miércoles, 28 de octubre de 2015

"Virtudes de Un Vencedor"

Reflexión 28.10

Génesis 22:5 “Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros”.

Dice la Escritura que “probó Dios a Abraham” pidiéndole lo que quizá éste más amaba: su hijo Isaac. Pero, al final de ésta historia, Abraham es aprobado por Dios, y logra superar éste difícil momento de su vida.

En el versículo mencionado, observemos varias actitudes y acciones para superar los tiempos adversos y los momentos de prueba, veamos:

   1. Obediencia: Vemos esto cuando Abraham dice: “yo y el muchacho iremos hasta allá”, Dios le había dicho que viajará hasta la tierra de Moriah y así lo hizo, y cuando vio de lejos el lugar, ordena a sus siervos que se queden allí y él continua el camino con su hijo. No cuestionó a Dios, ni le pidió explicaciones, simplemente obedeció, y por esto fue bendecido y honrado por el Señor.

  2. Adoración: Abraham expresa su primer objetivo para ir hasta allá: “adoraremos”. La vida de adoración cuando depende del estado emocional del adorador, es casi aniquilada, cuando llegan las dificultades. Cuando el adorador ha aprendido que su Dios es el mismo en toda circunstancia, y que es Dios Todopoderoso, lo adora por encima de la adversidad, lo adora aunque el camino por donde transite sea difícil. 

3. Perseverancia: Después de viajar tres días (con su hijo y con sus siervos), Abraham ve de lejos el lugar y continua el viaje, caminando sólo con su hijo, fue un viaje difícil, por tierra semidesértica, ahora empieza subir por el monte que Dios le indica, cansado, pensando y preocupado por el futuro de su hijo, el de su familia, recordando las promesas del Señor… Pero a pesar de todo, Abraham siguió adelante hasta el lugar que Dios había determinado...

4. Fe: Abraham dice: “adoraremos y volveremos”, confiado en que volverá con su hijo, pues Dios le había dicho: “por Isaac se prolongará tu descendencia”. El Espíritu Santo nos revela en el N.T. que Abraham obedeció a Dios, pensando que es poderoso para levantar aún de entre los muertos (Hebreos. 11:19), así que Abraham tenía toda su confianza en Dios.      

Lo que destacó a Abraham fue precisamente su fe en Dios. Es necesario continuar nuestro camino de fe, sin desmayar, ni renunciar; tal vez sea necesario descansar, hazlo, sabiendo que el verdadero reposo sólo se halla en Su presencia, Dios es nuestra fuerza.

(De http://mensajesysermonesparapredicar.blogspot.com)
TPSH 29.01.22

lunes, 26 de octubre de 2015

"La Protección en las Tormentas"

Devocional por Enrique Monterroza


He aprendido que no hay tormenta interminable, no hay mal tiempo que no pase, no hay problema que no llegue a su fin. Durante los años que he podido caminar junto al Señor me he dado cuenta que son muchas las ocasiones que mi alma se ha angustiado a causa de las diferentes etapas que me ha tocado vivir.
En ocasiones he llegado a perder el sueño por situaciones en las cuales ya no tenía el control y que solo podían ser solucionadas por Dios. Obviamente Dios ha solucionado y sigue solucionando cada problema que enfrento, a veces no en el tiempo que yo quisiera, pero siempre lo hace en un tiempo que Él considera adecuado, lo bueno es que siempre está allí para salir a mi rescate cómo también para salir a tu rescate.
Pensando en esto, en las veces que los problemas me han robado la paz y la tranquilidad, reflexionaba en el hecho de que a pesar que sabía que ya no tenía control de esos problemas sino que solo Dios podía solucionarlos, insistía en sentirme preocupado y hasta angustiado cuando en realidad ni esa preocupación, ni la angustia más profunda que podría producir a causa de los eventos que estaba experimentando podrían producir una solución.
Entiendo que somos humanos y que por naturaleza tenemos miedo a las cosas que desconocemos o de las cuales no tenemos el control. Reconozco que muchos de nosotros a pesar de profesar una fe en Dios y de ser testigos de las cosas maravillosas que Él puede hacer, a veces cuando nos encontramos en medio de la tormenta se nos olvida quien es el que nos protege o de quien vendrá la respuesta que necesitamos.
Y es que en esos momentos en donde las tormentas arrecian, en donde vemos el panorama difícil y en donde la lluvia no deja de caer, es cuando solo nos queda sacar el paraguas de fe que nos mantendrá protegidos de esas tormentas que parecen interminables. La fe es la única protección que nos queda en medio de los panoramas contrarios, en medio de las tormentas descontroladas, es la fe la única que puede vencer al miedo y a cualquier viento en contra.
La fe es la única que puede sostenernos en los momentos más difíciles de la vida. La gente puede quitarte tu casa o todo lo material que posees, pero jamás podrán robarte la fe que existe en tu vida, esa fe que ha visto cómo Dios ha hecho las cosas más sorprendentes en tu vida.
Tu protección en las tormentas se llama FE y eso nadie, ni nada te lo puede quitar, aun cuando todo se ve mal es la FE la que te sostiene, aun cuando todo y todos están en tu contra, es la FE la que te hace avanzar, la FE es la protección ante cualquier circunstancia en contra y por esa FE un día gozaras por toda una eternidad de paz junto al Señor.
¡Vamos! Es hora de sacar ese paraguas de FE que te protegerá de cualquier tormenta. Es hora de seguir creyendo que Dios hará algo maravilloso, porque ni la tormenta más fuerte será capaz de robarte la FE que hay en ti.
                        ¡Vamos, ten FE;  porque Dios actuará en tu vida!

“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.” 1 Corintios 16:13 (NTV)


viernes, 23 de octubre de 2015

Servicios de Mahanaim, S.D. Cada servicio es de gran bendición para tu vida !!!


"Las Promesas de Dios"

MEDITACIÓN 23.10

Hebreos 10.22-23 "Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua puraMantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió."

Nuestro Padre celestial ha hecho muchas promesas en la Biblia. Pero hay cierta confusión entre los cristianos en torno a cuáles versículos las mencionan. Hay tres preguntas prácticas para juzgar cuáles de esas promesas se aplican a nuestra situación.

1. ¿Está limitada la promesa a una persona o circunstancia específica, o se aplica a todos los creyentes? Por ejemplo, la promesa hecha a Abraham y a Sara acerca de tener un hijo (Génesis 18.10) fue específicamente para ellos, mientras que Hebreos 13.5 contiene la garantía para todos los cristianos de que Jesús estará con ellos para siempre.

2. ¿Estamos pidiéndole al Señor que satisfaga una necesidad o un deseo? Una necesidad es aquello que nos hace falta para que Dios realice su obra en nuestra vida. Un deseo es algo que queremos para nuestro disfrute o satisfacción. Si perdemos el trabajo, entonces está faltando algo esencial: un ingreso. Pero si queremos tener un nuevo cargo por razones personales, eso es un deseo.

3. Antes de cumplir una promesa, ¿requiere el Señor alguna acción de nuestra parte? Proverbios 3.5-6 es una promesa condicional que garantiza la dirección de Dios al confiar en Él. En cambio, la promesa de la presencia de Jesús es incondicional; no depende de nada que hagamos (Mateo 28.20).

Al analizar la Biblia con base en estas preguntas, sabremos cuáles promesas se aplican a nuestra situación, y qué confianza tendremos para pedir a nuestro Señor que las haga realidad. Porque, como dice 2 Corintios 1.20: “Todas las promesas que Dios ha hecho se cumplen por medio de Jesucristo”.
 (De Encontacto)

jueves, 22 de octubre de 2015

"El Milagro de la Gracia"

MEDITACIÓN 22.10

Romanos 5.15-17 "Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia."

Pablo escribió extensamente acerca de la gracia, el favor de Dios dado a quienes no lo merecen. A todos los lugares que iba, hablaba del evangelio de la gracia (Hechos 20.24). Pablo conocía por experiencia personal el poder que tiene el pecado para controlar y también la libertad que se logra por fe en Cristo. Se describió como el peor de los pecadores, porque persiguió y encarceló a muchos creyentes antes de su experiencia de conversión (1 Timoteo 1.15).

Después que aceptamos la muerte de Cristo a nuestro favor, el castigo por nuestro pecado se considera pagado y su poder sobre nosotros destruido. Nos volvemos vivos espiritualmente por el Espíritu Santo que habita en nosotros. Además, se nos da una nueva familia y un propósito para vivir. La Biblia compara nuestra experiencia de conversión con un trasplante de corazón (Ezequiel 36.26, 2 Corintios 5.17), un cambio de ciudadanía (Filipenses 3.20), y la mudanza a una nueva patria (Colosenses 1.13).

Pablo exhorta a todos los creyentes a perseverar en la gracia de Dios (Hechos 13.43; Ef 2.8). Así como tuvimos que confiar en la muerte vicaria de Cristo para nuestra salvación, debemos tener una vida de dependencia de Él. Es nuestra fe, expresada a través de la obediencia, lo que agrada a Dios (He 11.6).

La gracia es la fuerza más poderosa y más transformadora que hay en el mundo. Dios ofrece su amor incondicional a toda persona que recibe a su Hijo. Desde el momento en que somos salvos, nuestra vida es puesta sobre la Roca inamovible que es Cristo (1 Co 10.4), y su favor nos es impartido.
 (De Ministerios Encontacto)


Biblia en un año: Lucas 4-5

miércoles, 21 de octubre de 2015

"La Gracia: Nuestra Segunda Oportunidad"

MEDITACIÓN 21.10

Romanos 5.1-6 "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos."

La Escritura pinta un panorama sombrío de la humanidad: está muerta en pecados, bajo la ira de Dios y sujeta a la separación eterna de Él (Efesios 2.1-3). Pero, por medio de la cruz de Cristo, el Señor nos da una segunda oportunidad de tener una relación estrecha con Él. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Él derrama su amor incondicional —su gracia— sobre nosotros.

Por su gracia, hemos sido justificados por fe. La justificación es la declaración de Dios de que no somos culpables ante sus ojos. Cuando recibimos la salvación, la muerte de Jesús en la cruz es contada como pago por nuestros pecados. Toda nuestra desobediencia —pasada, presente y futura— es totalmente perdonada.

El medio para obtener esta gracia es fe genuina en Jesucristo. ¿Cómo es esta fe? Es la fe que acepta el veredicto del Señor de que somos pecadores; de que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y de que necesitamos un Salvador

Es una fe que cree que Jesús pagó por nuestros pecados con su muerte; que Dios aceptó su pago a nuestro favor, y que somos perdonados y hechos miembros de su familia. Si tenemos fe genuina, le daremos nuestra lealtad y le serviremos de corazón.

La gracia también nos da paz con el Señor. Antes de ser salva, la persona era su enemiga y estaba bajo sentencia de muerte eterna. Pero, después de poner su fe en Cristo, es adoptada en la familia de Dios y tiene su favor para siempre.

Por gracia se nos ha dado una segunda oportunidad. En vez del castigo eterno que merecíamos, hemos recibido aceptación por la fe en Cristo (Romanos 15.7) y hechos miembros de la familia de Dios (Romanos 8.15).
(De Encontacto.org)

Biblia en un año: Lucas 2-3


martes, 20 de octubre de 2015

"La Grandeza de Dios"

MEDITACIÓN 20.10

Isaías 40.12-31 "¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con 3 dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es. ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva. ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

Si usted le pregunta a un grupo de personas cómo es Dios, recibirá muchas respuestas diferentes. Algunos dirán que es una fuerza en algún lugar del cosmos, mientras que otros lo describirán como un tipo de abuelo benévolo que pasa por alto los “pecados pequeños”. La mayoría de las veces, la descripción dada revelará más acerca de quién habla que de Dios. En realidad, el Dios verdadero podría sorprenderle.

Cuando el Padre celestial se revela en las Sagradas Escrituras, una palabra que nunca se utiliza cuando se hace referencia a Él es la forma impersonal “ello”, que se usa para aludir a una cosa. Dios es una persona. En todas las referencias, se le da un nombre (Jehová, Elohim, Señor), o es mencionado con un pronombre masculino (Él). Tiene todos los atributos de una persona: inteligencia para razonar, emociones para sentir y voluntad para tomar decisiones. Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios muestra estas características.

La Biblia también habla de la inmutabilidad de Dios. Seamos claros en lo que esto significa: la naturaleza y el carácter del Señor jamás cambian —Él siempre es Espíritu y su amor se mantiene constante. Todos podemos tener la seguridad de que las leyes y los principios de Dios seguirán siendo ciertos, y de que Él actuará exactamente como lo ha prometido. Aunque sí ajusta sus emociones para adecuarlas a una situación, su complacencia, ira y demás sentimientos son matices de su ser, no características nuevas.

Dios es eterno, no tiene principio ni fin. Es el mismo ayer, hoy y siempre. Nadie le creó; Dios simplemente es. Si queremos honrar al Padre, debemos conocerle como es realmente —eterno e inmutable. (De Ministerios Encontacto)

lunes, 19 de octubre de 2015

"Nuestra Seguridad Ecónomica"

MEDITACIÓN 19.10

2 Corintios 8.1-7 "Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia."

Dar es una cualidad que se aprende, no es innata en nosotros. Observe lo que hacen los niños: se pelean por el pedazo más grande de pastel y por los juguetes. Como adultos, también luchamos cuando se trata de nuestras finanzas. Exigimos tener nuestra “parte justa” y guardar lo que es nuestro. Las decisiones que tomamos en relación con nuestro dinero —la cantidad que conservaremos y lo que daremos— con frecuencia revelan dónde ponemos nuestra confianza.

Dios llama a los creyentes a ser generosos. Nos dice que encontremos la seguridad en nuestra relación con Él, no en nuestro patrimonio. ¿Por qué razón? Porque la mayoría de nosotros sentimos que no tenemos suficiente, no importa lo mucho que tengamos. Asimismo, cuando nos enfocamos en el dinero, abrimos la puerta a la incertidumbre y ansiedad. ¿Qué pasa si perdemos nuestro trabajo, si no recibimos el ascenso, o si nos enfermamos por un tiempo prolongado? Cuando nuestras finanzas sufren, nuestra sensación de seguridad disminuye.

Pero si nuestra seguridad permanece en la relación que tenemos con Dios por medio de Cristo, estaremos agradecidos por lo que tenemos, y le confiaremos nuestro futuro. Mantendremos las finanzas en su perspectiva adecuada, pues nos han sido dadas por Dios para ser utilizadas en sus propósitos, no los nuestros.

Uno de los propósitos de Dios es que apoyemos la iglesia local. ¿Qué tan generosamente da usted a su congregación? ¿Busca más oportunidades para dar? ¿Tiene una actitud positiva cuando escucha peticiones de dinero? Permita que su modo de dar revele que ha puesto su seguridad en Dios.
(De Ministerios Encontacto)


P.D:  Que no nos pase como en la párabola del hombre rico, que relata la Biblia en Lucas 12:15-21

viernes, 16 de octubre de 2015

"Una Oración Para Todos"

MEDITACIÓN 16.10

Colosenses 1.9-14 "Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados."

Si alguna vez ha estado confundido en cuanto a cómo debe interceder por alguien, la oración de Pablo en Colosenses es apropiada para toda persona y situación. Debido a que ella encaja a la perfección con la voluntad de Dios, usted puede hacer uso de estas peticiones con mucha confianza, tanto a favor suyo como de los demás:

Ser llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. No solamente necesitamos conocer el plan de Dios para nuestra vida; también se requiere discernimiento para distinguir su voz.

Andar como es digno del Señor, agradándole en todo. Nuestra vida debe tener como modelo a Aquel que seguimos, para agradarle y darle gloria.

Llevar fruto en toda buena obra. En vez de encerrarnos en nuestro trabajo, posesiones, placeres y planes, debemos contribuir para el bien de los demás.

Crecer en el conocimiento de Dios. Al leer su Palabra, aplicarla a nuestra vida y obedecer sus caminos, tendremos una compresión más profunda del Señor.
Fortalecidos con todo poder, para mantenernos firmes. Solo con el poder del Espíritu Santo es posible vivir de la manera que le agrada a Dios.

Dar gracias con gozo al Padre por todo lo que ha hecho por nosotros. Los creyentes debemos caracterizarnos por el gozo y la gratitud.

A menudo, centramos nuestras peticiones en necesidades temporales y dejamos de ver la obra espiritual que Dios quiere realizar. Sus oraciones serán efectivas si cambia el énfasis de las peticiones y se enfoca en los deseos del Señor; de esa manera, Él le transformará a usted y a las personas por quienes interceda. (De Encontacto.org)

jueves, 15 de octubre de 2015

"Para Orar e Impactar"

MEDITACIÓN 15.10

1 Juan 5.14, 15 "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho."

Dado que la oración es una práctica común de los creyentes, es fácil con el tiempo caer en hábitos que dan como resultado una vida de oración apática y vacía. En vez de tener una conversación dinámica con peticiones bien pensadas, y un oído activo a la respuesta de Dios, nuestras oraciones pueden parecerse más a una lista de compras. La comunicación con el Señor es una parte muy vital de la vida cristiana, y por eso necesitamos examinar lo que estamos haciendo. Comience por hacerse las siguientes preguntas:
  • ¿Qué tan efectivas son mis oraciones? ¿Está Dios respondiendo sus oraciones?
  • ¿Por quiénes estoy orando? ¿Son la mayoría de sus peticiones por usted, o por los demás?
  • ¿Qué le pido al Señor que haga? ¿Ha buscado en su Palabra lo que Él quiere, o está tratando de que intervenga de acuerdo con sus planes?
  • ¿Cuándo oro? ¿Solamente en situaciones de emergencia, o cuando necesita algo?
Si descubrió algún egoísmo en sus oraciones, no es la única persona. Muchos tenemos problemas para entrar en la presencia de Dios con nuestros ojos centrados en Él. La única manera para orar con impacto se consigue llenando nuestra mente con la Palabra de Dios para así conocer la voluntad del Señor.

Su vida de oración puede llegar a ser efectiva y dinámica si se acerca a Dios con un corazón limpio (Salmos 66.18), alinea sus peticiones con la voluntad del Señor, y cree que Él hará lo que dice (Marcos 11.24). Entonces podrá orar con absoluta confianza, sabiendo que Él escuchará y responderá sus oraciones.
 (De Encontacto.org)

miércoles, 14 de octubre de 2015

"La Oración: Un Ahorro de Tiempo"

MEDITACIÓN 14.10

Salmos 143.5-12 "Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta.  Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante a los que  escienden a la sepultura.  Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.  Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia. Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y destruirás a todos los adversarios de mi alma, Porque yo soy tu siervo."

¿En qué piensa usted cuando se despierta? ¿Enfoca sus pensamientos en el día que tiene por delante, o se centra en el Señor? Aunque la mayoría de nosotros tiene una vida ocupada que consume gran parte de nuestra atención y de nuestro tiempo, lo más importante y lo que más nos ahorra tiempo en el día es el tiempo que pasamos a solas con Dios.

Sin embargo, muchos creyentes viven tan apresurados que no piensan que hay tiempo suficiente para el Señor. Saltan de inmediato a la rutina del día a día, y después se preguntan por qué están tan frustrados, confundidos e insatisfechos. Aunque su deseo sea obedecer a Dios, no se han detenido para recibir sus instrucciones.

Nadie puede mantener una relación estrecha con Cristo sin una comunicación diaria con Él.

Tal vez el problema es nuestra lógica humana. Creemos que pasar tiempo leyendo la Biblia cada mañana nos quitará tiempo y productividad. Sin embargo, cuando buscamos la dirección y la sabiduría de Cristo para el día y lo invitamos a tomar el control de nuestra vida, Él logrará más por medio de nosotros de lo que sería posible que hiciéramos con nuestro esfuerzo. Nos dará la sabiduría para tomar buenas decisiones, aumentará nuestras fuerzas y nos librará de la ansiedad.          

¿Está usted demasiado ocupado para buscar del Señor? Si es así, se está negando la bendición de tener una relación diaria y personal con Cristo. Si aparta tiempo para Él, recibirá su paz y su gozo, le guiará en sus decisiones, le dará sabiduría y poder para obedecer, le volverá más productivo, y le confortará con su amor.
 (De Encontacto.org)

martes, 13 de octubre de 2015

“El Problema de la Pereza”"

MEDITACIÓN 13.10

Proverbios 6.9-11 “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.”

El libro de Proverbios habla mucho de los perezosos. Los considera unos haraganes que no piensan más allá del día presente (20.4), que se engañan considerándose sabios (26.16), y que van rumbo a la pobreza.

Cuando las personas desarrollan el hábito de la pereza, tienden a dar excusas tales como: “Estaba muy cansado”, “no tuve tiempo” o “no pensé que era necesario”. Evitarán hacer algo que no les guste, aunque sea su responsabilidad, y harán solo lo que les complazca. Lamentablemente, las personas que actúan así tienen problemas para ver con claridad lo que están haciendo mal, y rechazarán cualquier crítica (26.16). Aunque pueden pensar que su egocentrismo pasará desapercibido por los demás, en realidad será evidente para todo el mundo.

Las personas pueden engañarse a sí mismas, pero Dios, que ve las malas actitudes y la negligencia, no se complace con las cosas mal hechas. Él nos ha dado trabajo para hacer, y espera que lo hagamos con esmero. El Señor sabe que las consecuencias de la pereza son serias: en el trabajo serán las críticas, el sometimiento a períodos de prueba, e incluso el despido; en el hogar, las palabras ásperas podrán añadir tensión a la atmósfera a medida que crezca la frustración; y los hijos podrían imitar los indeseables hábitos de trabajo de sus padres.

Si usted es ya un trabajador disciplinado que tiene que interactuar con personas que no lo son, siga agradando al Señor siendo productivo en lo que haga, y enséñeles por medio de su buen ejemplo. Además, pídale que le dé paciencia (Gálatas 5.22), y sea un reflejo de Cristo para quienes le rodeen.

(De Ministerios EnContacto.org)

“El Peligro de la Pereza”

MEDITACIÓN 12.10

2 Tesalonicenses 3.7-10 “Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”

El Señor ha nombrado a los creyentes sus embajadores en el mundo. Como sus seguidores, debemos representarlo con nuestro carácter, conducta y conversación cada vez que inter–actuemos con las personas que nos rodean.

Dios espera que seamos diligentes en lo que hagamos, y que realicemos bien nuestro trabajo. Sin embargo, en la actualidad es muy fácil volverse víctima de la pereza. Este pecado es peligroso para la vida del creyente, por el daño potencial que puede ocasionar; es capaz de arruinar nuestro testimonio y relaciones afectivas, y hacernos desaprovechar los dones que el Señor nos ha dado. Uno de los resultados negativos de este estilo de vida es un carácter considerado poco honesto e indigno de confianza.

La pereza demuestra con frecuencia la tendencia a postergar las cosas. Por ejemplo, a pesar de que decimos que tomaremos acción, retrasamos una y otra vez la ejecución. O podemos comenzar un proyecto, y luego encontrar razones para no terminarlo. La negligencia es otra manifestación, aunque hacemos el intento de cumplir con nuestras responsabilidades, éstas se llevan a cabo de manera esporádica o incompleta. Las relaciones con nuestros seres queridos son descuidadas, y las necesidades de los demás son ignoradas.

La conducta irresponsable no corresponde con quienes somos en Cristo. Si usted reconoce que ha sido negligente en algún aspecto de su vida, ore diciendo: “Señor, no he vivido como debía, y te pido que me perdones. Decido apartarme de toda actitud de pereza y de toda conducta negligente. Te ruego que me ayudes a seguir adelante, y a convertirme en alguien diligente para ti”.
 (De Encontacto.org)

viernes, 9 de octubre de 2015

"Aliento Divino en Momentos Difíciles"

MEDITACION 9.10 

Jueces 7.8-25 "Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos 300 hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle. Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud. Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. Y repartiendo los 300 hombres en 3 escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: !!Por Jehová y por Gedeón! Llegaron, pues, Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. Y los 3 escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por la espada de Jehová y de Gedeón! Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. Y los 300 tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas. Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. Y tomaron a 2 príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán."
Ayer leímos la manera como Dios redujo el ejército de Gedeón, de 32 mil a solo 300 hombres, antes de una importante batalla. Hoy veremos lo que pasó después.

Gedeón, sin duda, se sentía ansioso. Iba a atacar a un campamento enemigo de más de 130 mil soldados con solo un puñado de hombres. Pero en este aterrador momento, Dios le dio a Gedeón lo que más necesitaba: aliento.

Dios despertó a Gedeón en medio de la noche, y lo puso en un lugar estratégico para que oyera a un soldado enemigo contar un sueño terrible —¡una visión de la victoria de los israelitas! Esta increíble circunstancia le aseguró a Gedeón que el Señor estaba actuando en su difícil situación. Dios utilizó ese incidente para demostrar su sensibilidad ante el temor de un hombre.

Piense en cuán poderosas son las palabras de aliento de un amigo. Son como una bendición inesperada que nos cae del cielo justamente en el momento más difícil. No se trata de un “afortunado accidente”, sino de palabras preciosas creadoras de confianza, venidas de parte de Dios.

El desafío que tenemos es sencillamente recordar las veces que nuestro amoroso Padre celestial nos dio aliento en el pasado. Confiando en la evidencia de su fidelidad, podemos enfrentar el futuro con valentía, sabiendo que no estamos solos.

Como habitantes de un mundo caído, a veces enfrentaremos angustias, temores y obstáculos al parecer insuperables. Pero, como hijos de Dios, salvados por Jesucristo y seguros en Él, nunca estamos más allá del aliento que nos da el Señor.
 (De Encontacto.org)

jueves, 8 de octubre de 2015

¨Cuando Todo Está en su Contra¨

Jueces 7.2-7  ¨Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo 22 mil, y quedaron 10 mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, 300 hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos 300 hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.¨

¿Se ha sentido usted alguna vez contra la pared, con todo en su contra? En situaciones así, los cristianos muchas veces se niegan a reconocer una verdad importante: Que Dios sea, en realidad, el causante de sus circunstancias.

Usted podría pensar: No puede ser, porque Dios me protegería de esas cosas. Quienes me están haciendo esto son el mundo y Satanás. Quizás, sin embargo, es posible que Dios esté tratando de decirle algo, pero Él necesita primero captar su atención.

En la Biblia vemos una y otra vez que el Señor utiliza las circunstancias para desarrollar fe en nosotros. Es fácil confiar en Él cuando todo nos va bien. Pero Dios muchas veces nos quita comodidades y falsas seguridades para recordarnos que Él es nuestra única fuente de fortaleza.

Piense en el pasaje de hoy. Gedeón estaba listo para dirigir un ejército poderoso de 32.000 hombres contra el enemigo. Pero el Señor intervino en 3 momentos distintos, reduciendo a menos del 1% el tamaño original del ejército israelita. Nosotros habríamos respondido: “¿Qué?” ¡Es imposible derrotar las fuerzas enemigas con solo 300 hombres!” Eso probablemente era cierto; 300 hombres solos no podían, pero el Señor sí podía —y esa fue la lección que Gedeón aprendió.

Cuando las circunstancias no estén a su favor, no piense que Dios le ha abandonado. Sus amigos, dinero y éxito pueden desaparecer, pero estos no ganarán la batalla de todos modos. Manténgase firme, con la mirada puesta en el Señor, y una vez que se quede sin nada, se maravillará de lo que su Padre celestial hará. 
(De Ministerios en Contacto)

martes, 6 de octubre de 2015

"La Santidad de Dios"

MEDITACIÓN 6.10

Apocalipsis 4.1-11 Les resumo la lectura, pero léanla completa... Está relacionada con la adoración al Padre Celestial.... Es Juan, quien expresa ver puerta abierta en el cielo; y oir voz como de trompeta, que hablaba con él y le dijo: Sube acá, y te mostraré las cosas que sucederán después de estas.  Y al instante Juan, en el Espíritu, vió un trono en el cielo, y uno sentado.  Describe el aspecto del que estaba sentado, diciendo que era semejante a piedra de jaspe y cornalina; y que tenía alrededor un arco iris, semejante a la esmeralda.  Alrededor del trono había 24 tronos; y vió sentados en los tronos a 24 ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Del trono salían relámpagos, truenos y voces; y delante del trono ardían 7 lámparas de fuego, las cuales son los 7 espíritus de Dios.  Delante del trono había como mar de vidrio semejante al cristal; y junto y alrededor del trono 4 seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. El 1er ser viviente era semejante a un león; el 2do a un becerro; el 3ero tenía rostro como de hombre; y el 4to era semejante a un águila volando.  Y los 4 tenían cada uno 6 alas, y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre daban gloria, honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, y vive por los siglos de los siglos, los 24 ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:  Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.


Dios está libre de pecado. No hay ninguna maldad en sus pensamientos, motivos o acciones. Debido a su carácter santo, ama al pecador, pero detesta el pecado.

La santidad del Padre celestial se revela no solo en su pureza moral, sino también en su separación del mal. Por su carácter justo, no puede tolerar o ignorar el pecado. Su justicia requiere que toda transgresión sea pagada, y el único pago aceptable es la muerte (Romanos 6.23).

Solo la fe en Jesucristo cierra la brecha que hay entre el Dios santo y el hombre pecador. El Hijo de Dios, después de haber vivido sin pecar, murió para pagar nuestra deuda de pecado y ofrecernos una manera de relacionarnos con el Dios justo. El Padre celestial, después de haber aceptado el pago de Jesús por el pecado, invita a todas las personas a convertirse en sus hijos.

En primer lugar, debemos reconocer que no podemos perdonar nuestros pecados. Por tanto, debemos confesarlos y pedirle al Señor que nos perdone, basados en el hecho de que Cristo pagó totalmente la pena por nuestros pecados, después de sufrir la ira, condena y juicio de Dios en nuestro lugar. Dios nos justifica (limpia de pecados) en el momento que recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador personal —el Juez de toda la humanidad declara que ya no somos culpables. Él acepta la transferencia de nuestra culpa a su Hijo, quien se presentó como nuestro sustituto.

Nos perdona todos nuestros pecados y nos viste con la justicia de Jesús. Nos hace hijos del Dios santo. Estos son los regalos que el Padre nos da una vez que hemos aceptado al Señor Jesús como nuestro Salvador por la fe en Él.

Cuando le damos nuestra vida, Él nos da la suya !!!

 (De Ministerios EnContacto)

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...