MEDITACIÓN 13.10
Proverbios 6.9-11
“Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás
de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y
cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá
tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.”
El
libro de Proverbios habla mucho de los perezosos. Los considera unos haraganes
que no piensan más allá del día presente (20.4), que se engañan considerándose
sabios (26.16), y que van rumbo a la pobreza.
Cuando
las personas desarrollan el hábito de la pereza, tienden a dar excusas tales
como: “Estaba muy cansado”, “no tuve tiempo” o “no pensé que era necesario”.
Evitarán hacer algo que no les guste, aunque sea su responsabilidad, y harán
solo lo que les complazca. Lamentablemente, las personas que actúan así tienen
problemas para ver con claridad lo que están haciendo mal, y rechazarán
cualquier crítica (26.16). Aunque pueden pensar que su
egocentrismo pasará desapercibido por los demás, en realidad será evidente para
todo el mundo.
Las
personas pueden engañarse a sí mismas, pero Dios, que ve las malas actitudes y
la negligencia, no se complace con las cosas mal hechas. Él nos ha dado trabajo
para hacer, y espera que lo hagamos con esmero. El Señor sabe que las
consecuencias de la pereza son serias: en el trabajo serán las críticas, el
sometimiento a períodos de prueba, e incluso el despido; en el hogar, las
palabras ásperas podrán añadir tensión a la atmósfera a medida que crezca la
frustración; y los hijos podrían imitar los indeseables hábitos de trabajo de
sus padres.
Si
usted es ya un trabajador disciplinado que tiene que interactuar con personas
que no lo son, siga agradando al Señor siendo productivo en lo que haga, y
enséñeles por medio de su buen ejemplo. Además, pídale que le dé paciencia (Gálatas 5.22), y sea un reflejo de Cristo para
quienes le rodeen.
(De
Ministerios EnContacto.org)
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