martes, 10 de junio de 2014

“Cómo Evitar las Distracciones”



Lectura bíblica de Nehemías 4:1-20 (1.Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo burla de los judíos. 2. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? 3. Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. 4. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. 6. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. 7. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; 8. y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. 9. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

10. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. 11. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. 12. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros. 13. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. 14. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. 15. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. 16. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. 19. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. 20. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.)

A diario enfrentamos distracciones. Cosas como chismes, presión económica, mala salud, conflictos, deseos personales e incluso elogios, nos bombardean. Cualquiera de estas cosas puede influenciarnos para que nos alejemos del plan perfecto de Dios. Pero el pasaje de hoy nos enseña el valor de...

La tenacidad. Nehemías temía al Señor, y se dedicó con plena conciencia a trabajar para Él. Su mente no estaba dividida. Si fijamos nuestra atención únicamente en el plan de Dios, nuestra mente se mantendrá fija en la tarea, sin importar nada más.

El favor de Dios. Saber que la bendición del Señor está siempre sobre nosotros cuando le obedecemos le daba confianza a Nehemías, y debe también dárnosla a nosotros, aun en tiempos difíciles.

Rendir cuentas. Nehemías tenía que dar al rey un informe en cuanto a lo que había logrado, a medida que avanzaba en su trabajo. Un día estaremos todos delante del Señor, y daremos cuenta de la manera en que utilizamos los recursos y los dones que hemos recibido (1 Corintios 3.12-15).

La perseverancia en nuestra vida de oración. Cuando los israelitas eran ridiculizados, Nehemías oraba, y el pueblo recibía fuerzas para continuar. Cuando las maquinaciones empeoraban, Nehemías y sus colaboradores clamaban a Dios, quien no solamente frustraba los planes de sus enemigos, sino que también daba a su pueblo discernimiento sobre cómo evitar las trampas.

Nehemías concluyó el ambicioso proyecto en apenas 52 días (Nehemías 6.15). Si imitamos su ejemplo, Dios puede hacer grandes cosas en nosotros y por medio de nosotros. (De Encontacto.org)

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