MEDITACIÓN 6.10
Apocalipsis 4.1-11 Les resumo la lectura, pero léanla completa... Está relacionada con la adoración al Padre Celestial.... Es Juan, quien expresa ver puerta abierta en el cielo; y oir voz como de trompeta, que hablaba con él y le dijo: Sube acá, y te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante Juan, en el Espíritu, vió un trono en el cielo, y uno sentado. Describe el aspecto del que estaba sentado, diciendo que era semejante a piedra de jaspe y cornalina; y que tenía alrededor un arco iris, semejante a la esmeralda. Alrededor del trono había 24 tronos; y vió sentados en los tronos a 24 ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Del trono salían relámpagos, truenos y voces; y delante del trono ardían 7 lámparas de fuego, las cuales son los 7 espíritus de Dios. Delante del trono había como mar de vidrio semejante al cristal; y junto y alrededor del trono 4 seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. El 1er ser viviente era semejante a un león; el 2do a un becerro; el 3ero tenía rostro como de hombre; y el 4to era semejante a un águila volando. Y los 4 tenían cada uno 6 alas, y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre daban gloria, honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, y vive por los siglos de los siglos, los 24 ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Dios está libre de pecado. No hay ninguna maldad en sus
pensamientos, motivos o acciones. Debido a su carácter santo, ama al
pecador, pero detesta el pecado.
La santidad del Padre celestial se revela no solo en su
pureza moral, sino también en su separación del mal. Por su carácter justo,
no puede tolerar o ignorar el pecado. Su justicia requiere que toda
transgresión sea pagada, y el único pago aceptable es la muerte (Romanos 6.23).
Solo la fe en Jesucristo cierra la
brecha que hay entre el Dios santo y el hombre pecador.
El Hijo de Dios, después de haber vivido sin pecar, murió para pagar nuestra
deuda de pecado y ofrecernos una manera de relacionarnos con el Dios justo. El
Padre celestial, después de haber aceptado el pago de Jesús
por el pecado, invita a todas las personas a convertirse en sus hijos.
En primer lugar, debemos reconocer que no podemos perdonar
nuestros pecados. Por tanto, debemos confesarlos y pedirle al Señor que nos
perdone, basados en el hecho de que Cristo pagó totalmente la pena por
nuestros pecados, después de sufrir la ira, condena y juicio de Dios en
nuestro lugar. Dios nos justifica (limpia de pecados)
en el momento que recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador personal
—el Juez de toda la humanidad declara que ya no somos culpables. Él acepta
la transferencia de nuestra culpa a su Hijo, quien se presentó como nuestro
sustituto.
Nos perdona todos nuestros pecados y nos viste con
la justicia de Jesús. Nos hace hijos del Dios santo. Estos son los regalos
que el Padre nos da una vez que hemos aceptado al Señor Jesús como nuestro
Salvador por la fe en Él.
Cuando le damos nuestra vida,
Él nos da la suya !!!
(De Ministerios EnContacto)
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