“Ante el Descontento”

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Filipenses 4.11-13 “…He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Viviendo humildemente y teniendo abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, sea para estar saciado como para estar hambriento; para tener abundancia como necesidades. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Amén. 

En tiempos de dificultades, es natural querer hacer cambios. De trabajo, terminar una relación, mudarse, etc. Sin embargo, lo primero es investigar la causa, y no distorsionarla. 

El descontento o dificultad pudiera ser por diversas razones:

1. Incapacidad para aceptarte tal y como fuiste creado. Como Dios te hizo es lo que necesitas para obedecer Su voluntad. Si estás pensando todo el tiempo en lo que te falta o quisieras cambiar, te estás distrayendo del propósito verdadero. 

2. Oposición a lidiar con tu pasado. No puedes dejar atrás tus recuerdos y errores del ayer, hasta que enfrentes los problemas emocionales o psicológicos que resultaron de ellos. 

3. Aferrarte a comportamientos o actitudes pecaminosas. El pecado siempre lleva a descontentos. Pero en Salmos 119.165 dice que paz tienen los que aman la ley de Dios, y no hay para ellos tropiezo. 

La clave del contentamiento no está en las circunstancias, sino en Dios. La próxima vez que quieras cambiar tu situación, pregúntate: ¿Estoy aceptando la voluntad de Dios? ¿Necesito ser sanado espiritualmente?… 

Cualquiera que sea el caso, acude al Señor: Él es la más grata fuente de paz y satisfacción. Llévale tus cargas y preocupaciones a Él…luego descansa en Su paz. 

Feliz día. ¡Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: En.Contacto)