31.08.2018
Salmos 12:3 “Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la
lengua que habla jactanciosamente”. Prov.10.31 “La boca del justo producirá sabiduría; mas la lengua perversa será cortada”.
Cuán pequeño es el músculo de la lengua en nuestro cuerpo, pero si no lo
frenamos, o si lo mal utilizamos, cuánta desgracia pudiera traer, para otros,
como para nosotros.
Dice el apóstol Santiago que es un miembro que se jacta de grandes cosas, enciende
un pequeño bosque, y es [todo] un mundo de maldad; contamina todo, e inflama la
rueda de la creación… es inflamada por el infierno (mismo) (3:5-6).
¿Qué hace un perverso de
lengua, desde óptica bíblica? No es sincero. Sus entrañas son de maldad. Un sepulcro abierto es su garganta. Está lleno
de lisonjas (para destrucción a los demás) (Sal.5.9). Tiene una boca llena de maldición, engaños y
fraude; vejación y maldad (Sal.10.7). Lanza cual saeta, palabras amargas (Sal.64.3).
Como navaja afilada engaña (Sal.52.2). Es espada aguda, sus dientes lanzas y
saetas (Sal.57.4). Lisonjean con su boca, y con su lengua miente (Sal.78.36).
Ahora bien, cuando su
uso es grato delante de Dios: La guarda para no
hablar engaño (Sal.34.13). Habla
justicia y alaba todo el día (Sal.35.28). Habla con sabiduría (Sal.37.30). No desea
pecar, y la guarda con freno (Sal.39.1).
Para quien hace uso
inadecuado de la lengua, le esperan varias sentencias: Caerá (Salm.64.8). No será firme en la tierra; el mal le cazará para
derribarle (Sal.140.11). Nunca hallará el bien (Prov.17.20).
Que hoy puedas decir, Padre
celestial: Libra mi alma de
labio mentiroso, de lengua fraudulenta, y que yo no tenga nada que ver con el
suelto de lenguas. Que de mi lengua siempre salga sabiduría, clemencia, medicina
y vida… ¡Y que Tú me bendigas!
¡Feliz día!
Wilda M.V.
(TPSH 29.06.2022)