más de tu felicidad. Renuncia a todo enojo con Dios, de forma doctrinalmente incorrecta y solo como una expresión simbólica, deja tus pensamientos necios, di a Dios: “Yo no tengo enojo contra ti”
El cuarto tipo de perdón es: “El Perdón De Dios” Fallamos muchas veces a Dios. El es el creador de todo y juez del universo. Y Dios, a pesar de ser juez no se complace en juzgar, sino en perdonar. Dios no tiene amor… ES AMOR. La misión de la venida de Cristo a la tierra fue esta: Perdón. Dios nos quiso amar y envío la solución para nuestros pecados. La solución es Jesús, el Hijo de Dios, quién murió en la cruz para derramar su sangre y perdonarnos. No te culpes más si le fallaste a Dios, porque si tienes un arrepentimiento genuino tienes asegurado el perdón de Dios. El así lo prometió. Recibe en este día el amor y la gracia de Dios, porque Él siempre esta dispuesto a olvidar tus fallas para siempre.

"La Consecuencia de la Falta de Oración"

Meditación 29.3 

Colosenses 4.2-6 "Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar. Anden sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea tu palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepas cómo responder a cada uno".
La oración es una prioridad para cualquier persona que desee ser usada poderosamente por Dios. Jesús se escabullía a menudo para tener momentos de quietud con su Padre. Si el Hijo de Dios necesitaba pasar tiempo en oración, ¡sin duda que nosotros no podemos vivir bien sin ella! Ayer vimos que quienes no buscan la ayuda de Dios se fatigan con cargas innecesarias. Hoy veremos los resultados de moverse penosamente en la vida bajo esas cargas.
Cuando alguien se agota espiritual, emocional o físicamente, se vuelve vulnerable al desánimo. Josué fue exhortado a meditar en la Ley porque su éxito dependería de seguir la voluntad de Dios (Josué 1.8-9). Tener al Señor en el centro de nuestra atención crea confianza. Sin la oración y la lectura de la Biblia —que no pueden separarse— los creyentes caen en un círculo vicioso en que los problemas se hacen más grandes al tratar de darles una solución humana. Bajo tales condiciones, el desánimo es inevitable.
La pérdida de confianza es seguida pronto por la duda. El creyente que se sumerge en la oración y en la lectura de la Biblia hallará seguridad en el poder y en la presencia del Señor. Pero alguien que duda de la fidelidad de Dios buscará refugio en cualquier parte, menos en esas disciplinas. Al final, la persona se aparta de la voluntad de Dios, al tratar de encontrar una solución engañosa.
La consecuencia de no orar es el fracaso, pero la buena noticia es que se puede superar. Las medidas correctivas son sencillas: pedir perdón a Dios por no orar, y luego dar prioridad a un tiempo regular de quietud con el Señor. En esos momentos de comunión, Él hará más liviana las cargas, dará aliento y colmará a sus hijos de confianza.   (De Encontacto.org)

"El Alto Costo de no Orar"

Meditación 28.3

Isaías 40.28-31 "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".
El Padre celestial quiere que sus hijos hablen con Él. Jesús ha extendido una invitación para que hablemos con Dios de lo que sea. Él dijo que si tenemos una necesidad, pidamos; si buscamos respuestas, las tendremos; y si queremos que se abran oportunidades, toquemos y Él responderá (Mateo 7.7-8). Aun así, hay creyentes que no se comunican con el Señor, excepto en las emergencias.
Descuidar la oración resulta costoso. Es vivir en una pendiente resbaladiza... hacia el agotamiento, el desánimo y las dudas; que llevarán a dañar el testimonio.
Las situaciones (cargas) exigen un precio emocional, físico y espiritual. Estas nos agotan si tratamos de soportarlas solos. Pero Dios no quiere que llevemos ese peso. La Biblia manda a ponerlas en el Señor (Salmos 55.22). “Bendito sea el Señor . . . que sobrelleva nuestras cargas” (Salmos 68.19). Él hace todo para dar un giro a sus circunstancias. No hay necesidad de que siga llevando esa carga.
Arrastrar preocupaciones y ansiedades es agotador...no estamos hechos para soportarlos. En el plan de Dios, su poder llena por completo al creyente. Imagínese los hombros de Jesús sobre los suyos cargando con sus problemas. La carga no desaparecerá, pero la sentirá felizmente más liviana si se la entrega al Señor.    (De Encontacto.org)

domingo, 27 de marzo de 2016

Tu Palabra Sabia de Hoy...

Te invito a leer a Daniel 5...

Habla de que el rey Belsasar hizo banquete en el palacio, y que "contento" por el vino, pidió traer los vasos de oro y plata que pertenecieron al templo de Dios en Jerusalén; y en ellos bebieron. También nos dice que alabaron a dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y de piedra.

Todo eso trajo por consecuencia que apareciera una mano de hombre escribiendo en la pared del palacio (la ira de Dios se manifestó).

El rey palideció, se turbó, temblaban sus rodillas; y pidió que le interpretaran ese hecho... Le trajeron a muchos, pero solo Daniel pudo, ya que era hombre de gran espíritu, ciencia, luz, sabiduría y entendimiento.

Daniel le recordó al rey lo siguiente: A Nabucodonosor, tu padre, Dios le dio grandeza, gloria y majestad, pero su corazón se enorgulleció, por lo que fue quitado del trono, y despojado de su gloria; fue echo semejante a bestias, comió hierba, mojado con el rocío del cielo (7 años), hasta reconocer que Dios tiene dominio sobre todo, y que pone al que le place.

Y tú, su hijo, no has humillado tu corazón, aun sabiendo esto; sino que contra Él te has rebelado, has blasfemado las cosas sagradas del templo de Dios; y has alabado a dioses falsos, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios verdadero nunca honraste.

Por todas esas faltas fue enviada la mano que trazó la escritura en la pared, y que decía: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN, lo cual significa: contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. Pesado has sido en balanza, y hallado falto. Tu reino (tu vida) ha sido roto, y dado a medos y persas (al enemigo)

... Y esa misma noche fue muerto el rey Belsasar. (Daniel 5:1-30)

Y tú, vas a seguir deshonrando al Dios verdadero, yéndote en pos de tu orgullo, y de esos dioses tan falsos (hechos de oro, plata, madera, bronce, piedra, papel o yeso)...que no ven, no oyen, ni saben nada?

Esperarás a que Dios te escriba en la pared y tiembles?

Lee la historia completa, y pon mucho ojo en lo que se hizo, y cuál fue el resultado final del rey Belsasar...

Dios te dirija y bendiga. 👀

miércoles, 23 de marzo de 2016

"El Vino"

Mateo 26.28 "porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados".
(Nota del editor: Los devocionales del 21 al 23 se centran en elementos de la Pascua, que Jesús celebró con sus discípulos la noche antes de su crucifixión.)
En esa primera Cena del Señor, Jesús tomó el vino y dijo: “Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26.28). Una vez más, esas palabras debieron haber sorprendido a los que las escucharon. Todo judío conocía la larga historia de pactos en los que Dios repetía: Me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios. Eso sonaba bien en teoría, pero un lado de ese pacto —nuestro lado, en caso de que usted se lo esté preguntando— fallaba siempre en su cumplimiento. Por eso, a lo largo de toda la Biblia, Dios siguió prometiendo que habría un pacto más, no para abolir sino para dar cumplimiento al antiguo pacto.
Ahora, con la copa de vino de la Pascua en su mano, Jesús declaró lo impensable: Que ese nuevo pacto había llegado, en ese mismo momento, en Él. Jesús resumió ese pacto con estas palabras: “Esto es mi sangre . . . que es derramada por muchos”. Es por usted, y por mí, y “por muchos” —así como Jesús es el cordero “que quita el pecado del mundo” (Juan 1.29).
Jesús pide también una respuesta de parte nuestra: “Bebed de ella todos”. No dijo: “Piensen en esto” o “esfuércense más para ganarlo”, sino “beban”.
Situémonos en esta escena. Al igual que los discípulos, hemos fallado. Ninguno de nosotros es justo, pero seguimos defendiendo y manteniendo nuestra “inocencia”. Como todos los discípulos, hemos traicionado —o traicionaremos— al Hijo de Dios; sin embargo, allí está Él, no solo comiendo y bebiendo con nosotros, sino además ofreciendo su vida y su sangre para salvarnos.
Las palabras en Jeremías 31.34 de este tan largamente esperado pacto: “Perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” se están cumpliendo en ese momento ante nuestros ojos.
Es un regalo perfecto que nos deja completamente maravillados. Pero, con el vino, Jesús pide también una respuesta de parte nuestra: “Bebed de ella todos” (Mateo 26.27). No dijo: “Piensen en esto” o “esfuércense más para ganarlo”, sino “beban”. Así es la fe. En otras palabras, al igual que la copa de vino, la salvación está allí para usted. Jesús la sostiene en sus manos y se la ofrece. Pero tiene que creerla, abrir su corazón, y recibirla —y tomarla hasta el fondo, hasta el centro de quién es usted. Así que, “Bébala, todo su ser”.
(por Matt Woodley, EnContacto)

martes, 22 de marzo de 2016

"El Pan"

Meditación 22.3

Juan 6.35 "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás".

Durante miles de años, el pueblo judío había tenido un conjunto de instrucciones especiales para su evento más importante del año —la Pascua. Rebosante de drama y de intensidad, la Pascua incluía un orden de palabras, símbolos, alimentos, sabores, olores y rituales cuidadosamente preparados. Por tanto, si el padre de la familia se salía de lo pautado mientras dirigía la comida pascual, todos los presentes lo notarían de inmediato.

Y eso es exactamente lo que sucedió cuando el Señor reunió a sus discípulos al aproximarse a su muerte. La noche comenzó como la de una típica comida de Pascua; estaban celebrando la cena de la misma manera que los judíos habían hecho durante siglos . . . hasta que Jesús se salió de lo acostumbrado y comenzó a hablar de sí mismo. Cuando tomó el pan de la Pascua en sus manos, dijo algo absolutamente sorprendente: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo” (Mateo 26.26).

En cada paso, es Jesús quien lo da. La Pascua tenía que ver básicamente con la liberación de un pueblo en particular (los judíos), de la esclavitud a la libertad verdadera. Pero toda la historia de la Biblia apuntaba a una liberación aun más profunda de una servidumbre más trágica ­—la liberación del pecado de toda la humanidad. Mientras sostenía el pan en sus manos, Jesús anunció tranquilamente que su cuerpo partido sería la única fuente de esa profunda y universal salvación y libertad.

“Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado” (Lucas 22.19) —algunos historiadores de la iglesia llaman a esta frase “las palabras de institución”, porque nuestro Salvador estaba instituyendo o inaugurando un nuevo capítulo en la historia acerca de Dios y del género humano. Pero notemos que Jesús se apartó de la tradición para que supiéramos que este nuevo capítulo vendría por medio de su iniciativa, no de la nuestra.

Aún cuando estaba siendo entregado a la muerte, el Señor estuvo actuando misericordiosamente para salvarnos, perdonarnos y bendecirnos. En cada paso, es Jesús quien lo da. Jesús escribe (o modifica) lo establecido. Nos da la Cena del Señor, una comida para que la tengamos juntamente con Él —con Aquel que dijo: “Yo soy el pan de vida”.

Y con un simple trozo de pan, Jesús declara cómo viene la salvación —no por nuestros esfuerzos, sino por su gracia; no como un proyecto humano, sino como un regalo divino. (por Matt Woodley. Ministerios EnContacto)


lunes, 21 de marzo de 2016

"Morir para Nacer"


Juan 12:24-25 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.   25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

Marcos 8:36-37 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?  37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Para explicar estos dos versículos, hice un experimento y puse varias semillas de habichuela a germinar, pero solo una germinó. (vean la imagen, para que tengan una idea). 

Esta semilla ya no puede ser usada para guisarla o hacer unas habichuelas con dulce, porque el grano murió... así debe de ser la vida de los cristianos con relación al mundo; nosotros morimos para el mundo, pero nacemos para servir a Dios... somos nueva criatura, y estamos llamados a crecer y dar frutos... el crecimiento lo da Dios, y los frutos es cuando predicamos su evangelio para que las almas se salven.

No todas las semillas germinaron, esto también representa cuando predicamos la palabra de Dios, no todos entenderán o no todos van a hacer la voluntad de Dios.  Nos queda orar por esas personas para que se rompan las cadenas y para que reciban entendimiento.

Dios les bendiga y feliz inicio de semana.

(Escrito por el hermano Victor Tapia)

"El Cordero de Dios"

Meditación 21.3

Apocalipsis 7.17 "Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos".

(Nota del editor: Los devocionales del 21 al 23 se centran en elementos de la Pascua, que Jesús celebró con sus discípulos la noche antes de su crucifixión.)

Los abejorros, tejones, leones, zorrillos, osos negros y perros sabuesos tienen una cosa en común: si son amenazados, nos picarán, morderán, rociarán o atacarán. A diferencia de los corderos que nunca atacan; antes bien, a lo largo de la historia, son los lobos y otros depredadores quienes los han atacado a ellos. Cuando la Biblia se refiere a los corderos, lo hace, por lo general, en el contexto de una ofrenda. Por ejemplo, en la Pascua —el evento central del Antiguo Testamento— Dios salva a su pueblo por medio de la sangre de un cordero.

Por tanto, usted podrá imaginarse la impresión de los discípulos cuando Juan el Bautista presenta a Jesús, su Señor y Mesías, como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1.29). El Dios de toda la creación, “por medio de quien todas las cosas fueron creadas” (Juan 1.3) viene a la Tierra como . . . ¿un cordero?

Alguien tenía que encontrarnos y salvarnos, incluso si eso significaba que muriera en lugar nuestro.

Es una historia extraña. El cristianismo es la perspectiva de vida que presenta a un Dios vulnerable —a un Dios que, en y por amor, se sometió voluntariamente a ser atacado por los seres que Él mismo había creado. Por supuesto es importante tener en cuenta que Jesús, el vulnerable Cordero, es también el poderoso Cordero que gobierna desde su trono, que juzga al mundo y que triunfa en la guerra (Apocalipsis 5.6; 14.9-11; 17.14) —pero aún así es el Cordero “que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apoc. 13.8).

Es también una historia osada y original, la historia de todos nosotros —seres quebrantados que nos hemos extraviado siguiendo la dirección equivocada, tan hundidos en el pantano del pecado, que no podíamos encontrar el camino para volver a casa, o salir de la zanja en que nos encontrábamos. 

Alguien tenía que descender al abismo que habíamos elegido; alguien tenía que encontrarnos y salvarnos, incluso si eso significaba que muriera en lugar nuestro. Y esa es la historia de Jesús, el león que vino como un cordero. A diferencia de los millones de corderos pascuales sacrificados a lo largo de la historia, Jesús dio voluntariamente su vida “para quitar los pecados del mundo”.

(De Encontacto.org)


viernes, 18 de marzo de 2016

"Hoy es el Día de Salvación"

MEDITACIÓN 18.3

Hebreos 3.7-19 "Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyen hoy su voz, no endurezcan sus corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron sus padres; me probaron, y vieron mis obras 40 años.  A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;  antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyen hoy su voz, No endurezcan sus corazones, como en la provocación.  ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?  ¿Y con quiénes estuvo él disgustado 40 años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?  ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?  Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad".

La tendencia a postergar la realización de las cosas puede ser un problema grande: las tareas importantes se descuidan, y nunca se disfruta de los beneficios del trabajo terminado. Pero, peor aún, aplazar los asuntos espirituales puede ser mucho más desastroso.

Toda persona pasará la eternidad en algún lugar. El destino se determina en esta vida por la decisión de aceptar o rechazar la oferta que hace el Señor Jesús del perdón de los pecadosAlgunas personas creen que pueden postergar esta decisión. La eternidad les parece distante...y hay mucho por disfrutar en esta vida. Piensan: “Esperaré hasta que esté cerca de la muerte; entonces le pediré a Jesús que me salve”.

Los problemas con este razonamiento son evidentes:
1. No hay garantía de que usted va a recibir advertencia antes de morir.
2. Pasar toda su vida rechazando la oferta de Cristo, corre el riesgo de que su corazón se endurezca.

Decirle no a Dios (Cristo) puede significar no poder decirle sí cuando la muerte llame a la puerta. Hay un gran peligro cuando se abusa de la gracia de Dios

Toda persona que no está protegida por la salvación en Jesucristo, enfrentará la aterradora realidad del juicio, al estar delante de Dios sin un Salvador (Hebreos 10.26-27).


Postergar la decisión de recibir a Cristo, le hace perder las bendiciones inmediatas, de una relación personal con Dios, y se arriesga a estar separado de Él en el futuro.

¡No tarde más! Venga a Cristo: reconozca su pecado, pida su perdón, y confíe en Él como su Salvador. (De Encontacto.org)

Una frase que se identifica con esta reflexión:

"El Juez que te juzgará al finaltiene un Hijo que te puede ayudar;
pero la decisión -ahora- Tú la debes tomar".



miércoles, 16 de marzo de 2016

"Las Bendiciones de la Obediencia"

Meditación 16.3

Lucas 5.1-5 "Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red".

En Juan 14.15, Jesús enseñó a sus discípulos: “Si me aman, guarden mis mandamientos”. En varias ocasiones, repitió la conexión entre el amor y la obediencia, debido a su gran importancia (Juan 14.23; 1 Juan 5.3; 2 Juan 1.6).

Obedecer el plan de Dios equivale a decirle: “Te amo”. Tener la perspectiva correcta de la obediencia nos permite soportar cualquier dificultad. Y Dios derrama sus bendiciones sobre quienes le obedecen.

Considere el ejemplo de Pedro. El Señor Jesús le pidió que le permitiera utilizar su barca para predicar a la multitud. Después de haber pasado toda la noche sin atrapar ningún pez, Pedro podría haber dado a Jesús una excusa —que estaba demasiado cansado o que había mucha limpieza por hacer. Pero, en vez de eso, respondió positivamente a la petición de Jesús, y dio un paso hacia la vida de obediencia y bendición.

Visto superficialmente, prestar una embarcación para ayudar a Jesús no parecía ser importante más allá de ese momento. Pero Dios tenía más en mente. Iba a usar la vida de Pedro, y le haría un pescador de hombres (Mateo 4.19).

Puesto que somos incapaces de prever lo que el Señor tiene en mente, es posible que no podamos comprender la importancia de lo que Él nos pida.

Podríamos estar tentados a modificar su petición para que se adapte a nuestro gusto, retrasarla para un momento más conveniente, o simplemente no hacer nada. Tales acciones son siempre poco sabias.

Dios recompensó a Pedro con el servicio en su reino. Él quiere hacer lo mismo con nosotros. ¿Cómo le está moviendo el Espíritu, y cuál es su respuesta?
(De Encontacto.org)

martes, 15 de marzo de 2016

"Para Aprender a Estar Quieto"

MEDITACIÓN 15.3


1Pedro 4.12-13 "Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que les ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña les aconteciere, sino gozaos por cuanto son participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria se gocen con gran alegría."

Ayer Salmos 46.10, nos invitaba a “estar quietos” durante los tiempos de dificultades. Ese versículo nos recuerda que debemos dejar de manipular nuestras circunstancias, y permitir que Dios actúe. Sin embargo, entender un versículo es una cosa, pero ponerlo en acción puede ser algo muy diferente. ¿Cómo puede un creyente estar quieto?

1. Entendiendo que el Señor está permitiendo nuestras dificultades. Si creemos que Dios tiene el control, debemos también creer que Él permitió que pasara lo que sucedió.

2. Aunque sea difícil comprenderlo, hay un propósito detrás de nuestras pruebas, aunque eso nos deje perplejos. Dios no permitirá que tengamos pruebas sin una buena razón.

3. Puesto que hay un propósito para nuestras dificultades, estas tienen el potencial de ser experiencias positivas. Eso no significa que todo saldrá perfecto, ni de acuerdo con nuestros planes y criterios, pero si reaccionamos de manera correcta podremos ver la experiencia como un catalizador para el crecimiento de nuestra vida espiritual.

Romanos 8.28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Es posible que usted haya escuchado muchas veces este conocido versículo, pero para manejar con éxito las tormentas de la vida, tienes que entender la verdad que encierra. Dios no ha desaparecido ni tampoco nos ignora. Él tiene un propósito para todo, incluso en las circunstancias más difíciles
(De Encontacto.org)

lunes, 14 de marzo de 2016

"Estad Quietos"

Meditación 14.3

Mateo 11.28-30 "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
Todos hemos experimentado tentaciones, pruebas y sufrimientos. Aun los cristianos debemos padecer sufrimientos, ya sea por la muerte de seres queridos, bancarrotas, pérdida de empleo o relaciones rotas. Pero, aunque no somos inmunes a los tiempos de dificultades, tenemos el poder, por medio del Espíritu Santo, de soportarlos. En Salmos 46.10 dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. La expresión “estad quietos” indica que nuestra mejor respuesta a las frustraciones es confiar en el Señor.
¡Qué admirable es saber que, como hijos de Dios, tenemos una línea de comunicación directa con el Padre, aun en medio de las dificultades! Por tanto, no tenemos que reaccionar como lo hace el mundo, con ira, depresión y venganza. Tampoco tenemos que arreglar las cosas con nuestras fuerzas. Es seguro que seremos tentados por la carne, pero si “estamos quietos” aprenderemos a confiar más en Dios cada día.
La verdad es que las dificultades no forman el carácter; solo lo revelan. Una de las respuestas más comunes a las dificultades es la ira. En momentos de frustración, corremos el riesgo de tomar decisiones impulsivas que podrían afectar el resto de nuestra vida. Pero, en vez de dejarnos vencer por las emociones, debemos estar quietos y confiar en Aquel que puede hacer que todo resulte para nuestro bien (Romanos 8.28).
En este mundo, los problemas no van a desaparecer (Juan 16.33). Pero cuando las tormentas amenacen en el horizonte, abróchese el cinturón y confíe en que Dios le guiará. En Él, y solo en Él, podrá usted mantenerse quieto y tranquilo.
(De Encontacto.org) 

viernes, 11 de marzo de 2016

"Alabar al Cordero de Dios"

MEDITACIÓN 11.3

Les resumo Apocalipsis 5... pero te invito a leerlo en tu Biblia, para que te edifiques aún más...

... El apóstol Juan aquí está hablando de la revelación que Dios le diera.  Relata haber visto en la mano derecha de 1 que estaba sentado en 1 trono, 1 libro escrito por dentro y por fuera, sellado con 7 sellos. También vio 1 ángel fuerte que preguntaba: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? pero que ninguno podía abrir tal libro, ni aun mirarlo... Juan lloraba porque nadie era capaz. Relata que 1 de los ancianos les dijo que no llorara; que el León de la tribu de Judá, raíz de David, había vencido para abrir el libro y desatar sus 7 sellos.
...Juan miró y vio (entre otras cosas) 1 Cordero (con algunas características) quien toma el libro; y los que estaban a su alrededor cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación... Juan oyó voz de ángeles, seres vivientes, ancianos; millones de millones que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.  Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.... Todos se postraron y adoraron al que vive por los siglos de los siglos...
La revelación que hace Juan del trono celestial es 1 imagen impactante de auténtica alabanza. El lugar estalla de adoración al Señor Jesús. Los presentes —ancianos y “millones de millones” de ángeles (v.11) son motivados a cantar su amor a Cristo, porque saben quién es Él. Es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (vv.9,12; Jn.1.29). Y es el León de Judá (Ap.5.5), el único digno de juzgar la Tierra y renovarla. Jesucristo es maravilloso, y ninguna parte de la creación pueden resistirse a decirlo.
¿Qué le motiva a usted a adorar a Dios? ¿No debe ser la alabanza a nuestro Salvador por ser Él quien es, la razón para levantar nuestras manos y voces? Para hacerlo, debemos tomarnos el tiempo para conocerle. No basta con leer la Biblia solo los domingos y orar en forma esporádica. Tenemos que comprometernos a descubrirle por medio del estudio regular de la Palabra, la oración abnegada y el servicio a su reino.
Después que el creyente vislumbre otro aspecto del carácter de Cristo, más grande y más sorprendente de lo que se había percatado antes, anhelará saber más. Tendrá hambre y sed de Dios, porque solo el Señor puede satisfacer (Mt.5.6). Es en la adoración que el corazón del cristiano se llena.
La alabanza es parte de un ciclo: se aprende más del carácter de Dios; se le ama más profundamente; se le adora y se le sirve mejor; y se logra satisfacción espiritual. Lo asombroso es que cuando estamos satisfechos, anhelamos más de su presencia en nuestra vida, y entonces ahondamos en su Palabra para tener más de ella, y comenzar de nuevo el ciclo.

(De Encontacto.org)

jueves, 10 de marzo de 2016

"Daniel: Una Influencia Piadosa"

Meditación 10.3

Les resumo el capítulo 6 de Daniel, pero vaya a su Biblia y léalo... les será de mayor bendición!
...Le pareció bien al rey Darío (de Persia, que hoy es Irán) constituir sobre el reino 120 sátrapas (funcionarios de elevada jerarquía), para que gobernaran. Y por encima de ellos a 3 gobernadores, entre los que estaba Daniel; a éstos los demás debían dar cuenta. Daniel era el superior entre todos, ya que  había en él un espíritu superior. Este hecho no fue de agrado, ya que en Daniel no había faltas, obedecía y amaba a Dios ante cualquier cosa.  Esto llevó a buscar alguna manera de hacerle caer y ponerle en contra del rey; por lo que van delante del rey y lo motivan (engañan) a promulgar un edicto de que cualquiera que en 30 días haga petición a otro dios u a otro hombre fuera del rey, fuera echado en el foso de los leones... Y el rey -en el engaño- lo ejecutó...
...Cuando Daniel conoció del edicto firmado, abrió las ventanas de su casa, se arrodilló 3 veces al día, oró y dio gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Este fue el motivo que usaran los malvados para ir al rey.  Al ver que Daniel seguía haciendo eso, entendieron que lo habían atrapado desobedeciendo el edicto del rey... Van donde el rey, le cuenta el "agrabio" que Daniel había cometido y que -de acuerdo al edicto- le tocaba el foso de los leones...Al rey le pesó en gran manera, quiso librar a Daniel, pero cuando el rey firmaba algo no podía ser revocado.  El mismo rey pide que traigan a Daniel, y le echaron en el foso. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre... el rey se fue a su palacio, y se acostó, ayuno; no quiso música, se le fue el sueño.
...Al otro día muy de mañana, y fue rápido al foso, se acercó y llamó a voces a Daniel, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?  Daniel respondió: Oh rey, mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Se alegró el rey, y mandó sacar a Daniel del foso; ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios...  siguelo leyendo ...

La fidelidad de Daniel a Dios significó en varias ocasiones poner su vida en peligro, pero nunca vaciló en sus convicciones. La historia de su vida nos enseña lo que se requiere de alguien que quiera tener una influencia piadosa en quienes le rodeen.

La confianza plena en el poder del Señor para protegerle y sostenerle, invistió a Daniel con poder para tomar decisiones audaces. La intención de Daniel no era ser popular; estaba comprometido a hacer lo recto ante los ojos del Señor. Y cuando tuvo que enfrentar las consecuencias de elegir una línea de acción poco popular, lo hizo con un espíritu tranquilo y a la manera de Cristo. Sin ninguna queja, Daniel aceptó el castigo de ser arrojado al foso de los leones —en realidad, él había violado la ley de los hombres.

Es muy tentador pensar que si hacemos lo correcto, debemos ser premiados o al menos protegidos. Pero vivimos en un mundo caído y, a veces, hacer lo correcto traerá castigo sobre nosotros.

Nuestra manera de responder a las consecuencias de la obediencia a Dios es, en realidad, tan importante como hacer la voluntad de Dios. Nuestra reacción está siendo observada y evaluada por quienes están dentro de nuestra esfera de influencia, que quieren ver si realmente creemos en nuestra aseveración de que el Señor tiene el control.

Dios está usando nuestras experiencias y testimonio para alcanzar a otros para su reino.   (De Encontacto.org y modificado)


ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...