martes, 7 de octubre de 2014

"7 Años en Cristo... y Quiero Seguir Contando...Aleluya"


Como hoy estoy de cumpleaños en la fe -el mejor cumple de todos- Pues son siete años de nueva, pura y real vida!

Y para los que no conocen el testimonio de mi llegada a los pies de Cristo; aquí les comparto…

“Mi Conversión a Cristo 7 Oct. 2007”

Yo, para ese entonces tenía 42 años. Fueron muchos los años en que mi padre, mi madre y mis hermanas me hablaban de las grandes cosas que Dios hace en la vida de los que le buscan, pero yo no hacía caso a sus palabras, que en aquellos momentos, no les veía sentido…Como veo le pasa a muchos, en los cuales el Espíritu Santo de Dios no está presente.

Cuando era niña y mis padres me llevaban a la iglesia, yo me sentaba atrás, y desde que el culto comenzaba me iba “sin que mis padres se dieran cuenta”. Ya cuando adulta, mis hermanas me decían que había promesas que Dios iba a cumplir en mi vida, por más que le huyera… a lo cual yo le respondía…ah ustedes y sus tonterías. Ellas oraban por mí, y pedían que yo pudiera escuchar ese llamado, al cual me resistía escuchar (con lo cual me tomaba el permiso de vivir a mi manera y según mis propios criterios… cuán errados eran)

En 2002, comencé a padecer de fuertes dolores pélvicos y de espalda. En 2006 eran muy agudos. Por lo tanto la decisión era una cirugía; tenía miomas (fibromas) y quistes.

Como la cirugía era la opción, pensé hacerme un 3 por 1: Abdominoplastía, liposucción y la extracción de los miomas y quistes….”unas libritas menos y mejor distribuidas no me caerían nada mal”. Para agosto 31/2006 se pone la fecha de la cirugía.

Cuando estoy en sala de espera de la clínica, con la finalidad de hacerme los chequeos cardiológicos: Viene una joven y se sienta a mi lado, comenzamos a conversar y ella me dice: Qué te vas a hacer? Le dije. Y ella me responde: No sabes que Dios te ama como eres? Y se va. Antes de 5 minutos, viene un caballero y se sienta en esa misma silla y también me pregunta para qué estás aquí? Le respondí lo mismo que a la joven anterior. Me dijo: Dios no quiere que tú te hagas eso, el te quiere así como estás, no tienes que exponer tu vida. Él te hizo como él quiere que tú seas, no hagas eso.

Luego de esas palabras, permanecí llorando un largo rato…Sentía que algo muy grande estaba pasando en mi vida. Luego de ese momento, quedé totalmente convencida de que no me operaría por fines estéticos, sino por salud. 31/8/2006 2 PM, me entraron al quirófano. Y el viernes 1/9 comenzó una nueva historia...

Esa noche comencé con dolores terribles. Me dijeron que era debido a que fue una cirugía muy difícil. Aguanté mis dolores y me hice la fuerte.

Sáb. 2/9 siguen los dolores, pero me dieron de alta. Llegué a mi casa que no sabía cómo subir las escaleras; pues no podía mover las piernas. Dgo. 3/9 11 AM me llevan a emergencia, y el médico de turno me dijo que ese tipo de cirugía era muy fuerte. Me indicaron unas inyecciones, y me mandaron a casa. Los dolores eran desgarrantes, y esa tarde en mi habitación -desconcertada y molida por el dolor- le dije a Dios: Has conmigo lo que quieras, porque ya no aguanto más; yo me entrego en tus manos. Y lloré de forma tal, como nunca había llorado en mi vida (todavía me escucho en ese grito). Casi desmallada, me llevan a emergencia a otra clínica, y viendo ellos el cuadro que presentaba, llamaron un grupo de médicos, que luego de muchos estudios y evaluaciones, vieron que mi vejiga estaba casi al reventarse y a punto de una septicemia. Los médicos comentaron: Dios te protegió!

Me ingresaron, y luego de otros estudios se detectó un atrofiamiento en uréter derecho, por lo cual era preciso otra cirugía para adaptar un catéter. Así se hizo y me fui a casa. Al mes, en uno de los chequeos, dijo el doctor que había problemas, que mi riñón derecho estaba presentando complicaciones, ya que el catéter estaba calcificándose, por lo cual había que retirarlo de inmediato. Y me comentó que de no poder retirar el catéter, había que volver a cirugía… pero Dios no lo quiso así; y el catéter pudo ser retirado sin complicaciones mayores. Luego de toda esta historia, y que todo estaba funcionando muy bien….volví a olvidar que Dios era el camino, y volví a vivir mi vida, como si nada hubiera pasado. Volví a vivir la vida que el mundo ofrece…sin Dios y sin esperanzas.

Agosto 2007…Inicia otra historia de dolor. Comencé a sentir dolores y dificultad para realizar mis actividades físicas. Visitas de médico en médico. Y el diagnostico: Cirugía por adherencias extremas.
Dentro de todo este recorrido de dolores y padecimientos, y de esconderme de Dios durante 42 años; llegó el día -un 7 de octubre del 2007- que me hacen una invitación a la iglesia, a la cual accedí “por no dejar”

Llegando a aquel lugar, aún sin haber entrado al templo, comencé a llorar (en los atrios del templo estaba la presencia de Dios esperándome). Al llamado pasé llorando, y finalmente, ante Dios y los hombres entregué mi vida y mi alma a Jesucristo. Porque todo aquel que confiese a Jesús delante de los hombres, también Jesús le confesará delante de los ángeles de Dios (Lucas 12.8). En la iglesia oraron por mí, y yo le dije a Dios que si era su voluntad, se haga la nueva cirugía, pero que no me dejara sola, y que tomara Él el control. La cirugía fue el 9/10 y exitosa. Me comentó el doctor, que no tenía idea de cómo yo me movilizaba, pues lo que él encontró no sabía cómo manejarlo. Me dijo que mis órganos estaban tan unidos, que internamente yo era una tela de araña, pero que Dios estuvo en todo momento y todo salió bien!

No fue fácil reconocer que Cristo era el elemento que faltaba en mi vida (durante 42 años). Él me llamaba por las buenas, pero yo me hacía de oídos sordos, y fue preciso arreciar en su llamado… y ahí se cumple lo que tantas veces escuchamos: Si no vienes por amor, vienes por dolor… Así conocí yo a Cristo… por mucho dolor.

Toda gloria y toda honra, sea para mi Señor, quien me amó primero, y nunca me abandonó, aún a pesar de toda mi rebeldía. Dios selló mi encuentro con Él, a través del siguiente verso bíblico, que está en Isaías 54:6-8: “Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor”

Lo que ha hecho Jesús en estos 7 años, ha sido guiarme, enderezarme, enseñarme el camino del bien, a obedecer su Palabra, y a luchar cada día por tener la oportunidad de que cuando mis ojos se cierren para siempre, tenga una esperanza gloriosa… Sentarme a la diestra del Padre en los lugares celestes (Efesios 1.20).

Mi exhortación es a no seguir corriendo ni desviándote de los caminos de Dios. Este mundo nada ofrece, todo es vanidad y aflicción de espíritu (Eclesiastés 2.17) Porque, como dice Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna!!!

Hoy cumplo 7 años de vida renovada y feliz en Cristo. De haber sido injertada en la familia de Dios, de haber sido hecha su hija!  Y como decía el apóstol Pablo a Timoteo: No me avergüenzo de dar testimonio de mi Señor (2 Tim. 1.8). Yo sé de donde él me rescató, y por más que haga, nunca compensaré ese regalo tan grande que ha sido la salvación de mi alma!

Si aún no le conoces, te invito a conocer a ese gran amigo! Jesús te ama y te espera con sus brazos abiertos... Dios te bendiga y dirija en su amor!

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