miércoles, 29 de octubre de 2014

“Ganémosle al Cansancio”

Buena para meditar...

Cuando nos cansamos, debemos renovar nuestras fuerzas en la presencia de Dios, e interceder unos por otros; así podremos alcanzar el éxito!
Terminar lo que empezamos
El cansancio puede ser emocional, físico o mental. Pero hay que tener en cuenta que: Cansancio y éxito no son amigos. Debemos renovar nuestras fuerzas para poder terminar. Una carrera sin corredores, es nada. Y aunque haya ocasiones en que no queramos seguir; ya sea por decepciones, tropiezos, o cansancio…hay que seguir corriendo.

Todos nos cansamos. Sólo el que no corre, no se cansa; tampoco obtendrá premio. No importa cuánto nos cansemos en la vida, si nos agotamos al máximo, pero no terminamos, no obtenemos el premio. ¡Debemos terminar para ganar!

Si a un deportista se le acaba el aire y se para de repente, se acalambra. Parar no funciona para el cansancio físico; tampoco para el emocional ni mental. No pongamos pausa a nuestra vida. No paremos. Busquemos el segundo aire...no es la solución, pero podremos continuar hasta finalizar. La Palabra de Dios es la que mejor nos inspira, para poder terminar cualquier acción que emprendamos.

Esto se puede comparar con el hecho, de que hay ocasiones en que nos cansamos de hacer el bien, y bajamos o detenemos el paso, pero la Palabra de Dios nos hacer recordar que los esfuerzos extraordinarios nos llevarán a premios extraordinarios. Algunos optan por cambiar de carrera -quizás no sea la solución-, pues no terminan ni una ni otra; por consiguiente…no obtienen ningún premio… sí obtendrán frustración y cansancio.

Nuestro éxito bendice a otros
Hebreos 12:3 nos recuerda que consideremos a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Esto nos lleva a recordar que su éxito puede bendecir a otros; entonces hay motivación para seguir adelante; Dios puede dar su segundo aire.

Correr con Jesús es más fácil. Un 2do. esfuerzo es la oportunidad para alcanzar la meta. El éxito de Jesús nos dio oportunidad para que lo tengamos en nuestro corazón. Lo que alcances podrá ser de bendición a la gente a tu alrededor. 2 Corintios 4:1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. ¡No desfallezcamos, Dios está con nosotros!

Filipenses 3:12-15 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

No te detengas
No pares sólo porque estás cansado; el problema o enemigo no para; sino que aprovecha la oportunidad para ganarte. Correr la carrera con Jesús no te permite desmayar. Pablo estuvo en la cárcel por predicar el evangelio, y estando ahí, empezó a escribir cartas para motivar a la gente de afuera. Debemos interceder unos por otros para no perder el ánimo. Orando e intercediendo encontrarás tu segundo ánimo.

2 Tesalonicenses 3:13 Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.

Gálatas 6:7-10 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Dios no puede ser burlado. Si usted ha sembrado lo bueno, ha estado en santidad, va a cambiar de corrupción a vida.

Mateo 11:28-29 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

No hay nada más fuerte para el cansancio emocional o mental que sufrir por hacer el bien. Si se siente cansado, lo primero que tiene que hacer es aceptar que no es el único y que necesita de las fuerzas del Señor. Luego preséntese delante de Dios, pidiendo un descanso, un segundo aire. ¡Debemos presentarnos con una buena actitud ante el Señor, para que El renueve nuestras fuerzas!

(De Avanzapormás modificada)

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