Domingo 17.02.19
Hebreos
4.3, 9-11 “Pero
los que hemos creído entramos en el reposo… Por tanto, queda un reposo para el
pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de
sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo,
para que ninguno caiga…”.
Entrar
en el reposo de Dios, significa renunciar a tus propios esfuerzos. Sólo la fe te da acceso a ese reposo. Por lo que debes decidir creer que Dios es fiel para librarte en cualquier circunstancia,
sin importar lo imposible que parezca.
Al estar en el reposo en Cristo, no tienes que ponerte la careta de valiente
en tiempos difíciles. No pretendes falsa aceptación de tu crisis, no te cedes
al miedo ni cuestionas el amor de Dios. En resumen, simplemente confías en el
Señor.
¿Cómo desarrollar tal confianza? Busca al Señor en oración, medita en su
Palabra y camina en su obediencia. Todos esos son actos de fe. Al cumplir
estas disciplinas, confiarás en que el
Espíritu Santo obrará en ti, creando una reserva de fuerza para el tiempo de la
necesidad.
Puede que no sientas el
fortalecimiento de Dios en ti, ni sientas que su poder se esté desarrollando, pero
en la próxima prueba, esos recursos
celestiales se manifestarán. Busca al Señor cuanto antes: ayuna, ora,
estudia su Palabra, obedece sus mandamientos…necesitarás los recursos del cielo para ayudarte a soportar.
Toma la determinación de ser un soldado preparado para el campo de batalla.
Cuando el enemigo se te acerque vas a
necesitar todas las municiones disponibles, y que tus reservas sean las mejores.
Feliz
domingo, y Que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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