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Oseas 6.6-7
“Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí”. Amén.
El profeta Oseas pronunció un mensaje de condena a la nación de Israel, en momentos de prosperidad.
Los israelitas tenían tanto éxito y eran tan diligentes a la hora de ofrecer sacrificios a Dios, que empezaron a depender cada vez menos de Él.
Esto, llevó a Dios a hablarles por medio del profeta Oseas, y decirles que misericordia y conocimiento de Él era lo que esperaba, y no solo sus sacrificios ni holocaustos.
Más tarde, Cristo repitió entre los fariseos: “Vayan y aprendan lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Mateo 9.13).
Aunque los cristianos no ofrecemos sacrificios de animales al Señor, podemos llegar a pensar de manera parecida acerca de nuestras buenas obras, sólida teología y horas que pasamos en la iglesia. Cuando lo que Dios valora es la confianza y seguridad que tenemos en Él, más que cualquier otra cosa que podamos ofrecerle.
¿Sueles “ofrecerle” (en particular) algo a Dios? Procura dejar eso de lado esta semana, y acercarte genuinamente a Él. ¡Podrás ver la diferencia!
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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