1 Corintios 12.11, 12, 25 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere.
Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos
miembros, todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo,
así también Cristo. Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los
miembros todos se preocupen los unos por los otros”. Amén.
Debemos servir a los demás, pero a veces no sabemos cómo.
O tal vez sintamos no tener las cualidades para impactar la vida de otros.
Sin embargo, el Señor nos ha concedido maneras únicas, con grandes
propósitos.
En 1 Corintios 12, Pablo hace
una analogía del cuerpo de Cristo con el cuerpo humano. Ahí podemos ver que
cada parte es crucial, aunque algunas sean menos visibles que otras.
Pablo dijo que los miembros
del cuerpo que parecen más débiles son los más necesarios, y que aquellos que
parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente. Dios hizo un orden perfecto
en el cuerpo, y así, todos se preocupen los unos por los otros.
El siervo de Jesucristo ya no es
motivado por interés propio, se convirtió en siervo.
Estamos llamados a servir al Rey
de reyes, con esas habilidades que se nos han dado. Sea enseñar, barrer, interceder,
o simplemente escuchar. Porque Dios nos
ha dado la capacidad de marcar la diferencia.
Feliz día. ¡Que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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