28.02.19
Lucas 1:20-22 “Y ahora quedarás mudo y no
podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis
palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a
Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario. Pero cuando
salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el
santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo”.
La vida da muchas
vueltas, y hay veces que nos envuelve en situaciones que limitan. He oído testimonios
de personas con discapacidad, que podían realizar actividades como si fueran
normales. Eso me impulsó a caminar con los ojos vendados en mi casa, pero cuán
difícil resultó! Aun conociendo muy bien mi casa.
Imagino que algo
así debió sentir Zacarías cuando le fue anunciado que a su edad avanzada se
convertiría en padre y al no creer la promesa de Dios, quedó mudo. ¿Te imaginas quedar mudo sabiendo que
tienes la responsabilidad de anunciar mensajes importantes?
En lo que Zacarías estuvo
discapacitado sentiría muchas dudas y temores; pero tú que no tienes discapacidades,
¿esperarás a tener una para desarrollar
los dones que el Señor te ha dado?
Ten presente que ningún esfuerzo que hagas por la obra de
Dios es en vano. Puedes avanzar más
allá de tus límites. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece (Filip. 4:13).
¡No hay mayor límite que el que tú decides poner en tu
camino!
Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: CVC laVoz)