25.02.19
Salmos 28:7 “Jehová es mi
fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se
gozó mi corazón, y con mi cántico le
alabaré”.
¿Crees que estás solo en medio de tu aflicción? Lee y medita en lo
siguiente: “Oh …, confía en Jehová; Él es tu ayuda y tu escudo” (Salmos 115:9).
Sufrir es una
sensación que nadie quiere experimentar. Produce dolor en el corazón y afecta muchas
otras áreas.
Sin embargo, en medio de cualquier aflicción, si clamas,
la mano de Dios se extiende para socorrerte. Dice en el 2do libro de Reyes
13:4 “Mas Joacaz oró en presencia de Jehová, y Jehová lo oyó; porque miró
la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía”.
Dios se apiadó de
su pueblo a pesar de que ellos le dieron
la espalda, y por la oración de Joacaz su mano de misericordia se extendió
para que el sufrimiento se apartara de ellos.
En medio de tu tormenta, eleva una oración sincera al Padre
Celestial, y si tienes que ponerte a
cuentas con Él ¡hazlo! Porque no hay nada más conmovedor para Dios que un
pecador que se arrepiente de corazón y se vuelve a Él.
Siempre te esperará su perdón, la restauración de tu
relación con Él y la fortaleza para superar tus aflicciones. Por muy lejos
que te hayas apartado, Dios nunca dejará de ser tu Padre, con cuerdas de amor
te atraerá hacia su Presencia y te socorrerá.
¡No estás solo! Él es tu ayuda y tu
escudo! “Bendito sea Jehová,
que oyó la voz de mis ruegos” (Salmos 28.6).
que oyó la voz de mis ruegos” (Salmos 28.6).
Feliz inicio de semana, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: CVC laVoz)
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