21/08/2022
Lucas 19.1-5
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro (higuera) para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”. Amén.
Zaqueo era recaudador de impuestos. Hombre rico por engaños, y despreciado por codicioso. Pero sintió curiosidad por conocer al Señor Jesús.
Este, se abrió paso entre una multitud, y se sube a un árbol para poder ver mejor al maestro y sanador. Y el Señor se fijó en él; inclusive, le dijo que era necesario ir a su casa.
Una y otra vez Jesucristo da el primer paso: Invita, da la bienvenida, y lo hace con amor incondicional. Como creyentes, ¡sigamos su ejemplo! Las relaciones saludables deben comenzar por nosotros.
Zaqueo pudo rechazar la invitación. Pero, luego de ser visto, y viendo el interés de Jesús -pese a ser quien era- descendió aprisa, y le recibió gozoso (vs.6).
Sería bueno reflexionar si alguna relación tuya necesita atención. ¿Sientes temor de ser quien extiendas la mano, se sacrifique o exprese arrepentimiento? Todo puede ser transformado, mostrando gestos de amor como los mostraría el Señor Jesús.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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