Reflexión 14.11
Jesús dijo: “cuando ores”… No dijo: Si
tú oras; ni tampoco: Sólo en el caso de
que se te presente una oportunidad de orar. Él lo dijo muy
enfáticamente “Cuando ores”, como si dijera: “Esto debe hacerse sin
siquiera pensar en ello”
En los últimos años, parece haber una epidemia de falta de oración
que ha golpeado a la Iglesia, a esa que está adormecida.
Dios les dijo a los
hijos de Israel en Números 15:1-2: “Jehová habló
a Moisés, diciendo: habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación….
No le dijo si entras; le dijo: Cuando
hayas entrado.
Dios les había dado
enfáticamente un marco temporal: Un “cuando”. En otras palabras: “he hablado y no me retracto de mi
palabra”. Si Dios dijo “cuando” en aquel
momento, Él sigue diciendo “cuando” también hoy.
Pablo
dijo: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
Usted paga su diezmo
porque está totalmente convencido de que Dios suplirá todo lo que os falta conforme
a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Lo que Dios ha dicho en su Palabra, lo cumplirá.
Dios le dijo a los hijos
de Israel que fueran y tomaran posesión de la tierra, pero cuando llegaron allí
para poseerla, había gigantes que la ocupaban.
Ellos no podían ver las promesas, ni a ellos entrando a esa tierra -que
fluye leche y miel; lo que sí veían era los gigantes, y los enemigos a cada lado…
Sabías que siempre habrá gigantes que te enfrenten e intimiden? Pero Dios tiene un fiel propósito para completar
lo que inició en tu vida. Cuál es la clave? La oración de
fe...única que te hará permanecer firme! Tu oración de fe le dice a Dios: “te
doy permiso para que hagas lo que tú quieras en mi vida, cuando tú quieras,
como quieras y donde quieras”.
La oración NO
es una opción para el creyente. Jesús
dijo: Hay que orar siempre (Lucas 18:1) “orad sin cesar” (1
Tesalonicenses 5:17). La oración es nuestra conversación con el Padre; una práctica que no debe ser para determinados momentos o temporadas. Jesús nos ordenó sencillamente que no dejemos de orar.
“La oración del justo es
poderosa y eficaz” (Santiago 5:16, NVI) la clave para la oración eficaz se
halla en Marcos 9:23: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
Dios puede hacer cerrar bocas de leones,
librar del horno de fuego, abrir el Mar Rojo o instruir que el sol y la luna
permanezcan quietos; simplemente porque eso es lo que necesita uno de
sus hijos.
Dios no pide que
renunciemos a nuestros trabajos, ni que abandonemos la vida cotidiana –como hacen
algunos- para dizque pasar el resto de sus
vidas en oración constante. Lo que Él sí
quiere, y espera de nosotros, es que permanezcamos en comunicación con Él
durante todos nuestros días.
La Palabra promete: “Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en
ti ha confiado” (Isaías 26:3).
Por: Por Judy
Jacobs. Avanzapormás.com (Algunas modificaciones por WMV)
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