#3,545
“Unánimes entre ustedes; no altivos, sino asociándose con los humildes. No sean sabios en su opinión. No paguen a nadie mal por mal; procuren lo bueno delante de todos. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos. No tomen venganza. Dejen lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. No sean vencidos de lo malo, sino venzan con el bien, el mal”. Amén.
La Iglesia debería ser un lugar donde los cristianos nos despojemos del espíritu competitivo del mundo. Pero muchas veces es un escenario donde la gente busca alcanzar gloria personal.
Cuando usamos nuestra congregación como escenario, terminamos construyendo nuestros propios reinos, en lugar del de Dios. Y nuestros hermanos en Cristo se convierten en peldaños que pisar para poder escalar.
Este problema no es nuevo. Cristo enseñó a sus discípulos, no que abandonaran la búsqueda de la excelencia, sino, que el camino de la propia autoexaltación es el que no debían de buscar.
En otras palabras, si estamos compitiendo por algo, debería ser por el último lugar. Y que todos podamos triunfar juntos al convertirnos en verdaderos reflejo de Cristo.
¿Qué les parece si pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a corregir el rumbo y a alinear nuestros corazones con el de Dios?
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario