Salmos 139.2-7
“Tú has conocido mi sentarme
y mi levantarme; has entendido mis pensamientos; escudriñado mi andar y
mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la
palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y
delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo
comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu
presencia?”.
Algunas personas encuentran un gran consuelo al saber que Dios está siempre presente en sus vidas, y que nada escapa a Su atención. Esta, suele ser la reacción del creyente que entiende que Él le cuida. Entonces, ¿Por qué querría alejarse de Aquel que le salvó y le ama por la eternidad?
A otras personas, les produce malestar. Se sienten expuestas al saber que es imposible esconderse del Dios que todo lo sabe. Saben que no pueden escapar de la omnisciencia y omnipresencia del Señor, por lo que reaccionan como Jonás, huyendo.
Su “yo” es una fuerte tendencia a creer que conocen el mejor camino, sin importarles lo que Dios diga. El miedo al fracaso o la crítica también les hace no tener en cuenta la voluntad de Dios.
Hay gente que considera que la obediencia es demasiado costosa, y se inclinan más en huir del Señor, sin tomar en cuenta la vida abundante que Él les ofrece.
Tratemos siempre de reconocer
a Dios como la protección integral para la vida, alguien que siempre está
para velar por nuestro bien, y dar una paz sin igual.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario