07.06.2022
“Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela”. Amén.
Es fácil mantenerse ocupado sirviendo a Dios: cantando, enseñando, predicando y evangelizando. Nada de eso es malo; de hecho, todo es muy bueno. Pero, a menudo, puede ser un intento fallido de relacionarnos con el Padre celestial.
¿Por qué elegir tener cercanía artificial con el Señor cuando todo lo que quiere darnos es auténtico?
Toda relación exitosa, incluyendo con Dios, requiere esfuerzos. Ser conocidos por Dios y recibir su gracia requiere algo de nosotros, y muy especialmente de nuestra humildad. Después de todo, nada podemos hacer para expiar nuestros pecados.
En algún momento, debemos dejar de hacer cosas para el Señor, y comenzar a disfrutar el estar con Él.
¿Dónde comienza nuestra relación personal con Dios?
Leyendo la Biblia y llenando nuestra mente con su Verdad. Esto nos llevará a conocer y obedecer los principios de nuestro Padre celestial. Por otro lado, teniendo una vida de oración constante. Ambas acciones requieren esfuerzo e intencionalidad.
Cuando vivimos en íntima comunión con Dios, el deseo de esforzarnos por alcanzar la santidad con nuestras propias fuerzas desaparece. Y entonces nuestro servicio, ofrendas y adoración ¡glorificarán al Padre celestial completamente!
¡Feliz día, y
que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto 231221)
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