18.8.18
Génesis 27:35-37 "Y él (Isaac) dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? Isaac respondió: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?"
Un personaje interesante del A.T. es Jacob, un engañador y manipulador. Y, sin embargo, Dios amó a este hombre.
Jacob le robó la bendición de Esaú. Cuando Esaú lo supo estuvo decidido a matarlo; eso desencadenó guerra entre ellos.
Pero a pesar de eso, Dios trajo a Jacob a la bendición del pacto con su abuelo, Abraham, y con su padre, Isaac (Gén. 28:14). Y le añadió bendiciones: “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho (28:15).
Dios dijo: Nunca te dejaré, Jacob; y nunca podrás hacer un movimiento en el que yo no esté involucrado. Mis propósitos se cumplirán en ti, ¡sin importar qué!
Aunque te sea difícil encontrar algo de fe, bondad o gracia en Jacob, él fue el patriarca del pacto del propósito eterno de Dios!
¿Qué vio Dios en ese hombre? ¿Por qué no lo corrigió en lugar de bendecirlo después de haber robado y engañado? Dios vio algo en el corazón de Jacob que hizo brotar su amor y deseo de bendecirlo. “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu” (Isaías 57:15).
Dios sabía que Jacob tenía un espíritu arrepentido y quebrantado!
El ser humano se fija en la apariencia externa, pero Dios en el corazón. Él sabía que algo en el corazón de Jacob estaba dispuesto a ser cambiado. ¡Y eso es exactamente lo que Dios está buscando en nosotros!
Piénsalo. Qué Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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