Jueces 7.9-11 “Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento”. Amén.
Antes de una batalla super
importante, Dios redujo el ejército de Gedeón, de 32.000 hombres a 300.
Y Gedeón estaba ansioso. Estaba a punto de atacar al enemigo, de más de 130.000 soldados, con un puñito de hombres.
La estrategia de Dios -de esas que siempre parecen insólitas- fue permitirle a Gedeón escuchar a escondidas a un soldado enemigo, que contaba un sueño aterrador: ¡una visión de la victoria israelita!
Dios usó ese incidente para demostrar la sensibilidad a los sentimientos y temores del hombre.
Por lo tanto, consideremos el poder de las palabras de aliento de alguien. Lo significativo que es recibir una bendición inesperada, justo en el momento más oscuro.
Reflexionemos sobre el impacto de leer un versículo bíblico cuando más lo necesitamos. No es por casualidad. Es un edificador de confianza, que Dios nos envía.
Dios ve nuestras dudas y toma las medidas necesarias para debilitar su control sobre nosotros.
Apoyándonos en las evidencias de la fidelidad de Dios, enfrentaremos el futuro con valentía, sabiendo que no estamos solos.
¡Dios siempre enviará el aliento necesario y oportuno!
Feliz
día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:En.Contacto)
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