Isaías 55.8-9
“Porque mis pensamientos no son los suyos, ni sus caminos los míos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que sus caminos, y mis pensamientos más que sus pensamientos”.
Cada vez que ocurren desastres naturales, surgen preguntas sobre la vida y la muerte. La magnitud de la muerte y la destrucción que causan los terremotos, incendios, tsunamis, ciclones, o inundaciones, desplaza nuestros pensamientos cotidianos y nos lleva a buscar explicaciones.
Con frecuencia, respondemos las preguntas que nos surgen basándonos en nuestra comprensión personal de Dios. Y si el Señor hace algo que NO encaja con nuestra opinión, nos pudiéramos enojar o desconcertarnos.
Al ser mortales, terrenales, finitos y pecadores, tenemos una comprensión limitada de cómo funciona la vida. Pero nuestro Creador, sin pecado y soberano, ve y sabe lo que no somos capaces de percibir nosotros.
Dios nos dio su Santa Palabra para ayudarnos a entender los problemas, y conocerlo mejor a Él. Un punto de vista preciso sobre el papel del Señor en los desastres naturales debe provenir de la Biblia, y no de nuestras perspectivas.
Nunca, pero nunca seremos capaces de comprender por completo a un Dios tan poderoso y trascendente, pero cuanto más entendamos cómo Él actúa en el mundo, mayor será nuestra confianza en el Creador.
Tengamos en cuenta que, cuando los caminos de Dios desafían la comprensión humana, la fe en su bondad, amor y sabiduría deben ser nuestro mejor y más sensato fundamento.
Feliz día. ¡Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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