21.02.2024
Juan 11.40 “Jesús le dijo: «¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?». Amén.
Ante necesidades urgentes, las oraciones se vuelven fervientes, y deseamos respuestas.
Entendemos que, si el Señor no interviene pronto, podría salirse todo de control. Y sin respuesta visible de Dios, pudiéramos pensar que no le importamos.
Pero la Sagrada Escritura nos invita a descargar en Dios toda angustia, porque él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5.7).
María y Marta pidieron al Señor Jesús que viniera a sanar a su hermano Lázaro, pero cuando llegó, su dolor se impuso sobre su fe.
Ante su tristeza ambas le dijeron: “Si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (vss.21 y 32).
Puede que pensáramos algo similar cuando Dios no ha respondido nuestras oraciones como esperábamos. Pero, a diferencia de María y Marta sabemos, por las Sagradas Escrituras, que el propósito de Dios, en todo lo que hace por nosotros, es su propia gloria (vs.4).
No es que Dios nos quiera afligir, es que Él desea que -si somos cristianos- la vida de Cristo brille a través de nosotros, aun en las dificultades.
Si no has recibido tu respuesta, quizás no es solo sanarte lo que Dios quiere, sino desarraigar el muerto espiritual que habita en ti.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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