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“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejen a los niños venir a mí, y no se lo impidan; porque de ellos es el Reino de Dios. De cierto digo, que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en Él”. Amén.
No elegimos la salvación por nosotros mismos, es el Espíritu de Dios quien nos convence de la necesidad de Él, inquietando el corazón.
Llama amorosamente nuestra atención y nos revela nuestro pecado, así como la necesidad de un Salvador.
¿Que cómo puede un niño entender el Evangelio? Dios, Padre bondadoso, se encuentra con nosotros donde estemos, sin importar la edad.
En esos corazones más jóvenes, Dios también pone el deseo de obedecerlo y seguirlo. Luego, a medida que los pequeños aprenden -sea en la casa o en la iglesia-, Dios les da anhelo y sentido de necesidad de Cristo.
Estemos claros que es un anhelo sencillo, sin comprensión profunda ni compleja del adulto. Es posible que los pequeños no comprendan bien lo que el Señor hizo por nosotros en la cruz. Pero Jesús dijo que dejaran a los niños ir a Él, porque de ellos es el Reino de Dios.
En un sentido más amplio, esa fe sin trabas, que muestran los niños, es lo que el Señor desea de creyentes mayores, pero con mayor comprensión.
¡Tener una fe sencilla es verdaderamente un regalo!
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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