jueves, 5 de junio de 2014

“Jesús, el Dios-Hombre Perfecto”

Lectura bíblica Juan 20:30-31 (“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”)

Existen 3 posiciones en cuanto a Jesucristo: 1ero. Personas que no creen que Él sea Dios, por lo que rechazan y restan importancia a su obra de salvación, afirmando que solo fue una buena persona.
2do. Quienes aceptan que Jesús es el Hijo de Dios, pero no tienen una relación personal con Él.
Y 3ero. Los verdaderos creyentes que aceptan a Cristo como Salvador (Romanos 10.9).

Efesios 2.1,2 dice que antes de ser salvos, todos estamos muertos espiritualmente, y viviendo de acuerdo con nuestra naturaleza pecaminosa. Quienes no tienen una relación personal con el Señor Jesús se mantienen en ese estado. Sin embargo, cuando una persona pone su fe en Él, se produce el nacimiento espiritual y se convierte en una nueva creación que ya no vive más según la carne (Juan 3.3; Efesios 2.5; 4.24).

Nuestra posición en el Señor afecta nuestras actitudes, emociones, conversación y conducta. La incredulidad de nuestra cultura ya no se ajusta a lo que somos. Como creyentes, tenemos que crecer en la semejanza a Cristo y abrazar las ideas, la manera de pensar y las actividades que agradan a Dios, al mismo tiempo que rechazamos todas las demás.

Jesús es el Dios–hombre perfecto que tomó voluntariamente sobre sí nuestros pecados y experimentó la ira divina en lugar nuestro. Dios aceptó su muerte como pago total por nuestros pecados, resucitó de los muertos para ahora estar sentado a la diestra del Padre Celestial (Efesios 1.20), y su Espíritu vive ahora en nosotros. Por tanto, acepte quién es Jesucristo, y permita que ese conocimiento refuerce su propósito de ser como Él. (De Encontacto.org)

Lectura bíblica para iniciar las labores: Romanos 8.31-39
31. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36. Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
37. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...