22/08/2022
Salomón dijo en su corazón: te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Se propuso agasajar su carne con vino. Engrandeció sus obras, edificó para sí casas, plantó viñas, hizo huertos y jardines, estanques de aguas; compró siervos, animales, amontonó plata, oro y tesoros. Miró luego todas las obras de sus manos, y cuánto trabajó para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu…. Amén.
El rey Salomón, pese a ser el hombre más sabio que haya existido (1 Reyes 3.12), también fue bendecido con riquezas inimaginables. También tuvo el privilegio de construir el primer templo para Dios.
Salomón se dedicó a incursionar en toda clase de cosas. Placeres del mundo, para ver si había algo que valiera la pena en ellos. Pero llegó a la conclusión de que la autocomplacencia no tenía valor.
Buscó la realización personal. Emprendió grandes proyectos, pero al final llegó a la conclusión que nada de esas cosas tenían sentido.
Existen muchas personas educadas y exitosas, pero descontentas con la vida. Se persigue el placer y no se aceptan límites. Lamentablemente, esa falta de moderación ha arruinado incontables vidas.
Salomón lo tuvo todo, pero los objetivos que persiguió no le dieron ninguna satisfacción. Llegó a la conclusión que lo mejor era obedecer a Dios (12.13).
El gozo verdadero se tiene cuando nos ajustamos a esa voluntad.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: TPSH 30.11.16)
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