martes, 10 de diciembre de 2013

“Es Hora de Velar por Nuestros Hermanos”

Filipenses 2:1-5 “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.)
A veces caemos en el mismo síntoma de Caín, cuando Dios le preguntó sobre su hermano Abel, a quien había asesinado; Caín le responde: “¿Acaso soy guarde de mi hermano?”. (Génesis 4:9)

Es triste ver, como entre nosotros mismos no nos cuidamos, es triste ver la indiferencia que existe muchas veces entre los hijos de Dios sobre los problemas que estos puedan estar atravesando.

¿Cuándo fue la última vez que visitaste a tu hermano que dejó de asistir a tu congregación? ¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a tu hermano cómo se sentía? ¿Cuándo fue la última vez que trataste de ayudar a alguien?

A veces nos olvidamos que somos uno solo en Cristo y nos auto-independizamos del cuerpo, ¿Puedes imaginarte la mano fuera del cuerpo? ¿Tendría vida? ¿Pudiera subsistir? No podemos ser indiferentes entre nosotros mismos, tenemos que ayudarnos, extendernos la mano, apoyarnos, orar unos por otros, pero sobre todo amarnos como Cristo lo pidió.

Con razón el Apóstol Pablo daba esas recomendaciones a los filipenses (aún vigente para nosotros).

Hoy quiero motivarte a ayudar a tu hermano, estoy seguro que hay alguien cerca de ti que necesita de tu ayuda, quizás solamente una palabra de consuelo, de fortaleza o de fe, o quizás una ayuda material; todos podemos ayudar si tan solo nos disponemos a hacerlo.

Recuerda que Jesús nos mandó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos ¿Lo estamos cumpliendo? ¿Estamos obedeciendo esas palabras?

¡Es hora de velar por nuestros hermanos!                                 (De destellosdesugloria.orgs)

Señor que tu Espíritu Santo traiga revelación y bendición a los que leen estas palabras. Amén!

 

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