martes, 18 de noviembre de 2014

“Ante todo, ¡Perseverancia!”

La perseverancia es ese fuego en los huesos, que nos llevará más allá del ridículo, la burla y el rechazo, por lograr nuestra meta…

A lo largo de la historia, han existido hombres que aprendieron que LA PERSEVERANCIA ES LA LLAVE A LA EXCELENCIA.

El retrato de la perseverancia lo podemos notar en Noé, quien trabajó para construir el arca -durante 120 años-.  Su generación jamás había visto la lluvia (vivían a miles de kilómetros del agua). Su perseverancia le llevó a concluir esa construcción; y en el tiempo perfecto! Un barco diseñado por el arquitecto de todas las eras: Jehová, el Grande y Poderoso, Dios de los ejércitos!

Pablo -apóstol de perseverancia- antes de morir tomó su pluma, y a la luz de la vela escribió:   “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida”      (2 Timoteo 4:7-8).

Piense en esa promesa. Está disponible, para todos los que perseveremos. Es una corona de rectitud.

¿Te han derribado?   ¿Traicionado?  ¿Has sufrido pérdidas?   ¿Estás luchando contra una enfermedad mortal?

¿Estás pasando por crisis financiera?  ¿Te ha golpeado la tragedia? ¿Has fracasado en tu matrimonio?

¿Hay pérdidas en tu negocio?  ¿Desilusión en tu educación? Recuerda que: EL QUE VA CONTIGO ES MÁS GRANDE QUE TODOS TUS PROBLEMAS!

¡Levántate! ¡Levántate! ¡Levántate AHORA!  Dios es el Dios de la segunda oportunidad. ¡Inténtalo de nuevo!

¡LA PERSEVERANCIA ES UNA DECISIÓN, QUE LA TOMA TODO GANADOR!

En un maratón se comienza, todos corren bien al principio, pero después de varios kilómetros algunos comienzan a desfallecer, y algunos muy exhaustos, abandonan. También algunos tropiezan y otros hasta se desmayan.
Y la gran pregunta es: ¿Quién ganará? El que llegue al final, ese recibirá la corona!

Cuando perseveras te das cuenta que:
Las personas son irracionales, ilógicas y egocéntricas. Aún así,  Ámalas!
Haciendo el bien, te acusarán de tener motivos egoístas. Aún así, Haz el bien!
El éxito te traerá amigos falsos y enemigos verdaderos. ¡Aún así, No te hagas solitario!
El bien que hagas hoy será olvidado mañana. ¡Aún así, Haz el bien!
Personas enanas y con ideas pequeñas, también se esfuerzan y llegan.  No dejes de llegar tú!
Muchos años de construcción, pueden ser destruidos de la noche a la mañana. ¡Aún así, Construye!
Aunque la gente necesita ayuda, te atacará cuando le extiendas una mano. ¡Aún así, Ayúdalos!
Darle al mundo lo mejor de ti te puede traer problemas. ¡Aún así, ofrécele lo mejor!

¡Se persistente! ¡Nunca abandones! ¡AÚN ES TEMPRANO PARA RENDIRTE!

Apocalipsis 2:26: “Al que venciere… HASTA EL FIN, yo le daré autoridad sobre las naciones”
Y en Marcos 13:13: “… Mas el que persevere HASTA EL FIN, éste será salvo”


Por John Hagee.  Avanzapormas.com (Con modificaciones de WMV)

viernes, 14 de noviembre de 2014

“Permitir a Dios Actuar”

Reflexión 14.11

Jesús dijo: “cuando ores”… No dijo: Si tú oras;  ni tampoco: Sólo en el caso de que se te presente una oportunidad de orar.  Él lo dijo muy enfáticamente “Cuando ores”, como si dijera: “Esto debe hacerse sin siquiera pensar en ello”  

En los últimos años, parece haber una epidemia de falta de oración que ha golpeado a la Iglesia, a esa que está adormecida.

Dios les dijo a los hijos de Israel en Números 15:1-2: “Jehová habló a Moisés, diciendo: habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación…. No le dijo si entras; le dijo: Cuando hayas entrado.

Dios les había dado enfáticamente un marco temporal: Un “cuando”.  En otras palabras: “he hablado y no me retracto de mi palabra”.   Si Dios dijo “cuando” en aquel momento, Él sigue diciendo “cuando” también hoy

Pablo dijo: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

Usted paga su diezmo porque está totalmente convencido de que Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Lo que Dios ha dicho en su Palabra, lo cumplirá.

Dios le dijo a los hijos de Israel que fueran y tomaran posesión de la tierra, pero cuando llegaron allí para poseerla, había gigantes que la ocupaban.  Ellos no podían ver las promesas, ni a ellos entrando a esa tierra  -que fluye leche y miel; lo que sí veían era los gigantes, y los enemigos a cada lado…

Sabías que siempre habrá gigantes que te enfrenten e intimiden? Pero Dios tiene un fiel propósito para completar lo que inició en tu vida.  Cuál es la clave?  La oración de fe...única que te hará permanecer firme!   Tu oración de fe le dice a Dios: “te doy permiso para que hagas lo que tú quieras en mi vida, cuando tú quieras, como quieras y donde quieras”.

La oración NO es una opción para el creyente. Jesús dijo: Hay que orar siempre (Lucas 18:1) “orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). La oración es nuestra conversación con el Padre; una práctica que no debe ser para determinados momentos o temporadas. Jesús nos ordenó sencillamente que no dejemos de orar.

“La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16, NVI) la clave para la oración eficaz se halla en Marcos 9:23: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.

Dios puede hacer cerrar bocas de leones, librar del horno de fuego, abrir el Mar Rojo o instruir que el sol y la luna permanezcan quietos; simplemente porque eso es lo que necesita uno de sus hijos.

Dios no pide que renunciemos a nuestros trabajos, ni que abandonemos la vida cotidiana –como hacen algunos-  para dizque pasar el resto de sus vidas en oración constante.  Lo que Él sí quiere, y espera de nosotros, es que permanezcamos en comunicación con Él durante todos nuestros días.

La Palabra promete: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).


Por:  Por Judy Jacobs.  Avanzapormás.com  (Algunas modificaciones por WMV)

“Rendidos al Señor”

Meditación 14.11

Lectura en Efesios 5:15-17 “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”

Para hacernos siervos útiles para su reino, Dios sabe que es necesario romper nuestro ego.

Nuestro Padre celestial nos ve tal como somos, y por eso tiene en la mira las actitudes de orgullo, envidia, ira y resentimiento que necesitan ser confrontadas para que el amor y la verdad de Dios fluyan por medio de nosotros (Efesios 4.31-32). Para generar el cambio, Él ejercerá presión sobre nosotros, y mantendrá la presión hasta que respondamos. El Señor quiere solamente lo que sea bueno para nosotros, y hará lo que sea necesario para producir cambios en nuestra manera de pensar, y también en nuestras actitudes, acciones y prioridades.

Recuerdo cuando el personal de nuestra iglesia era mucho más pequeño. Teníamos que producir dos programas de televisión en vivo, además de cumplir con las demás responsabilidades. Por consiguiente, trabajábamos muy duro. Finalmente, el gran agotamiento que experimenté me obligó a dejar de trabajar por tres meses. Me preguntaba qué pasaría en la congregación durante mi ausencia. Resulta que la iglesia creció en asistencia, en ofrendas, y en el trabajo, sin mí. El Señor sabía que el orgullo por mi posición de pastor sería un obstáculo para el servicio futuro. Por eso, tomó medidas para cambiarme.

Por medio de este tiempo de quebrantamiento, el Señor me enseñó una gran lección: Rendirse en obediencia a Dios es lo que hace valioso mi servicio a Él. ¿Ha estado usted cooperando con la obra de Dios en su vida? La transformación se producirá cuando se rinda al Padre celestial y coopere con su Santo Espíritu. (De Ministerios En Contacto)


Rindámonos a los pies del Señor…. Él sabe llevar el mejor control!

jueves, 13 de noviembre de 2014

“Su Poder se Perfecciona en la Debilidad”


A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la autosuficiencia. De hecho, Él es atraído a los débiles QUE ADMITAN SERLO.   A Dios le encanta usar a los débiles.

Participamos de su debilidad, pero por el poder de Dios viviremos con Cristo para servirlos a ustedes.
2º Corintios 13:4 (NVI)

“Yo estoy contigo; eso es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra mejor en los débiles”.
2º Corintios 12:9 (BAD)

TODOS tenemos debilidades. Es más, un manojo de defectos e imperfecciones: físicos, emocionales, intelectuales y espirituales. También un sin fin de circunstancias incontrolables que debilitan, como las limitaciones financieras o relacionales. Lo más importante es qué haces con ellas? Solemos negar nuestras debilidades, las defendemos, las excusamos, las ocultamos y las resentimos. Eso le impide a Dios usarlas de la manera que desea.

Dios tiene una perspectiva diferente de tus debilidades. Él dijo:”Mis pensamientos y mis caminos son más altos que los tuyos”, de modo que a menudo actúa en maneras exactamente opuestas a lo que esperamos. Pensamos que Dios sólo quiere usar nuestras fortalezas, pero también quiere usar nuestras debilidades -para su gloria.

La Biblia dice: “Dios escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos” Tus debilidades no son un accidente. Dios deliberadamente las permitió en tu vida con el propósito de demostrar su poder a través de ti.

A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la autosuficiencia. Jesús consideró el reconocimiento de nuestras necesidades como un atributo de los ”pobres de espíritu”. Actitud que Él bendice.

La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios ama y usa a los imperfectos, a personas ordinarias para hacer cosas extraordinarias. Si Dios usara sólo personas perfectas, nada sería hecho... ninguno de nosotros es perfecto. Dios use a los imperfectos, un aliento para todos nosotros.

Una debilidad, o “aguijón” como Pablo lo llamó, no es un pecado, ni un vicio,  ni un defecto de carácter que puedas cambiar; como por ejemplo la gula o la impaciencia. Una debilidad es cualquier limitación que tengas o heredaste...y no tienes poder para cambiarla. Puede ser una limitación física, o una enfermedad, o por poca energía o incapacidad. Puede ser una limitación emocional -un trauma, un recuerdo injurioso, una personalidad excéntrica o una disposición hereditaria. O pueden ser talentos o limitaciones,  en el aspecto intelectual.

Tener presente que no todos somos súper inteligentes o talentosos...

Cuando piensas en las limitaciones de tu vida, puedes ser tentado a concluir: “Dios nunca podría usarme”. Pero a Dios no lo detienen nuestras limitaciones. Él disfruta poner su poder en envases comunes. La Biblia dice: “Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros”. Igual que la artesanía común, SOMOS FRÁGILES, DEFECTUOSOS Y FÁCILES DE QUEBRAR. Pero Dios nos usará si le permitimos trabajar aún en medio de nuestras debilidades; y para que esto ocurra, debemos seguir el modelo de Pablo:

Reconocer las debilidades.
Admitir las imperfecciones.
Dejar de pretender que se tiene todo bajo control.
Ser honesto consigo mismo.
Dejar de vivir negándose o dando excusas.
Tomar tiempo para identificar las debilidades personales.
Un gran tarea sería: Hacer una lista de ellas.

Dos grandes confesiones, en el Nuevo Testamento, ilustran lo que necesitamos para vivir saludablemente:

La primera fue de Pedro, que le dijo a Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
La segunda fue de Pablo, que le dijo a la multitud idólatra: “Sólo somos seres humanos iguales a ustedes”.

Si quieres que Dios te use, debes conocer quién es Dios y quién eres tú. Muchos cristianos, sobre todo líderes, olvidan la segunda verdad: ¡Sólo somos humanos! SI NECESITAS UNA CRISIS PARA RECONOCERLO, DIOS NO VACILARÁ EN CONCEDÉRTELA, PORQUE TE AMA.

Alégrate con tus debilidades!  Pablo dijo: Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades; por ser fiel a Cristo. Lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. En principio esto no tiene sentido; aspiramos a ser libres de nuestras debilidades, ¡pero nos alegramos con ellas!  EL CONTENTAMIENTO ES UNA EXPRESIÓN DE FE EN LA BONDAD DE DIOS.  Eso dice: “Dios, creo que me amas y sabes lo que es mejor para mí”.

Pablo da muchas razones para alegrarnos con nuestras debilidades:

Primero, nos invita a depender más de Dios. El apóstol, refiriéndose a su propia debilidad -que Dios no quiso quitarle- dijo: “Yo estoy feliz plenamente con “mi aguijón”... porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. CUANDO TE SIENTAS DÉBIL, DIOS TE ESTARÁ RECORDANDO QUE DEPENDES DE ÉL!

Nuestras debilidades también previenen la arrogancia, y mantienen tu humildad. Pablo dijo: “Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo... para que me atormentara”. A menudo Dios nos conecta a una debilidad para mantener nuestro ego controlado; como un regulador que nos advierte de no ir muy rápido o adelantarnos a Dios.

Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32.000 soldados para pelear contra los madianitas, Dios lo redujo a 300 hombres, estableciendo una desigualdad de 450 a 1, ya que fueron a pelear contra 135.000 de las tropas enemigas. Esto pareció una fórmula para el desastre, sin embargo Dios lo hizo para que Israel reconociera que no fue por sus propias fuerzas, sino que la victoria fue por el poder de Dios.

Nuestras debilidades también nos animan al compañerismo entre creyentes. Normalmente la fuerza cultiva un espíritu de independencia  (“Yo no necesito de nadie”), pero las limitaciones muestran cuánto nos necesitamos unos a otros. CUANDO TEJEMOS LAS TRENZAS DÉBILES DE NUESTRAS VIDAS, UNA SOGA MUY FUERTE SE CREA.

Vance Havner dijo con sarcasmo: “LOS CRISTIANOS, IGUAL QUE LOS COPOS DE NIEVE, SON FRÁGILES, PERO CUANDO SE UNEN PUEDEN PARAR EL TRÁFICO" 

La mayoría de nuestras debilidades aumenta la sensibilidad relacional y ministerial. Estamos muy lejos de ser misericordiosos y considerados con las debilidades de otros. Dios quiere que tengas un ministerio parecido al de Cristo en la tierra. Eso quiere decir que otras personas van a encontrar sanidad en tus heridas. Tus grandes mensajes de la vida y tu ministerio más eficaz surgirán de tus heridas más profundas. LAS COSAS QUE MÁS TE APENAN, LAS QUE MÁS TE AVERGÜENZAN, Y LAS QUE MENOS QUIERAS COMPARTIR, SON LAS HERRAMIENTAS QUE DIOS PUEDE USAR CON MÁS PODER PARA SANAR A OTROS

El gran misionero Hudson Taylor declaró: “Todos los gigantes de Dios fueron personas débiles”

La debilidad de Moisés era su temperamento. Le condujo a matar a un egipcio, golpear la roca cuando se suponía que debía hablarle, y a romper las tablas de los Diez Mandamientos. No obstante, Dios transformó a Moisés en “el hombre más humilde de la tierra”.

La debilidad de Gedeón era su baja autoestima y una inseguridad profunda, sin embargo, Dios lo transformó en “un hombre poderoso y de valor”.

La debilidad de Abraham era el temor. No 1, sino 2 veces -para protegerse- dijo que su esposa era su hermana. No obstante, Dios transformó a Abraham en “el padre de todos los que creen”.

Impulsivo, de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una roca”.
David el adúltero se convirtió en “un hombre conforme a mi corazón (de Dios)”
Juan, uno de los arrogantes “Hijos del Trueno”, se convirtió en “el apóstol del amor”.

La lista puede seguir y seguir...  Dios quiere tomar tu debilidad más grande y transformarla.

Comparte sinceramente tus debilidades. Ministrar empieza con vulnerabilidad. Quítate la máscara y comparte todo lo que guardas y tus luchas, de manera que Dios pueda usarte en servir a otros.

Pablo mostró su vulnerabilidad en todas sus cartas.  Expresó con sinceridad sus fallas: “Cuando quiero hacer lo bueno, no lo hago, y cuando trato de no hacer lo malo, eso hago”.  Sus sentimientos: “Yo te dije todos mis sentimientos”.  Sus frustraciones: “Fuimos realmente agobiados, abrumados, y temimos que nunca podríamos volver a vivir a través de esto”. Sus temores: “Cuando yo vine a ti, estaba débil, temeroso y estremecido”.

Por supuesto, la vulnerabilidad es un riesgo. Puedes tener miedo a bajar tus defensas y a abrir tu vida a otros. Pero los beneficios valen la pena. La vulnerabilidad te ayuda a liberarte emocionalmente, alivia el estrés, desactiva tus temores y es el primer paso para la libertad.

Sabemos que Dios “da gracia al humilde” pero muchos malinterpretan esto. LA HUMILDAD NO ES NEGAR TUS FUERZAS O PONERTE DEBAJO DE OTROS, ES SER HONESTO ACERCA DE TUS DEBILIDADES. Mientras más sincero seas, más recibirás la gracia de Dios. También recibirás gracia de otros. La vulnerabilidad es una cualidad que apreciamos, somos naturalmente atraídos hacia los humildes. Las pretensiones repelen, no obstante la autenticidad atrae y LA VULNERABILIDAD ES EL CAMINO HACIA LA INTIMIDAD -CON DIOS.

Por eso es que Dios quiere usar tus debilidades, no sólo tus fortalezas. Si todo lo que la gente ve son tus fortalezas, se desalientan y piensan: “Bien, qué bueno por él o ella, pero yo nunca podré hacerlo”. Sin embargo, cuando ven a Dios usándote a pesar de tus debilidades, eso los consuela y piensan: “¡Puede ser que Dios me use!” NUESTRAS FORTALEZAS CREAN COMPETENCIAS; NUESTRAS DEBILIDADES PRODUCEN COMUNIÓN. 

En cierto punto de tu vida debes decidir si quieres impresionar a las personas o influenciarlas. A distancia puedes impresionar a la gente, pero debes estar cerca para influir en ellas y, claro, si lo estás, es posible que vean tus defectos. Eso es bueno. La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección, sino la credibilidad.

Las personas deberán confiar en ti o no te seguirán. ¿Cómo puedo forjar mi credibilidad?  No pretendiendo ser perfecto, pero sí honesto.  Gloríate en tus debilidades. Pablo dijo: “De mi no haré alarde, sino de mis debilidades”.  EN VEZ DE MOSTRARTE AUTOSUFICIENTE E INSUPERABLE, OBSÉRVATE A TI MISMO COMO UN TROFEO DE GRACIA. 

Cuando Satanás apunte a tu debilidad, acuérdate de Dios y llena tu corazón con alabanza a Jesús, que “entiende cada debilidad nuestra”, y al Espíritu Santo, que “nos ayuda en nuestra debilidad”.

Con gran frecuencia Dios convierte una fortaleza en debilidad para usarnos aún más. Jacob era un manipulador que gastó su vida intrigando para después correr por sus consecuencias. Una noche, mientras luchaba con Dios, dijo: “No voy a dejarte hasta que me bendigas”.   Dios le respondió: “Está bien”, pero entonces le agarró el muslo a Jacob y le dislocó su cadera.

¿Qué significa eso? Dios tocó la fuerza de Jacob (el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo) y lo transformó en debilidad. Desde ese día en adelante, Jacob caminó cojeando de manera que nunca más pudo huir. Eso lo forzó a apoyarse en Dios quisiera o no.

SI QUIERES QUE DIOS TE BENDIGA Y TE USE EN GRAN MANERA, DEBES QUERER CAMINAR COJEANDO EL RESTO DE TU VIDA,  porque Dios usa a las personas débiles.


Pastor Rick Warren.  Avanzapormas.com  (Algunas modificaciones WMV)


martes, 11 de noviembre de 2014

“Estamos Siendo Perfeccionados”

El perfeccionismo será nuestro mayor problema hasta tanto reconozcamos que tal perfección se logra cuando caminamos de la mano de Dios.

Veamos 7 elementos importantes que ayudarán a comprender la visión que tiene Dios de ser perfectos y cómo podemos encajar en esa concepción.

1. Delante de Dios somos justos Con el cúmulo de pecados que hemos cometido, jamás podríamos siquiera estar delante de la presencia de un Dios Santo como aquél en quien hemos creído. Deseo ilustrarlo con un incidente ocurrido cuando estaba en la fila de migración en el Aeropuerto de Panamá. El funcionario tras la casilla comprobó el Pasaporte de un ejecutivo. Lo miró para corroborar que era el mismo de la fotografía, le pidió que esperara unos segundos, hizo una breve llamada telefónica y en menos de un minuto dos agentes le pidieron al hombre acompañarles a una oficina contigua. Resultó que tenía un amplio prontuario por “lavado de dólares”, cuidadosamente detallado en el sistema y que abría puertas a su captura donde quiera que le hallara.

Igual con nosotros: si viéramos en detalle los pecados cometidos en el pasado, admitiríamos que resultaba literalmente imposible presentarnos delante del Señor y menos aún, ser salvos.

No obstante, gracias a la obra redentora del Señor Jesús, nuestro Padre celestial no solo perdonó nuestros pecados sino que nos abrió las puertas a una nueva vida, como describe el apóstol Pablo:

“Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús. .”(Romanos 3.22-26, NVI)

Gracias a la obra redentora, todo su pasado de pecado y continuos errores, que le impedían no solo cambiar sino crecer en las dimensiones personal y espiritual, quedó literalmente borrado y ahora, Él –nuestro amado Señor—le ofrece una nueva oportunidad.   Dios mismo nos ayuda a ser perfectos.

2. Dios nos lleva a reconocer los errores Sólo en la medida en que reconocemos que los errores están siempre ahí, y que en nuestras fuerzas no podemos superarlas sino bajo la fortaleza de Dios, logramos avanzar en el proceso de crecimiento personal y espiritual.

El apóstol Pablo, el gran batallador de Cristo en el siglo primero, describió en los siguientes términos la lucha que libraba consigo mismo: “Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. 3 veces rogué al Señor que me la quitara...”(2 Corintios 12:7-8, NVI)

Cada vez que el orgullo procuraba anidar en su corazón, Pablo enfrentaba una pared y debía admitir que no era en sus fuerzas sino en las de Dios como lograría el cambio y crecimiento. Igual con nosotros hoy. El perfeccionismo será nuestro mayor problema hasta tanto reconozcamos que tal perfección se logra cuando caminamos de la mano de Dios y le permitimos obrar en nuestro ser.

3. Dios nos llamó a ser vencedores en Cristo Ir de la mano de Dios, nos asegura la victoria siempre. Él dejó en manos de Su amado Hijo Jesús, a la iglesia que somos usted y yo y nos ayuda a vencer cuando creemos que las debilidades son más fuertes que nuestra capacidad. El escritor sagrado resalta que en Cristo somos vencedores: “El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”(1 Corintios 15:56-57, NVI)

Cuando sienta que no pude más, que está luchando contra la corriente, reconozca que lo más probable es que está batallando en sus fuerzas y esas fuerzas siempre se agotarán; sin embargo, si tiene la mirada puesta en Jesucristo, va a Su presencia en oración, y le pide fortaleza, podrá sobreponerse cualquier obstáculo, incluso a los más complejos de superar, que son aquellos que provienen de nuestra naturaleza humana.

4. Dios nos llama a elegir apropiadamente Todos tenemos la oportunidad de elegir. El asunto está en qué tipo de decisiones tomamos. Piense por un instante el sinnúmero de ocasiones en la que fue a un centro comercial a comprar un electrodoméstico. Infinidad de marcas y múltiples opciones. Hay instantes en que no sabe qué comprar, pero termina negociando uno en particular. Tiempo después comprueba que no fue una buena elección. Piensa: “Si quizá hubiese tomado más tiempo antes de inclinarme por este televisor…”.

Igual con las decisiones que tomamos a diario, y que en criterio de los especialistas son alrededor de 2.500 –desde pequeñas hasta grandes decisiones—en una jornada de 16 horas.

Pablo optó por someter su cuerpo a Dios. Sabía que la inclinación de su naturaleza humana era bien distinta de la que el Padre celestial esperaba, pero él –aunque le pareciera complejo—ponía bajo el dominio del Señor su naturaleza humana: “Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado.”(1 Corintios 9:26-27, NVI)

Pecar es una opción que siempre estará a la puerta, pero la decisión de pecar o no, siempre será nuestra. Nadie toma una determinación de llevarnos a pecar, somos usted y yo quienes nos inclinamos hacia uno u otro extremo.

5. Dios valora los pequeños cambios La mayor frustración que experimentamos cuando avanzamos hacia el cambio y crecimiento, personal y espiritual, es que esperamos resultados rápidos. No obstante, nuestro amado Dios valora los pequeños avances que experimentamos a diario. Él conoce nuestras decisiones y sabe en qué dirección nos encaminamos.

El apóstol Pablo, a quien hemos invitado hoy para que nos ayude a despejar el concepto que tiene Dios de la perfección y de qué manera difiere de nuestra perspectiva, escribe: “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.”(Gálatas 6:7-10, NVI)

Cambiar y crecer es un proceso que nos permite siempre dar nuevos pasos, tomados de la mano de Dios. Él sabe de nuestras luchas y está dispuesto a colaborarnos para que superemos los obstáculos que emergen al paso. Recuerde que la vida cristiana no es una telenovela, por el contrario, está firmada por retos. Vencemos en la medida que marchamos con el poder de Dios!

6. Avanzamos al cambio y crecimiento, pero firmes… Al dirigir una carta a los creyentes de Filipos, el apóstol Pablo utiliza un planteamiento que comparto con usted y que resulta clave: “Por lo tanto, queridos hermanos míos, a quienes amo y extraño mucho, ustedes que son mi alegría y mi corona, manténganse así firmes en el Señor.”(Filipenses 4:1, NVI)

La instrucción era clave: mantenerse firmes en el Señor Jesús. Es probable que nuestra naturaleza humana sea proclive a fallar. Eso si avanzamos en nuestras fuerzas, pero si permanecemos firmes en Cristo, dependiendo de Él, tenemos asegurada la victoria.

7. Perseveramos en Dios, para cambiar y crecer La perseverancia es fundamental en todos los escenarios que nos desenvolvamos. Todo cuanto pensemos y hagamos, las metas que nos fijemos y las acciones que emprendamos, deben estar rodeadas de perseverancia. Igual en la vida cristiana.

Es probable que las tentaciones salgan al paso cuando buscamos vivir a Cristo; sin duda, enfrentaremos dificultades y oposición, en nuestro diario vivir o quizá, haya quienes se burlen, critiquen o ataquen por nuestras convicciones de fe. En todos los casos, y como lo enseña el apóstol Pablo, lo que debemos hacer es perseverar: “No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.”(Filipenses 4:12-14, NVI)

No podemos vivir de las viejas glorias, ni tampoco, desanimarnos por los obstáculos. Nuestra condición de cristianos nos obliga a seguir adelante, de la mano del Señor Jesucristo.

Aun cuando fallemos, Dios nos ve perfectos. No desde una perspectiva como la nuestra que no concibe un error. No. Él conoce nuestro corazón, sabe lo que nos duele cometer errores, y en ese proceso de superar los traspiés, quiere ayudarnos.

De Avanzapormás.com  Pr. Fernando A. Jiménez (algunas modificaciones WMV)

lunes, 10 de noviembre de 2014

Las Necesidades No Satisfechas

Meditación 10.11
Lectura en Salmo 84.11-12 "Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía."
Si Dios ha prometido satisfacer nuestras necesidades, y tiene el poder para hacerlo, entonces, ¿por qué no las atiende siempre de inmediato?
Notemos que en el pasaje de hoy, la promesa de Dios tiene una condición (v. 11). Por tanto, si Dios no está satisfaciendo nuestras necesidades como creemos que debería, es porque tiene un plan diferente, o porque algo en nuestra vida lo está impidiendo.
• El pecado. El pecado es una de las razones por la que es posible que nuestras oraciones no sean respondidas. Si Dios ignorara la desobediencia y nos concediera lo que le pedimos, estaría aprobando un estilo de vida pecaminoso.
• La holgazanería. Aunque el Señor es la fuente final de todo lo que tenemos, Él nos ha dado la responsabilidad de trabajar para satisfacer nuestras necesidades básicas (2 Tesalonic. 3:10-11). Si usted es una persona capaz de trabajar, pero no está dispuesto a hacerlo, Dios no reforzará su desidia.
• Los deseos. Es posible que el Señor no le haya dado lo que usted esperaba, porque sus “necesidades” son, en realidad, deseos. Si Dios ve que sus deseos serán un impedimento para cumplir lo que quiere para usted, es posible que le diga “no”, porque tiene un “sí” que es mucho mejor.
Para evitar sentirse decepcionado, recuerde que las acciones y la identidad de Dios siempre coinciden. Él no premiará el pecado; y sus respuestas a la oración tendrán el propósito de conformarnos a la imagen de Cristo. Por eso, si Él no le ha dado lo que considera indispensable, es porque está preparando una bendición mucho mejor para usted. (Ministerios En Contacto)

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La Búsqueda de Santidad

Lectura en  1 Pedro 1.15-21 "Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios"
Los hijos de Dios estamos llamados a vivir en reverencia a Él. Una fuerte motivación para una vida recta es la cruz de Cristo y lo que ella representa.
Primero, la cruz es un recordatorio de nuestra condición original por causa del pecado. Segundo, apunta a nuestra necesidad de un Salvador. La justicia divina decreta que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6.23). Pero el único pago aceptable es un sacrificio de sangre de una vida perfecta (Levítico 17.11Deuteronomio 17.1). Puesto que todos somos culpables, no podemos pagar por nuestros propios pecados. Tercero, fue en la cruz que Jesús tomó nuestro lugar y sufrió la ira de Dios para que pudiéramos ser perdonados. Cuarto, la crucifixión marca el momento en que la justicia de Dios fue satisfecha y Él demostró su misericordia. Por último, señala la manera de reconciliarse con el Padre y ser adoptados en su familia. Solo por la fe en Jesucristo podemos ser salvos (Juan 14. 6).
Lamentablemente, muchos han olvidado el requisito de Dios en cuanto a la santidad. En vez de acatar sus normas en cuanto a comportamiento y actitud, tienden a adoptar valores mundanos que les resultan más convenientes. Después, el placer y las riquezas materiales, tienden a reemplazar a la obediencia y al servicio humilde. Tales cosas son estimuladas por la sociedad, que tiene poco temor de Dios y que, por lo general, ignora sus advertencias y sus mandamientos.
Para contrarrestar la influencia de la sociedad, mantenga el significado de la cruz frente a usted. Entonces se sentirá motivado a buscar la santidad, en honor de Aquel que dio su vida para salvarle. (De En Contacto.org)

lunes, 3 de noviembre de 2014

“La Fe Que Prevalece”

Reflexión 03.11
Si crees que Dios existe, y que Él te ha comprobado su amor y poder… es tiempo de confiar!

El espíritu de Dios es el que da vida; la carne no aprovecha; las palabras habladas por Jesús son espíritu y vida. (Juan 6:63) y la fe viene por estar en contacto...por oír Palabra de Dios (Romanos 10:17)

Cuando Dios se revela a nuestra vida, y abre los ojos espirituales, estamos en capacidad de ver realidad espiritual; esa que contiene vida, unción y poder. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14.6); a todos los que hemos recibido esa revelación, sabemos que es una verdad invariable.

Algunas personas -apartadas del camino de Jesús-, dicen no sentirse mal cuando pecan, pero que en su soledad, hay remordimiento. ¿Por qué pasa esto? Porque, luego de haber recibido la luz de Cristo, existe una marca imborrable! Esa de haber estado en contacto con la santa, pura y gloriosa vida espiritual eterna de Dios. Jesús dijo: “Yo sol la luz del mundo el que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8.12).

Cuando no existe fe en nuestro corazón, no vemos a Dios con claridad. Pero si se deja la puerta abierta a Dios, Él entrará. Una vez que aceptamos al Señor, tendremos su luz disponible, y el Espíritu de Verdad viene a morar y a estar en nosotros. (Juan 14:17).

Pero, también hay que decir, que si la fe no es alimentada se adormece, debilita y apaga lentamente. Hay que alimentarse -cada día- de la presencia y la Palabra de Dios. Y si nuestra fe es como un grano de mostaza, pero firme y pura, Dios actuará…Usemos esa medida! Pero sigamos insistiendo en su crecimiento!!

Reflexiones de Fe:

• En Dios están las respuestas a todas tus necesidades. Él es “la sabiduría” no es que “tiene” sabiduría, sino que Él es.

• Dios es la luz que te da real claridad, y Jesús –su Hijo- la salvación para nuestros pecados.

• El es la paz que lleva nuestra alma al perdón, y quien nos libera de cargas y preocupaciones.

• El es el gran Yo Soy, el que ha de venir a buscarnos en su pronta Segunda Venida.

• Fe es aceptar la verdad revelada por Dios.

• Soberbia y orgullo apagan la fe. Un corazón soberbio cierra su puerta a la fe; y se hace necio.

• Con Fe se cree que Dios no miente.

• Fe es garantía de que Dios actuará por nosotros.

• La Fe se desea, se busca, se medita, se recibe y se ejecuta.

• La Fe sabe que para Dios no hay nada imposible y que la respuesta está a punto de llegar.

Usa la fe que tienes ahora, pero busca su crecimiento en cada día. Cree que Dios es sobrenatural, grande y poderoso. Proponte ser una persona de Fe. Enójate con la incredulidad, con la duda y con el temor. ¡Echa fuera el temor! Dios te ayudará. El temor es una carta de presentación del diablo en tus manos… de ti depende quedarte con ella o rechazarla… para eso se necesita Fe.

¡Créele a Dios No al temor! Cuando rechazas el temor, derrotas al enemigo de inmediato. Pon a prueba la fe que Dios ha depositado en ti. ¡Resiste al diablo y huirá!

Por Esteban Correa. http://avanzapormas.com (Modificado WMV)

16/9/25... Por El Bien De Otros

Filipenses 2.3-4 “ Nada  hagan  por contienda  o  vanagloria; antes bien  con  humildad ,  estimando,  cada  uno a  los demás,  como superio...