lunes, 30 de junio de 2014

"Sensibles o Insensibles" por Enrique Monterroza

"Jeremías, dile al pueblo: “Esto dice el SEÑOR: »‘Cuando una persona se cae, ¿acaso no vuelve a levantarse? Cuando descubre que está en un camino equivocado, ¿acaso no da la vuelta? Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción? ¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar? Se aferran a sus mentiras y se niegan a volver. Escucho sus conversaciones y no oigo una sola palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo? ¿Alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren por el camino del pecado tan veloces como galopa un caballo a la batalla!”(Jeremías 8:4-6) 

Hay momentos en donde realmente necesitamos que nuestro espíritu se sensibilice delante de Dios y es que no vamos a negar que hay momentos en donde pareciera que nuestro espíritu, nuestro corazón y todo nuestro ser está endurecido por alguna razón.
Y es que a veces la falta de una comunión diaria con Dios puede ocasionar la perdida de sensibilidad espiritual que mucho tiene que ver con la humildad, puesto que entre más humildes seamos más fácilmente podremos ser sensibles a Dios.

Hay personas que dicen no sentir la presencia de Dios como la sentían antes, personas que confiesan que en el camino algo ocurrió y que aquella sensibilidad de la que antes gozaban desapareció. Y es que la sensibilidad espiritual es algo que nunca debe faltar en un hijo de Dios porque es la forma de cómo nuestro espíritu se comunica con Dios y nuestra fe crece.

¿Cómo detecto que he ido perdiendo la sensibilidad espiritual?
Cuando al no orar ya no siento el deseo de volverlo a hacer. Cuando al orar no pronuncio ninguna palabra a conciencia sino solo vanas repeticiones. Cuando al alabar a Dios ya no me gozo. Cuando al adorar a Dios mi corazón ya no se quebranta. Cuando el no servir ya no inquieta mi espíritu. Cuando el pecado ya no me produce culpa. Cuando ya no siento pasión por los necesitados de Dios. Cuando mi vista se gira y comienzo a ver los errores humanos antes que la gracia y misericordia de Dios. Cuando al leer la Biblia siento que ya no me edifico sino que me aburre. Cuando ando más a la defensiva en todo que con un corazón humilde con ansias de aprender, cuando en mi vida comienza a gobernar más lo carnal que lo espiritual entonces voy camino hacia el fracaso espiritual y sobre todo hacia la insensibilidad espiritual.

Hoy quiero invitarte a reflexionar en tu caminar, en los pasos que estás dando. Reflexiona sobre qué tan sensible estás siendo a lo espiritual y si tu corazón es sensible a Dios entonces ¡Gloria a Él!, pero si siendo sincero contigo mismo denotas un cambio a comparación de otras épocas, entonces es hora de volver al camino del cual nunca debiste desviarte.

¡Volvamos al lugar de sensibilidad espiritual para poder gozar de una vida cristiana plena!
“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” Jeremías 6:16

“Cómo Mantener el Rumbo”


1 Corintios 9:22-27 (Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado)

La vida cristiana se puede comparar con una carrera que tiene un rumbo predeterminado y una línea de llegada en la eternidad. Cada hijo de Dios tiene una ruta diseñada especialmente por el Señor. La meta es permanecer en el buen camino, y correr con la mirada puesta en Jesús. Gracias a que Él corrió y terminó la carrera perfectamente, tiene la capacidad de mostrarnos el camino.

Al igual que sucede con cualquier carrera, el camino está lleno de obstáculos que amenazan con hacernos tropezar o desviar. Las tentaciones nos atraen a los que pensamos que son exuberantes pastos verdes, mientras que las ocupaciones pueden llevarnos por caminos que terminan agotándonos. La ansiedad y el temor se apoderan de nuestras mentes, y las emociones nos llevan a situaciones en las que el Señor nunca quiso que estuviéramos.

Aunque los pecados presentan los obstáculos más evidentes, otros obstáculos son más sutiles. Todo lo que tiene prioridad por encima de nuestra relación con el Señor, puede hacernos tomar el camino equivocado.

Debido a que la participación en las actividades cotidianas son necesarias, podemos dejar fácilmente que la familia, el trabajo y los placeres nos desenfoquen. Curiosamente, inclusive las bendiciones de Dios pueden convertirse en obstáculos en la carrera cuando comenzamos a buscarlas más que al Señor mismo.

Tenemos que recordar que la meta no es mantenernos enfocados en el camino, ni tratar de encontrar el que más nos convenga. Lo que tenemos que hacer es fijar nuestra mirada en el Señor Jesús. Él no solamente es nuestra guía, sino también nuestro destino. (De Encontacto.org)
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Tengamos bien presente en quién ponemos nuestra confianza.

Goliat confió en su propias fuerzas, conocimientos, armaduras y estrategias.
David en Jehová!

En quién crees que debes poner tu confianza?

jueves, 26 de junio de 2014

“Cuando las Cargas nos Agobian”

MEDITACION DIARIA    26.6.14

Lectura bíblica en Salmos 37:5-7 (
Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades”)

Cuando estamos preocupados, el mundo parece un lugar más frío. El sol puede estar brillando, pero nos resulta difícil apreciarlo.

Las aves cantan, pero nuestros oídos se saturan con los gritos de dolor, pesar y abatimiento. Ponemos distancia entre nosotros y los demás cuando nuestros problemas absorben nuestro tiempo y nuestra atención. Tal vez estamos apesadumbrados por sueños que nunca se consolidaron, heridas emocionales, la muerte de un ser querido, o simplemente el exceso de responsabilidades. Otra posibilidad es que el pecado sea la causa de nuestra pesadumbre. Sin embargo, cualquiera sea la causa, el resultado es que estamos agobiados por un gran peso.
En nuestra tristeza nos llega la voz de Dios todopoderoso invitándonos a acercarnos y a encontrar descanso en Él. “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías  6.16).

¿No le gustaría levantar su mirada al Padre celestial ahora mismo? Jesús le ofrece agua viva para fortalecer su alma. Con la ayuda del Espíritu, dé un paso, y luego otro por esa senda antigua de obediencia, y Él le dará paz.
Jeremías 6.16 termina señalando la respuesta de Dios a los israelitas: “Mas dijeron: No andaremos”. Es solamente si confiamos en el plan del Padre celestial que encontraremos alivio de nuestras cargas. Levantémonos, miremos, preguntemos y andemos, para que podamos encontrar el descanso que el Señor ha prometido para nuestras almas. (De Encontacto.org)

miércoles, 25 de junio de 2014

“El Discernimiento Espiritual”

Salmos 119:97-99 (¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación.)

El discernimiento espiritual es la capacidad de ver desde la perspectiva del Señor. El Espíritu Santo de Dios trabaja en nuestras vidas para que seamos capaces de ver más allá de lo evidente y podamos ver la diferencia entre...
• El error y la verdad.
• Lo bueno y lo mejor.
• La voluntad de Dios y la del hombre.

Puesto que nuestro Padre celestial quiere que conozcamos estas diferencias, nos dio al Espíritu Santo para instruirnos y guiarnos. El Espíritu de Dios discierne perfectamente porque conoce todo lo que el Padre y el Hijo conocen (Juan 16.13).

Muchas veces tenemos luchas en nuestro andar espiritual. Por ejemplo, en nuestra vida de oración no estamos seguros de por cuáles cosas orar; en nuestra toma de decisiones, nos preguntamos si una elección determinada es la voluntad de Dios; y en nuestras relaciones, nos preguntamos cómo ser un buen testimonio para Cristo.

Pero a medida que maduremos en el conocimiento y la sabiduría del Señor, seremos capaces de orar con confianza para descubrir la voluntad de Dios y para compartir nuestra fe. La responsabilidad del Espíritu Santo es ayudarnos. Él nos guiará a toda la verdad. Nosotros solo debemos cooperar con el Espíritu y aprender de Él (Juan 14.25-27; 16:5-15), estudiar la Palabra de Dios, y poner en práctica lo que nos está mostrado.

Así como se necesita tiempo y perseverancia para desarrollar músculos fuertes, adquirir discernimiento requiere perseverancia y sometimiento a la enseñanza del Espíritu. (De Encontacto.org)

martes, 24 de junio de 2014

“La Pasión por Obedecer a Dios”

Lucas 11:37-52  (Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. Mas !!ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. !!Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas. !!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. Y él dijo: !!Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis. !!Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación. !!Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis)
La escuela de la obediencia tiene muchos cursos y muchos exámenes. A medida que avanzamos en sus lecciones, solemos ir de la obediencia temerosa o fingida, a una sujeción más genuina.
El pueblo de Dios recibió una gran lección de obediencia en el desierto de Sinaí, la cual estuvo manchada por rebelión constante. Siglos más tarde, sin embargo, se les dio una nueva lección, cuando Cristo habitó entre nosotros, la gente comenzó a entender que era posible llegar a ser obedientes desde lo más profundo de sus corazones (Juan 1.14; Romanos 6.17).

Jesús habló mucho sobre este tema, y sus palabras eran poderosas porque venían de una vida impecable y totalmente obediente. Su testimonio era que había descendido del cielo para hacer la voluntad del Padre (Juan 6.38).

Por conocer perfectamente bien la hermosura de la vida de obediencia, Jesús nos manda a ser como Él: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7.21).

El Señor tuvo también palabras duras para los maestros de la Ley que se negaban a obedecerla. Los acusó de atar pesadas cargas sobre las espaldas de los hombres y de no ayudarlos a llevarlas. En otras palabras, enseñaban lo que debía hacerse, pero no estaban dispuestos a hacerlo ellos mismos. Jesús identificó después a la obediencia como “la llave de la ciencia [o del entendimiento]”.

Si obedecemos, las puertas de entendimiento se abrirán delante de nosotros, y seremos capaces de ver la verdad de Dios como nunca antes. (De Encontacto.org)

Que Dios bendiga tu día, de manera especial. En el nombre de Jesús. Amén!

lunes, 23 de junio de 2014

“Aprender a Obedecer a Dios”

Lectura bíblica en Romanos 8:2-4 (Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.)

¿Cuándo fue la última vez que escuchó un sermón sobre la obediencia? El tema no suele atraer la atención de grandes multitudes, ya que suena a seguir órdenes o someterse a leyes y mandamientos. Después de todo, ¿no vino Jesús a hacernos libres de todo eso? No, en realidad no. Como nos dice el pasaje de hoy, Él vino para hacernos libres de la ley del pecado y de la muerte, “para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros”. En otras palabras, Él nos hizo libres de la desobediencia. La libertad cristiana nos hace libres para obedecer los mandamientos de nuestro Padre celestial.

En el libro “En pos de lo supremo”, Oswald Chambers lo expresa de esta manera: “La verdadera libertad es la capacidad que se alcanza mediante la práctica de hacer lo correcto”. Hacer lo correcto es obediencia. Hebreos 5.8 dice que “aunque [Jesús] era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia”.

Al comienzo, las lecciones parecen sencillas; hacemos simplemente lo que nuestros maestros nos dicen, pero después aprendemos a discernir la voz del Pastor. Él nos dice que debemos vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4.4). Bajo su dirección, estudiamos la Biblia y encontramos que algunos pasajes se aplican a nosotros. Muchas veces nos equivocamos, pensando que ciertos pasajes se aplican solamente al pueblo de Israel, a la iglesia o a los últimos tiempos. Sin embargo, con paciente persistencia, el Espíritu Santo nos presiona hasta que finalmente obedecemos la voz de Dios. El Señor es paciente —nos enseña de manera lenta pero segura cómo obedecer a su voz. (De Encontacto.org)

Salmos 84:5,10-12 .... Así hablaba el salmista David, del Dios único y verdadero:
5. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.
10. Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
11. Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
12. Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

sábado, 21 de junio de 2014

"Donde se Ganó la Batalla"

Meditación Diaria 
Lectura bíblica en Mateo 26:36-46  (36. Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41. Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. 45. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega)
Si usted quiere obtener siempre la victoria, piense en lo que Jesús hizo antes de ir a la cruz: el Señor libró una batalla crucial y decisiva en el huerto de Getsemaní, donde luchó con lo que se le acercaba.
Para nuestro Salvador, el peso del pecado que llevaría era inmenso. Estaba a punto de experimentar la absoluta separación espiritual del Padre celestial. Fue a un lugar tranquilo y silencioso de oración, donde estuvo a solas con el Padre y clamó a Él. Cuando el Señor Jesús salió de ese huerto, lo hizo como vencedor. Todavía bebería la copa del sufrimiento y de la separación, pero Él sabía que, al final, tendría la victoria (Hechos 12.2).
El ejemplo de Jesús demuestra que la clave para ganar las batallas de la vida, es venir al Padre para estar a solas con Él y rendirse totalmente a su voluntad. El consejo de un hermano en la fe es importante, pero usted no puede depender exclusivamente de los demás para que le digan qué hacer. Si no pasa tiempo a solas con el Señor, luchando hasta saber lo que Él le está diciendo, nunca estará seguro de que está haciendo lo correcto.
Al desarrollar el hábito de pasar tiempo a solas en la presencia de Dios, será capaz de discernir su perfecta voluntad cuando tenga que enfrentar grandes decisiones de consecuencias importantes, o incluso irreversibles. Cuando usted se entrega totalmente a Él, pone en sus manos las consecuencias de las decisiones que tome. En realidad, ¿dónde pudieran sus decisiones —y su futuro— estar más seguros que bajo el control de nuestro omnisciente, todopoderoso y amantísimo Dios? (De Encontacto.org)

viernes, 20 de junio de 2014

“Una Esperanza Segura”

Lectura bíblica en Salmos 42: (Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar. Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío)

El Señor quiere que tengamos deseos y expectativas que nos motiven y enriquezcan. Pero en este mundo caído, la desilusión por algunos sueños frustrados es inevitable. ¿Cómo podemos saber adónde poner nuestra esperanza, y cómo responder en caso de que no se haga realidad? 
La esperanza es segura cuando está alineada con los deseos de Dios que se encuentran en la Biblia. Sin embargo, nuestras expectativas se basan en deseos, sentimientos y preferencias personales; anhelamos ser promovidos en el trabajo, tener buena salud o encontrar soluciones rápidas a los problemas. Estos deseos pueden ser buenos, pero no tenemos ninguna garantía de que sean parte de la voluntad de Dios para con nosotros.

Podemos llegar a desilusionarnos cada vez que nuestras expectativas no coinciden con el plan de Dios. Aun cuando la esperanza esté basada en una promesa bíblica, es posible que el Señor no la cumpla de la manera o en el momento que queramos. Aunque parezca que Dios no está haciendo nada, Él está preparándonos para el futuro.

La clave para tener contentamiento y gozo radica en poner todo bajo la esperanza absoluta en el Señor. No olvide que Dios es soberano y misericordioso; y quiere siempre lo mejor para nosotros.

Algunas veces, Dios tiene que frustrar nuestras esperanzas para darnos lo que Él sabe que es mejor. Pídale que aclare y oriente sus deseos para que coincidan con su voluntad. Luego, descanse en su bondad y mantenga su esperanza en Él. (De Encontacto.org)

jueves, 19 de junio de 2014

Piedra Blanca para Cristo!


Dios te bendiga hoy!

Como hemos sido comisionados por Jesucristo, de id, y haced discípulos a todas las naciones, y de enseñar a guardar todas las cosas que Él ha mandado; esta tarde estaremos en Piedra Blanca, Bonao, en campaña de evangelización y culto evangelísitico.


Esto será a partir de las 12. 

Desde ya, pongámonos nuestras armaduras espirituales y vayamos a despojar las almas de Piedra Blanca, de las manos del diablo.

Acompáñanos, que el Señor no quiere que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.

La victoria la dará el grande y poderoso en batalla: Jesús, el Rey de Reyes y Señor de señores. 

Aleluya!!

martes, 17 de junio de 2014

¿Por Qué Permite Dios el Fracaso?

Lectura bíblica en Romanos 8:29-30 (Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó)
Ayer vimos cómo el Señor maneja nuestras circunstancias para enseñarnos a ser humildes. Al hacerlo, revela lo dependientes que somos de Él, y elimina al ídolo que hacemos de nuestros esfuerzos en la búsqueda de santidad. También es su forma de llevar a cabo algunos de sus planes para nuestra vida.

El Padre celestial tiene más en mente que simplemente poner al descubierto la debilidad de nuestra carne —eso es, simplemente, un medio para lograr algo más grande. Él desea exhibirnos por toda la eternidad como ejemplos de su gracia y su misericordia. Quiere que los ángeles vean el cuerpo de Cristo, y sientan reverente admiración ante esta deslumbrante demostración de su obra.

¿Hay alguna manera de entender el alcance total de los designios de Dios para nuestra vida? ¿Qué hay que hacer para que podamos vivir en la plenitud de todo lo que Él se propone para sus hijos?

No tenemos las respuestas a estas preguntas. Por consiguiente, se nos hace difícil entender por qué Dios permite, a veces, que fracasemos. Si pudiéramos ver el glorioso producto final que Él tiene en mente, abandonaríamos de buena gana nuestros esfuerzos, y nos rendiríamos a su poder transformador. Pero, en cambio, nos empeñamos muchas veces en hacer las cosas a nuestra manera. Mientras mantengamos esa manera de pensar, Dios permitirá que fracasemos.

Hay una manera mejor que consiste simplemente en vivir por fe, confiando cada momento del día en que el Espíritu Santo que está en nosotros nos conformará a la imagen del Hijo de Dios, Jesucristo. (De Encontacto.org)

Lectura antes de iniciar la jornada laboral: Proverbios 15:23-33
23. El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!
24. El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del Seol abajo.
25. Jehová asolará la casa de los soberbios; Pero afirmará la heredad de la viuda.
26. Abominación son a Jehová los pensamientos del malo; Mas las expresiones de los limpios son limpias.
27. Alborota su casa el codicioso; Mas el que aborrece el soborno vivirá.
28. El corazón del justo piensa para responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.
29. Jehová está lejos de los impíos; Pero él oye la oración de los justos.
30. La luz de los ojos alegra el corazón, Y la buena nueva conforta los huesos.
31. El oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará.
32. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.
33. El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.

lunes, 16 de junio de 2014

“El Fracaso: Primer Paso Hacia la Victoria”

Lectura bíblica en Romanos 7:15-21 (Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.)

La vida cristiana implica enfrentar ciertas paradojas que desafían nuestra manera de pensar. Un buen ejemplo es la afirmación de Jesús de que “los primeros serán postreros, y los postreros, primeros” (Mateo 20.16). Palabras como éstas pueden parecer ilógicas y desconcertantes, a menos que recordemos que hemos sido llamados a vivir de manera diferente.

El esfuerzo propio, que es lo normal para el hombre natural, debe ser abandonado por el creyente lleno del Espíritu. Es por eso que el Señor, a veces, permite que fracasemos en nuestra búsqueda de santidad, pues quiere enseñarnos cuán dependientes somos de Él. Cuando consideramos nuestros fracasos desde esa perspectiva, podemos verlos como amigos que nos enseñan, en vez de enemigos que deban ser rechazados.

Esta perspectiva no se logra fácilmente. Desde nuestra infancia se nos anima a esforzarnos por alcanzar la excelencia y hacer las cosas lo mejor posible. Se nos dice que debemos fijarnos metas, y luego luchar por ellas con diligencia y determinación. Aunque estas virtudes son útiles cuando se emplean concienzudamente, ellas pueden hacernos creer que nuestro éxito depende de ellas. A menos que dejemos de vivir pensando de esa manera, poco a poco nuestra confianza comenzará a cambiar, y dejaremos de confiar en el Espíritu para depender de la carne.

Dios no aceptará nuestra dependencia de nada ni de nadie que no sea Él. De ser necesario, Dios manejará las circunstancias para derrotar nuestros mejores esfuerzos, y humillarnos hasta que aprendamos a vivir totalmente por fe —en total dependencia de Él. (De Encontacto.org)

viernes, 13 de junio de 2014

“El Padre del Amor Incondicional”

Lectura en Colosenses 3.21
(Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.)

Al expresar amor incondicional, los padres tienen la posibilidad de criar hijos que lleguen a ser adultos seguros. Cuando aceptamos la naturaleza única de cada niño, ponemos las bases para que tengan una buena autoestima. A menudo, los padres confundimos las acciones con la identidad personal. El niño puede escuchar la crítica e interpretar: “soy malo”, en vez de “mi comportamiento estuvo mal”. Los niños necesitan orientación y disciplina de los padres, pero éstas deben trasmitir amor.

La alternativa —la corrección destinada a hacer del niño la persona que los padres quieren (en vez de lo que Dios desea)— genera un espíritu rebelde. Las modas pasajeras, la vestimenta estrafalaria, o el tipo de peinado, no son cosas por las que vale la pena pelear, mientras que las cuestiones relacionadas con la honestidad, la integridad y la obediencia, requieren la guía de un padre.

El resultado del amor incondicional, y sus subproductos —la autoestima y la obediencia— es la capacidad de crear buenas relaciones. Los niños que crezcan sintiéndose amados, estarán preparados para aceptar a los demás con la misma actitud que sus padres les enseñaron, mientras que un niño herido tendrá problemas para expresar amor incondicional a su cónyuge y para recibirlo.

Transmitir aceptación a un niño no cuesta dinero, pero toma tiempo. Los padres aman a sus hijos por medio de acciones y actitudes —es decir, interesándose en sus actividades, escuchándoles con atención, y dispensándoles estímulos y elogios. ¿Saben sus hijos que usted les ama? (De Encontacto.org)

Lectura antes de iniciar labores: Proverbios 19:17-23
17. A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.
18. Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
19. El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males.
20. Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.
21. Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.
22. Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero mejor es el pobre que el mentiroso.
23. El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal.

jueves, 12 de junio de 2014

“Cómo Ven los Niños a Dios”

Lectura bíblica en Efesios 5:1-9    "1. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.   2. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó asimismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.    3. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;  4. ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.  5. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7. No seáis, pues, partícipes con ellos. 8. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz  9. (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad)"

La primera imagen de Dios que tiene un niño es su padre terrenal. Nosotros, los cristianos, pasamos mucho tiempo hablando de cómo preservar o mejorar nuestro testimonio. Necesitamos vivir nuestra fe delante de los compañeros de trabajo y los amigos; pero también queremos, en la intimidad de nuestro hogar, que nuestra familia vea a Jesús en nosotros. Si demostramos perdón, paciencia y aceptación, nuestros hijos esperarán encontrar esas cualidades en el Padre celestial.

Del mismo modo, las conductas negativas -como la severidad, la indiferencia, o el abandono emocional- moldean el concepto de un niño en cuanto a Dios. Recuerdo a un joven que vino a verme preocupado por su salvación. Había recibido a Cristo como su Salvador personal, pero no estaba convencido de que realmente había sido perdonado. Cuando abrí la Biblia para demostrárselo, respondió: “Las creo, pero no estoy seguro de que las promesas de Dios sean para mí”. Pareció sorprendido cuando le pregunté después cómo era su relación con su padre. Durante nuestra conversación, emergió que su padre muchas veces había hecho promesas que había dejado de cumplir. Ahora, años más tarde, ese hijo carecía de la seguridad de que Dios cumpliría su palabra.

Ser un reflejo del Señor no requiere habilidades especiales; la única guía que necesitamos es la Biblia. Al ver la paternidad como un área de servicio y de ministerio, todos los hombres son capaces de ser padres exitosos. Como sucede con cualquier servicio hecho a Dios, el Espíritu Santo da a los padres la sabiduría y la guía que necesitan para criar a sus hijos. (De Encontacto.org)

martes, 10 de junio de 2014

“Cómo Evitar las Distracciones”



Lectura bíblica de Nehemías 4:1-20 (1.Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo burla de los judíos. 2. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? 3. Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. 4. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. 6. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. 7. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; 8. y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. 9. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

10. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. 11. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. 12. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros. 13. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. 14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. 15. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. 16. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. 19. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. 20. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.)

A diario enfrentamos distracciones. Cosas como chismes, presión económica, mala salud, conflictos, deseos personales e incluso elogios, nos bombardean. Cualquiera de estas cosas puede influenciarnos para que nos alejemos del plan perfecto de Dios. Pero el pasaje de hoy nos enseña el valor de...

La tenacidad. Nehemías temía al Señor, y se dedicó con plena conciencia a trabajar para Él. Su mente no estaba dividida. Si fijamos nuestra atención únicamente en el plan de Dios, nuestra mente se mantendrá fija en la tarea, sin importar nada más.

El favor de Dios. Saber que la bendición del Señor está siempre sobre nosotros cuando le obedecemos le daba confianza a Nehemías, y debe también dárnosla a nosotros, aun en tiempos difíciles.

Rendir cuentas. Nehemías tenía que dar al rey un informe en cuanto a lo que había logrado, a medida que avanzaba en su trabajo. Un día estaremos todos delante del Señor, y daremos cuenta de la manera en que utilizamos los recursos y los dones que hemos recibido (1 Corintios 3.12-15).

La perseverancia en nuestra vida de oración. Cuando los israelitas eran ridiculizados, Nehemías oraba, y el pueblo recibía fuerzas para continuar. Cuando las maquinaciones empeoraban, Nehemías y sus colaboradores clamaban a Dios, quien no solamente frustraba los planes de sus enemigos, sino que también daba a su pueblo discernimiento sobre cómo evitar las trampas.

Nehemías concluyó el ambicioso proyecto en apenas 52 días (Nehemías 6.15). Si imitamos su ejemplo, Dios puede hacer grandes cosas en nosotros y por medio de nosotros. (De Encontacto.org)

viernes, 6 de junio de 2014

“La Importancia del Bautismo”

Lectura bíblica en Mateo 3:13-17 (“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”)

Los niños suelen imitar a los superhéroes. Ellos adoptan los gestos, la indumentaria y la forma de hablar de su personaje favorito. Como cristianos, tenemos el deber de identificarnos estrechamente con el Señor Jesús e imitar su conducta de la misma manera en que los niños imitan a los superhéroes.

El Señor nos ha ordenado seguir su ejemplo en todas las cosas, incluyendo el bautismo (Mateo 28.19). Al comienzo del ministerio público de Jesús, Juan el Bautista estuvo llamando al pueblo judío a confesar sus pecados y a demostrar arrepentimiento mediante la inmersión en el río Jordán. El Hijo de Dios —que no conoció pecado— pidió a Juan que lo bautizara. El Señor Jesús se estaba identificando con el hombre pecador. Cuando seguimos su ejemplo en las aguas del bautismo, estamos confesando públicamente nuestra fe en el Salvador e identificándonos con Él.

Al participar en el bautismo, demostramos nuestra conexión no solo con Jesús, sino también con nuestros hermanos en la fe: todos somos miembros de un solo cuerpo bajo la autoridad del mismo Señor (Colosenses 1.18). Es importante recordar que el bautismo no es un requisito para la salvación, solamente la fe en Jesucristo lo es (Efesios 2.8-9). Pero, para ser obedientes, debemos bautizarnos después de tomar la decisión de seguir a Cristo.

La fe no es algo que deba ocultarse, como no se esconde u oculta una luz debajo de un almud (Lucas 11.33). Debe expresarse con palabras y acciones. ¿Ha asociado usted su confesión de fe con el acto del bautismo? (De Encontacto.org)

Lectura bíblica para iniciar las labores: Colosenses 3:18-24 “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”


jueves, 5 de junio de 2014

“Jesús, el Dios-Hombre Perfecto”

Lectura bíblica Juan 20:30-31 (“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”)

Existen 3 posiciones en cuanto a Jesucristo: 1ero. Personas que no creen que Él sea Dios, por lo que rechazan y restan importancia a su obra de salvación, afirmando que solo fue una buena persona.
2do. Quienes aceptan que Jesús es el Hijo de Dios, pero no tienen una relación personal con Él.
Y 3ero. Los verdaderos creyentes que aceptan a Cristo como Salvador (Romanos 10.9).

Efesios 2.1,2 dice que antes de ser salvos, todos estamos muertos espiritualmente, y viviendo de acuerdo con nuestra naturaleza pecaminosa. Quienes no tienen una relación personal con el Señor Jesús se mantienen en ese estado. Sin embargo, cuando una persona pone su fe en Él, se produce el nacimiento espiritual y se convierte en una nueva creación que ya no vive más según la carne (Juan 3.3; Efesios 2.5; 4.24).

Nuestra posición en el Señor afecta nuestras actitudes, emociones, conversación y conducta. La incredulidad de nuestra cultura ya no se ajusta a lo que somos. Como creyentes, tenemos que crecer en la semejanza a Cristo y abrazar las ideas, la manera de pensar y las actividades que agradan a Dios, al mismo tiempo que rechazamos todas las demás.

Jesús es el Dios–hombre perfecto que tomó voluntariamente sobre sí nuestros pecados y experimentó la ira divina en lugar nuestro. Dios aceptó su muerte como pago total por nuestros pecados, resucitó de los muertos para ahora estar sentado a la diestra del Padre Celestial (Efesios 1.20), y su Espíritu vive ahora en nosotros. Por tanto, acepte quién es Jesucristo, y permita que ese conocimiento refuerce su propósito de ser como Él. (De Encontacto.org)

Lectura bíblica para iniciar las labores: Romanos 8.31-39
31. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36. Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
37. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

miércoles, 4 de junio de 2014

“Qué Significa “Nacer de Nuevo”

Lectura bíblica Juan 3:1-16 (“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”)

En el pasaje de hoy, el Señor le dice a Nicodemo que nadie puede entrar en el reino de Dios, a menos que “nazca de nuevo”. Jesús le dio a la frase un significado espiritual que puede ser familiar para nosotros hoy, pero que Nicodemo no entendió. “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?”, preguntó. ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”.

A pesar de que era un maestro fariseo, a Nicodemo le resultaba difícil entender lo que Jesús estaba diciendo. Y sospecho que muchas personas —incluso a creyentes y no creyentes— no tienen hoy una mejor compresión del concepto. Por tanto, tomémonos el tiempo para entender esta importante idea.
“Nacido de nuevo” es una descripción acertada de lo que significa poner la fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador. Nuestra vida no es cambiada cuando iniciamos una relación con Cristo; en vez de eso, nuestra vida vieja termina, y somos renacidos totalmente en el Espíritu.

Por consiguiente, tiene perfecto sentido decir que somos “nacidos de nuevo”. Esto significa que ya no somos lo que éramos cuando estábamos viviendo en pecado. En vez de eso, somos una nueva creación que existe para dar gloria a Dios (2 Corintios 5.17).

¿Refleja su vida en Cristo la gloria de Dios, o sigue aferrado a su vieja manera de vivir? Es importante entender que el Señor no quiere simplemente cambiarle; lo que Él quiere es rehacerle. Al orar hoy, pida el valor que necesita para rendirse a Dios y para vivir proclamando que su viejo yo ha muerto. ¡Dios desea hacerle nuevo! (De Encontacto.org)

lunes, 2 de junio de 2014

“Cuando nos Sintamos Agotados”

Lectura bíblica en Isaías 40:27-31 (¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? 28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. )

Casi todos podemos recordar momentos en los que nuestras mentes y nuestros cuerpos se han sentido extenuados por el trabajo físico y la tensión mental. Si estas condiciones llegan a ser constantes o extremas es muy fácil que nos agotemos. Afortunadamente, se nos ha dado un aliciente preciso para esos momentos de agotamiento. La lectura bíblica de hoy revela tres verdades reconfortantes en cuanto a Dios y su fidelidad en nuestros momentos de debilidad.

Primero, descubrimos que Dios “no desfallece, ni se fatiga con cansancio” (v. 28). Su fuerza no ha mermado, ni tampoco disminuirá en el futuro. Él es el mismo Dios ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13.8).

Segundo, encontramos que “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40.29). Nuestro Padre celestial no nos frunce el ceño cuando somos débiles. En vez de eso, nos abraza y nos levanta cuando no podemos ayudarnos a nosotros mismos.

Por último, se nos ha dado una promesa increíble: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

La próxima vez que se sienta demasiado cansado o desalentado para seguir adelante, recuerde que nuestro Dios es infatigable. Él es fiel para dar una provisión de fortaleza extraordinaria e inagotable a quienes estén dispuestos a esperar su tiempo perfecto. En todas las cosas, Él da exactamente lo que necesitamos en el momento adecuado. (En contacto.org)

Lectura antes de iniciar nuestra jornada laboral: Salmos 23 “Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días”

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...