#3,506
“Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Amén.
El rechazo, el distanciamiento y separarse son experiencias desagradables. Por lo general, tratamos de evitarlas, aunque no podemos escapar por completo de ellas.
Aislarnos de quienes amamos es bastante malo, pero hacerlo del Señor es trágico. Pero, por vital que sea nuestra relación con Dios, algo se interpone.
Todos, en pensamientos y acciones, hemos violado los mandamientos divinos (Romanos 3.23). Esto es pecado, y su castigo es muerte; lo que significa vivir separados del Señor por la eternidad (Rom.6.23). ¡Qué panorama tan tenebroso ese!
Pero, el Padre lo resolvió enviando a su Hijo a pagar por nuestro castigo. Jesucristo, Dios y hombre por completo, cargó con toda nuestra iniquidad.
Por lo que ya no tenemos que sufrir condenación eterna por nuestros pecados, pues Cristo pagó por el castigo que merecemos, ofreciéndose como nuestro Salvador.
Su Salvación está disponible para todos los que acepten el sacrificio como bueno y válido para redención. Esto, y solo esto, trae la reconciliación con el Padre. Y el pasar de muerte a vida.
Solo nuestra fe en Cristo pone fin al distanciamiento y condenación, para dar paso al gozo y la vida eterna.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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