Mateo 8.23-24 “Y entrando Él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero Él dormía” Amén.
Jesús
demostró cómo tener fuerte relación con Dios. Todo lo
que hacía nuestro Salvador surgía de su tranquila dependencia del Padre,
incluso cuando descansar parecía absurdo para quienes le rodeaban.
Cuando
los discípulos cruzaban el mar, llegó una tormenta, Jesús tomaba una
siesta. Quizá se preguntaron: ¿Por qué está durmiendo ahora? ¿No ve
nuestra necesidad?
¿Estarían
viendo los discípulos, el descanso del Señor como señal de indiferencia?
Pues le dijeron: ¿No tienes cuidado que perecemos? (Mc.4.38).
Hay
veces que Dios se demora en responder, a fin de mostrar mejor su gloria en
nuestra vida. Ya que vemos, momento después, que el Señor
ordenó a las olas y al viento calmarse, y los discípulos fueron testigos del
poder de Dios.
La
capacidad de Cristo descansar, aún en medio de tormentas, revela confianza
total en su Padre, algo que los discípulos experimentaron, y que ¡también
nosotros podemos!
¿Por
qué temer cuando el Creador del universo está a nuestro lado?
En tiempos de dificultades y pruebas, es fácil ser consumido por la
realidad física de nuestra situación. Pero no perdamos de vista el hecho de
que Dios está con nosotros siempre.
El
Creador del universo siempre acompaña a sus hijos, así que no debemos
temer lo que nos depare la vida.
Feliz día. ¡Que Dios te sostenga y te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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