Filipenses 3:13-14 "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús". Amén.
Pablo y Silas, presos en la cárcel de Filipos, lo que hicieron
fue adorar a Dios; no murmuraron, no se quejaron, ni pensaron en
renunciar. Siguieron adelante con su confianza y fortaleza en Dios.
La adversidad es parte del camino, pero si queremos lograr cosas significativas,
hay que esforzarse y perseverar. La decisión de perseverar de Pablo fue hasta
el fin y firme, lo expresó diciendo: “Prosigo a la meta".
La frase: olvidando ciertamente lo que queda atrás,
nos lleva a pensar que lo que no fue útil (heridas, ofensas, fracasos,
etc.), y que nos hicieron mal, solo serán para NO cometer los mismos errores,
ni para raíces de amargura. NO son para
guardarlos en el baúl de la amargura viviente.
La perseverancia es necesaria en el camino de Dios, porque "Ninguno que pone su mano en el arado
y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9.62). Es
necesario mirar siempre al frente, y seguir adelante. ¡Es extendernos a
lo que está adelante!
Que tu perseverancia te lleve a lograr grandes
metas, sabiendo que el mayor
galardón de todo es Cristo mismo.
Feliz día. ¡Que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: TPSH301216)