MEDITACION DIARIA 26.6.14
Lectura bíblica en Salmos 37:5-7 (“Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. 6 Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. 7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades”)
Cuando
estamos preocupados, el mundo parece un lugar más frío. El sol puede estar
brillando, pero nos resulta difícil apreciarlo.
Las aves
cantan, pero nuestros oídos se saturan con los gritos de dolor, pesar y
abatimiento. Ponemos distancia entre nosotros y los demás cuando nuestros
problemas absorben nuestro tiempo y nuestra atención. Tal vez estamos
apesadumbrados por sueños que nunca se consolidaron, heridas emocionales, la
muerte de un ser querido, o simplemente el exceso de responsabilidades. Otra posibilidad
es que el pecado sea la causa de nuestra pesadumbre. Sin embargo, cualquiera
sea la causa, el resultado es que estamos agobiados por un gran peso.
En
nuestra tristeza nos llega la voz de Dios todopoderoso invitándonos a
acercarnos y a encontrar descanso en Él. “Así dijo Jehová: Paraos en los
caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino,
y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6.16).
¿No le
gustaría levantar su mirada al Padre celestial ahora mismo? Jesús le ofrece
agua viva para fortalecer su alma. Con la ayuda del Espíritu, dé un paso, y
luego otro por esa senda antigua de obediencia, y Él le dará paz.
Jeremías 6.16 termina señalando la respuesta de Dios
a los israelitas: “Mas dijeron: No andaremos”. Es solamente si confiamos en el
plan del Padre celestial que encontraremos alivio de nuestras cargas.
Levantémonos, miremos, preguntemos y andemos, para que podamos encontrar el
descanso que el Señor ha prometido para nuestras almas. (De Encontacto.org)
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