martes, 30 de abril de 2013

Tus Decisiones, son Tuyas...

Amigo amado, Dios no tiene la culpa de tus decisiones, Él te ha dado un libre albedrío y respeta tu decisión, ya sea esta para bien o para mal.  Dios se entristece cuando decides lo contrario a su palabra, pues Él sabe muy bien que el resultado de dicha decisión te llevará a la derrota.

Ya no es tiempo de estar culpando a Dios por nuestros errores, somos nosotros los que decidimos alejarnos de Él; somos nosotros los que nos dejamos llevar por nuestra naturaleza carnal,  olvidándonos de sus preceptos. Somos nosotros los que aún consientes del error, seguimos ese camino que nos llevará a la derrota.

Es momento de reflexionar y darnos cuenta que Dios jamás nos llevara al pecado, por el contrario, Él quiere que cada día que pase sea un día más,  en donde hayamos obedecido a su Palabra,  y por ende hayamos andado en santidad delante de Él.  Dios quiere personas comprometidas a ser fieles a Él,  y no personas que al cometer errores le echen la culpa de algo que Él jamás propicio.

Dios no tiene la culpa de los resultados de tus decisiones, pues Él ha sido claro a través de su Palabra.  Te ha dado preceptos a seguir para alcanzar la bendición.  Ay de ti si no quieres obedecer Su Palabra,  sino mas bien hacer tu voluntad.

La excusa no es: “la mujer que me diste..”, sino mas bien “la decisión que tome”.
(De Judy Contreras, Google+)

“Decir las Cosas Como Son”

Leer | JUAN 9.13-25 (Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14 Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos.  15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.  18 Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego;  21 pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. 22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga.  23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.  24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.  25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo)
El ciego estuvo dispuesto a responder las preguntas acerca de su sanidad, sin importar quién se lo estuviera preguntando. Las reacciones en cuanto a su testimonio variaban. Quienes lo conocían discutían en cuanto a la autenticidad de su historia, y exigían saber cómo había llegado a ver. El hombre les dijo lo que había pasado: había conocido a un hombre llamado Jesús, quien le dio ciertas instrucciones. Cuando obedeció, fue sanado. Aunque esas personas no podían negar lo que había sucedido, tuvieron problemas para aceptar el relato, porque no podían entenderlo. Las personas en el mundo siguen haciendo lo mismo todavía, tratan de negar lo que no son capaces de explicarse.
Los fariseos también le preguntaron cómo había recibido la vista. El hombre dijo otra vez: “Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo” (Jn 9.15). Estos líderes se negaron a creerle, porque no querían aceptar a Aquel que había sido responsable del milagro. Cuando le preguntaron por segunda vez, el hombre se limitó a repetir su testimonio. “Habiendo yo sido ciego, ahora veo” (v. 25). Rechazaron otra vez sus palabras, porque se negaron a cambiar sus creencias. Muchas personas rechazan la verdad de Dios, y se aferran a su propia interpretación de los hechos.
Una tercera respuesta se ve en los padres del hombre, a quien los fariseos interrogaron para confirmar el testimonio. Pero se negaron a hacerlo porque tenían temor a las autoridades. El miedo a la reacción de alguien puede impedirnos hablar de nuestra vida transformada.
La próxima vez que tenga la oportunidad de hablar del Señor, comparta algo que ha cambiado en usted desde que lo conoció. Diga. “Yo era ___, y ahora soy ___, gracias a Jesús”.

viernes, 26 de abril de 2013

“La Santificación del Creyente”

Lectura en ROMANOS 6.17-22 ( Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. )
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El Señor tiene un plan grandioso para la vida de cada persona, que puede resumirse en una sola palabra: santificación. Si usted se está rascando la cabeza pensando en lo que significa ese término, no es el único. Muchas personas, incluso algunos cristianos, no conocen su definición. Sin embargo, los creyentes deben procurar adquirir ese conocimiento, porque es una palabra importante que los define a ellos.

En su forma verbal —santificar— la palabra quiere decir “hacer santo” o “separar”. Por tanto, cuando algo es santificado, es separado del uso común a uno sagrado. En el Antiguo Testamento, se nos dice que el Señor santificó algunas cosas: hizo santo el día séptimo, apartó a la tribu de los levitas como sacerdotes, e incluso consagró lugares como el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Gn 2.3; Nm 3).

El Señor sigue santificando a las personas hoy. Antes de que alguien reciba la salvación, está muerto espiritualmente (Ef 2.1-3). Además, Romanos 5.10 nos dice que antes de llegar a la fe, somos, en realidad, enemigos de Dios. Pero en el momento que alguien pone su fe en Jesús como su Salvador personal, sus pecados son borrados y es adoptado en la familia del Señor. Esa persona es luego apartada como un hijo de Dios para un propósito sagrado. Esto significa que los creyentes no estamos aquí simplemente para buscar su beneficio personal. Más bien, estamos para servir a Dios y glorificarlo.

Como miembros de la familia de Dios estamos llamados a reflejar su gloria, a los creyentes se les conoce como “santos”. Esta palabra tiene la misma raíz de santificación. Se nos conoce de esta manera, no porque vivimos vidas intachables, sino porque vivimos una vida consecuente con Aquel a quien representamos.
(De Encontacto.org)
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Comentario:
Que bello que existe un Dios, que aunque nosotros andemos por el camino equivocado, si nos detenemos, reconocemos que hemos faltado y decidimos que sea Él quien guíe nuestros pasos, nos hace libertos del pecado;  y nos da potestad de ser llamados sus hijos!

Con esa libertad llegamos a ser siervos de la única justicia que es real y es verdadera...la de Dios.

Vivir en pecado, lo que nos lleva es a engendrar frutos de verguenza y de muerte. No solo de muerte física, sino también espiritual. Pero con libertad en Cristo, nuestros frutos habrán de ser de los mejores.  Y además nos espera la vida eterna en gloria!

Luego de habernos apartado de nuestra vida de pecado, pidamos a Dios que nos ayude en el proceso de santificación constante...porque sin santidad, nadie verá al Señor.

Dios te bendiga!

Wilda

jueves, 25 de abril de 2013

“La Santidad Personal"

Leer | HEBREOS 9.11-14  (Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? )
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Si usted se dirigiera al azar a cualquier persona en la calle y le preguntara si irá al cielo, muy probablemente le diría que sí. Si le pregunta por qué, lo más probable es que le mencione las cosas buenas que ha hecho. A los no creyentes, y algunos creyentes también, se les hace difícil entender por qué sus obras no son suficientes para la salvación. En realidad, muchas personas no reconocen en absoluto su necesidad de ser salvas.

Suponen que ser un buen esposo o un padre dedicado que no engaña a nadie y hace bien su trabajo, es suficiente para ganar la vida eterna. No se ven a sí mismos como pecadores, ni comprenden que el pecado los ha separado del Dios santo. Creen que pueden ganar un lugar en el cielo por medio de su conducta.

La trampa para las personas que piensan de esta manera, es que son incapaces de reconocer que el Señor es el único que puede hacer algo en cuanto a la condición pecaminosa del ser humano. La mayoría de nosotros nos vemos muy bien a nuestros propios ojos porque, al utilizar a otros como un patrón para hacer la comparación, siempre podemos encontrar a alguien cuyo estilo de vida o sus malas acciones nos hacen lucir mejor. Pero cuando nos comparamos con la santidad perfecta de Dios, ninguno de nosotros da la talla.

El Salvador murió por los pecados de la humanidad y resucitó para que cada persona pudiera ser santa, así como Dios es santo. Juan explicó cómo es lavado el pecado del creyente: “La sangre de Jesucristo su Hijo [de Dios] nos limpia de todo pecado” (1 Jn 1.7). Las buenas obras no significan nada, a menos que sean el resultado de un espíritu limpio. Podemos tener santidad personal solamente recibiendo al Señor Jesucristo y su regalo de la salvación.     (De encontacto.org)

miércoles, 24 de abril de 2013

“Cómo Salir de la Oscuridad”

Cuentan que los discípulos de un rabino muy sabio, perturbados por la existencia de tanta maldad en el mundo, le preguntaron a su maestro cómo podían acabar con el oscurantismo.—Bajen al sótano —les dijo el rabino— y traten de barrer la oscuridad con una escoba.Extrañados, los discípulos obedecieron, pero todo siguió oscuro. Así que el rabino les dijo:

—Consigan palos y úsenlos como armas para ahuyentar a la oscuridad.Los jóvenes, sumisos, siguieron otra vez el consejo de su maestro, pero ese método tampoco les dio resultado. Entonces el rabino sugirió:—Si así no sale la oscuridad, griten y traten de espantarla dando alaridos.Pero con eso tampoco lograron nada. Por último el rabino les aconsejó:

—¿Por qué no enciende cada uno una vela, y entra con ella en el sótano a ver qué pasa?Tan pronto como el primero de ellos entró en el sótano con su vela encendida, comenzó a disiparse la oscuridad. No podía competir con la luz, por más pequeña que fuera.
Así como aquellos discípulos del sabio rabino, algunos tratan de barrer la oscuridad de su vida con las escobas de los buenos deseos y de las buenas obras. Tienen las mejores intenciones, pero no obtienen los resultados deseados.

Otros, a fin de ahuyentar la oscuridad, usan como armas los palos de las penitencias, martirizándose en busca de alivio. Pero eso no los deja más que frustrados y maltratados.Y aun otros dan alaridos, protestando constantemente contra el mal. Con eso se desahogan un poco, pero no les trae sino una satisfacción momentánea.

Es que las tinieblas del pecado de este mundo malvado se disipan de una sola manera: abriendo de par en par las puertas del corazón para que entre a raudales la radiante luz de Jesucristo. Por eso dijo Jesús: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

La buena noticia que nos da Jesucristo es que si nos hacemos seguidores suyos, de ahí en adelante no tendremos que volver jamás a andar a tientas en la oscuridad de nuestra vida pecaminosa. Porque Cristo, una vez que le demos la oportunidad de comenzar a alumbrar nuestra vida, hará que desaparezca por completo toda sombra de pecado. (1 Juan 8.12)    (Escrito por Carlos Rey, de Un Mensaje a la Conciencia)

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Comentario:
Es triste ver -con tanta frecuencia- a esos que tratan de barrer la oscuridad de sus vidas con las escobas de buenos deseos y obras, o como armas los palos de las expiaciones y confesiones a carnales como ellos mismos, y martirizándose en busca de alivio.
Qué hermoso es saber que Cristo es el que nos saca de las tinieblas,  y de la sombra de la muerte, además de que es quien rompe nuestras prisiones. (Salmos 107:14) .
Dios bendiga y permita que si aún no hemos encontrado esa luz, lo podamos hacer antes de que partamos de esta tierra.

Wilda M.V.


martes, 23 de abril de 2013

“Las Mentiras”


Col 3:9-10 (No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno)
Uno de los hábitos más dañinos que pueda tener un cristiano es mentir. La Biblia nos invita a hablar la verdad; a que nuestro sí sea si y nuestro no sea no. Una de las cualidades que debe distinguir a un cristiano es la honestidad y la sinceridad.
Es triste ver a un cristiano mintiendo. Todos hemos escuchado las famosas fábulas sobre las mentiras piadosas o mentiras blancas; lo cual es realmente fábula; puesto que una mentira es una mentira. Todos debemos dirigir nuestras mentes hacia hablar la verdad, independientemente de que todos somos capaces de mentir, ya sea por miedo o por no lastimar a los demás.
El problema de la mentira es que hace más daño que bien.  Y lo correcto siempre es decir la verdad, aunque sea doloroso.
Ser mentiroso no es tarea fácil, ya que es preciso recordar constantemente lo que se dijo.  Cuando se dice la verdad no hay que hacer esfuerzos adicionales… tan solo se repite lo que ocurrió y punto.
Cuántas vidas y corazones han sido destruidos por causa de la mentirá?  Usted sabe de dónde proviene la mentira? Veamos Juan 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”
Cuando mentimos, estamos tomando una de las cualidades de Satanás, quien fue y es un mentiroso. Cuando seamos tentados a mentir, hagamos el esfuerzo y hablemos la verdad, no ensuciemos nuestro testimonio; no permitamos ser identificados como mentirosos, ni que las personas dejen de creer en nosotros… mucho menos si somos cristianos.
Si estás batallando con el gigante de la mentira, es preciso decidirte a entrar en el proceso de Dios para santificación; es preciso que el Señor limpie tu lengua de toda falsedad y engaño; y que puedas entrar en el proceso de siempre hablar la verdad.  No hay una cosa más fea que un cristiano mentiroso y deshonesto.
Es preciso confiar en que el poder del Espíritu Santo estará presenté para ayudarnos a ganar esta batalla.    Dios te bendiga y santifique tu cuerpo, alma y espíritu.
(Tomado de Judy Contreras,  Google+)

“Cómo ser Alentados”

Lectura en SALMOS 139.7-10 (¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?  Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, 10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra)
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La mayoría de nosotros anhela tener una sensación de confianza y seguridad en esta vida. Vea si el siguiente escenario le describe a usted:    Al final de su día o de semana, se siente agotado. Sus nervios ya no aguantan más; parece estar en una temporada de pruebas, caminando pesadamente a través de valles, de aguas y de fuegos. Sabe que la Biblia dice que el Señor es omnisciente y que usa todas las cosas para bien, pero los sentimientos de aislamiento y desánimo le dejan con la duda si Él está consciente de la situación.  
Si esto le suena familiar, entonces necesita recordar que usted no está transitando por esta vida solo. Nuestro amoroso Padre celestial está y ha estado con cada creyente todos y cada uno de sus días.  Él viaja con nosotros lado a lado, tomando nuestra mano. Estamos caminando en la presencia del Dios viviente, cuyo Espíritu mora con y en nosotros (Jn 14.16, 17).
No importa en qué temporada de la vida se encuentre usted, y no importa cuán larga, corta, dolorosa o fácil pueda ser esa temporada, Dios quiere que sepa que nunca está solo. Él está con usted siempre (Mt 28.20). Deje que esta verdad le sirva de aliento.   David reflexionó en cuanto a esta seguridad en Salmos 139; comprendió que no importa dónde podamos ir, el Señor está allí con nosotros.

Nunca estamos más allá del alcance de un Dios que está lleno de misericordia, benignidad y consuelo (1 Cr 16.34; 2 Co 1.3).    Recuerde que Dios es fiel y omnipresente. Usted tiene un compañero en esta vida, un amigo que es más fiel que un hermano (Pr 18.24), y Él nunca le dejará ni desamparará. Disfrute hoy un tiempo maravilloso en compañía de Él.                       (De encontacto.org)
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Comentario:
Doy gracias a Dios por estas palabras, porque han llegado en momento bien preciso. 
Me recuerdan que:
No hay lugar donde pueda escapar de su presencia, ni más allá de su alcance
Por agotado que sea mi día,  Dios está presente para renovarme las fuerzas para la próxima tarea
Aunque me crea que estoy sola en la pelea,  siempre está a mi lado…No me desampara.  Él sostendrá mi mano
Dios es siempre fiel, y como compañero y aliado es el mejor que pueda existir
Gracias Señor por recordarnos cuán grande es Tu amor!

Dios les  siga bendiciendo!
Wilda

lunes, 22 de abril de 2013

"La Tentación"

A veces quisiéramos que la tentación se apartara completamente de nosotros, que jamás volviéramos a ser tentados, ¡Wow que fácil seria todo si las cosas fueran así!

Y es que muchos de nosotros somos tan débiles a las tentaciones que se nos presentan, pareciera que nuestra carne está sensible a todo lo que la alimente, mas nuestro espíritu está sordo para escuchar lo que Dios tiene que decirnos.

La Biblia en 1 Pedro 5:8 dice: “Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo el diablo anda buscando a quien destruir, como si fuera un león rugiente”. (Traducción en lenguaje actual)

Cada uno de nosotros puede ser presa fácil de ese león rugiente, su objetivo es uno: Destruirte. El no descansará hasta vernos destruidos, pues odia la imagen de Dios en nuestra vida.

Y es que el enemigo es número uno para ponernos exactamente las tentaciones de las que nos será más difícil resistirnos. Está claro que él no te pondrá algo que no te llame la atención, sino que pondrá en tu vida situaciones que roban tu atención y que despiertan el viejo hombre en ti.

Es allí donde cada uno de nosotros debe reflexionar, hacernos una autoevaluación para darnos cuenta que tan sometido tenemos a nuestro viejo hombre,  o cuan descuidada está nuestra vida espiritual.

Si, hablo de que en esos momentos en donde la tentación se presenta justo para concretarla, es cuando realmente demostramos cómo estamos delante del Señor; si nuestra relación personal con Él es solida o si andamos desconectados totalmente de Él.

Tú puedes decir que eres cristiano, que tienes una relación personal con Dios, que lo amas y tantas cosas, pero es en los momentos en los que decides si fallarle o no, en donde se demuestra realmente lo que sientes por Él.

Si tú estás siendo atraído y seducido fácilmente por la tentación significa que algo está mal, que no estás teniendo una comunión diaria con el Señor como debería, que tu carne está ganando y avanzando más que tu espíritu.

Es allí en donde todos debemos reflexionar sobre: ¿Cómo está nuestra relación con Dios?...Mantener una relación y comunión personal y diaria con Él, haría las cosas diferentes.  La perspectiva de las cosas cambiaría, porque no verías con los ojos humanos, sino con ojos espirituales; pensarías antes de hacer las cosas, verías el error que cometes al dejarte llevar por tus instintos.  Eso solo se detecta a través de una verdadera comunión con El.

No sé cómo está tu vida en este momento.  Puede ser que estés siendo tentado por varias vías, o  llegado un punto en donde has estado a punto de ceder a esa tentación, o ya cediste en algún momento…pero este día es uno bueno para comenzar de nuevo, para darte cuenta que cediste porque estabas demasiado débil y que tu comunión con el Señor no era la que Dios demandaba de ti;  y todo eso te llevó a ser una presa fácil del enemigo.

Mas,  este día Dios quiere que renueves tus fuerzas, que renueves esa relación personal con Él, que dediques unos minutos de tu día para hablar con Él, para leer su Palabra, para fortalecerte en su presencia…porque esa es la voluntad de Dios para tu vida, y para que cuando el enemigo venga, puedas resistirlo y el huirá de ti.

Reflexionamos en lo siguiente.  Nuestra vida jamás seria la misma, lean y mediten sobre lo siguiente: 
 “Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo el diablo anda buscando a quien destruir, como si fuera un león rugiente. Resistan sus ataques confiando en Dios y sin dudar un solo momento. Ya saben que en todo el mundo otros seguidores de Cristo están sufriendo como ustedes.   Pero después de que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios hará que todo vuelva a estar bien y que ustedes nunca dejen de confiar en él; les dará fuerzas para que no se desanimen, y hará que siempre estén seguros de lo que creen.
Recuerden que Dios nos ha elegido por medio de Jesucristo, para que formemos parte de su maravilloso reino. ¡Que Dios reine con poder para siempre! Amén” (1 Pedro 5:8-11 (Traducción en lenguaje actual)
  “¡Resiste a través de mantenerte en comunión con El!”

(Tomado de Judy Contreras, Google+)

viernes, 19 de abril de 2013

“Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los Limpios de Corazón”

“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos”.  Salmos 73: 1-3
Asaf era uno de los cantores del Rey David, sin duda tenía que ser un hombre de alabanza pura y de adoración pura delante de Dios, pero en algún momento de su vida, sus pies casi se deslizaron por causa de la enviada hacia los arrogantes.
Al igual que Asaf,  muchas veces nosotros tenemos envidia del mundo, quizá porque vemos que en algunas ocasiones prosperan “aparentemente” más que nosotros.
¿Quién de nosotros no ha tenido, en algún momento, envidia del vecino, al ver ese auto nuevo que acaba de comprar,  y nosotros pasando trabajo con el que tenemos de hace  tantos años, el cual no hemos podido ni siquiera arreglar o pintar?
Sin duda hay momentos en los que el enemigo nos confronta y nos hace preguntas como: ¿Por qué si esta Dios contigo no prosperas?  Esa clase de pregunta, en la mayoría de veces, no deja pensativos;  y algunos hasta han dicho: “¿Por qué este impío prospera y yo no?” Esa envidia pudiera ser causa de que muchos resbalen y se vayan al mundo, y hasta creer que de esa manera las cosas se arreglarán.
Lo que no se dan cuenta es que, desde el momento que entregamos nuestra vida a Jesús, el enemigo lanzó una guerra contra nosotros y no quiere que estemos cómodos.  Si en el mundo todo te parecía bien, es porque el enemigo te tenía como él quería, pero ahora que ese yugo de esclavitud de pecado se ha roto, te ha declarado la guerra.
Aunque las cosas se vean mal, tienes que estar seguro de que en los planes de Dios todo te va a salir bien, puesto que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.  Y si tú eres uno de los que lo aman, entonces, ¿Por qué te preocupas?, ¿Por qué tienes envidia?
Las cosas de este mundo son pasajeras, el mismo Jesús nos mandó a que no hiciéramos tesoros acá en la tierra, sino que nos preocupáramos de hacerlos en el cielo.  ¿Cómo? Sirviéndole a Dios en obediencia, viendo las cosas que no son como que si fueran, creyendo y confiando, porque si confías en Él…Él lo hará!
No es tiempo de estar envidiando al mundo.  Ellos tendrían que envidiarnos a nosotros, al ver cómo nuestra vida cambió desde el día que entramos al santuario del Señor y decidimos vivir para Él.
Jamás tengas envidia del impío, porque ellos recibirán su pago a su tiempo…y tú recibirás tu corona de vida…si eres fiel hasta el final!
 
“El impío hace obra falsa; mas el que siembra justicia tendrá galardón firme” (Proverbios 11:18)
Dios te bendiga!                                                           (Fuente Judy Contreras, Google+)

Amad, Bendecid, Orad, Haced Bien...

jueves, 18 de abril de 2013

“S I D A en los Cristianos…Síndrome de Indiferencia Adquirida”

En el mundo, el crecimiento del hambre, la guerra y las epidemias mortales son casi imposibles de detener.  Desgraciadamente no solo es ahí donde se encuentran esos problemas, ya que dentro de las iglesias cristianas parece que poco a poco se ha empezado a introducir un virus,  que aún estamos a tiempo de controlar…es el virus que provoca el SIDA, o síndrome de indiferencia adquirida.  Los “cero participativos”, son las personas que ya lo han contraído y hay varias formas de que te puedan contagiar.  Ahora bien, vamos a conocer en detalle, el peligro de esta seria y peligrosa enfermedad.

¿Qué es el SIDA en los cristianos?  Es un mal que a últimas fechas parece estar tomando mucha fuerza entre la población cristiana.  Con esta “enfermedad”, las personas muestran gran indiferencia a lo que Dios está pidiendo que hagamos en estos últimos tiempos; que principalmente fue la gran comisión de ir y predicar el evangelio a toda criatura.  Como cristianos vemos las necesidades de los otros, esa hambre de Dios que se tiene, pero nos hacemos indiferentes a ellos; pasamos sin poner atención y buscamos únicamente lo que a nosotros nos pueda convenir.

¿Cómo se originó este virus?  Aún no se tiene el dato exacto del origen, pero parece ser que su principio fue allá por el huerto del Edén, donde la serpiente sedujo a Eva, la incitó a probar el fruto prohibido, y de esa forma ella comenzó a mostrarse indiferente a lo que Dios le había ordenado.

¿Cuáles son los principales síntomas de este mal?  Son varios.  Entre los más comunes y de más fácil detección son:
En fase primera:
*Falta de interés por tener comunión con Dios, esto es, flojera para orar.   *Falta de interés para leer la Biblia.    *Distracción contínua dentro de las reuniones de la iglesia. *Falta de involucramiento con las actividades de la iglesia.   *Indiferencia por compartir el evangelio.  *Irritaciones y pequeños enojos con amigos cristianos.  *Olvido para dar gracias por los alimentos.  

En fase secundaria *:
*Desánimo para asistir a la iglesia.  *Dudas sobre la existencia de Dios y la salvación.   *Burla contínua hacia todo lo que se relacione con la iglesia.  *Crítica constante a los otros miembros de la iglesia.  *Pelear sobre la doctrina defendiendo ningún punto.  * Crítica constante a las autoridades.  * Desobediencia contínua.

En su última fase:
* La no existencia de autoridad.  * El sabelotodismo unido al mevalismo. (esto es la conducta de: “todo me vale”)  * Creencia de poder manipular a Dios.  * Las mejores amistades son personas no cristianas.   * Asistencia a lugares que influyen negativamente a la vida.  * Atentados contra el cuerpo. * Distanciamiento de la iglesia.  * Actitud de orgullo y poder frente a otros cristianos. * Malas palabras como parte del vocabulario habitual.

Y ¿después de estas fases cuál es la consecuencia?   La consecuencia es fatal…Muerte espiritual.

¿Es contagioso este virus?   Altamente contagioso, y lo peor es que en la gran mayoría de los casos no es detectable, si no hasta la segunda o tercera fase.

¿Cuales son los métodos de contagio?  También son muchos, pero entre los que más destacan se encuentran:
*El contacto oral:  Al estar platicando con personas que tienen el síndrome, usted recibirá  un depósito en sus oídos, de pequeños gérmenes patógenos, que después se incubarán y viajaran por el cerebro hasta la boca; se creará una cadena infecciosa,  que a su vez contagiará a otros.  Luego de la boca bajará por la laringe hasta la altura del corazón.  Una vez depositado ahí, es YA algo sumamente peligroso.

*Falta de higiene (limpieza espiritual). Esta se da principalmente en aquellas personas que tienen por costumbre dejar de asistir a la iglesia por temporadas largas.  Son aquellos que sólo tienen contacto con la iglesia una vez al año. La falta de Koinonia (comunión con otros cristianos), hace indiferente a las personas.

*El intercambio de temas ideológicos. Cuando una persona tiene constantes pláticas con personas de ideologías contrarias o diferentes al pensamiento de Dios, y las convicciones cristianas aún no están muy sólidas, se provoca un intercambio de ideas que alteran el organismo espiritual, sentimental y aún el físico.  De existir  alguna pequeña herida del pasado, y no cicatrizada…esto es altamente contagioso, ya que es por ahí por donde entrará el virus.

¿Cómo podemos protegernos para no contagiarnos de este SIDA?  La respuesta es simple:
* Con dones de Dios y sus frutos: Amor, paciencia, gozo, fe, mansedumbre, templanza, benignidad y bondad; dones y frutos que solamente pueden venir de Dios y de una constante comunión con el Espíritu Santo. *Orando en todo tiempo, con acción de gracia y súplica; teniendo sana comunión con nuestros hermanos en Cristo, respetando y orando por las autoridades, y predicando el evangelio a toda criatura.

Sólo así podemos evitar la indiferencia en nuestra vida y poder llevar a cabo la tarea que desde un principio nos fue encomendada por Dios…la de extender Su reino aquí en la tierra.

"Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará"... (Mateo 24:12)
(De Daniel Sanchez –Google+) 

TPSH 04.08.2022

miércoles, 17 de abril de 2013

“Yugo Desigual”

En el mundo de los famosos y los millonarios vemos que cuando se trata de tener una relación amorosa, ellos por lo general no se envuelven con otras personas a menos que sean de su mismo círculo social y económico. Muy rara vez ellos se casan o se envuelven en relaciones con personas que no sean de su misma clase social o circulo.
La Biblia nos amonesta a no relacionarnos sentimentalmente con personas que no sean de nuestra misma fe.
Historias de grandes hombres,  los cuales fueron ungidos por Dios para hacer grandes cosas,  han sido escritas como ejemplo para enseñarnos las consecuencias de estas acciones. Uno de estos hombre fue el Rey Salomón quien tuvo tanta sabiduría que no ha existido otro como él en todo el mundo. Este hombre no supo mantener la descripción y dice la biblia en 1 Reyes 11:1: Salomón amó a muchas mujeres extranjeras; mujeres con las cuales el Señor había prohibido establecer relaciones matrimoniales. Estas mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses.
Sansón tuvo el mismo problema, se enamoró de una mujer pagana y ella fue su ruina… lo sedujo hasta que los filisteos lo mataron.
La enseñanza de estas historias es el gran peligro que existe cuando los hijos de Dios violamos los mandatos de nuestro Padre. Nuestros sentimientos nunca pueden sobrepasar lo que dice la Palabra.  Si él o ella no pertenecen a tu mismo círculo de fe,  entonces no cruces la raya.  ¿Qué contraste tiene la luz con las tinieblas? Amos 3:3 dice ¿Cómo pueden dos caminar juntos si no están de acuerdo?
Lamentablemente la santidad no se pega...pero la inmundicia sí.
Salomón, siendo el hombre más sabio del mundo, se descarrió por envolverse con mujeres paganas ¿Qué podrá pasar con nosotros? 
Si juegas con fuego ¿acaso no te quemaras? Si cavas un hoyo en él te puedes caer; y si juegas con una serpiente... te morderá.
Cuidado… no andes en territorios prohibidos.
Dios te bendiga!
(de Judy Contreras, Google+)

" La Culpa "

La culpa es un sentimiento que nos hace sentir pesar y angustia "porque tenemos una deuda que pagar o tenemos un error que reparar", y hay quienes sienten que, hagan lo que hagan, nunca pueden enmendar esa supuesta "deuda emocional" con los demás, con ellos mismos o con la vida. Hay quienes conviven con un sentimiento de culpa que les maneja sus acciones por completo. La culpa es una catástrofe emocional y espiritual, es capaz de enfermar todo lo que pasa en nuestro ser interior.

Hay muchas causas por las que la culpa aparece en una persona, a veces puede surgir en el trato o convivencia del seno familiar, otras veces es impuesta directamente por otra persona, que manipulando nuestra buena disposición y teniendo un interés egoísta, nos mete culpa para sacarnos algún provecho. Y muy común es por haber cometido pecados que sentimos Dios no los puede perdonar, y que tampoco las personas no nos perdonarán jamás, e incluso nosotros mismos no somos capaces de perdonarnos esos errores. Este es el tiempo donde el Señor quiere libertarte de la culpa para siempre.

Veamos algunos tipos de culpa más comunes y cómo librarnos:
Culpa que induce el entorno familiar:  Padres que enseñan a sus hijos que no son dignos de recibir cosas buenas, que deben "todo a sus padres" por darles la vida y por darles de comer, y una casa. Que si no hay sacrificio y sufrimiento previo, no se puede disfrutar, ni ser feliz.  Personas que crecen con estas ideas, luego tienen una actitud de culpa ante todo, se sienten en deuda con el mundo, con la vida, con los padres, con cualquier persona.  Dios nos hizo dignos de vivir feliz y en bendición, no por lo que hayamos hecho, sino por Su gracia. Y esa gracia nos transforma como Él quiere que seamos.

Culpa por deuda emocional: Alguien hizo algo bueno por ti,  y ahora sientes que siempre debes algo a esa persona, sea quien sea.  Si ésta lo hizo de corazón, en verdad no lo hizo para que se lo retribuyas eternamente, y te sientas culpable por todo lo que le pase a esa persona. Ayuda siempre que puedas, pero no permitas que se desate la culpa por sentirte atado. Algunos viven pendiente de la opinión de sus padres, suegras, etc. y no se dan cuenta que son esclavos emocionales.  No estamos para cumplir expectativas ajenas, sino para cumplir el llamado de Dios y disfrutar su perdón y bendiciones.

Culpa porque a otro le paso algo malo: No te permites vivir en paz y ser feliz porque otro la está pasando mal, porque alguna persona de tu entorno tiene algún problema. Nosotros no somos Dios, no podemos hacer milagros a nuestro antojo, solo podemos colaborar, orar y tener fe para que Dios ayude a alguien que esté pasando algo malo, pero no por eso renunciamos a vivir la vida con alegría. Hay quienes quedan de luto de por vida, por una muerte, por alguna tragedia y así ligan su vida a esa desgracia. No somos los culpables por todo lo que suceda, todos tenemos tiempos en que atravesamos dificultades.

La culpa religiosa o legalista: El legalismo dentro del cristianismo anula por completo la gracia de Dios. La muletilla básica de los líderes religiosos es: "Si no cumples con lo que te digo, te vas al infierno". El legalismo es semejante a vivir por la ley y no por la gracia. Se trata de muchas reglamentaciones impuestas por los hombres (Col. 2:22-23) pero que no tienen ningún valor espiritual. Si te equivocas, Dios te perdona, pero el creyente legalista te sigue condenando. La persona legalista, señala, acusa y juzga como estilo de vida.  Su vocabulario es de crítica y juicio constante, en nombre de Dios. La culpa religiosa ha hecho estragos en la humanidad. Nunca se justifica que alguien te meta condenación. La biblia dice: "Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17. 
En todo caso el Espíritu Santo es el que convence de pecado. No es una misión del creyente decidir quién es condenado y quien es salvado, acusando. No te dejes engañar por la culpa religiosa.

Culpa por entrometidos o dar un mal consejo: Una buena forma de evitar la culpa, es no decirle a los demás lo que tienen que hacer, porque si luego se equivocan, te echarán la culpa. Aunque hay gente que usa este método justamente para echar culpas si algo les sale mal, se escudan en que fue "el otro" quién lo aconsejo mal. Cuando alguien decide algo, lo decide porque está de acuerdo, porque le parece bien, y es responsable por sus actos. Toda decisión final, es personal, aún más allá de las influencias recibidas. Es mejor no entrometerse en la vida de los demás u opinar lo que tiene que hacer con ella, porque es probable que te echen la culpa si les va mal. Hay parejas que se pelean y buscan apoyo en alguien hablándoles mal del otro, entonces nosotros hablamos mal también,  y luego ellos se reconcilian, se perdonan y nosotros no teníamos nada que ver en el tema y nos ensuciamos hablando mal.  Nunca demos opiniones si no las piden.

Culpa por errores o pecados cometidos: Por más grande u horrendo que haya sido tu pecado cometido, nunca podrá superar el poder de la Sangre de Cristo para borrarlo. Nada hay más sano que reconocer nuestros errores. Porque si por orgullo quieres justificar tus actos, entonces tu conciencia, en lo íntimo te volverá a marcar ese error y no podrás ser libre de la culpa. Deja el pecado del orgullo y reconoce que has cometido un error del cual te debes arrepentir,  confesándoselo a Dios y a las personas afectadas, cambia de actitud, pide perdón de corazón y serás libre.

"Por eso, confesemos nuestros pecados, y oremos unos por otros, para que seamos sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz". Santiago 5:16.

Es bueno actuar para enmendar errores, tener un acto de generosidad, una actitud de restitución. Por ejemplo si le dijiste algo que hirió a alguien en un momento de ira, debes pedirle perdón y restituir esa falla diciéndole palabras positivas y de amor. Si no le dedicaste tiempo a tus hijos o esposo/a y te sientes culpable por ello, no dejes de preparar un momento especial para recuperar ese tiempo perdido; un buen gesto puede sanar una relación y librarnos de la culpa y el dolor. Todos cometemos errores, pero es preciso saber perdonar y perdonarnos en forma constante. Recordemos el sacrificio de Jesús en la cruz.  Murió y sufrió para quitarnos la culpa del pecado. No menospreciemos ese sacrificio, aceptemos el perdón y la aceptación de Dios. Dios te dice hoy lo mismo que le dijo a Isaías cuando se sentía inmundo ante Dios:

"(…) y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado". Isaías 6:7
(De Judy Contreras Google+)


martes, 16 de abril de 2013

"Vive un Evangelio Práctico...No Teórico"

“Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. Mateo 23: 1-3

Yo siempre he creído en una vida cristiana práctica, no concibo la idea de proclamar nada más un evangelio teórico, que a la práctica deje mucho que desear o se haga totalmente lo contrario según de lo que se habla.
Muchas veces nosotros mismos caemos en el grandísimo error de llevar una vida cristiana teórica muy buena, pero una vida cristiana practica malísima.

Es fácil dar un consejo, es fácil decirle a las personas qué hacer en determinado momento. Es fácil sacar a relucir los errores de los demás o señalar con el dedo acusador, pero: ¿Realmente estaremos viviendo un evangelio práctico?, ¿Nuestro andar muestra que realmente vivimos según la voluntad de Dios?, ó ¿Nos llenamos la boca proclamando cosas que nosotros mismos no llevamos a la practica?

Es triste reconocerlo, pero la Iglesia esta llena de personas que no están viviendo un evangelio practico, sino uno cómodo y solamente teórico. No estamos llevando a cabo la gran comisión como tendría que ser.  Mientras nosotros nos acomodamos a iglesias con grandes lujos, las almas en las calles, en los barrios pobres se pierden.
Mientras nosotros nos damos banquetes en nuestros hogares, hay muchas personas que no tienen ni siquiera un pan para comer con sus familias; mientras nosotros derrochamos el dinero en cosas innecesarias hay personas que trabajan duramente de sol a sol por pocos centavos.

¿Qué evangelio es el que estamos viviendo?, ¿Cómo es posible que nos llamemos cristianos?.  Hay tanta oportunidad en nuestra vida cotidiana de demostrar que vivimos un evangelio practico y realmente no queremos demostrarlo. Hay tantas situaciones que se presentan para demostrar que somos diferentes y que queremos parecernos a Cristo en nuestro actuar, pero no lo estamos haciendo.

Se necesita un corazón sensible para comprender que el evangelio es practico, que no podemos ser egoístas quedándonos tranquilos mientras nosotros vivimos bien, nos alimentamos bien y tenemos todas las comodidades.  Es hora de ver a nuestro alrededor y reconocer que las bendiciones que Dios nos ha dado es para bendecir a otros. Que la voluntad de Dios es que tengamos el corazón de Cristo, que imitemos su andar, que nuestro andar hable más que mil palabras.

No te vanaglories en palabras, no digas que eres bueno o que eres el mejor en esto o aquello, no digas que eres un buen cristiano o que tienes la intención de ayudar a otros, en su lugar VE Y DEMUÉSTRALO.
Ve y demuéstralo porque eso es lo que vale.  No puedes quedarte toda la vida con las buenas intenciones de hacer esto o aquello, lleva a cabo eso de lo que tanto hablas, demuestra con tu andar que realmente estas viviendo un evangelio verdadero, un evangelio practico.

En este día quiero invitarte a que, por un momento, analicemos cómo estamos viviendo el evangelio de Jesucristo ¿Realmente estamos haciendo meritos para llamarnos cristianos, ó realmente nuestro hablar es mas que nuestro andar?.  Reflexionemos sobre esto y comencemos, por amor a Dios, a vivir un evangelio no solo teórico, sino también practico.
Que tu andar hable más que tus palabras y que resalte tu entrega y voluntad de hacer lo que Dios anhela.

(Tomado de Google+ Judy Contreras)

“La Oración: Un Privilegio Extraordinario”

Leer | 1 JUAN 5.14-15 (Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho)

Una pregunta resuena en el corazón de casi todos los cristianos en algún momento de su vida: Si Dios lo sabe todo acerca de mí, ¿por qué tengo que orar por mis necesidades?  El Señor tiene razones específicas por las cuales no utilizar su omnipotencia para responder a ciertos deseos y sufrimientos nuestros, a menos que le hablemos de ellos.

Dios nos anima a orar para crear una relación estrecha entre Él y nosotros. El Señor está interesado en mucho más que la satisfacción de nuestras necesidades; también quiere convertirse en nuestra fuente de fortaleza en cada prueba. Sabemos que para que una amistad crezca se requiere invertir tiempo.

Las oraciones rápidas de tres minutos, aunque son valiosas e importantes para mantener un continuo olor de “incienso fragante” delante de Dios, no son suficientes para mantener una conexión personal con nuestro Padre celestial.

Santiago 1.17 dice. “Toda buena dádiva...desciende de lo alto”. El Señor quiere que le reconozcamos como la fuente de todas nuestras bendiciones. Dirigir nuestras oraciones a Dios, y confiar en que serán respondidas de acuerdo con su voluntad y en su tiempo, fortalece nuestra conciencia de que sin Él, no podemos lograr nada.

En la vida cristiana, nuestra dependencia de Dios crece en proporción directa a nuestra madurez espiritual. Ese concepto va en contra de nuestra naturaleza y cultura, que valoran la independencia por encima de todo lo demás.

Somos privilegiados de pertenecer a un Dios que desea tener una relación de Padre-hijo con nosotros. Él puede, desde luego, satisfacer nuestras necesidades sin una sola palabra de nuestra parte, pero entonces nunca conoceríamos la maravilla de pedir y recibir por amor.
(De encontacto.org)

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Comentario:
Cuánta sabiduría en nuestro Padre Celestial…aunque sabe de antemano todo de nosotros, nos anima a orar y a mantener una relación viva y diaria con Él, como una forma de invitarnos a confiar y reconocer cuán grandes son sus maravillas. 

Tremendo privilegio poder ser parte de ese grupo especial,  que pone su confianza en ese Dios Poderoso, y cuenta con su inmenso amor y misericordia.

Te invito a que seas parte de ese grupo de personas.  Ora, invierte parte de tu tiempo con el Señor, y habrá recompensas eternas!

Dios te bendiga
Wilda

lunes, 15 de abril de 2013

" ¡Muérdete la Lengua! "

“El que guarda su boca guarda su alma, mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”. Proverbios 13:3.       Hay un dicho árabe que afirma: “Cuídate para que tu lengua no ahorque tu cuello”.

La figura de la lengua larga, en este dicho, simboliza la rapidez y liviandad con la que algunas personas hablan. Vivir es comunicarse.  En el relato de la creación se dice que Dios creó a Eva porque no era bueno que el hombre estuviera solo. La vida sin comunicación sería incompleta.  Las relaciones humanas deberían ser un camino de dos vías.

El instrumento de la comunicación que el Creador entregó al ser humano fue el don de la palabra.  La palabra sería la herramienta que serviría para construir puentes y unir vidas.  Pero, la entrada del pecado transformó a la palabra en un instrumento ambivalente.  El ser humano puede -con ella- construir o destruir, herir o curar, levantar o derribar.

Las personas sabias son felices porque aprendieron a usar la palabra como un bálsamo curador y un pincel restaurador.  La palabra dicha en el momento oportuno revoluciona vidas y transforma situaciones.

Mira a tu alrededor.  Hay gente cuyo corazón es tierra seca, esperando una gota de agua.  Esa gota puede ser la palabra y tu boca el manantial. 

El versículo de hoy presenta el resultado del uso de la palabra.  Si tú hablas con prudencia, en la medida adecuada, recibirás como recompensa la vida.  “El que guarda su boca guarda su alma”, dice el proverbio.  En el original hebreo dice: “conserva tu vida”.  La vida es, en parte, el resultado de lo que tú haces con la palabra.

Por otro lado, “el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”.  Abrir los labios con facilidad es hablar sin pensar, instintivamente, sin medir las consecuencias.  Irónico como pueda parecer, la víctima no es el prójimo, sino el propio dueño de la palabra.

Meditemos en lo siguiente: Usa hoy el don de la palabra para elogiar y no para adular, para aconsejar y no para criticar, para perdonar y no para condenar.  Busca a Jesús, que es el Verbo, la palabra de Dios y pídele que habite en ti,  y hable a través de tus palabras.

Escucha, acepta, abre los brazos, brinda oportunidades, construye, restaura; sin olvidar que “el que guarda su boca guarda su alma, mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”.

(Tomado de: Cada día más sabio)

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...