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Salmos 1.1-3 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. Amén.
El valor que le damos a algo determina cómo lo tratamos. Por ejemplo, es probable no darle mucha importancia a una vieja caja de zapatos. Pero si alguien pusiera 10.000 dólares dentro, la resguardaríamos. Así mismo, una vez nos damos cuenta del valor de la Biblia, no la leemos por obligación, sino de corazón.
Veamos 6 recomendaciones que Dios da a la hora de leer su “Manual de Instrucciones de Vida”:
-Acude a Ella diariamente con ansiosa expectativa por lo que el Señor revelará.
-Estúdiala. Hay variadas maneras de hacerlo. Por ejemplo, utilizando una concordancia o un buscador electrónico, sigue una palabra específica.
-Medítala para absorber su significado e implicaciones.
-Cree lo que dice el Señor.
-Obedécela. En otras palabras, aplica a tu vida lo que lees.
-Comparte lo que aprendas. Esto motivará a los demás, e implantará lecciones en su corazón.
La Biblia es la verdad viva que protege y dirige; penetra y alienta. De ella aprendemos a ser salvos. Si entendemos su valor, nuestra interacción con Ella lo demostrará.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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